Manipulación nacionalista
Tengo en mis manos Las casas del Valle de Roncal, volumen de reciente publicación bajo los auspicios del Gobierno de Navarra. Una obra más expresiva de las consignas de Uxue Barkos. Consiste en un catálogo de las casas de los siete pueblos del Valle, ordenadas alfabéticamente y acompañadas de breves reseñas de calidad desigual. Los textos figuran a dos columnas, la de la izquierda, de mayor rango, en batua, como no podía ser de otro modo, y en castellano la de la derecha.
La casa de la que soy propietario es la Casa Gambra, catalogada como Patrimonio Arquitectónico. Sus dueños hasta hoy han conservado el apellido Gambra, siempre con esa grafía de fisonomía castellana. La casa Gambra conserva un archivo privado voluminoso, miles de documentos perfectamente clasificados desde el siglo XVI. En todos, sin excepción, Gambra figura con "m" delante de "b", según prescribe la gramática castellana desde Nebrija (s. XV). Aunque desagrade a los nacionalistas, Roncal era bilingüe: se hablaba vasco-roncalés (que no batua) y castellano, y se escribía casi siempre en un elegante castellano. Así que Gambra, siempre Gambra.
La casa tuvo propietarios de renombre, con significado histórico en la vida del Valle. Es el caso de don Pedro Vicente Gambra, "capitán a guerra" del Valle, que dirigió la acción militar de los roncaleses durante la Guerra de la Convención, contra la Revolución Francesa, y veinte años más tarde la defensa heroica del Valle frente a las tropas de Napoleón. Fue también el constructor de una red de esclusas sobre el Ezca destinada a facilitar la circulación de almadías y la exportación de la madera del Valle. Su biografía, y la de su hijo Pedro Francisco, figuran con "m" en la Auñamendi Eusko Entziklopedia. Y del mismo modo, repetidamente, en Erronkari de Bernardo Estornés Lasa. Pues bien, los autores del libro han encabezado la ficha correspondiente a mi casa con la denominación "Ganbra", con "n"; así, sin más, capando el apellido, con la pretensión absurda de adecuarlo a la ortografía fijada por la Academia Vasca de la Lengua, entidad fundada en 1918, cuando ya el apellido Gambra, con "m", estaba consolidado desde hacía cuatrocientos años. Una mutación estrafalaria a los ojos de quienes conocen a nuestra familia y el apellido.
"Nomina numina" decían los clásicos: los nombres son sagrados. La ofensa se agrava, si cabe, porque otras casas se designan en el libro con ambas grafías (Karlos/Carlos, Kosme/Cosme, Txaro/Charo). ¿Por qué este atropello a un apellido respetado? Nadie nos ha explicado nada, ni solicitado autorización. Barrunto que guarda relación con el hecho de que mis antepasados, y nosotros, hemos sido siempre fieles a Roncal, a Navarra y a España; y, por ende, reciamente antinacionalistas llegado el caso, no hace mucho, pues el nacionalismo vasco es en Navarra epidemia reciente.
Marcadores