Sobre Asís hay una tetralogía de Johannes Dörmann, llamada El itinerario al encuentro de oración por la paz de lasd religiones de Asís. He traducido el primer tomo por ser el más breve. Me ha impresionado. La obra es del Padre Dörmann al cual el acontecimiento de Asís le produjo un shock que chirriaba con todo cuanto se le había enseñado lo que le llevó a rastrear el origen del acontecimiento en el Concilio Vaticano II. En este primer volumen hace una critica clara y concisa de los errores de planteamniento del Vaticano II. Denuncia como la ambigüedad del Concilio Vaticano II no es fruto de la incompetencia o falta preparación teolgógica de los peritos sino justo de lo contraria. El llamado lenguaje pastoral no es, como se cree, una vulgarización del lenguaje teológico para hacerlo inrteligible a los fieles sino el empleo de un lenguaje calculadamente ambiguo, es decir abierto, cuyas claves sólo se explican en el contexto del modernismo, la Nueva Teología y el existencialismo. Y no se trata de que en los textos conciliares haya ambigüedades, es que a veces, como en el caso de la Gaudium et Spes, hay autenticas bombas de relojería, como por ejemplo la incorporación de la confusión del plano natural y del sobrenatural en uno solo, lo cual conduce al panteismo, al culto al hombre y, por último al sincretismo. El autor comienza con el retiro predicado por Karol Wojtyla a PAblo VI y sus cardenales, resumido en la obra Signo de Contradicción. Destaca el influjo del existencialismo en la interpretación que Karol Wojtyla hace de San Juan de la Cruz, aplicando las catergorías críticas de la escolástica para señalar las deficiencias dela Nueva Teología y los derroteros hacia los que nos conduce, aunque a veces el simple sentido común y el conocimiento de la Biblia hace que no sea necesari sudar demasiado para asustarse ante el panorama. La Iglesia ha pasado de transmitir la Revelación y sus mandatos: por ejemplo: No tendrás dioses extranjeros delante de Mí, porque yo soy Yavéh el Señor y soy un Dios celoso, a "interpretar" la palabra de Dios, y por la vía de la "interpretación" la Iglesia, o una parte nada pequeña de ella, ha pasado, de facto, a sustituir la palabra de Dios y amenazar a quienes disentimos con la excomunión. En fin el pueblo Judío si leemos el IIIer libro de los reyes sufrieron algo parecido cuando Salomón rinde culto a Astarté, a Milcom, a Baal y a Moloc.
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