Como ya viene siendo habitual parte vd. de una confusión de base: intentar justificar tesis trayendo ejemplos que no vienen al caso.
Para el que no conozca el trasfondo del tema: trata el sr. Martin Ant de hacernos ver que los hechos aun más contundentes de los papas pueden estar sujetos a revisión y que por tanto no vincularían más que si son justos. (El asunto viene hilvanado de otro tema en que hace ver que la libertad religiosa, decretada por un Concilio Ecuménico, pero injusta, podría ser, según él, desobedecida por unos gobernantes 100% católicos: Responsabilidades por la pérdida de la unidad católica española)
Aquí se pueden ver los cargos del papa Paulo IV para excomulgar a Felipe II: todos ellos relacionados (verídicamente o no, eso no importa) a realidades militares y de conquista de Felipe II en territorio perteneciente a los Estados Pontificios:Los teólogos dictaminaron con unanimidad que el anatema era nulo, pues no tenía ninguno de los requisitos indispensables para su validez. La intromisión pontificia era un abuso y una desviación de poder, y fue simplemente repudiada, esperando pacientemente a que el tiempo diese paso a la sede romana a persona más idónea. El poder religioso invadía escandalosamente las atribuciones del poder político, no ya con insidia sino con desmedida osadía. “Dad al César lo que es del César”…
"Cargos contra el monarca español.
Comienza por recordar y documentar la investidura de Felipe II del Reino de Nápoles por obra de Julio III y el juramento de fidelidad y vasallaje prestado en nombre del Rey por Francisco Ávalos (n. 1-6). Enumera de forma global la traición e insidias de Carlos V, Felipe II y sus ministros, la ayuda prestada reiteradamente a enemigos de la Santa Sede declarados rebeldes y excomulgados, el episodio de las galeras robadas en Civitavecchia, los diversos intentos de matar o envenenar al Papa precedidos de contactos secretos con criados y con médicos, el soborno de criados, y los atentados ideados contra los cardenales Carlos Caraffa y Famesio, gestos que algunos pagaron con su vida(n. 9-17).
Enumera las intrigas de Marcantonio Colonna solicitando la ayuda del duque de Alba, por entonces en Milán, y con planes de guerra, sin olvidar consignar la excomunión de Marcantonio y las censuras en que incurrían cuantos le ayudaban (n. 21).
A partir de ese momento, inculpa a Felipe II y sus ministros de conspirar para ocupar las tierras de la Iglesia, con planes sobre la Marca,Nettuno y la Marina, e incitando a los españoles a salir de Roma, incluidos los tres cardenales hispanos (Alvarez de Toledo, Pacheco y Cueva), organizando un importante ejército y considerando inevitable «romper» con el Papa, si bien se reconoce que era primordialmente por restituir a los Colonna el estado de Paliano (n. 24 ss.)
Denuncia la ocupación por el duque de Alba de ciudades y tierras de los Estados pontificios, con consiguientes rapiñas, homicidios, sacrilegios y profanaciones, al grito de ¡Imperio! y ¡España!, y la intención de convertir a Carlos V y Felipe II en Monarcha totius mundi. Todo ello no pudo darse sin consentimiento o mandato de Felipe II, como lo muestra una carta suya del 27 de diciembre de 1556.
Por ello incurría en las censuras de León X contra quienes invadían los Estados pontificios (n. 41). Con tales cargos, podía ser declarado perjuro,cismático y herético, así como sus cómplices, entre los que enumera nominalmente al duque de Alba, conde de Populo, Marcantonio Colonna, Vespasiano Gonzaga, Pompeo Colonna —entre los italianos— y a García de Toledo, los capitanes Mardones, Rodrigo de Mendoza, Pedro de Castilla, Conde de la Torre y otros, a sueldo del Rey (n. 42-43).
No olvida la Pragmática de Felipe II ordenando la salida de Roma de todos los españoles (n. 44). Dada la notoriedad y prueba documentada de los hechos, quedaba justificada la privación del feudo y aun la lucha armada contra el monarca, quien en conclusión debía ser declarado perjuro y rebelde,incurso en excomunión mayor, y privado no solo del reino de Nápoles, sino de todos sus reinos, como también sus cómplices debían incurrir las mismas censuras y penas y ser privados de los dominios, feudos y bienes recibidos de la Sede Apostólica en cualquier tiempo, y devueltos a la misma, declarando al mismo tiempo libres del juramento de fidelidad y vasallaje a todos los súbditos, tanto nobles como llanos. El fiscal exigía el pronunciamiento de la sentencia y la ejecución de tales penas…
https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/1252/17138_D9.pdf?sequence=1
Hay que distinguir:
Efectivamente, esos hechos eran político-terrenales 100% y por tanto su condena podía ser revisable.
En cambio, una excomunión por contradecir el magisterio papal (o conciliar), por definición, NUNCA es ni puede ser injusta ni por tanto revisable mientras el culpable no se retracte.
Y bien, ¿Nos puede decir qué tienen que ver esos supuestos hechos militares o de violencias de Felipe II... con rebeldías a declaraciones magisteriales de Papas o de Concilios definiendo verdades obligatorias para todo católico?
Tráiganos un caso en que los cardenales españoles hayan aconsejado al rey español que no obedezca al Papa o a un Concilio en alguna declaración donde éste haga solemnemente uso de su magisterio (pues esa categoría tiene la Dignitatis Humanae sobre libertad religiosa del Vaticano II, que Vd tan alegremente afirma que es desobedecible)
¿A que no puede?
Ah, y luego veremos si es "injusta" o no.
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