Es cierto lo que dice Donoso sobre el contexto. En aquella época no queríamos más guerras con los moros, pero tampoco queríamos renunciar a Marruecos, Sidi Ifni o el Sáhara, de manera que no había más remedio que tratar de atraérnoslos.

Y el antisionismo y antijudaísmo del carlismo es algo antiguo. Algunos han pretendido reducirlo solo al integrismo, pero por ejemplo Luis María de Llauder, jefe regional carlista de Cataluña, que fue leal a Don Carlos en 1888 (de hecho, fue quien aclaró la postura de Don Carlos respecto al integrismo) escribió muchos artículos y hasta algún libro sobre el enemigo judaico.

Lo que no he llegado a entender es cómo se llegó a que Primo de Rivera diese nacionalidad española a los sefardíes, teniendo en cuenta que era un régimen en buena medida apoyado por los tradicionalistas.