LAS ¿EXTRAÑAS? COINCIDENCIAS: MARXISTAS Y...
Proponemos un ejercicio. Miremos estas fotografías. Es una pequeña muestra de los personajes más significativos de la Revolución marxista que agitó la Europa de entreguerras. Ellos sumieron a los países en revoluciones, cometieron exterminios en nombre de la sociedad sin clases y del advenimiento de la utopía socialista.
Si nos fijamos en sus rasgos faciales podemos decir, sin temor a equivocarnos, que estos individuos no son europeos: son de marcadas facciones asiáticas. Sus narices abuitradas son de rapaz, sus orejas son descomunales, y sus prominentes labios los delatan como seres de una sensualidad patológica, morbosa y brutal. Son de una raza exótica. No son franceses, ni rusos, ni alemanes, ni húngaros, ni españoles, ni rumanos... Son marxistas y, curiosamente, todos de origen judío.
Bela Kun. Este degenerado nació en Transilvania. Cuando lo parieron, esa parte de Transilvania era de Hungría y no, como hoy, de Rumanía. Pero para él, eso -el suelo en que nació- no fue nunca su patria: él era judío y, como tal, fue todo un "ciudadano del mundo": un apátrida al servicio de Moscú. Tras su fracaso revolucionario en Hungría, este sectario terrorista trabajó para la Komintern. Fue el diseñador del exterminio de españoles -católicos y patriotas- en la España roja.
Jacob Yurovsky. Asesino despiadado y sádico, fue el verdugo de la familia del Zar Nicolás.
Eugen Leviné. Intentó convertir Alemania en una república soviética. Pero le salió el tiro por la culata. Tras la frustración del proyecto soviético para Baviera, los Freikorps se encargaron de éste revolucionario. Gracias a los contra-revolucionarios teutones, el mundo se ahorró de albergar a un criminal marxista que, de haber quedado vivo, hubiera actuado en España en 1936-1939, como fue el caso de Bela Kun.
Karl Liebknecht. Otro, que tuvo un final acorde con el que quería administrar a los "gentiles".
León Trotsky. Organizador del Ejército Rojo. Por mucho que Stalin lo persiguiera -y, por ende, le diera muerte, pues tenía los brazos muy largos Stalin-, Trotsky era uno de los revolucionarios marxistas más peligrosos, pues si la mayoría de revolucionarios eran y son descerebrados, éste era uno de los pocos que tenía cerebro: con esa cabeza que vemos en la foto era como para tenerlo.
Rosa Luxemburgo. Corrió suerte igual a la de sus hermanos de raza y compinches Eugen Leviné y Liebknecht.
Maestro Gelimer
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
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