Una noticia más sobre la pena de muerte. ¿No os parece curioso que países tan democráticos, tan liberales sigan sin abolir la pena de muerte? Quizás este caso - Japón - pueda considerarse una excepción pues así con todo sigue con sus tradiciones, no las ha perdido en gran medida. Pero y los "Estados Fingidos" de América, tan democráticos ellos, el estandarte del liberalismo. ¿Podemos atribuirlo a la inteligencia de sus gobernantes? Yo creo que no. Más bien a una incongruencia, pero una incongruencia necesaria. Al igual que los capitalistas necesitan dar un salario que cubra las necesidades mínimas para que sus "asalariados" no se mueran de inanición, los Estados liberales necesitan apelar a la autoridad del Estado de vez en cuando, para evitar el caos total y posibles revueltas.
Así con todo, sigue siendo completamente incoherente. ¿No es al fin y al cabo el liberalismo un anarquismo moderado? O planteado al revés, el anarquismo un liberalismo radicalizado.
Su incoherencia demuestra la ineficacia de su principio y su poca veracidad. Pues un principio deja de serlo cuando la excepción aparece. Pero ya se sabe, los hechos son tozudos.
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