Fuente: Brújula, Número 32, 23 – 30 de Mayo de 1976, páginas 26 – 27.
NOTA DE LA HERMANDAD NACIONAL DE ANTIGUOS COMBATIENTES DE TERCIOS DE REQUETÉS DE LA CRUZADA
La «Hermandad Nacional de Antiguos Combatientes de Tercios de Requetés», que asistió, corporativamente, a los actos de Montejurra, ante las falsedades y errores informativos propagados sobre los sucesos, ocurridos el pasado Domingo día nueve, se cree en el deber de manifestar al pueblo español lo siguiente:
1.º El Vía Crucis de Montejurra se labró, en sus catorce Estaciones, para recuerdo permanente de los Mártires y Héroes del Requeté, que, en número superior a treinta mil hombres, ofrendaron su vida, en lucha abierta contra el liberalismo, el separatismo y el marxismo, en sus vertientes de Socialismo y Comunismo.
En cada una de las Estaciones están grabados los nombres de los Tercios, hasta completar en la XIV Estación el número de 65.
2.º Con el fin de mantener su carácter espiritual, y eminente y exclusivamente religioso, se erigió la «Hermandad Canónica y Penitencial de Caballeros Voluntarios de la Santa Cruz» de Montejurra, siendo, desde el primer año de la fundación, su Capellán el Rvdo. P. Vitriain. Esta Hermandad era la que organizaba anualmente las ceremonias religiosas, que culminaban en el ofrecimiento del Santo Sacrificio de la Misa, en la cima de la montaña.
A los actos se sumaron siempre la «Hermandad Nacional de Antiguos Combatientes de Tercios de Requetés» y la Comunión Tradicionalista.
3.º Hace unos años Don Hugo de Borbón-Parma abandonó los ideales de la Tradición por los que lucharon y murieron los Requetés; se autoproclama líder de un llamado «Partido Carlista»; propugna un socialismo de autogestión y forma alianza con las fuerzas marxistas, comunistas y socialistas, con las separatistas y con grupos de ETA, en oposición abierta a los ideales sustentados por los carlistas, desde la primera guerra de 1833 hasta el Alzamiento Nacional de 1936, en el cual la Comunión Tradicionalista y sus hombres del Requeté fueron fundamento y parte esencial.
Lógicamente, el llamado «Partido Carlista» usurpa una calificación que no le pertenece, y, por cambiar radicalmente su ideario y aceptar las ideas y pactar con sus enemigos, contra los que históricamente luchó el Carlismo durante casi ciento cincuenta años, con sus pensadores, con sus organizaciones políticas y con sus unidades militares, nada tiene que ver, ni con Montejurra, ni con su Vía Crucis.
4.º No obstante esta usurpación, ante la evocación de los muertos, y aunque en número reducido, siguieron acudiendo a Montejurra las buenas gentes carlistas. Este año 1976 el llamado «Partido Carlista» hizo una convocatoria especial por medio de millones de octavillas, escritos de propaganda y declaraciones, llamando al Vía Crucis de Montejurra a los partidos marxistas, comunistas y socialistas, a los separatistas, nacionalistas y a los «liberados» de ETA. Esta invitación ha sido comprobada por tres documentos, uno de la O.R.T. (Organización Revolucionaria del Trabajo –comunista de orientación maoísta–); otro del Comité Ejecutivo del Movimiento Comunista; y el redactado por una docena de partidos socialistas, comunistas y separatistas.
5.º Esta provocación de llevar a un Vía Crucis a los que no creen en Dios, persiguen a la Iglesia y se mofan de nuestros muertos, a los que los insultan al pasar por las Estaciones del Vía Crucis, las que profanaron con pintadas de la hoz y el martillo, en lógica coherencia con sus doctrinas, determinó que esta «Hermandad de Antiguos Combatientes de Tercios de Requetés», de acuerdo con sus Estatutos, hiciese acto de presencia en Montejurra, invitando a los antiguos combatientes con el fin exclusivo de devolver a los actos conmemorativos el sentido religioso y patriótico que habían perdido desde hace unos años.
6.º Entre los que anunciaron públicamente su asistencia, para sumarse al homenaje anual de rezar por los muertos del Requeté, se encuentra el Príncipe Don Sixto Enrique de Borbón-Parma, hoy Abanderado de la Comunión Tradicionalista, sin reclamar derechos que, según sus propias manifestaciones públicas, no le corresponden, y que, por otra parte, lanzó un Manifiesto al pueblo español, en defensa de los ideales tradicionalistas de Dios, Patria, Fueros, Rey; Manifiesto que publicó íntegro «El Pensamiento Navarro» en sus ediciones del 8 y 9 de Mayo.
7.º Que, efectivamente, el Príncipe Don Sixto acudió a Montejurra, pero lo que se pasa generalmente en las informaciones por alto es que, cuando cerca de las 10 de la mañana pretendió con un grupo de Requetés asistir en paz a la Misa que iba a celebrarse por el eterno descanso de todos los muertos de la Cruzada, fueron recibidos en la explanada del templo de Irache, de manera violenta, por las fuerzas del llamado «Partido Carlista» y sus aliados, con gritos subversivos, pedradas, palos, y hasta disparos, para impedir el acceso a la iglesia, por lo que se vieron obligados a desistir, aceptando el enérgico requerimiento de la fuerza pública, con el fin de evitar un mal mayor, ya que se habían producido varias contusiones y un herido grave por arma de fuego.
8.º A pesar de lo que ocurría, miembros de esta Hermandad volvieron a intentar asistir pacíficamente al Vía Crucis, desviándose del Monasterio. Cuando ya centenares de combatientes habían recorrido cerca de dos kilómetros, sin contestar a las numerosas provocaciones de grupos huguistas y fuerzas coaligadas, situadas al borde del sendero, tuvieron que desistir de seguir adelante, al tener noticias de que les esperaban grupos emboscados con armas y que se había iniciado un tiroteo en la cumbre de la montaña.
Es de destacar que frente a los ¡Vivas a España! y a ¡Cristo Rey!, dados por los Requetés, contrastaban las blasfemias, los gritos subversivos, las palabras soeces, los insultos de los miembros del llamado «Partido Carlista» y de las demás Organizaciones antedichas, que, para más exhibición de sus filiaciones políticas, amenazaban con el puño en alto, cantaban La Internacional, y portaban banderas separatistas.
9.º Frente a gravísimas y gratuitas imputaciones, aparecidas en algunos órganos de comunicación social, acerca de quién o quiénes fueron los autores de los disparos que causaron la muerte a Ricardo García Pellejero (q. e. p. d.), afirmamos rotundamente que, dada la espesa niebla que cubría las crestas de Montejurra, en el momento de producirse los disparos no era posible determinar de dónde procedían, y terminantemente aseguramos que ningún disparo partió de miembros de esta Hermandad o de representaciones de la Confederación Nacional de Excombatientes.
Esperamos que las autoridades competentes esclarezcan la verdad sobre los hechos.
Se falta, asimismo, a la verdad, cuando se dice que los del llamado «Partido Carlista» fueron en son de paz, queriéndose hacer pasar ahora por víctimas inocentes, cuando las pruebas en contrario son abrumadoras, entre ellas la afirmación del Marqués de Marchelina, en Circular impresa de fecha 29 de Abril último (directivo del citado ilegal Partido Carlista, que, usurpando la denominación de Presidente de nuestra Hermandad, pese a haber cesado, incluso como socio, en 5 de Mayo de 1971, por orden de la autoridad competente, en virtud de actos contrarios a sus Estatutos, precisamente también en Montejurra), amenazando que consideraría nuestra presencia en dicho acto, fuera de la disciplina del «Partido Carlista», así como de miembros de la Confederación, como provocación, por tener ideales contrarios a los mismos.
Rechazamos con el mismo dolor esta muerte y heridos que ahora tanto se lamenta, como nosotros profundamente lamentamos el asesinato a sangre fría, recientemente, de varios carlistas tradicionalistas, entre ellos el Alcalde de Galdácano y el intento de dar muerte, hiriéndole gravemente, a mediados de Marzo, al joven tradicionalista Eloy Ruiz Cortadi, hijo del Sr. Ruiz Aramburu, Presidente de la Confederación de Excombatientes en Vizcaya, por fuerzas separatistas de la ETA.
Es igualmente de destacar que el citado «Partido Carlista» se encargó de organizar días antes, pese a la expresa prohibición, el día separatista del Aberri Eguna, en Pamplona, que fracasó ante la enérgica intervención de la fuerza pública.
10.º Que, por el contrario, según manifestamos en nuestros escritos, nuestro deseo era rezar en paz por nuestros muertos e incluso por nuestros enemigos, haciendo asimismo resaltar el Rvdo. Don Joaquín Vitriain, Capellán de la Hermandad del Vía Crucis de Montejurra, en amplias declaraciones publicadas el día 2 del actual, en «El Pensamiento Navarro», entre otros extremos, que:
«Las ideas fundamentales del acto de Montejurra son el culto a la Santa Cruz y el homenaje fervoroso a todos los Tercios del Requeté de la Cruzada».
Para continuar afirmando que
«he faltado últimamente a la cita por las desviaciones lamentables que contradecían la idea primordial que presidió la institución de este Santo Vía Crucis».
11.º Que igualmente conviene aclarar que no se trata de una confrontación entre dos «facciones» carlistas, sino de los que utilizan ese nombre, pero que, desde hace unos años, se han declarado netamente socialistas y aliados con todos los enemigos de la Cruzada, y, por el otro lado, de los auténticos carlistas tradicionalistas que continúan leales a sus ideales y a la Cruzada, por los que, es obvio, lucharon y murieron los Requetés.
Que sentimos que se haya podido sorprender la buena fe de algún carlista que, sin darse cuenta, engañado por el nombre, pueda formar parte del citado Partido Carlista.
Es de hacer notar que en el maremágnum de informaciones apasionadas, en que se pretende justificar a los huguistas y echar la culpa a los tradicionalistas, reconocen, sin embargo, la mayor parte de los periódicos, la presencia de fuerzas comunistas con el puño en alto y de separatistas, incluidos comandos de la ETA; banderas separatistas, y hasta del Polisario; cantos libertarios, y la presencia clandestina del propio Don Hugo, al que expresamente se le tenía prohibida la entrada en España; y asimismo, como recoge «Ya» en su crónica fechada en Pamplona el día 12 relatando los funerales celebrados por el muerto, en el atrio de la Catedral había sido colocada una gran pancarta roja con la siguiente inscripción en letras negras muy grandes: «Hay que proseguir la lucha para derrocar al régimen fascista». A un lado la hoz y el martillo.
Creemos, por tanto, que la responsabilidad de lo ocurrido, en todo caso –fueren cuales hayan sido los resultados–, es de quienes provocaron primeramente e iniciaron después la agresión violenta para impedir el acceso pacífico a los actos de Montejurra; y en parte, de los que no tomaron las debidas medidas para impedir dichos actos de provocación y la asistencia de fuerzas ilegales, totalmente contrarias a lo que significa y representa el Vía Crucis de Montejurra.
Por último, advierte esta Hermandad que está dispuesta a que se respeten sus muertos y a defender, con toda energía, de acuerdo con sus Estatutos, los mismos ideales por los que tantos y tantos dieron su vida por España.
LA JUNTA NACIONAL DE LA HERMANDAD
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