El asesor de Zapatero plantea retrasar la jubilación a los 70 años
Taguas alerta que el sistema de pensiones correrá peligro
dentro de cuatro años si no se adoptan reformas
ELISA GARCÍA/MADRID
El asesor económico de Zapatero y director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, David Taguas, plantea
retrasar la edad de jubilación a los 70 años, a computar toda la vida laboral de los trabajadores para fijar la cuantía de la pensión, ya que la subidas anuales de las prestaciones por jubilación sea inferior al Índice de Precios al Consumo (IPC).
En su opinión el sistema público de pensiones correrá peligro dentro de los próximos
cuatro años si no se adoptan reformas mucho más profundas que las alcanzadas en mayo de 2006, consensuadas entre el Gobierno de la nación, las patronales CEOE y CEPYME, y los sindicatos CC OO y UGT.
Taguas ha sustituido en el cargo a Miguel Sebastián, actual candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid. Su visión de futuro figura en un artículo publicado en la revista de FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorros) y compartido por María Jesús Sáez, miembro de la Intervención General de la Seguridad Social.
Sus pronósticos recogen que «en ausencia de cambios normativos» dentro de cuatro años (
2011) o a lo más tardar dentro de ocho (
2015), el sistema de prestaciones contributivas (propias de los trabajadores) «podría incurrir en déficit».
El origen de los números rojos estará en que los gastos generados por los pensionistas serán superiores a las aportaciones de los trabajadores.
Futuro negro
Respecto al fondo de garantía, creado para afrontar el pago de las prestaciones en momentos de declive económico, Taguas alerta de que su operatividad tendrá fecha de caducidad, es decir,
tan sólo servirá para subsanar los déficit de entre siete y 10 años. El montante de las reservas está previsto llegue en 2007 a los 50.000 millones de euros.
«En España, aún considerando escenarios
demográficos y macroeconómicos favorables -continúa el artículo parece probable que el gasto en pensiones contributivas se duplique sobradamente durante las próximas cinco décadas».
El principal motivo de este crecimiento radicará en el aumento de la tasa de dependencia.
Los autores resaltan que hacia 2050, la deuda acumulada, derivada de los compromisos implícitos del sistema de prestaciones «podría ascender a 1,83 veces el Producto Interior Bruto (PIB) de 2004». El desequilibrio requeriría un ajuste del gasto del 1,5%, cada año si se empezara la aplicación de una nueva política de pensiones a partir de 2007.
Reducción de la cuantía
Sáez y Taguas aseguran que computar toda la vida laboral, en lugar de los últimos 15 años como ocurre ahora,
reduciría la pensión media entre el 10 y el 30%; pero sería una medida insuficiente porque sólo afectaría a los nuevos perceptores.
En consecuencia, entienden que debería complementarse con el retraso de la edad de jubilación a los 70 años,
para que el primer déficit del sistema apareciera en 2018 y con subidas anuales inferiores en medio punto al crecimiento de los precios.
Este aumento, además de retrasar también la aparición del primer déficit, permitiría que el fondo de reserva cubriera más años de financiación al tener que pagar una nómina inferior.
El texto recoge que en los cálculos y proyecciones no se ha tenido en cuenta que el aumento del gasto en pensiones podría sufragarse con el
incremento de las cotizaciones sociales que pagan empresarios y trabajadores. A juicio de los autores, «esta opción afectaría negativamente a la oferta de trabajo».
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