Re: Renuncia Benedicto XVI

Iniciado por
Donoso
No sólo eso, desde hace mucho tiempo daba la sensación de que cada cardenal y cada dicasterio actuaba por su cuenta y la sensación de autoridad rectora nula era palpable. Los nombramientos y cartas de los últimos meses eran un sin sentido incluso para él y daban la sensación de un papa teledirigido por otras fuerzas.
No se si mi percepción es errada o no, pero desde su elección tuve la impresión de que se trataba de un Pontificado de tránsito. La primera razón es que se había elegido a un cardenal de edad ya avanzada. Luego, esa sensación que mencionas me parecía que ya se estaba dando de hecho y hubo, pues, una especie de elección de compromiso para salir del paso. ¿Con qué intención? pues supongo que para definir posiciones, aclarar situaciones, en fin, no estoy en condiciones de expresarme mejor.
Sin duda, ahora se verá quién le sucede. Lo deseable sería un Papa tradicionalista o con inclinación a proseguir con la línea anterior al CVII. Después, pienso que sería conveniente la convocatoria de un nuevo concilio que corrija los errores introducidos en aquél desafortunado encuentro.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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