Retomar el tema del federalismo para poner fin al cachondeo del Estado autonómico y del chantaje permanente de los separatistas, quizá valiera la pena como mal menor y algo he leído al respecto: Se delimitarían en una nueva Constitución las competencias del Estado central frente las de los territorios federados y el Estado retomaría competencias que nunca debió perder como justicia, sanidad o educación.
Igualmente habría un nuevo mapa territorial con regiones de extensión y población más equilibrada y por supuesto, con la desaparición y absorción de los inviables engendros llamados Madrid, Cantabria y Rioja.
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