Sic transit gloria mundi, que diría el clásico.
Qué pena, cómo dejaron el carlismo tanto padre como hijo mayor. Como católico espero que se les hayan perdonado sus veleidades, pero menos mal que no acabaron como reyes, hubieran sido peores que Juan Carlos.
Todo porque algunos iluminados tenían la asombrosa idea de que podían ser los "reyes de los rojos" y corrieron a apuntarse a la "plataforma democrática" con marxistas leninistas, maoítas, liberales y demás; madre mía, insólito.
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