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Tema: ¿Qué pasa en la Falange? (“Informaciones”, 1968)

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    ¿Qué pasa en la Falange? (“Informaciones”, 1968)

    Fuente: Informaciones, 31 de Octubre de 1968, páginas 2, 19, 20 y 21.



    LA FALANGE EN CONTROVERSIA

    La ley Orgánica del Estado de 1966 anuló todos los grupos políticos, integrando a la totalidad de los españoles en el Movimiento Nacional. Pero a pesar de ello, algunas agrupaciones de honda tradición histórica, que participaron en la creación del nuevo Estado español –la Falange y el Carlismo–, han permanecido de hecho con sus características propias y su organización en la vida política. El problema ha suscitado alguna controversia. Controversia que probablemente no admita resolución definitiva hasta lo que se decida en el Estatuto orgánico del Movimiento sobre el asociacionismo político. Pero mientras tanto, estos grupos son activos, especialmente el de Falange, e incluso en su seno se nota una especie de fermentación creadora que provoca, al parecer, tensiones entre sus mismos afiliados.

    Algunas circunstancias acaecidas últimamente, que han puesto de relieve las discrepancias –ignoramos si pequeñas o grandes– entre los afiliados a la Falange, nos han llevado a hacer un sondeo elemental con algunos de los falangistas a nuestro juicio más representativos, que el lector encontrará en las páginas centrales. No pretendemos emitir un juicio sobre la encuesta misma ni sacar consecuencias prematuras, pero sí es indudable que en ella se establecen juicios contrapuestos y difícilmente conciliables. Desde la opinión de don Ramón Serrano Suñer –escrita, según él mismo confiesa, hace veintitrés años– de que la Falange debe ser «honrosamente licenciada», a la del actual director general de Enseñanza Primaria, don Eugenio López, de que la «Falange está ahora en su momento», se ha andado mucho tiempo y existe, evidentemente, un abismo ideológico. Pero éste no puede ser tampoco preocupante para los falangistas mismos si se piensa que de hecho el señor Serrano se halla distanciado de la organización hace muchos años. ¿Son entonces las discrepancias únicamente entre los falangistas que fueron y los que son? Sería muy arriesgado contestar afirmativamente a esta pregunta. Un hombre que ha sido objeto de tanta polémica como Manuel Hedilla se sigue confesando falangista, y otro, Manuel Cantarero, candidato que fue a procurador en Cortes por Madrid, dice que no queda ni un solo intelectual de plena talla dentro de la Falange. Lo dice desde las filas de la Falange misma. La opinión de don Raimundo Fernández Cuesta no debe, por otra parte, perderse de vista: la Falange está «integrada» en el Movimiento. Lo que quiere decir, a nuestro juicio, que la Falange sola no es el Movimiento. El Movimiento lo somos todos los españoles.

    El Estatuto orgánico del Movimiento puede, decimos, venir a aclarar las cosas. Pero todavía hay algunos que parecen complacerse en embrollarlas. No hace ni tres días que hemos podido oír en Barcelona a otro hombre de la primera hora falangista, y que sigue en la organización desde antes de la guerra, decir que lo que España necesita es una democracia sindicalista. ¿Se olvida él que a la hora de adjetivar la democracia española ya se le puso el calificativo de orgánica? ¿No es suficiente? ¿Es preciso quejarse porque «no se ha hecho la revolución nacional-sindicalista»? ¿Cómo no se ha hecho si algunos de los que se quejan están vinculados al Poder desde comienzos de nuestra guerra?

    El panorama es oscuro y de ninguna manera queremos poner énfasis alarmistas en él. Pero para quienes siendo del Movimiento, como muchos españoles, no son de la Falange ni comulgan con grandes zonas de su ideario, esta situación provoca un grave desconcierto. Hoy mismo, nuestro colega «Arriba» reconoce que esas discrepancias existen y reconoce que son los jóvenes los que fundamentalmente las plantean y que tienen derecho a hacerlo. El contraste de pareceres parece admitido de hecho en el seno de la Falange. Pero nuevamente otros falangistas representativos dicen públicamente que los entusiastas del pluralismo y del contraste de pareceres quieren traer otra vez el régimen de partidos que atenta contra la unidad del país. ¿Se olvidan los que hablan así que ser entusiastas del contraste de pareceres es tanto como serlo de nuestra ley Orgánica, aprobada en referéndum nacional, y de la que dimana toda la actividad política fundamental de España en los últimos años? Pero si no se ha hecho la revolución nacional-sindicalista –estando muchos de sus creadores en el Poder–, si el contraste de pareceres, a su juicio, atenta contra la unidad nacional –siendo los que lo han definido los mismos que lo atacan–, y si nuestra democracia, que es orgánica, debe ser sindicalista, resulta que hay algo aquí que no concuerda. Muchos españoles agradecerían una explicación a tanta contradicción interna. El momento es importante. El Consejo Nacional trabaja sobre nuestro futuro asociacionismo político. Y ninguno de los temas y opiniones tratados aquí les es ajeno.



    ENCUESTA

    ¿Qué pasa en la Falange?


    CONTESTAN:

    JOSÉ LUIS DE ARRESE

    Ex ministro secretario general.

    Ex ministro de la Vivienda.


    MANUEL CANTARERO

    Presidente de los antiguos miembros del Frente de Juventudes


    R. FERNÁNDEZ CUESTA

    Ex ministro de Agricultura.

    Ex ministro secretario general.

    Ex ministro de Justicia.


    MANUEL HEDILLA

    Ex jefe nacional.


    EUGENIO LÓPEZ

    Ex delegado nacional de Juventudes.

    Director general de Enseñanza Primaria.


    DIONISIO RIDRUEJO

    Ex director general de Propaganda.


    RAMÓN SERRANO SUÑER

    Ex ministro del Interior.

    Ex ministro de la Gobernación.

    Ex ministro de Asuntos Exteriores.


    JOSÉ SOLÍS RUIZ

    Ministro secretario general.

    Delegado nacional de Sindicatos.




    ¿Qué pasa en la Falange? O la pregunta, mejor, es: ¿Siquiera pasa algo? Desde la promulgación de la ley Orgánica del Estado, en la Prensa, en las reuniones políticas, en las tertulias, un hecho se comenta ampliamente: con el referéndum del 14 de diciembre de 1966, el Movimiento-organización –hasta entonces identificado con la Falange– pasaba a ser Movimiento-comunión de todos los españoles. Evidentemente, un cambio de situación real tenía que producirse. ¿Pero qué iba a ser de la Falange (Movimiento-organización)? ¿Desaparecería como todos los demás grupos políticos? ¿O es que no es un grupo político? ¿Qué es entonces? La interrogante, decimos, saltó a la Prensa. Hubo quien llegó a preguntarse si la Falange, jurídicamente, existía. Pero es banal pregunta. La Falange existe. Está ahí. Y la manera más fácil de llegar a este convencimiento es hablando con los falangistas. Efectivamente, la Falange existe y no todos los falangistas parecen pensar lo mismo. Anteayer, en el teatro de la Comedia, se puso de manifiesto, como dicen los taurinos, una «división de opiniones». Fue un hecho episódico, probablemente sin importancia. Lo no episódico es el contorno, lo que aquí se dice, lo que viejos y jóvenes falangistas, separados de la organización unos, en plena actividad los otros, nos cuentan, tratando de aclarar algo: qué está sucediendo, qué ha sucedido, qué puede suceder… La historia de la Falange es, desde luego, algo demasiado complejo. Necesita reposo su estudio y hasta otra perspectiva histórica. Pretender juzgarla definitivamente para el porvenir a la hora que se prepara el Estatuto orgánico del Movimiento-comunión es algo difícil y hasta poco honesto. Esta encuesta tampoco pretende emitir una opinión global. Sólo aportar alguna luz al respecto. Y aquí está el pequeño contraste de pareceres. Al tiempo que esta encuesta se realizaba tenían lugar en España, según la agencia Pyresa, del Movimiento, 9.000 actos políticos conmemorativos de la fundación de la Falange. En ellos, otros muchos falangistas expusieron sus opiniones, muchas de ellas coincidentes con las de algunos de nuestros encuestados. Evidentemente, el tema es importante. La claridad de las respuestas de estas personas –creemos que suficientemente representativas– a las que hemos preguntado nos parece de todo punto encomiable.



    Don José Luis de Arrese

    «NADA MALO PASA»

    JOSÉ LUIS DE ARRESE Y MAGRA.– Nació en Bilbao en 1905. Más tarde se trasladó a Madrid para estudiar arquitectura. En 1933 se afilió a la Falange y trabajó al lado de José Antonio. Cuando estalló la guerra se encontraba en Madrid y se refugió en la Embajada de Noruega. En 1939 fue nombrado gobernador civil de Málaga. En marzo de 1941 fue nombrado ministro secretario general del Movimiento, cargo que desempeñó durante cuatro años. A primeros de 1948 fue designado miembro del Consejo del Reino. En 1956 vuelve a ser nombrado ministro secretario general del Movimiento, cargo que ocupó durante un año y que dejó para ocuparse del entonces creado Ministerio de la Vivienda, cuya cartera desempeñó hasta 1960. Actualmente es procurador en Cortes y consejero nacional del Movimiento.


    Estando como estamos usted y yo a trescientos cincuenta kilómetros de distancia, podría esquivar la demanda de su pregunta diciendo que no le oigo bien porque hay mucho ruido en las líneas telefónicas; pero como siempre me ha gustado ser sincero, le voy a decir que no le entiendo bien porque hay mucho ruido en su pregunta.

    Fundamentalmente, parece que en ella se divide al mundo en dos grupos diferentes: uno, el formado por todos aquéllos que pueden vivir inquietos, sin que nadie les deba preguntar qué les pasa, porque para eso son «mundo»; otro, que deben ser formalitos, sumisos y modosos, porque para eso son falangistas.

    Sin embargo, la Falange no es una organización como, por ejemplo, es la que forman los reclutas de una quinta que llega al cuartel por mandato de la edad y por razones de orden bélico, sino una organización pensante y de adhesión voluntaria.

    Los reclutas forman las líneas de un regimiento por un deber que les está impuesto, y no se les pide que discurran, sino que obedezcan; y tienen que obedecer al sargento no porque están de acuerdo con él, sino porque lleva unos galones dorados en las bocamangas.

    En cambio, la identificación de unos con otros en una organización política es un acto voluntario, basado en la confianza mutua y en la coincidencia en el pensamiento: hay disciplina y hay fe en todo ello, y no la hay si algo se afloja.

    Se podrá decir que si la permanencia en una organización política es un acto voluntario, el que no esté de acuerdo que se marche a su casa y deje a los demás en paz; sí, esto es evidente; pero como nadie ha dicho que el que se queda sigue en posesión de la verdad, y, por otra parte, el hombre político, además de hombre político es hombre, se puede marchar de dos maneras: o con silenciosa melancolía, o con brío y hasta con alboroto; o buscando un rincón al tibio sol de sus inviernos ideales para comentar con otros su mutua tristeza, como lo harían, por ejemplo, los pocos veteranos que van quedando de la guerra de Cuba, o con ardor juvenil; y conste que aquí la palabra juvenil no está en función de la edad de cada uno, sino de la cantidad de adrenalina que cada uno tiene en su cuerpo.

    Así, la pregunta de usted es: ¿Qué pasa en la Falange? Y mi contestación es que nada malo, como querrían los que desearían verse ejerciendo el papel de albaceas testamentarios del Movimiento Nacional; sencillamente, que, gracias a Dios, aún queda en el pueblo español ardor y brío.



    Don Manuel Cantarero del Castillo

    «SIEMPRE HA LATIDO EN ELLA UN SENTIMIENTO DE FRUSTRACIÓN»

    MANUEL CANTARERO DEL CASTILLO.– Abogado, periodista, oficial de la Marina mercante y presidente nacional de los Antiguos Miembros del Frente de Juventudes. Se presentó a procurador en Cortes en las últimas elecciones y no salió elegido.

    Su programa político preconizaba, entre otras cosas, el desarrollo de las posibilidades de apertura y democratización que ofrece la ley Orgánica del Estado, la democratización de la enseñanza y la socialización de la cultura y la enseñanza gratuita a cuantos la precisen.


    Tratar de explicar con precisión lo que le pasa a la Falange es algo que exigiría escribir un libro. Se han escrito muchos ya, pero ninguno es completo todavía. Hay varias Falanges, valga la expresión: la de la Vieja Guardia, la del Frente de Juventudes, la de la Guardia de Franco, etc. Todas participan en el drama general, pero la clasificación peculiariza mucho. En la Falange hay quien estima que la revolución está ya hecha y que su producto pleno es la España actual; quienes estiman que está «pendiente»; y quienes entienden que no es posible o necesaria en parte. En la Falange hay quien estima que lo fundamental son los símbolos y los rituales; quien estima que ello, desde luego, es así, pero unido a lo ideológico; y quien estima que lo simbólico y ritual sólo tiene un valor emotivo interno que hay que recluir en el ámbito íntimo de lo familiar. En la Falange hay quienes estiman que hay que ser rígidamente fieles a la letra de los textos fundacionales; quien estima que a la letra y al espíritu; y quienes estiman que sólo al espíritu. Estos últimos, unos para adecuar la Falange a sus designios; y otros para que la misma se libere, y alcance, por fin, libertad, actualidad y autonomía.

    En la Falange ha latido siempre un sentimiento de frustración. De ahí el caso del «mito» Hedilla. Si el valeroso falangista montañés no hubiese existido, la Falange habría tenido que crearlo. El caso Hedilla, en su proyección política, ha sido una creación íntima de los militantes de base que necesitaban algo para explicarse su situación. La Falange, desde su origen, ha sido en esos militantes de base mucho más una emoción que una razón, un mesianismo que un voluntarismo, una mística que una lógica. Y ello a lo largo de los años no sólo [no] se ha corregido, sino que se ha fomentado. Ha sido una siembra de vientos, que ahora germina. De ahí que a la Falange se le dejara imponer su emocionalidad en la calle. Para el poder era un buen recurso. Pero en el plano de la dinámica real del país y del mundo, las cosas no iban por los caminos concordantes con la emocionalidad falangista. Mientras la Falange permanecía en el «ensueño» de una sociedad ni capitalista ni comunista, el comunismo se apoderaba de medio mundo y el capitalismo se afirmaba en el otro medio, incluida España.

    Por otra parte, la Falange intentaba ser una síntesis entre los valores que los fundadores estimaron positivos de la derecha y de la izquierda. Y ocurrió, durante años, una grave paradoja. Mientras se consagraban en las leyes sólo los valores tomados de la derecha, se utilizaban para convocar y reclutar juventudes sólo los valores tomados de la izquierda. Pero hay en el desarrollo de la Falange una contradicción aún más profunda: los falangistas han sido, en la teoría, de extrema izquierda en materia económica y social, y, en la práctica, de extrema derecha en materia política. También esto explica muchas cosas de las que están pasando.

    Mientras el desenlace que no agradaba a los falangistas se fue demorando, la Falange mantuvo la esperanza y la conformidad. Pero cuando el desenlace parece que se acerca ya en serio, produce exasperación. Y ello es políticamente importante y grave, porque la Falange es ciertamente mucho menos de lo que ella se cree, pero muchísimo más de lo que desde fuera pueda parecer. El vino de la emoción que le ha servido para mantenerse entretenida durante muchos años, ahora se le sube de pronto a la cabeza. La actividad política como puntual cumplimiento de un calendario necrológico, que es lo que ha caracterizado al existir oficial de la Falange durante años, hace crisis. Los falangistas contrastan ya la distancia entre su ideología y la realidad, y se dan cuenta que no han hecho más que eso: conmemorar. Cristóbal Páez ha escrito un decisivo artículo sobre este particular en «S. P.». Y lo malo es que lo que se ha conmemorado ha sido el discurso de la Comedia, en el que José Antonio miraba prevalentemente al pasado, y no el del cine de Madrid, que, a pesar de pronunciarlo sólo dos años más tarde, ya distaba muchísimo del de la Comedia. Si en dos años el fundador evolucionó tanto en su pensamiento, ¿qué no habría evolucionado en treinta y tantos, y habiendo ocurrido todo lo que ha ocurrido en España y en el mundo?...

    Todo ello es una pena, porque la Falange podría –¿puede todavía?– haber prestado un importante servicio en el presente a nuestra Patria si hubiese sido entrenada en la autocrítica y en la reflexión. Pero cuantos han intentado en su seno introducir esa autocrítica y esa reflexión para acabar con los tópicos, y ponerla en forma y en sintonía con la realidad, han sido reducidos y expelidos. Así, ha ido quedándose sin hombres de plena talla intelectual. La Falange es hoy todavía una excelente base que no se conecta con ningún nivel verdaderamente dirigente. Ha ido quedándose y sumiéndose cada vez más en la pura emocionalidad, o lo que es lo mismo en algún sentido, en la pura irracionalidad. Ahora, con la exaltación típica de la emotividad falangista llegando a sus términos extremos, y sin que funcionen en su seno devociones unánimes, va a ser muy difícil ordenarla como debiera. Lástima, porque el falangismo atesora todavía en esos hombres emotivos enormes energías espirituales, enorme generosidad, a pesar de su ariscamiento. La Falange, situada autocríticamente en el tiempo, mentalizada en la democratización y en la liberalización, habría contribuido –¿puede contribuir?– a la constitución de una izquierda real y necesaria para el normal funcionamiento de nuestra Patria. Así, podría constituir hoy un inestimable instrumento de acceso válido y sensato al futuro. Algunos todavía intentamos esa sintonización del falangismo con el tiempo, y esa detección de sus lógicas convergencias, pero ya llueve sobre nosotros el agua clásica de la insidia, el recelo y la desconfianza.



    Don Raimundo Fernández Cuesta

    «SEGUIMOS FIELES A NUESTRO AFÁN DE SUPERACIÓN»

    RAIMUNDO FERNÁNDEZ CUESTA.– Nació el 5 de octubre de 1897. Terminados sus estudios universitarios, hizo oposiciones al Cuerpo Jurídico de la Armada, en la cual llegó a ocupar su más alta categoría. Sirvió de enlace entre el fundador de la Falange y el teniente general Moscardó en la preparación del Alzamiento. Su carrera política se ve marcada a través de las carteras de Agricultura y en la Secretaría General de F.E.T. y de las J.O.N.S. Desde ésta última encauzó la organización política del Movimiento. Fue embajador de España en Brasil (1939) y en Italia (1945), pasando después a ser presidente del Consejo de Estado. Desde 1948 a 1951 fue ministro de Justicia. Fernández Cuesta es miembro del Consejo Nacional por designación del Jefe del Estado y procurador en Cortes.


    A mi modo de ver, los incidentes del martes en el teatro de la Comedia no han tenido mayor importancia ni han logrado deslucir la trascendencia del acto. Ante el comportamiento de un grupo muy reducido de discrepantes, el resto del público –que abarrotaba el local– ha reaccionado con vivas a la Falange y ovaciones a las autoridades y jerarquías allí presentes. Yo, personalmente, creo que no se puede dar importancia a estos incidentes.

    Ahora bien, ¿que cuál es la situación de la Falange? La Falange está, como siempre, integrada en el Movimiento Nacional y colaborando a sus fines, dentro de la Ley de Principios que lo inspira. La Falange ha estado –y está– dispuesta a cumplir los Principios del Movimiento, muchos de los cuales están, no ya inspirados, sino hasta transcritos de los puntos primitivos de la Falange. Seguimos fieles a nuestro afán de superación, procurando que sean realidad estos Principios y que lleguen a serlo aquéllos que todavía no se han realizado completamente. Y colaborando, sin personalismos de ningún género, con los organismos del Estado y al servicio de las instituciones del Movimiento en que nos hallamos integrados.



    Don Manuel Hedilla

    «HA SIDO REBAJADA»

    MANUEL HEDILLA LARREY.– Nació el 18 de julio de 1902 en Bárcena de Cicero (Santander). Se afilió a Falange en 1933. Ocupó la jefatura provincial de Santander hasta que, llamado por José Antonio Primo de Rivera a Madrid, se dedicó a efectuar enlaces entre falangistas y militares con vistas al Alzamiento. El 2 de septiembre de 1936 fue elegido como uno de los ocho miembros de la Junta Provisional de Mandos. En abril de 1937, el Consejo Nacional le nombró Jefe nacional. Posteriormente fue destituido y encarcelado durante cuatro años en Las Palmas. En la actualidad vive en Madrid, y aunque se considera falangista, está apartado de las estructuras oficiales del Movimiento.


    Lo que le pasa a la Falange es que, como ya dijo Raimundo Fernández Cuesta, es “gaseosa”. Sin embargo, no se puede contestar con dos palabras a una pregunta de esta envergadura. Indudablemente, hay una inquietud, un nerviosismo, una impaciencia y hasta una confusión ante lo que realmente representa la Falange en estos momentos. Hoy aquella Falange primitiva, con su espíritu combativo, su garra y sus objetivos de acción, trabajo y pureza, no existe. No existe aquella Falange desprendida y generosa. La Falange está hoy burocratizada. Hay, sí, miles de falangistas combativos que sienten que todo su esfuerzo se ha venido abajo, que todo su sacrificio se ha hundido. La Falange –hay que decirlo– se está quedando sin contenido. Aquel espíritu “amateur” del principio, aquella sinceridad en el planteamiento, no ha servido para nada. La Falange tenía un contenido político y social que –repito– se ha venido abajo. La Falange hoy ya no tiene nada. Se va de las manos y se acaba.

    Dentro de su propio designio histórico ha de tenerse en cuenta que la Falange fue a la guerra con una desinteresada generosidad, puesto que entonces todos los mandos éramos “amateurs”; o sea, que no cobrábamos. Había un ideal y una ilusión para el futuro político de nuestra Patria. Luego, al profesionalizar la política falangista, sus hombres han perdido la confianza en el mando. Hay que potenciar el espíritu del 18 de julio. La Falange y el Requeté pusieron sus ilusionadas esperanzas en unas mejoras políticas que no se han visto cumplidas. Y España hoy está llena de problemas que urgen su solución: económicos, sociales, universitarios, laborales…

    La Falange ha sido rebajada en su contenido político. La soberanía de la Falange se perdió el 19 de abril del 37, al consumarse una unificación que no ha dado resultado. Ahora, al cabo de los años, tan sólo se puede recoger las consecuencias de algo que no es lo que se pensó en un principio. Es lo que bien pudiera catalogarse en el capítulo de “resultados previsibles”.

    Ha de tenerse en cuenta también, para comprender mejor este fenómeno nuevo, que nosotros, los falangistas del primero momento, surgimos del pueblo y no contamos en ningún momento con grupos de presión capitalista. La mayor parte tampoco pasamos por la Universidad: no tuvimos ocasión ni dispusimos de los medios necesarios. Por eso ahora la nueva juventud, que sí ha tenido a su alcance las oportunidades que a nosotros nos fueron negadas –por el contexto socio-económico de aquellos momentos–, esta nueva juventud, repito, es lógico que esté en estado de rebeldía. España necesita hombres ejemplares, de una conducta intachable, que sean el espejo del político. Una exigencia que nos remonta a las reivindicaciones primitivas de la Falange, y que bien puede responder al auténtico problema de fondo de estos momentos: el cumplimiento íntegro de los principios y postulados de José Antonio.



    Don Eugenio López y López

    «ESTÁ AHORA EN SU TIEMPO»

    EUGENIO LÓPEZ Y LÓPEZ.– Nació en Orense en noviembre de 1921. Licenciado en Derecho y de profesión fiscal, es consejero nacional por designación del presidente del mismo y procurador en Cortes. Tras el nombramiento del señor Villar Palasí como ministro de Educación y Ciencia, el señor López y López fue nombrado director general de Enseñanza Primaria, cargo que ocupa en la actualidad.

    El señor López y López ha desarrollado labores relacionadas principalmente con la juventud. Ha sido también gobernador civil de Cuenca y delegado nacional de Juventudes.


    Creo que está ahora en su tiempo. En el mundo internacional y en el centro de los problemas de España. Trata de hacer verdad su propia razón de ser, de anticiparse a las situaciones. En estos años de existencia se ha enfrentado con muchas situaciones, y la de ahora es una de ellas. ¿Más fácil? ¿Más difícil?... Es opinable, pero yo, al menos, me siento responsablemente preocupado, pero con confianza. Lo que no se puede pretender es confundir a la Falange con un partido, y menos monolítico, y tampoco con una masa conformista ajena a los problemas de su tiempo. Ello ocasionará situaciones a veces difíciles, y lo que hay que esperar es que se manifiesten con responsabilidad.



    Don Dionisio Ridruejo

    «EXPLICABLE Y TARDÍA PROTESTA»

    DIONISIO RIDRUEJO.– Afiliado a Falange con anterioridad a la guerra civil, ocupa el primer cargo oficial a comienzos de 1937, al ser designado jefe provincial de Valladolid. Después del decreto de Unificación fue nombrado consejero nacional y director general de Propaganda, poco después de formarse el primero Gobierno nacional. Durante los años 1941 y 1942 combatió en Rusia como soldado voluntario. En agosto de 1942 dimitió de todos sus cargos y pidió la baja en Falange. En 1962 asistió al congreso de Munich, después de lo cual permaneció en el extranjero dos años. En la actualidad reside en Madrid.


    Yo salí de Falange en 1942 y no tengo información de la marcha que sigue actualmente. Lo que sí puedo decirle es que lo que ahora sucede, si es una protesta de los jóvenes, es perfectamente explicable y ligeramente tardía.



    Don Ramón Serrano Suñer

    «DEBE SER LICENCIADA»

    RAMÓN SERRANO SUÑER.– Nació en Cartagena el 12 de diciembre de 1901. Es abogado del Estado. Adquirió particular nombradía como hombre de confianza del Jefe del Estado durante los años de la Cruzada nacional. Al constituirse el primer Gobierno nacional le fue confiada la cartera del Interior. En 1938 fue el señor Serrano Suñer el primer titular del nuevo Departamento de Gobernación. Posteriormente ocupó la cartera de Asuntos Exteriores. Desde que abandonó su actividad ministerial, el señor Serrano Suñer volvió a dedicarse a su profesión de abogado.


    Yo no sé nada porque vivo mucho tiempo distanciado de la acción política. Pero hace ya más de veintitrés años, en un documento debidamente autenticado y que tiene, según creo, históricamente algún interés, escribí esto [1]:


    «… En 1931 padeció España una República que fue inoportuna y anacrónica porque, contrariamente a la ilusión y buena fe de algunos políticos liberales que trabajaron por su instauración, al proletariado español –acompasado a las corrientes universales– no interesaban las libertades civiles, sino la igualdad económica, y no deseaba ver triunfante la democracia liberal, sino la revolución socialista, que era la cuestión de nuestro tiempo, como herencia del capitalismo y la democracia. Por eso la República fue impotente para contener el terror de las masas y acabó por colaborar en él. La derecha española se aprestó a la defensa. La guerra civil la provocó el último Gobierno republicano. La Falange, entonces incipiente, no creyó, por la claridad y valentía de su jefe, en la reacción posibilista. Pensó con acierto que la revolución que en España se había abierto ya no se podía evitar, y que, abandonada a sí misma, concluiría matemáticamente en la dictadura marxista. Su solución estaba en prestar a la revolución cauce y meta diferentes. Esto es, en separar de la dialéctica materialista la tendencia de las masas a una relativa nivelación económica, salvando en un orden nuevo lo más legítimo de cuanto encierra la libertad humana (incluido el derecho a la propiedad) y los valores espirituales heredados: la tradición nacional, la fe religiosa y la cultura espiritualista. La realización de esta tarea había de tener bastante de experimento. En orden a los métodos provisionales a seguir no había mucho que inventar. Adoptamos los que se habían acreditado como más eficaces en el mundo. Pues, ya antes que nosotros, otros países, Alemania, Italia y Portugal (cada uno con características propias y distintas), en la imposibilidad de hacer viable una democracia no marxista, se habían visto, como luego nosotros, en el trance de idear una desviación nacional y, en cierto modo, tradicional de la revolución. Ahora bien, en España fue tan rápido el proceso de la revolución marxista amparada por la República, que el de la Falange no llegó a su madurez, y, con la sola excepción de su jefe, no tuvo tiempo para formar un grupo de mando sólido y prestigioso.

    Así las cosas, el asesinato por agentes del Gobierno de un hombre relevante, Calvo Sotelo, jefe moral de la oposición a aquel régimen, movió a todas las fuerzas conservadoras (desde la extrema derecha hasta los republicanos moderados y no marxistas) a unirse en torno al Ejército para atajar la revolución.

    Desgraciadamente, el 18 de julio no pudo ya ser un golpe de Estado, porque la revolución estaba eficazmente armada, y si antes provocó, entonces resistió. Fue una cosa mucho más terrible: fue la guerra civil. Por esta razón apuntada, de falta de tiempo para su desarrollo, la aspiración falangista de dar curso diferente a la revolución quedó aplazada: la coalición del 18 de julio limitaba provisionalmente su significación a la defensiva antimarxista. Monárquicos liberales y tradicionalistas, republicanos de orden, sindicalistas moderados, populistas católicos y falangistas coincidían en ella. Y también coincidieron –sin filiación política– la casi totalidad de las clases campesinas, la vieja aristocracia y la burguesía media y pequeña. El fundente apolítico y nacional de todo esto fue el Ejército. Así resulta que, si no materialmente, moralmente fue el 18 de julio un plebiscito de plena legitimidad.

    Pasados muchos meses de guerra victoriosamente conducida, fue preciso pensar en la fórmula política útil para resolver en la paz los problemas de la vida española, y el trastorno que en ella produjera la contienda armada bien valía la pena de aprovechar aquella oportunidad única para hacer un reajuste a fondo de la misma, que intentara ganar la altura de tanto sacrificio y dolor como costara.

    Las tres fórmulas políticas genéricas de nuestro tiempo eran: democracia liberal, fascismo o comunismo. La vieja democracia liberal, que no había podido evitar en la paz el deslizamiento hacia el marxismo, mucho menos había de ser viable sobre los rescoldos abrasados de una guerra intestina. El marxismo era la negación del ser nacional. No quedaba más que el experimento intermedio, que por reversión a los valores nacionales, podía ser íntegramente original. El único factor para tomar aquella orientación nos vino impuesto de fuera, pues mientras las democracias y el comunismo cerraban frente a nosotros (y rusos, checos, franceses, etcétera, bien equipados, entraban por el Pirineo), Italia, Alemania y Portugal vinieron en nuestra ayuda, modesta en el aspecto material, pero moral y diplomáticamente valiosa. Esta actitud tuvo aquí lógica repercusión, y abrió hacia los tres países una corriente natural de simpatía y gratitud.

    Por todo ello, a partir de abril de 1937 (decreto de Unificación), el Movimiento nacional, primero apolítico, tuvo una doctrina, una organización política y un jefe. Pero no hay que engañarse: la diversidad de los elementos fusionados quedó latente y decidió para siempre la neutralidad política del Estado. La Falange no fue nunca la fuerza básica del Estado. Sólo en tiempo ya lejano luchó por hacerse sitio. Luego, no hizo más que cuidarse de su permanencia en el disfrute del Poder de cualquier forma, y quedó reducida a ser la etiqueta externa de un régimen políticamente neutral.

    Entonces, nosotros hicimos lo que al interés de España convenía durante la dominación alemana en Europa. Con nuestra política hacia fuera y nuestra pugna por un Estado falangista hacia dentro, además de evitar la invasión, positivamente hubiéramos prestado a España un señalado servicio en el caso de una victoria del Eje, que en algún momento tuvo grandes posibilidades, según la opinión, no recatada, de militares muy calificados. Si el Eje hubiera triunfado, España habría tenido un papel en el mundo gracias a nuestra presencia en el Poder. Pero no debemos ahora exponernos a que por la misma razón España sea perseguida. Hicimos un servicio y debemos consumarlo. Entonces y ahora lo que quisimos y queremos es que España se salve, aunque nosotros perezcamos.

    La Falange debe ser hoy honrosamente licenciada con la conciencia de haber servido a España en su momento. La Falange, en sus mejores días, tiene una historia de honor que ha de ser respetada. No se puede ahora inventar una Falange democrática y aliadófila sin faltar a aquel respeto. Pero lo que es mucho más importante es que España, como pueblo, como comunidad, ha de salvarse de la revolución o la invasión a cualquier precio. Ayer fuimos nosotros los posibles salvadores. Dejemos que hoy lo sean quienes pueden serlo. Adopte el Estado una nueva fisonomía, pero de verdad y sin pueriles malabarismos. Disuélvase o apártese del Poder a la Falange, pero esta disolución con dos cláusulas: una respecto a la Falange misma, otra respecto al Estado. La Falange debe ser relevada con honra y con libertad para justificarse y seguir sirviendo a España. Permítasela, disuelta oficialmente, reponer su primitivo ambiente. Lo que nos quede de autenticidad, permanecerá. Y ya podría el Estado conformarse con no tener más oposición que la significada por esa fuerza en radical discrepancia con él, pero en cada hora difícil a su servicio para defender la vida de España.

    Respecto al Estado, es necesaria la continuidad. No se trata de la caída en lo que se ha llamado una “etapa Berenguer” –tópico al que se ha acudido con demasiada vulgaridad–, sino de la orientación del régimen hacia donde sólo es posible… Hay que configurar el Estado, atemperándose a las realidades del mundo, pero sin entregarse a amenazas o exigencias ilegítimas».



    Don José Solís Ruiz

    «SE PROLONGA EN EL TIEMPO DENTRO DEL MOVIMIENTO»

    JOSÉ SOLÍS RUIZ.– Nació en Cabra (Córdoba) en noviembre de 1913. Ministro secretario general del Movimiento (1957), delegado nacional de Sindicatos, consejero nacional del Movimiento por designación del Jefe del Estado. El señor Solís Ruiz ha desarrollado su carrera política fundamentalmente dentro de los Sindicatos. Fue gobernador civil de Pontevedra (1946) y de Guipúzcoa (1951). En la actualidad es presidente del Comité Internacional para la Defensa de la Civilización Cristiana.


    Creo que ningún punto de partida para la respuesta puede ser mejor que la opinión de José Antonio. Precisamente en sus palabras fundacionales él definió a la Falange como una manera de ser. Incluso por encima de una manera de pensar. La aceptación de esta idea, que yo he intentado fuera la clave de mi vida política, supone la máxima valoración de la Falange. Permite, en primer lugar, que pueda acoger incluso a los que un día hayan estado frente a nosotros y, sobre todo, no la reduce a la condición de hecho histórico, sino que la prolonga en el tiempo como conducta y estilo –y sigo con conceptos de José Antonio– dentro de un Movimiento Nacional abierto a todos los españoles.





    [1] Nota mía. Se trata de la carta de Ramón Serrano Suñer a Franco, de 3 de Septiembre de 1945.
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  2. #2
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    Re: ¿Qué pasa en la Falange? (“Informaciones”, 1968)

    Fuente: El Pensamiento Navarro, 30 de Octubre de 1968, páginas 1 y 4.



    CRÓNICA DE MADRID


    Vigorosa presencia falangista en el acto de la Comedia

    Muestras de disconformidad ante el Secretario General, y manifestación callejera


    MADRID.– (De nuestro corresponsal).

    ¿Está la Falange en estado gaseoso? Quienes estuvimos en los actos conmemorativos del XXXV Aniversario en el Teatro de la Comedia de la Calle del Príncipe podemos decir, sin lugar a dudas, que el espectáculo que presenciamos no denotaba ninguna disipación, sino más bien una solidez que a muchos parecía agresiva. Y creo que era agresiva. Porque, después de tantas especulaciones y de tantas deformaciones, ha llegado un momento en que no han tenido más remedio que salir a la calle y hacerse presentes quienes creen en la doctrina política de José Antonio Primo de Rivera, y no se resignan a los transformistas de turno ni a los enterradores ebrios de terminar su tarea.

    De este modo hemos podido comprobar que el público que este año ha asistido a los actos del Teatro de la Comedia era al menos tres veces mayor que el del pasado año. Y, por supuesto, un público completamente decidido a mostrar su actitud política. En plena calle, obstruyendo el tráfico y llenando la calle del Príncipe y lo que la alcanzaba, hombres jóvenes se mezclaban con otros ya maduros y mujeres que clamaban por sus esposos e hijos falangistas, daban vivas y hacían en voz alta comentarios que no dejaban lugar a dudas de su actitud política.


    LA POLICÍA GUARDÓ EL ORDEN

    Quienes hemos asistido a tantos actos de tantas clases, tenemos que registrar, por periodístico, este hecho: la policía estaba presente, notoriamente presente, en este acto falangista dentro de la más pura ortodoxia del régimen nacido en 1936. Pero también tenemos que decir que no tuvo que intervenir, pues los concurrentes, decididos a demostrar su actitud política, no ocasionaron molestias ni perturbaciones del orden.

    No dejaba de ser curioso, sin embargo, que en un acto falangista hubiera policía como en cualquier reunión «no autorizada» de la Facultad de Económicas. Pero los falangistas que pronunciaron toda clase de expresivos gritos políticos, cantaron repetidas veces el «Cara al Sol» y no ocasionaron molestias al público que, en la calle, un poco sorprendido, contemplaba el espectáculo.

    ¿Discrepancias? Hubo gritos y empujones, improperios y clamores.

    El ministro secretario, señor Solís, fue objeto de algunos abucheos, seguidos de gritos con brazo en alto y cánticos del «Cara al Sol», repetidos durante toda la mañana.

    En algunos momentos, los empujones y manoteos hicieron temer que la tensión subiera de tono. Afortunadamente todo terminó ahí. La Policía Armada demostró disciplina y paciencia. Y, gracias a esto, seguramente se evitaron incidentes de mayor monta.

    En resumen, el aniversario del Acto Fundacional de Falange ha constituido una demostración decidida de protesta y de presencia de grupos disidentes, pero falangistas cien por cien. Y han conseguido su propósito de masas y demostración pública.


    SANCHO DÁVILA EVOCA EL ACTO FUNDACIONAL

    Semprún ha querido en el nuevo «Alcázar» hacer evocar a Sancho Dávila la fecha del Acto Fundacional. El hombre que tanta intervención tuvo como pariente de José Antonio Primo de Rivera, y jerarquía en la Falange, responde: «Vinimos unos cuantos a Madrid desde Andalucía en un desvencijado autocar y llegamos justo a tiempo para asistir al acto en el Teatro de la Comedia. Cuando éste terminó, acudí a un bar, donde me había citado con José Antonio. Tras tomar unas copas allí, fuimos un grupo a comer a una típica taberna en un viejo barrio de Madrid. Creo que fuimos, además de José Antonio, Rafael Sánchez Mazas, Julio Ruiz de Alda, Delgado Barreto, Emilio Rodríguez, José María Alfaro, Miguel y Fernando, los hermanos de José Antonio, y quizás alguno más que no recuerdo ahora».

    Sancho Dávila recuerda que José Antonio le dijo «que había sido muy hermoso el hecho de que ya empezaran a entenderle». Dávila tiene una frase dura: «Tendríamos que dar un “no” rotundo al 29 de octubre si sirviese para especulación, vanidades y contrabando político».

    Las últimas palabras de Sancho Dávila son una afirmación política decidida. Cuando Semprún le pregunta si, como otros, tiene guardada en su armario la camisa azul, la respuesta es ésta: «La llevo en el alma siempre, permanentemente, y no he tenido que enviarla a lavar todavía».

    Decididamente, la Falange no está en estado gaseoso. Una vez más se equivocaron los simplificadores.


    MARIANO DEL MAZO.






    EN EL TEATRO DE LA COMEDIA SE CONMEMORÓ EL ANIVERSARIO DE FALANGE

    MADRID.– En el Teatro de la Comedia, donde hace treinta y cinco años José Antonio Primo de Rivera pronunció en esta misma fecha el discurso fundacional de la Falange, se conmemoró ayer esta efemérides.

    En el palco presidencial se encontraban los ministros Secretario General del Movimiento, don José Solís Ruiz, de Agricultura, don Adolfo Díaz Ambrona, y de la Vivienda, don José María Martínez Sánchez Arjona; Presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, don Antonio Iturmendi; Gobernadores Civil y Militar de Madrid; ex-ministro Secretario del Movimiento y de la Vivienda, don José Luis Arrese. En otro palco asistió al acto la Delegada Nacional de la Sección Femenina y hermana del fundador, Pilar Primo de Rivera, acompañada de diversos mandos de su delegación.

    Antes de iniciarse el acto se escucharon unas voces discrepantes que se repitieron juntamente con otros signos en el interior de la sala. Se restableció el silencio al toque de clarín, que fue escuchado en posición de firmes y dentro de un impresionante silencio.

    Al concluir la lectura, don Sancho Dávila, que con otros cuatro supervivientes del acto fundacional –los señores Navarro, López Bobo, García y Gutiérrez– se hallaba en el escenario, dio la voz de “José Antonio Primo de Rivera”, que fue contestada por unánime “Presente”. Seguidamente se cantó el “Cara al Sol”.

    Nuevamente se produjeron las voces y gritos discordantes, y en el vestíbulo del Teatro de la Comedia, los grupos comenzaron de nuevo el canto del “Cara al Sol”.

    Desde el teatro, un grupo de falangistas, especialmente jóvenes, marcharon portando una bandera de la Falange, por la Calle del Príncipe, Sevilla y Puerta del Sol, observándose la presencia de las fuerzas de orden público, los cuales, en la Puerta del Sol, invitaron a los componentes del grupo a disolverse, teniendo que reiterar la petición con alguna energía. Varios manifestantes se marcharon posteriormente por la Calle de Alcalá, con dirección al edificio de la Secretaría General.– (Cifra).
    Última edición por Martin Ant; 08/07/2018 a las 18:12

  3. #3
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    Re: ¿Qué pasa en la Falange? (“Informaciones”, 1968)

    Fuente: El Pensamiento Navarro, 30 de Octubre 1969, páginas 1 y 3.



    MADRID

    LA POLICÍA CARGÓ CONTRA CENTENARES DE JÓVENES FALANGISTAS

    El procurador Puig y Maestro-Amado, herido en la cabeza dentro de la tienda donde se refugió

    CHOQUES Y CARRERAS ANTE SECRETARÍA GENERAL, CUSTODIADA POR AGENTES CON CASCOS

    BARCELONA: FALANGISTAS ATACAN A LA POLICÍA A BOTELLAZOS


    MADRID. (Logos).– En el Teatro de la Comedia se celebró ayer mañana la treinta y seis Conmemoración del acto fundacional de Falange Española.

    Poco antes de las once, 300 jóvenes falangistas se congregaron en la calle del Príncipe frente al mencionado teatro, al que sólo tenían acceso los que llevaban invitación. Varios coches de la policía se habían situado en la citada calle y en la plaza de Canalejas.


    PRESIDENCIA

    A las once en punto se inició el acto. En el escenario, la bandera roja y negra de la Falange, hoy del Movimiento. De los palcos colgaban banderas nacionales y también del Movimiento. En la presidencia del escenario se hallaban un primo de José Antonio, Sancho Dávila, y dos supervivientes más del primer acto de la Comedia, don Mariano García y Don Adolfo López.

    En un palco del segundo piso estaban presidiendo el acto el Ministro de Agricultura, Sr. Díaz Ambrona, y el Vicesecretario General del Movimiento Sr. Rodríguez de Valcárcel, a quienes acompañaban, entre otros, el Delegado Nacional de Asociaciones, don Cruz Martínez Esteruelas, don Raimundo Fernández-Cuesta, el Subsecretario de la Gobernación, Sr. Rodríguez de Miguel, los Vicepresidentes Primero y Segundo de las Cortes, Sres. Martín Sanz y Mayalde, así como altos mandos de la Secretaría General del Movimiento.

    En otro palco inferior, del primer piso, estaba la Delegación Nacional de la Sección Femenina, Srta. Pilar Primo de Rivera, acompañada del Secretario Primero de las Cortes, Sr. Romejaro, y numerosas Srtas. y Sras., altos mandos de la Sección Femenina. Entre ellas figuraban la Sra. Veglison, procuradora por la familia, por Madrid, y la Srta. Landaburu, procuradora, también por el tercio familiar, por Burgos.


    FALANGISTAS MADUROS DENTRO, Y JÓVENES FUERA

    El teatro estaba completamente lleno de falangistas maduros, la mayor parte de ellos con camisa azul.

    Al comenzar a escuchar, todos los asistentes puestos en pie, las palabras del discurso fundacional de la Falange, que hace treinta y seis años en el mismo escenario pronunciara José Antonio, los grupos de falangistas que estaban en la calle comenzaron a presionar las puertas del teatro, intentando entrar en el mismo.

    Mientras en la voz grabada de Dionisio Porres se escuchaban, dentro del teatro, en silencio, las palabras de José Antonio, en la calle, los grupos de jóvenes falangistas que no habían podido penetrar, ya que los guardias vigilaban las puertas del teatro, optaron por cantar el “Cara al sol”, brazo en alto. Al concluir el himno de la Falange, hoy del Movimiento, comenzaron a lanzar gritos políticos. Cesaron luego sus voces, mientras la lectura del discurso continuaba en el interior. Al concluir éste, todos los asistentes cantaron el “Cara al sol” y el Sr. Sancho Dávila, Secretario de las Cortes, pronunció los gritos de ritual.


    CARGAS DE LA POLICÍA Y UN PROCURADOR HERIDO

    A las once y media había concluido el acto. Los grupos estacionados en la calle fueron advertidos por un altavoz desde un coche de la policía: “Debe despejarse la calle, en un plazo de cinco minutos, pues de lo contrario se procedería a dispersar la manifestación por los métodos reglamentarios”.

    El público que asistió al acto en el teatro fue saliendo poco a poco. Pasado el plazo que había dado la policía, los agentes de la autoridad procedieron a cargar con porras contra los falangistas, los cuales volvieron a ponerse brazo en alto cantando el “Cara al sol”, mientras algunos de ellos enarbolaban la bandera del Movimiento y varios “posters” de José Antonio.

    En una de las cargas de la policía resultó herido el procurador en Cortes don Ezequiel Puig y Maestro-Amado, que había acudido al acto con camisa azul y que se había refugiado en una tienda al salir del teatro. Pero al entrar la policía para desalojar la tienda, fue golpeado en la cabeza, ocasionándole una brecha en el parietal derecho. Trasladado a la casa de Aragón, sita en la misma calle, fue allí curado, cortándosele la hemorragia. Poco después, acompañado por el Subjefe del Movimiento, Sr. Martínez Emperador, y otros falangistas, se dirigió por su pie hasta el Palacio de las Cortes, donde se entrevistó con el Presidente don Antonio Iturmendi, el cual se hallaba hablando en ese momento, en su despacho, con el Ministro Secretario General del Movimiento, don José Solís Ruiz, que había acudido a las doce de la mañana a visitar al Sr. Iturmendi.

    A la una menos cuarto, tanto el Sr. Puig y Maestro-Amado, como el Sr. Solís, salieron del despacho del Presidente de las Cortes, dirigiéndose cada uno a sus respectivos domicilios, pasando antes el primero por una clínica para que le hiciesen una radiografía del cráneo. El Sr. Puig y Maestro-Amado no quiso hacer ninguna declaración. Le acompañaban su hijo, vestido con camisa azul, y otros falangistas.

    También el Sr. Iturmendi se ausentó del Palacio de las Cortes; al salir de hablar con el Presidente el citado procurador y el Ministro Secretario General del Movimiento, que estaban acompañados del Alcalde de Madrid, don Carlos Arias, del Subjefe Provincial del Movimiento, Sr. Martínez Emperador, y don Raimundo Fernández Cuesta, se formaron varios grupos en los pasillos de la Cámara comentando el incidente.


    ANTE LAS CORTES Y SECRETARÍA GENERAL DEL MOVIMIENTO

    Entretanto, en la calle del Príncipe, un grupo de unos 50 jóvenes, rodeados de transeúntes que se paraban al escuchar gritos políticos, se dirigieron por la Carrera de San Jerónimo abajo, cantando sus himnos y agitando los “posters” de José Antonio, hasta llegar al Palacio de las Cortes. Allí, en la puerta principal, ante los leones, cantaron el “Cara al sol”, prosiguiendo luego hasta la Secretaría General del Movimiento, en la calle de Alcalá, cuyas puertas estaban cerradas y protegidas por agentes de la policía armada con cascos. Tras detener la circulación en dicha calle, cantaron de nuevo el “Cara al sol”, y después tuvieron un pequeño encuentro con los agentes del orden, del que resultó ligeramente herido un joven al rodar por el suelo, siendo trasladado luego en un “taxi” a una casa de socorro.

    A la doce y cuarto de la mañana, los pequeños grupos que aún quedaban por la calle de Alcalá se dispersaron. Siempre el grupo de manifestantes no fue superior a los cincuenta y en todo momento estuvieron controlados por las fuerzas del orden público, permitiéndoseles que gritaran y se manifestaran. (Logos).


    VERSIÓN DE CIFRA

    A la salida del acto se produjeron diversos incidentes en los que tomaron parte algunos centenares de personas, en su mayoría jóvenes. Algunos de éstos quisieron entrar en el recinto del Teatro de la Comedia, pero su acceso no fue permitido por carecer de la correspondiente invitación. Mientras otros grupos se congregaron en la propia calle del Príncipe, donde está el Teatro de la Comedia, y también por las inmediaciones de la Plaza de Santa Ana.

    A las once y media, desde un coche de la fuerza pública, y a través de un altavoz, se dio el aviso de que, por orden de la superioridad, debía quedar despejada la calle del Príncipe, procediendo inmediatamente la fuerza pública a hacer cumplir dicha orden. A la salida de los asistentes al acto, la fuerza pública despejó la zona inmediata al teatro obligando a retirarse a los grupos concentrados. Como resultado de los diversos choques, en esos momentos resultó herido en la cabeza don Ezequiel Puig Maestro-Amado. También un joven resultó herido. El Sr. Puig Maestro-Amado, procurador en Cortes, fue conducido a la Casa de Socorro del Prado donde fue asistido. Entre los grupos concentrados en la calle del Príncipe se escucharon diversos gritos. Sobre las doce de la mañana, en la calle del Príncipe se había restablecido la normalidad, aunque algunos pequeños grupos continuaban en las plazas de Santa Ana y Canalejas, dando gritos y entonando canciones falangistas.

    Posteriormente otro grupo de unos sesenta, llegaron hasta la Plaza de las Cortes, entonando el “Cara al sol” en las escalinatas de la Cámara. También otro grupo se situó ante la Secretaría General del Movimiento, donde también entonaron el himno de la Falange. En este último lugar, Calle de Alcalá, se produjo un pequeño embotellamiento en el tráfico, quedando poco después restablecida normalmente la circulación, que a esa hora era muy densa.– (Resumen de CIFRA).


    ÚLTIMA HORA: EL PROCURADOR SEÑOR PUIG, EN CAMA

    MADRID.– (Logos). A última hora de la tarde preguntamos por el estado de salud del procurador en Cortes, don Ezequiel Puig Maestro-Amado, que resultó herido en el curso de los incidentes registrados ayer mañana, a la salida del teatro de la Comedia, después del acto conmemorativo del XXXVI Aniversario de la Fundación de la Falange.

    El mismo Sr. Puig Maestro-Amado, que se encontraba en cama, nos confirmó telefónicamente que había recibido varios golpes durante la carga que la fuerza pública hizo para despejar la calle del Príncipe.

    Por último, nos confirmó que había dado cuenta del hecho al Presidente de las Cortes, como procurador, y al Alcalde de Madrid, como concejal presidente de la junta municipal de Retiro-Mediodía.

    Afortunadamente, la radiografía que se le ha practicado en una clínica al citado procurador ha dado resultado negativo.

    A lo largo de todo el día, numerosas personas, procuradores en Cortes, autoridades y amigos se han interesado por el estado de salud del Sr. Puig Maestro-Amado.


    BARCELONA: FALANGISTAS ATACAN A LA POLICÍA A BOTELLAZOS

    BARCELONA.– Un reducido grupo de falangistas se manifestó en las primeras horas de la noche en la Avda. de la Infanta Carlota, donde está enclavado el monumento a José Antonio Primo de Rivera. En un momento determinado apareció una pancarta con las banderas falangista y nacional con el propósito de iniciar una marcha que fue cortada inmediatamente por la policía armada. Se refugiaron los manifestantes en un bar de la carretera de Sarría, donde se armaron con botellas y agredieron a la fuerza pública, entablándose una refriega que duró aproximadamente unos diez minutos. Resultó herida en la cabeza una militante de Falange, que hubo de ser llevada a un centro asistencial. Después los manifestantes se disolvieron, pero, posteriormente, en la plaza de Calvo Sotelo, volvió a formarse otro grupo con la intención de dirigirse a la Jefatura Provincial, en donde a última hora de la noche la policía consiguió disolverlos.– (Logos).
    Kontrapoder dio el Víctor.

  4. #4
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    Re: ¿Qué pasa en la Falange? (“Informaciones”, 1968)

    Fuente: Nuevo Diario, 18 de Febrero de 1970, páginas 16 – 17.



    HILO PRIVADO CON EL DELEGADO NACIONAL DE LA JUVENTUD

    GABRIEL CISNEROS: “ES CLARO QUE LA FALANGE HA DESAPARECIDO”


    Por primera vez en mi vida periodística entrevisto a un director general que tiene mi edad. A él no le han entrevistado mucho todavía, y quizá por todo ello estamos los dos un poco impresionados. Gabriel Cisneros, de treinta años de edad, formado en las filas del Frente de Juventudes, periodista de clara mente, de pluma-bisturí aguda, delegado nacional de la juventud, aquí está sentado, bebiéndose despacito un vaso de whisky mezclado con hielo.

    Yo quiero que hablemos, Gabriel, primero de todo de la juventud. ¿Cómo es esa juventud nuestra? ¿Qué virtudes tiene? ¿Cuáles son sus defectos?

    – Mira, sólo la sociología permite una respuesta precisa…; ahora se termina la segunda encuesta sobre los Presupuestos Mentales de la Juventud Española, realizada por el Instituto de la Juventud y el Instituto de la Opinión Pública; sólo en virtud del conocimiento de estos datos científicos es posible la respuesta. Y yo no quiero pontificar…

    Pontifica un poco, por favor.

    – En la juventud española de aquí y ahora, se advierte la conservación de aquellas virtudes que, proverbialmente, se atribuyen a todas las juventudes: generosidad, afán de servicio a los demás, espíritu de sacrificio; pero se apuntan ya, neutralizándolas, los perfiles de la sociedad de bienestar, como el pragmatismo, la valoración del bienestar material, apatía política…

    ¿Y tú crees también que los apolíticos son imbéciles?

    – Sí; no es que lo crea yo. Es una cuestión de rigor semántico.

    Bien, desde tu cargo, ¿qué puedes hacer por esta juventud, para que no sea imbécil?

    – Tienen que ser ellos los que me digan lo que quieren que se haga con ellos. La Delegación tiene unos instrumentos educacionales importantes, y medios… aunque escasos…, es decir, que desde la Delegación se pueden hacer cosas por la juventud, pero de la utilización de esos instrumentos tiene que decidir la juventud misma. Y sigue siendo verdad, como dije ya, que pretendo la confrontación directa con ella. Aún no puedo decirte cómo podemos utilizar este instrumento.

    ¿Qué entiendes por instrumento?

    – Un campamento, por ejemplo, es un instrumento.

    ¿Y qué se va a hacer a partir de ahora en esos campamentos?

    – Vamos a aclarar el asunto. Nuestro deber es tener unos elementos técnicos siempre a punto. Trivializando: tener unos centros, unos cursos donde se dispensen las técnicas específicas para dirigir y montar un campamento; tener un “stock” de tiendas de campaña; tener un mapa de puntos de acampada. Y ofertar estos servicios a los jóvenes que quieran utilizarlos.

    Pero se impartirán doctrinas en esos campamentos, ¿no?

    – Esas doctrinas no pueden ser contrarias a la legalidad.

    ¿Y se formarán jóvenes falangistas en esos campamentos?

    – Esa pregunta revela un apriorismo deformado sobre cuál es la realidad actual de la Delegación.

    Bien, ¿cuál es esa realidad actual?

    – En el fondo de esa pregunta late una confusión entre la Delegación Nacional de la Juventud y la Organización Juvenil Española. La Delegación es un marco muy amplio, donde tienen cabida asociaciones juveniles de todo signo.

    ¿De qué signo? ¿Político acaso?

    – De signo confesional o interconfesional; de asistencia social; de perfeccionamiento formativo; culturales; recreativos, etc. De signo político, no. Bien, al lado de este mundo pluriasociativo existe la Organización Juvenil Española como una asociación más, pero asistida y tutelada por la propia Delegación. La existencia de la O. J. E. se justifica en razón del principio de subsidiariedad: la realidad asociativa juvenil en España es muy pobre…; la apetencia asociativa es insuficiente, y la O. J. E. pretende ser una asociación paradigmática, que invite a la juventud no a ingresar en sus filas, sino a intentar emularla constituyendo sus propias asociaciones.

    ¿Tú eres partidario de que los jóvenes vayan de uniforme o cómo les dé la gana?

    – Soy partidario de que los jóvenes decidan cómo quieren ir, pero no acepto de antemano la exclusión de que quieran ir de uniforme. Concretamente, éste es un tema que se está discutiendo ahora en la O. J. E. La uniformidad de la O. J. E. va a ser revisada según criterios que tracen sus propios integrantes.

    ¿Y qué impresión tienes? ¿Decidirán ir de uniforme o no?

    – Probablemente, van a ir a una pluralidad de uniformes. Van a elegir su uniforme por grupos, por unidades asociativas menores. Un uniforme que trasluzca en cada caso su origen regional, su actividad concreta, etc.

    Bien, perdona que toque una cuerda que ya hicimos sonar antes brevemente. ¿Tú crees que la juventud española está politizada?

    – Mayoritariamente, no. Se dan fenómenos de politización radical en un sentido y en otro, rigurosamente minoritarios.

    ¿Hay que politizarla?

    – Si politizar es introducir tensiones de poder en una esfera en la que no corresponde, es evidente que no. Si politizar es estimular una acción política, es decir, encararse con los problemas de la comunidad, es evidente que sí. Como verás, pues, hay que llegar a un previo acuerdo sobre el alcance del término. Lo que en cualquier caso debe quedar claro –por si apuntaba por ahí tu pregunta– es que desde la Delegación no se intentará ensayar ningún tipo de encuadramiento ideológico, más reducido, parcial o excluyente que el de la ancha legalidad constitucional.

    ¿Tratarás de formar líderes?

    – La misión de la Delegación no es la de formar líderes, pero tampoco frustrar vocaciones políticas. Si me las encuentro, procurará enriquecerlas haciéndolas acceder a un horizonte intelectual.

    ¿Qué horizonte?

    – La política moderna no admite amateurismos, sino el conocimiento de unas técnicas específicas. Yo he de procurar facilitar el acceso a esas técnicas.

    Gabriel sonríe. Bebe un traguito de su whisky, cruza las piernas, trinca una patata frita. Es un hombre menudo, muy moreno, de nariz acusada y barba fuerte, que sombrea con más insistencia el labio superior. Sonríe a menudo y es generoso en gestos breves. Va bien vestido, con sencillez. El delegado nacional de la juventud es joven. Pero, ¿hasta qué edad se es joven? ¿Hasta dónde alcanza su brazo de delegado?

    – Mi tesis particular es que se es joven hasta que no se alcanza un “status” profesional y familiar que genera unos compromisos de mantenimiento a ultranza del “sistema establecido”. Es decir, que tengo una gran reserva hacia los “jóvenes de espíritu”. Creo que la biología manda. Lo que no quita que haya una posibilidad de mantener más viva la sensibilidad hacia el hecho juvenil o hacia la innovación en general. ¿Quién se atrevería a llamar viejo a Picasso?

    Gabriel Cisneros ha recibido un zarpazo no hace mucho. Un zarpazo en su condición de hombre público. Hablamos un momento de zarpazos y le formulo una pregunta directa, una pregunta que a los españoles nos apasiona formular.

    ¿Tú eres monárquico, eres republicano o qué eres?

    – Disculpo tu pregunta porque sé que la formulas como portavoz y no como propia. Portavoz de la calle. Porque dicho planteamiento alternativo es desdichado. Yo sería un monárquico fervoroso en Inglaterra y un republicano sin reservas en los Estados Unidos. La monarquía no les ha impedido a los países escandinavos alcanzar unas cotas de socialización y democracia prácticamente óptimas, y la monarquía no ha tenido en cambio virtualidad para arrancar a algún país del Oriente Medio de situaciones semifeudales. El planteamiento bipolar monarquía o república me parece, felizmente, uno de los tópicos de la España anterior al año 36, definitivamente arrumbados por nuestra historia reciente. Lo cierto y verdad es que vivimos en una legalidad constitucional monárquica y ello debería bastar para excluir de raíz la cuestión. Pero si me apuras un poco más…

    Te apuro.

    – Bien, si me apuras y me llevas a un terreno de preferencias personales, debo confesarte, como ya la hice públicamente hace meses –y, por supuesto, antes del 22 de julio– que la solución de continuidad, ideada para asegurar la evolución pacífica del sistema, me parece sencillamente insuperable. Detrás de los regencialismos añorados o postulados por algunos se agazapaba, sin habilidad suficiente para enmascararla, la nostalgia de soluciones totalitarias que el desarrollo de la vida española hace hoy inadmisible.

    Sé que has visitado hace un par de días al Príncipe Juan Carlos. ¿De qué habéis hablado?

    – El Príncipe de España tiene treinta años y se puede hablar con él de todo lo divino y lo humano con la certidumbre de entenderse.

    Tú vienes de la Falange, Gabriel, ¿cuál es el papel de la Falange ahora, cara a la juventud?

    – No vengo de la Falange, vengo del Frente de Juventudes, como el 50 por 100 de los hombres de mi cota generacional. A través del Frente de Juventudes entré, efectivamente, en un apasionado contacto con la ideología falangista, pero jamás este contacto supuso un voluntario desconocimiento de otras concepciones doctrinales. Es claro que la Falange desapareció subsumiéndose en la más ancha arquitectura del Movimiento.

    Vista desde el horizonte de la España del 70, la Falange se presenta como un factor germinal, y el destino de todas las semillas –mientras no se demuestre lo contrario– es perecer para fructiferar. Una semilla reconocible todavía en su morfología a los treinta y siete años de su nacimiento, sería una semilla que no cumplió su vocación de fruto. Ni la realidad de España es entendible sin apelar a la comparecencia histórica de la Falange, ni sería permisible replantear esa comparecencia histórica con una pretensión de exclusión o monolitismo.

    Pero, ¿cuál es el papel, cara a la juventud, de las ideas falangistas?

    – La respuesta, como siempre, ha de darla la propia juventud. Pero se me ocurre pensar que, si no postulaciones concretas, hubo en la peripecia histórica de la Falange un talante de movilización de energías nacionales al servicio de un afán de cambio, rigurosamente válido en nuestro tiempo.

    ¿Tú crees que existe una oposición en el país, formada fundamentalmente por gente de menos de treinta años?

    – Niego la existencia de una oposición. Reconozco la existencia de una multiplicidad de actitudes de oposición, imposibles, por su esencial diversidad, de ser reconducidas a una categoría unitaria. Naturalmente, en el seno de estas actitudes se reconoce una presencia principal de hombres de menos de treinta años. Es natural que sea así; lo contrario sería llevar el tópico de la diferencialidad española hasta extremos pintorescos. ¿Conoces un país donde ocurra de otro modo?

    Por último, Gabriel Cisneros. ¿Se ven las cosas distintas desde el poder que desde un periódico?

    – Sí. La carga de responsabilidad es distinta. Sin embargo, quizá la simbiosis sea fecunda. Quiero decir, que sería bueno conseguir que el poder no hiciera perder la saludable pretensión crítica que debe de definir el quehacer periodístico, y el periodismo no condujera a ignorar esa exigencia de responsabilidad que se siente de una manera más ostensible desde el poder. Además, Miguel, no dramaticemos: yo tengo una parcela de poder muy modesta, delegada y compartida. ¡Gracias a Dios!

    Y gracias a Dios también, Gabriel Cisneros tiene una familia fundada en el año 66 con Irene de Prado, perito agrícola, que estudia ahora segundo de Económicas en la Universidad Autónoma. Fruto de esa familia son un niño, llamado Juan Jacobo, y una niña, llamada Paula. A Gabriel Cisneros le gustan el cine, el tabaco negro, el fútbol por televisión, caminar y, por encima de todas las cosas, estar en su casa. Sonríe un poco Gabriel Cisneros, apura el vaso del segundo whisky, y comenta en voz alta, pero un poco para sí mismo.

    – Si algo me está traumatizando del cargo, es el atentado que supone contra unos modos de vida familiares… exigibles.


    Miguel VEYRAT

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    Re: ¿Qué pasa en la Falange? (“Informaciones”, 1968)

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Fuente: El Pensamiento Navarro, 30 de Octubre de 1976, página 5.



    Incidentes y un herido en el acto de aniversario de la Falange

    Varios grupos –uno de ellos encabezado por Piñar y De la Mora– abandonaron la sala

    DOS HERIDOS EN LOS ENFRENTAMIENTOS


    MADRID, 29– El incidente ocurrido durante el acto conmemorativo de la fundación de Falange Española de las JONS, celebrado en el Palacio de Congresos y Exposiciones, se inició como consecuencia de unas palabras de don Sigfrido Hillers. Hablando del nivel económico, el señor Hillers dijo que en estos 40 años había estado basado en la injusticia, y añadió que España juega fuera de sus fronteras un triste papel.

    Hasta aquí, el señor Hillers había sido aplaudido. Dijo luego que “está todo por hacer”. Aludió luego a una triste realidad, incluso antes del 20 de noviembre de 1975, momento en el que se oyeron en la sala vivas a Franco y silbidos al orador. Parte del auditorio prorrumpió en nuevos gritos de “Franco, Franco” y abucheos al señor Hillers.

    Los incidentes continuaron. Algunos falangistas tiraron el carnet y los papeles, y se oyeron gritos de “unidad, unidad” y voces de “fuera” mientras otros aplaudían. El orador levantó el brazo, otros le imitaron. El señor Hillers siguió hablando, para decir que había que superar el tópico de que nunca se había vivido mejor en el país. Nuevos incidentes se volvieron a registrar, con intentos de agresión. Numerosas personas acordonaron entonces el estrado.

    Finalmente, un grupo de personas abandonó el Palacio, encabezados por don Blas Piñar, don Gonzalo Fernández de la Mora y don Luis Emilio Calvo Sotelo.

    Prosiguen los incidentes en el auditorio, donde los abucheos son constantes –en la sala hay cerca de tres mil personas–.

    Durante su discurso, el señor Hillers se refirió a la vía crítica del patriotismo, diciendo: “Amamos a España porque no nos gusta, con espíritu de perfección”. Habló de la unidad falangista, a la que hay que llegar. Añadió que no hay que tener miedo a las críticas ni a la autocrítica, y que hay que arrebatar al enemigo las banderas que sean justas. La mejor defensa es el ataque, dijo. El ejemplo en 1976 sigue siendo José Antonio, que sigue siendo piedra de escándalo. La transformación que quería José Antonio para España, sigue estando vigente.

    (Europa Press).


    SE HA REGISTRADO UN HERIDO

    MADRID, 29.– Durante el discurso de Sigfrido Hillers, se han vuelto a reproducir los incidentes en la sala del Palacio de Congresos, donde se estaba desarrollando el acto conmemorativo de la fundación de la Falange.

    Un grupo numeroso de partidarios del orador se ha enfrentado con las personas que se oponían a que continuara el discurso. Partidarios de las dos posturas han subido al escenario, donde se han congregado alrededor de un centenar de personas, y se ha producido un intercambio de golpes entre algunos de ellos.

    Mientras don Raimundo Fernández Cuesta ha pronunciado unas breves palabras llamando a la unidad de todos los falangistas, han continuado los intercambios de gritos, y se han escuchado algunos como “unidad, unidad” y otros de “Sigfrido, Sigfrido”.

    Finalmente, se retiró el uso de la palabra a don Sigfrido Hillers, y se concedió al segundo orador, don Tomás Marco Alagón, de los Círculos José Antonio, pero tampoco pudo hablar porque los partidarios de Sigfrido Hillers se lo impedían, interrumpiéndole continuamente con gritos.

    Alrededor de la una y cuarto, los partidarios de Sigfrido Hillers han abandonado la sala con gritos de “fascistas, fascistas”, dirigidos a los que se quedaban en la sala. En el vestíbulo del Palacio de Congresos hubo un nuevo enfrentamiento verbal y físico entre los partidarios de Sigfrido que abandonaban el Palacio –unos doscientos, aproximadamente– y otro grupo contrario. Algunos de los contendientes esgrimieron porras. Una persona resultó herida en la cabeza de un golpe, y tuvo que ser curada en uno de los servicios del edificio.

    Alrededor de la una y veinte de la tarde, los partidarios de Sigfrido Hillers abandonaron definitivamente el Palacio de Congresos del Ministerio de Información y Turismo. En esos momentos se suspendió el orden del día y ya no intervino ningún orador más que don Raimundo Fernández Cuesta, presidente de la Junta Nacional de Falange Española de las JONS, entre los aplausos de los presentes.

    (Europa Press).


    MADRID, 29.– Los ataques del falangista Sigfredo Hillers al régimen del 18 de julio y a la figura de Francisco Franco originaron una serie de enfrentamientos verbales y físicos entre los asistentes al acto conmemorativo de la fundación de Falange Española. Como consecuencia de los cuales hubo dos heridos.

    Los enfrentamientos surgieron a los veinte minutos de comenzar el acto, que fue interrumpido durante largo rato, y con grandes dificultades se reanudó sin que Hillers pudiera terminar su intervención.

    El acto –al que asistieron unas tres mil personas– fue presidido por Raimundo Fernández Cuesta y Merelo, presidente de Falange Española de las JONS, y hasta los incidentes se encontraban presentes en la sala representantes de Alianza Popular (Gonzalo Fernández de la Mora y Mon, y Javier Carvajal) y «Fuerza Nueva» (Blas Piñar); así como Pilar y Miguel Primo de Rivera, Dionisio Martín Sanz, José Utrera Molina y Mariano Sánchez Covisa, entro otros.

    El primer orador fue Sigfredo Hillers de Luque, promotor de la no autorizada asociación Defensa de Falange Española, que defendió la postura de la joven Falange. Intentó hacer un llamamiento a la unidad de los falangistas, y criticó la actitud de la vieja Falange, dedicada –dijo– «a vegetar; es preferible la división a ser utilizados en la unidad como comparsas de las alianzas de derechas».

    Afirmó que el grupo de falangistas al que él representa, y «que habían llegado a ser de Falange a pesar del Movimiento, no están dispuestos a abandonar su labor crítica ni a dejar a los marxistas la bandera de criticar al régimen de estos cuarenta años».

    A partir de este momento comenzaron a introducirse en la sala muestras de disconformidad, y los primeros gritos de «Franco, Franco, Franco», «Traidores», «Silencio» y «Unidad». Continuó Hillers afirmando que no se trata de hacer de la Falange una «mafia azul», sino una organización para transformar España, y criticó duramente la «mala marcha del régimen», para cuya justificación no sirven los tópicos del desarrollo económico ni de los supuestos avances conseguidos.

    En este momento, Sigfredo fue interrumpido con fuertes abucheos. Gritos de «Unidad» y «Falange», y Blas Piñar se levantó de su butaca y abandonó la sala, mientras falangistas de unos y otros grupos se enfrentaban entre sí.

    Un grupo llegó, incluso, a tratar de subir al estrado, que fue inmediatamente acordonado por los seguidores de Hillers.

    El orador trató de continuar su discurso, pero fue nuevamente interrumpido por gritos de «Que hable Raimundo» y un segundo intento de asalto al estrado, por lo que no pudo seguir hablando.

    Numerosos asistentes se levantaron indignados de sus asientos y comenzaron a desalojar la sala del Palacio de Congresos. Tras un nuevo intento de reanudar su discurso, ante las nuevas interrupciones, gritos y amenazas, Sigfredo Hillers abandonó el estrado y volvió a ocupar su puesto en la presidencia del acto.

    Con unas dos mil personas todavía en la sala, tomó el micrófono Eduardo Urgorri Casado, miembro de “Falange Española de las Jons”, quien, tras pedir calma en varias ocasiones, lo cedió a don Raimundo Fernández-Cuesta, quien se quejó del “lamentable espectáculo que estamos dando”, y dio la palabra a un representante de los “Círculos José Antonio”, que no pudo hablar tampoco porque fue interrumpido por un grupo de jóvenes que comenzó a entonar el himno de “Falange Española Sindicalista” y a dar gritos de “Estado sindical”, “queremos la Falange” y “queremos José Antonio”.

    En la sala continuaron los enfrentamientos verbales y físicos entre componentes de los distintos grupos. Pilar y Miguel Primo de Rivera y José Utrera Molina intentaron en vano calmar los ánimos, pero también fueron abucheados. Por último, Raimundo Fernández-Cuesta tomó el micrófono. Pidió “silencio y calma” y fue fuertemente aplaudido, mientras otros de los presentes gritaban “todos o ninguno”.

    Tras varios intentos y nuevas interrupciones y enfrentamientos, el presidente de “Falange Española de las Jons” pudo comenzar su discurso, que comenzó diciendo: “Aquí está, pues, de nuevo, la Falange Española de las Jons recobrando su nombre, afirmada su personalidad, de manera clara, precisa y terminante, y sin las circunstancias históricas que hubo que respetar por lealtad y patriotismo y que han venido condicionando su actividad”.

    “La verdadera tragedia de la Falange –dijo también– parte de la muerte de su fundador; consiste en haber sido víctima de la incomprensión, pues a estas alturas hay muchos que desconocen su verdad; de la ingratitud, al no reconocérsele los servicios y sacrificios prestados a España; de la injusticia de atribuírsele las faltas que no han cometido o no han sido realizadas [sino] por quienes, fingiéndose falangistas, no lo eran efectivamente; y de la deslealtad, la deserción y la traición de los que la han abandonado”.

    “No podemos olvidar –señaló más adelante– que “los falangistas nos encontramos en una situación parecida a la de 1936. [Lo que] la doctrina de la Falange añadió, no es algo petrificado e inmóvil, sino que constituye unos principios que marcan un sentido permanente ante la historia y la vida”.

    Se refirió a la irrepetibilidad de la figura de Franco y a su indudable influencia en el sistema “que, si no era posible mantenerle como estaba, cambiarle por otro es una aventura peligrosa y equivocada. Perfeccionarle, desarrollarle para consolidarle, respetando su [es]sencia, era lo adecuado y conveniente, pues no se puede utilizar la legitimidad reformista para cambiar el sistema en el que precisamente se funda esa legitimidad. Si los partidos están ya implantados, no obstante nuestra oposición a ellos, la Falange, siguiendo el ejemplo de José Antonio, entrará en el juego de los mismos, porque en política hay que utilizar siempre las armas de que se puede disponer”.

    La intervención de Fernández-Cuesta suscitó en varios pasajes reacciones contrarias entre los asistentes, y finalizó con el “Cara al Sol”, entonado por todos los presentes y los grupos que se encontraban en el vestíbulo del Palacio de Congresos, presenciando el acto por medio de un circuito cerrado de TV.

    Al abandonar el Palacio de Congresos, en cuyos alrededores había numerosos efectivos de las Fuerzas del Orden, hubo un pequeño conato de enfrentamiento con dichas fuerzas, que quedó rápidamente zanjado al entonarse de nuevo el “Cara al Sol”.

    Al parecer, en los enfrentamientos se han registrado dos heridos.


    MADRID, 29.– Un portavoz de Falange Española Independiente, que agrupa al Frente de Estudiantes Sindicalistas (FES), a los jóvenes falangistas, a los círculos Ruiz de Alda y a las asociaciones juveniles “Octubre”, ha manifestado a Europa Press que los hechos acaecidos ayer mañana en el acto conmemorativo de la fundación de Falange no han sido sino el desenlace de una situación de tensión que se había producido desde el momento en que Raimundo Fernández Cuesta, presidente de Frente Nacional Español, incumplió el compromiso firmado con el resto de los sectores falangistas.

    Dicho compromiso, según el citado portavoz, consistía en que, una vez concedido el nombre de Falange Española de las J.O.N.S. a cualquiera de los grupos que lo habían solicitado, se abriría un proceso constituyente, de manera que fuera posible “la integración de todos los sectores en régimen de igualdad y sin jefaturas establecidas de antemano”. Al autoerigirse el señor Fernández Cuesta en presidente nacional de la asociación legalizada, indicando simplemente al resto de los grupos a inscribirse de forma individual y personal a su partido, incumplió el compromiso.

    (Europa Press).

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