Claro, claro... ¡Pelillos a la mar!
¿También es una excentricidad que Terzio diga «Cuando Martínez Camino dijo el otro día que el caso de la firma del Rey era algo "especial", al margen de cualquier consideración común, decía algo muy serio, tan serio como cuando habla alto y claro sobre temas pro-vida (y le aplauden los pro-vida)»?
¡Vaya!... Resulta que contradecir al Santo Oficio, que condenó bajo Pío XII la así llamada “ética de situación”, no es más que una “excentricidad”... Condena que Juan Pablo II, por si hiciera falta, reafirmaría en la Encíclica Veritatis Splendor (6 de agosto de 1993), n. 59:
«El carácter universal de la ley y de la obligación no es anulado, sino más bien reconocido, cuando la razón determina sus aplicaciones a la actualidad concreta. El juicio de la conciencia muestra en última instancia la conformidad de un comportamiento determinado respecto a la ley; formula la norma próxima de la moralidad de un acto voluntario, actuando “la aplicación de la ley objetiva a un caso particular”». (Suprema S. Congregación del Santo Oficio, Instrucción sobre la «ética de situación» Contra doctrinam [2 febrero 1956]: AAS 48 [1956], 144).
No: contradecir el Santo Oficio es más que una “excentricidad”.
Y la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Pero si la que dice la verdad es la Iglesia, entonces el que impugna la verdad declarada, se llame Martínez-Camino o se diga llamar Terzio, no sólo atenta contra la verdad sino también contra la Iglesia, “columna y fundamento de la verdad” (1 Tm 3, 15).
Marcadores