Anales, 111, 12). En líneas generales observamos que la persona imperial sedesvela en ambos escritores como mezquino y peligroso. En cambio, elcoemperador Miguel IX,aunque también recibe reproches tales como traidor,desleal, cruel, malvado y envidioso, le son reconocidos por Muntaner ciertosvalores al calificarle de "muy buen caballero a quien nada el faltaba a parte de lalealtad (cap. 221).
3. Relaciones de los catalanes con la población griega.
Las relaciones entre la población griega y los catalanes se convirtieronen un serio problema, casi desde los primeros meses de las estancia de laCompañíaentierrasbizantinas. Losautoresgriegoscomienzanaprotestardelcomportamiento de los catalanes desde su llegada a Cízico donde pasarían elprimer invierno de su estancia en Bizancio. Gregorás (lib. VII, cap. 111, p. ii)relata lo que allí ocurrió con palabras llenas de dramatismo: "...qué decir sobretodos los males que causaron una vez allí contra los griegos refugiados en lospueblosdelacostadeAsia. Enefecto,ahombres,mujeresyniñoslostratabanomejor que a esclavos, y a los que estaban como indígenas, a todos maltratarondesvergonzadamente, y recogieron, como es lógico, muchas maldiciones en elcamino lanzadas desde lo más profundo del alma, maldiciones de aquellosdesgraciados a quienes ultrajaban, que iban envueltas en las muchas lágrimas quederramaban. Esto es lo que se Uevó a cabo durante el primer año".
Paquheres, continuando en la misma tónica, comienza diciendo (lib.V, párr. XIV): "Y estando allí (en Cízico), cometieron muchas cosas malas,arrebatando bienes e impuestos, atacando a las mujeres de los habitantes ydominándoles como a esclavos en venta". Según él mismo, la situación en elinterior de la ciudad lleg6 a extremos inimaginables, ya que Csta "se convirtió enuna nueva prisión para los del país que huían de los enemigos. Pasaré por alto lasmutilaciones de cuerpos, asesinatos y montones de crímenes que los encargadosde la defensa de la ciudad imponían, con toda crueldad, a los pobres refugiadosentre los muros".
Incluso Teódulo Mágistro en sus discursos, protestando de lasbarbaridades que éstos cometieron en Tracia, Macedonia y Tesalia, deja entenderque ésta habían comenzado desde el momento justo de su llegada.
Por otra parte, tanto Muntaner como Zurita y Moncada intentan portodos los medios,justificar tales acontecimientoso incluso niegan que ocurrieranalegandoquesetratabadecalumnias. CitaremosúnicamenteunfragmentodelaCrónica de Muntaner referente a las relaciones de griegos y catalanes en Cízico,donde nos expone el trato fraternal que dieron los componentes de la Compañía ala población local durante este primer invierno:
"...cuando nosotros estábamos en Constantinopla, la gente que huía deAnatolia perseguidos por los turcos gritaban «¡hambre!» y pedían pan por elamor de Dios, y se acostaban en los estercoleros, y no había ningún griego quequisiera darles nada, y en cambio, habían gran mercado de toda clase de víveres;y los almogávares, movidos por la compasión, se partían con ellos la comida, ypor esta caridad que hacía nuestra gente, allí donde iban de campaña, más de dosmil pobres griegos que los turcos habían arruinado les iban detrás, y todos vivían