Los Caballeros de Colón, fundados para proteger a la Iglesia de la Masonería, ahora al servicio de la Sinagoga




(Tom Roberts, en el National Catholic Reporter)



Los cientos de miles de católicos irlandeses que llegaron a Estados Unidos a mediados del siglo XIX con la esperanza de escapar del hambre y profesando una fe despreciada por muchos, lucharon por arraigarse a una cultura hostil. La sociedad de los Caballeros de Colón surgió de esa lucha, una de las tantas organizaciones fraternales y de beneficiencia que nació con el fin de proporcionar protección y forjar un camino de asimilación en un nuevo país. Fundada en 1881, la misión original de los Caballeros era salvar a mujeres y niños de la pobreza a través de un programa de seguros. “Nuestro principal objetivo es evitar que nuestra gente ingrese a Sociedades Secretas mediante la oferta de iguales o aún mejores ventajas a nuestros miembros”.

Michael Joseph Mc Givney, sacerdote de origen irlandés y el menor de nueve hermanos.





Pero hoy, uno se pregunta qué diría el Padre Michael McGivney, el joven y carismático sacerdote que fundó la sociedad de los Caballeros de Colón en el sótano de una iglesia en New Haven, Connecticut, sobre esta organización. Casi 2 millones de hombres se autodenominan Caballeros de Colón y la organización declaró ingresos que superan los 2.200 millones de dólares en el 2015, último año en que se obtuvo este tipo de información. Además, en la última década la organización ha donado $1.550 millones a obras de beneficencia, según los Caballeros.


Mucha de la influencia de los Caballeros ocurre detrás del telón, pero no está oculta. La mayoría se encuentra en formularios impositivos que son públicos y que las instituciones sin fines de lucro están obligadas a presentar anualmente. Los datos de este informe están incluidos en gran parte en los formularios impositivos 990 de los Caballeros de Colón correspondientes a los años 2013, 2014 y 2015, como también en comunicados de prensa y demás declaraciones que figuran en el sitio web de la organización. Si bien no existe una única forma de medir el efecto del desembolso de dinero de los Caballeros, casi no quedan rincones en el mundo católico donde los recursos de esta fuerza internacional no hayan dejado marca. El dinero de la organización ha restaurado antigüedades romanas, gastado decenas de millones en la recuparación de una instalación abandonada en Washington D.C., construída en honor al papa favorito de la organización, San Juan Pablo II, y ha proporcionado a lo largo de décadas equipos de comunicación al aparato de relaciones públicas y noticias del Vaticano. Conforme con su misión original, también ha ayudado a innumerables obras locales y de la iglesia mediante fondos y millones de horas de servicio voluntario al año. Sin embargo, existe otro lado de esa riqueza, y si McGivney viera las declaraciones impositivas de los Caballeros hoy en día, entendería que su organización y sus líderes gozan de un poder y una influencia inimaginables en 1882. Por más de una década y media, bajo el liderazgo de un ex agente político, los Caballeros de Colón han usado cada vez más su enorme riqueza para influir la dirección que toma la iglesia, financiando laboratorios de ideas y medios de noticias al mismo tiempo que obtienen acceso a los niveles más altos en la toma de decisiones en la iglesia.


Su capacidad para proveer fondos le ha dado a los Caballeros de Colón una voz excesivamente fuerte, potencialmente ahogando la de otros, y ningún otro grupo laico puede igualar la capacidad de los Caballeros de dejar su impronta el la iglesia. Algunos temen que dicha influencia pueda distorcionar la eclesiología, la estructura y el gobierno de la iglesia.


“Este es un nuevo fenómeno en la Iglesia Católica”, dijo en una entrevista el historiador y teólogo de la Universidad de Villanova, Massimo Faggioli. Un grupo tan solvente como el de los Caballeros “crea presión y crea influencia utilizando el dinero, especialmente en lugares importantes como Roma o Washington D.C.”



Campeones de inversión ética Según el trabajo de Christopher J. Kauffman Fe y Fraternalismo: Historia de los Caballeros de Colón 1882-1982, al ver McGivney una orden fraternal como “una necesidad pastoral para la protección de la fe”, también le escribió a otro sacerdote: (cursivas en el original)”. El gran temor era que los hombres jóvenes, buscando un lugar dentro de la cultura, ingresaran a sociedades prohibidas como la de los Masones, adoptando rituales secretos para lograr conexiones que les permitieran mejorar su suerte en la sociedad. Los católicos ya no están desafiliados en los Estados Unidos. Constituyen la denominación más grande representada en el Congreso. Han liderado agencias de gobierno y dirigido algunas de las empresas más grandes del país. Los católicos son mayoría en la Corte Suprema. El país ha elegido un presidente católico y un vice presidente católico. El círculo íntimo del presidente actual incluye varios católicos de alto perfil. Durante años, el actual líder de los Caballeros estuvo involucrado en política a nivel de Congreso y luego de la Casa Blanca. Los Caballeros ya no necesitan tomar una postura defensiva.


Kauffman deja documentado que los Caballeros ayudaron a los católicos a probar su lealtad a los Estados Unidos movilizando a los miembros de la iglesia detrás de la Primera Guerra Mundial. Como resultado, escribe, “la Orden obtuvo la confianza de que podía responder con capacidad organizativa y con poder social y político a todo tipo de necesidad de la Iglesia y de la sociedad. En este sentido, los CdeC reflejaron el paso del catolicismo estadounidense, de ser una iglesia inmigrante a un denominación religiosa bien establecida y respetada que había demostrado su lealtad a la patria en la ácida prueba de la Gran Guerra”.


Los números básicos actuales de las actividades de la organización son asombrosos y reflejan esa confianza. En una biografía en el sitio web de los Caballeros, que detalla algunos de los logros del Caballero Supremo Carl Anderson, quien ha liderado la organización desde el año 2000, los Caballeros reportan que el padrón ha llegado a cerca de 2 millones “quienes sólo en el año 2015 donaron más de $175 millones a obras de caridad y proporcionaron más de 73.5 millones de horas de servicio caritativo y voluntario alrededor del mundo”. En el año 2015, los Caballeros gastaron millones en “Ayuda cristiana a refugiados” en el Medio Oriente y norte de Africa, como así también en Rusia y estados vecinos. Cientos de miles de dólares fueron también hacia la ayuda en desastres de tifones y huracanes en todo el mundo.


Aquellos que dirigen la organización ya no son empleados de media jornada y bajo sueldo. Según recientes documentos financieros públicos, Anderson, presidente del Directorio y CEO, recibió una compensación total de $2.289.806 en el 2014. Ese monto superó los $2.063.818 del 2013. En el 2015, el monto total de su compensación cayó a $1.277.232. El total de la compensación de Anderson se divide en varias categorías (todas son cifras del 2015): base ($882.200); bonificación e incentivo ($342.150); retiro y otros diferidos ($7.797); y beneficios no imponibles ($33.246).


La gran caída en su ingreso entre el 2014 y el 2015 aparentemente ocurrió en una quinta categoría llamada “otra compensación declarada”. En el año 2013, ese monto era de $935.087 y en el 2014 era de $1.047.924. Cayó a $11.839 en el 2015. En respuesta por correo electrónico a una pregunta de NCR, Joseph Cullen, vocero de los Caballeros, escribió que “según una respetada (y no nombrada) empresa consultora externa, un 75 por ciento de los CEO dentro de un mercado comparativo recibe una compensación mayor de la que él recibe. Nuestro CEO no sólo es responsable de controlar las operaciones de una organización caritativa sino también de las operaciones de una compañía de seguros de vida Fortune 1000”. Los Caballeros, escribió, “han sido campeones de inversión ética” y han sido recompensados por su ética.


Los formularios 990 de los Caballeros de Colón de los años 2014 y 2015 reflejan funcionarios con títulos y compensaciones. Algunos de los funcionarios representativos y su compensación son (las cifras son del 2014 y 2015, en ese orden): Thomas Smith Jr., director; VP ejecutivo, INS (en otro sitio figura como Jefe de Seguros), ($765.795, $972.213); Anthony Minopoli, VP Senior, inversiones ($580.183, $661.809); Dennis Savoie, ex director y vice caballero supremo cobró un total de $600.311 en el 2014, pero no figura en la lista del 2015; Logan Ludwig, director, vice caballero supremo ($421.905, $517.115); Patrick Kelly, director, VP, políticas públicas ($250.626, $275,640); John Marella, director, abogado supremo ($511.391, $555.401); Charles Maurer Jr., director, secretario supremo ($381251, $442.144); Michael O’Connor, director, tesorero supremo ($311.152, $342.545); Michael Conforti, director médico ($363.424, $381.449); Richard Plush, VP senior, desarrollo de producto ($469.313, $481.879).


Esa lista es sólo una parte del pago del personal y se limita a los nombres asentados en el Formulario 990 de los Caballeros de Colón para los años 2014 y 2015 en una página titulada “Funcionarios, Directores, Síndicos, Empleados Clave, y Empleados de Máxima Compensación”. La compensación de todos aquellos asentados en la página para el año 2015 sumó $8.954.874.



Donaciones opulentas
El concepto de caridad ciertamente se ha expandido a lo largo de los años. Los formularios 990 de 2013-2015 son documentos requeridos a toda organización sin fines de lucro y contienen páginas de pequeñas donaciones, la mayoría de menos de $30.000 y muchas de menos de $20.000. Aquellas donaciones van principalmente a delegaciones estatales de Caballeros, diócesis individuales e instituciones católicas menores y están asentadas como “apoyo general”. La mayoría de las otras donaciones de cuatro y cinco cifras se destinan a instalaciones que generalmente entrarían en la categoría de salud de la mujer o centros de embarazo y son llamadas “donación para promover la cultura de la vida”.


El mayor desembolso en el 2014 fue de $12,9 millones y fue destinado al Santuario e Instituto de Juan Pablo II en Washington, un museo en institución educativa que pertenece a los Caballeros, dedicado al papa y a la propagación de las enseñanzas de Juan Pablo sobre el amor y el matrimonio, especialmente sus escritos sobre la teología del cuerpo.



Instituto Juan Pablo II en Washington.




La adquisición del edificio por parte de los Caballeros en el año 2011 rescató un proyecto fracasado que encabezaba el anterior arzobispo de Detroit, Cardenal Adam Maida, quien había asignado mas de $50 millones de fondos arquidiocesanos a la construcción y continuo mantenimiento del centro. Los Caballeros compraron la propiedad por $22,7 millones, lo que le permitió a la arquidiócesis recuperar unos $20 millones.


El santuario se encuentra en las afueras de la propiedad de la Universidad Católica de América; el instituto en sí está en edificios del predio. Los Caballeros fueron instrumentales en la fundación del instituto, el cual goza del auspicio del arzobispo de Washington. Anderson, quien anteriormente había enseñado en el instituto, es actualmente uno de los vice presidentes, según figura en el sitio web del instituto.


Si bien la generosidad de los Caballeros de Colón se extiende a las diócesis y obispos individuales para causas diversas, la organización es un principal contribuyente del Consejo Episcopal de los EE.UU.


En el año 2014 le donó a la conferencia $1.173.637 en dos montos, $228.244 para “apoyar programas para la campaña de educación”, y $945.393 para “apoyar diversos programas”, siendo uno de ellos el persistente reclamo de la conferencia episcopal que la libertad de religión está siendo atacada un los Estados Unidos, y su anual “Quincena por la Libertad”, un intento de movilizar a católicos y otros alrededor de ese tema. En el 2015, ese monto para la conferencia episcopal, en una simple donación, se aumentó a $1.338.455. Según los informes financieros que figuran el en sitio web de la Conferencia Episcopal, el grueso de fondos que recibe la conferencia proviene de contribuciones diocesanas ($10,96 millones en el 2015), y de contratos y subvenciones gubernamentales ($80,73 millones en el 2015). Las donaciones, los legados y demás ingresos sumaron alrededor de $6,76 millones en el año 2015.


La Arquidiócesis de Filadelfia recibió $1,5 millones por parte de los Caballeros en el 2015 en concepto de “apoyo general”. El mismo año, la Arquidiócesis de Baltimore recibió $435.000. El Arzobispo de Baltimore, William Lori, es Capellán Supremo de los Caballeros y ejerce una importante influencia en la campaña de los obispos de libertad de religión. El Arzobispo de Filadelfia Charles Chaput tiene una voz líder en el ala conservadora de la Conferencia Episcopal de los EE.UU y ha tenido puestos en directorios de varias organizaciones católicas conservadoras.


Si el apoyo económico sirve de indicador, los Caballeros están muy involucrados en las guerras culturales, con muchas de las donaciones más grandes destinadas a los participantes más ruidosos e influyentes en la iglesia y en la arena pública. En el año 2014, un total de $1 millón, en tres montos separados, fue destinado a la Fundación Susan B. Anthony, una agresiva organización anti-aborto más recientemente dedicada a quitarle los fondos a Planned Parenthood (Paternidad Planificada). La fundación es tan partidaria como lo es anti-aborto, aún oponiéndose a Demócratas a favor de la vida. Atacó a la representante Kathy Dahlkemper, Demócrata por Pensilvania, por ejemplo, por su voto a favor de la ley de salud “Affordable Care Act”, a la cual la fundación tildó de “ley de salud pro aborto”. Dahlkemper anteriormente había defendido públicamente las restricciones federales en el uso de fondos tributarios para abortos.


El Fondo Becket para la Libertad Religiosa, un grupo legal que ha peleado la batalla en favor de los obispos estadounidenses y de las Hermanitas de los Pobres en contra de la orden de anticoncepción en la ley “Affordable Care Act”, recibió una donación de $300.000 en el 2014 y un adicional de $25.000 por parte de los Caballeros de Colón como “patrocinador de la Medalla de Canterbury”. El Caballero Supremo Anderson recibió el premio en el 2007, y Chaput en el 2009.


El Caballero Supremo Anderson y el clásico saludito masónico, apretando el nudillo central.




Las Hermanitas de los Pobres habían recibido $100.000 en el 2013 y otros $20.000 en el 2015 para “apoyar mejoras en las instalaciones”. El Fondo Becket recibió otros $25.000 en el 2015. Se gastó un total de $525.000 en dos montos en el 2014 para apoyar la Marcha por la Vida y el Fondo de Educación y Defensa de la Marcha por la Vida. La Marcha por la Vida tiene lugar todos los años en el mes de enero en Washington para protestar contra el fallo de la Corte Suprema en el 1973 en el caso Roe contra Wade que liberalizó en la nación la ley del aborto. En el 2015, los Caballeros de Colón también donaron $255.000 al Fondo de Educación y Defensa de la Marcha por la Vida, según lo indica el formulario 990 de ese año de los Caballeros de Colón.



El Centro de Etica y Política Públicas, una fundación conservadora que acoge al erudito neoconservador (hebreo) George Weigel, recibió $330.000 en el 2014. Weigel, una de las voces más prominentes de la derecha católica, también es miembro del directorio del Instituto de Religión y Vida Pública, el cual publica First Things (Lo Primero), una revista en la que él escribe regularmente, que ha moldeado la postura de la derecha católica durante los papados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. El centro recibió $98.000 en el 2015. En el año 2015, los Caballeros donaron $75.000 al Desayuno de Oración Católico Nacional “para reunir a la gente con el fin de renovar nuestra dedicación a la fe y a esta gran república”, según uno de los formularios 990. Los Caballeros donaron $50.000 en el 2014 y en el 2015 a la Sociedad Federalista, descrita en un reciente artículo en la publicación New Yorker como “una organización nacional de abogados conservadores” cuyo presidente ejecutivo, Leonardo Leo, “funcionó, en efecto, como subcontratista de Trump en la selección de Neil Gorsuch” como candidato, eventualmente confirmado, para juez de la Corte Suprema. Fuera de la reputación de Leo de ser un católico devoto, la sociedad es puramente secular y ampliamente un aparato en beneficio del Partido Republicano.



Financiación de las Vías de Comunicación Masivas Los proyectos de comunicación también reciben un considerable apoyo de los Caballeros.
Uno de los desembolsos más grandes de los Caballeros en el año 2014, $1.250.000, fue a la Eternal Word Television Network (Red de Televisión Palabra Eterna), también conocida como EWTN, un medio conservador, para patrocinar un programa de noticias cinco noches por semana. La donación al programa de noticias en el 2015 fue de $250.000. Hay otro monto de $250.000 para EWTN asentado en el formulario 990 del 2015 descrito como “apoyo general”. La Asociación para la Información Católica de Englewood, Colorado, recibió $245.000 en el 2014 para “apoyar las operaciones de la Agencia de Noticias Católica”, una medio digital que se distribuye gratuitamente. Según su sitio web, fue fundado en el año 2004 en respuesta al llamado de Juan Pablo II a una nueva evangelización.


En los Estados Unidos le presta especial atención a las “noticias relacionadas con la creación de una cultura de la vida”. En junio del 2014, la Agencia de Noticas Católica y su organización hermana ACI Prensa, una Organización de Noticias Católica en español, se unieron a la Red Católica Global EWTN. La casa central de ACI Prensa queda en Lima, Perú, y también opera ACI Digital, un servicio en portugués basado en Brasil. Los Caballeros también financian Crux, un medio digital de noticias católico dirigido por el ex corresponsal de NCR en el vaticano, John Allen Jr. El sitio fue lanzado por el Boston Globe en el 2014 pero duró menos de dos años por falta de auspicios publicitarios. El sitio no hace mucho que está en funcionamiento en este formato, por lo tanto no figura en las declaraciones 990 de los Caballeros, pero en un correo electrónico en respuesta a una pregunta de NCR, Allen dijo que los Caballeros de Colón contribuyen $350.000 al año, contra un presupuesto total de $850.000. La publicidad le genera a Crux unos $125.000 al año, dijo, y otro apoyo viene de DeSales Media Group en la Diócesis de Brooklyn, New York, y de las Arquidiócesis de Washington, New York y Los Ángeles.


John Allen Jr. recibe los auspicios de los KofC.




Anteriormente, Allen ha hablado en entrevistas acerca de la independencia de su publicación, y dijo que los Caballeros no tienen ningún control sobre el contenido. Lo dijo nuevamente al escribir “Nuestro acuerdo con todos nuestros patrocinantes es que nosotros retenemos el control editorial, y todos lo han respetado”.


En otras áreas, que incluyen más proyectos de comunicación, del 2013 al 2015 los Caballeros gastaron:
  • $20.201 en “apoyo a la publicación de una revista”, que no fue nombrada.
  • $147.000 en “apoyo a la transmisión HD (alta definición) de las canonizaciones” en el este de Asia y el Pacífico; y, también en el este de Asia y el Pacífico, $50.000 en el 2014 en apoyo a la visita papal (el Papa Francisco visitó Korea en el 2014) y $33.000 en apoyo a los enlaces de satélite durante la visita papal.
  • $53.496 en Norteamérica en “apoyo a programas y comunicaciones”, sin especificar.
  • $48.425 en Norteamérica en “apoyo al desarrollo de un sitio web,” sin especificar.
  • $60.000 al Centro de Información Católico en Washington D.C., un medio dirigido por dos sacerdotes miembros del Opus Dei, una orden conservadora para quien Juan Pablo II creó una “prelatura personal,” lo que esencialmente se compara con una diócesis global.
  • $207.456 en Europa para “solventar gastos de transmisión de las ceremonias papales.”
  • $100.000 en “apoyo a la oficina de comunicaciones estratégicas de la Santa Sede.”
  • La Congregación de Culto Divino y Sacramentos recibió $100.000 en apoyo al Comité Vox Clara y sus traducciones de textos litúrgicos. Vox Clara es un comité de obispos establecido por la congregación en el 2001 con el fin de hacerse cargo del trabajo que anteriormente realizaba la Comisión Internacional de Inglés en la Liturgia y proporcionar una más tradicional, literal traducción del texto en latín.
  • El Consejo Superiores Mayores de Mujeres Religiosas, una alternativa conservadora a la mucho más numerosa Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, recibió $365.000 en el 2014 para su Asamblea Nacional y Consejo Eucarístico.
  • $158.400 se destinaron a la Universidad Católica de América para establecer una “cátedra del Papa Benedicto XVI en teología.”

Dos montos, $344.277 y $226.351, se encuentran asentados en el documento del 2014 como donados en Norteamérica sin más identificación que “apoyo a diversos programas.” Los Caballeros se negaron a contestar todo tipo de preguntas relacionadas con las cifras que figuran en los formularios impositivos. NCR había buscado explicaciones de algunos de los montos no especificados y de los diferentes formularios presentados. En cada uno de los tres años que se examinaron, 2013, 2014 y 2015 se presentaron tres formularios. Uno de los formularios corresponde a Knights of Columbus Charities, Inc. (Beneficencia de los Caballeros de Colón) [los enlaces de PDF: 2013, 2014, 2015] y contiene donaciones hechas principalmente pero no en forma exclusiva a centros en el país especializados en salud de la mujer y embarazo, como así también donaciones internacionales. Un segundo formulario correspondiente a Knights of Columbus Charities USA Inc. (Beneficencia de los Caballeros de Colón EE.UU.) [los enlaces de PDF: 2013, 2014, 2015]​ contiene montos donados a instituciones católicas como parroquias, diócesis y algunos colegios y universidades.


El último formulario que simplemente corresponde a los Caballeros de Colón [los enlaces de PDF: 2013, 2014, 2015] ​ contiene la mayoría de las donaciones a laboratorios de ideas, fuentes de noticias y agencias dedicadas a temas culturales candentes. La respuesta de Cullen, el vocero de los Caballeros, fue sucinta. En un correo electrónico, en respuesta a las preguntas, escribió: “Los Caballeros de Colón cumple con todos los requisitos relacionados con la presentación del Formulario 990. Generalmente, no hacemos comentarios sobre las declaraciones impositivas”.


NCR también buscó respuesta por parte de Anderson a las caracterizaciones de las organizaciones hechas en este artículo. Cullen respondió en un extenso correo electrónico (ver nota complementaria). Entre los años 2010 y 2014, según se reportó anteriormente en NCR, los Caballeros destinaron más de $1,4 millones para auspiciar a obispos católicos quienes asistieron a talleres de ética médica que incluyeron presentadores que se oponían a la homosexualidad, matrimonio del mismo sexo y paternidad del mismo sexo. Las presentaciones incluyeron posturas psicológicas desacreditadas que sostienen que la gente que se identifica como homosexual o de transgénero pueden “curarse” a través de terapias y así convertirse en heterosexuales.


La capacitación para los obispos en el tema anti-homosexualidad es coordinada por el Centro de Bioética Católico Nacional; según lo reportado a NCR en 2014 por Nicole Sotelo. El centro es otra organización que recibe fondos de los Caballeros de Colón. En el año 2014, recibió $250.000; y en el 2015, $300.617.


Mucha de la actividad política de los últimos años parece estar relacionada con la anterior vida política de Anderson. Su biografía oficial que figura en el sitio web de los Caballeros hace referencia a su “reconocida carrera en la función pública”, pero no aporta detalles. Anderson comenzó su carrera pública trabajando para el senador republicano Jesse Helms, de Carolina del Norte, conocido durante los cinco años de su período en la función como uno de los miembros más conservadores del Congreso. Helms fue un ardiente defensor de la pena de muerte y de la inversión militar y se opuso a la legislación sobre los derechos civiles y el control armamentista. Más adelante Anderson trabajó en la Casa Blanca durante el gobierno de Reagan, como asistente especial del presidente en la oficina de coordinación pública, a cargo de la política interna, los católicos y temas de familia. Notablemente, cuando surgió el tema del SIDA, Anderson no coincidió con el Inspector General de Sanidad de ese momento, General C. Everett Koop, sobre cómo hablar acerca de la enfermedad. Anderson quería que el gobierno utilizara un lenguaje que tuviera un contenido moral en referencia a aquellos afectados. Según la autobiografía de Koop también quería que el Inspector General de Salud dijera que “todos los estadounidenses (no la mayoría de los estadounidenses, como opinaba Koop) están en contra de la homosexualidad, de la promiscuidad de todo tipo y de la prostitución”. Koop escribió que Anderson “parecía no entender que yo no podía decir eso porque no era verdad”. Los Caballeros en Contexto



Faggioli, un editor que escribe en Commonweal y es autor de The Rising Laity: Ecclesial Movements Since Vatican II (El Naciente Laicado: Movimientos Eclesiales a partir de Vaticano II), ve a los Caballeros de Colón como una “versión extrema” de un fenómeno post Vaticano II, el nacimiento de discretos grupos laicos que se han convertido en centros de poder, independientes de toda identificación con la iglesia o diócesis locales o comunidades religiosas.


Dijo que como resultado, esta influencia lleva a la politización del catolicismo, una especie de grupo de presión que en realidad altera la eclesiología de la iiglesia. Al financiar medios y laboratorios de ideas conservadores, dijo, uno puede moldear el discurso de manera que en ciertos temas, una limitada cantidad de voces conservadoras católicas de occidente tienen más peso que toda la comunidad católica africana.


Raramente se compara a los Caballeros con grupos abiertamente evangélicos como el Movimiento Focolare, Comunión y Liberación, el Camino Catecuménico u organizaciones similares de renombre internacional en la era post Vaticano II. Pero la influencia de los Caballeros puede ser mayor y más profunda que la de todos ellos en lo que respecta a proveer fondos a entidades de la iglesia y a grupos que tienen influencia en el pensamiento y la ideología en la esfera pública.


A lo largo de su historia, los Caballeros de Colón ha sido una sociedad bastante política, con frecuencia adoptando posiciones conservadoras y muchas veces ultra patrióticas. Por otro lado, durante la década del 20, abiertamente repudió la postura de grupos de odio como el Ku Klux Klan, y aún llegó a publicar un libro escrito por el conocido autor negro W.E.B. Du Bois, uno de los tantos libros publicados a modo de corregir la visión revisionista de la historia por parte del Klan.


Pero Kauffman, en Fe y Fraternalismo, también destaca que en los años posteriores a Vaticano II a medida que desaparecía de la orden el “rasgo católico de anti-difamación”, la dirigencia intentó “despertar en los miembros mayor conciencia de los temas religiosos y morales que enfrentaba la Iglesia”. Eso, posterior a la década del 60, llevó a la formación de una “diversidad de programas nuevos que reflejaban la proliferación de nuevos ministerios sociales de la Iglesia”. Simultáneamente, las nuevas iniciativas dieron como resultado un salto en los números de miembros y de ingresos. Y con el aumento de fondos, vino una ráfaga de actividades, siendo una parte importante de ellas la subvención de proyectos del Vaticano e iniciativas de los obispos de EE.UU.


Un área en que los Caballeros notaron una carencia fue en la de comunicaciones del Vaticano. Ya en el año 1965, según figura en el sitio web de la organización, los Caballeros donaron un transmisor de onda corta a Radio Vaticano, y desde entonces han ayudado a mejorar los sistemas de comunicación. En el año 1974, por ejemplo, se recurrió a los Caballeros “en busca de apoyo para aumentar significativamente las misas televisadas”.


Al año siguiente, los Caballeros comenzaron a patrocinar la anual transmisión televisiva de la Misa de Gallo en Nochebuena, el Vía Crucis desde el Coliseo el Viernes Santo, la Misa de Pascua, “y una ceremonia especial a determinar cada año” según el sitio web de los Caballeros. En los años siguientes y hasta el 2010 la Orden ha mejorado los sistemas de transmisión para proporcionar emisiones en mayores áreas del mundo, como también “ha suministrado equipos de grabación y transmisión a una unidad móvil para facilitarle a la televisión del Vaticano la emisión en alta definición. Ello ha permitido la emisión de eventos de gran importancia como la inauguración y elección de los papas, el Día Mundial de la Juventud, y encuentros ecuménicos en Assisi”.


A su vez, la sociedad de los Caballeros está muy bien representada en los más altos escalones del Vaticano. En el año 2006, Anderson fue nombrado asesor del Consejo Pontifical para Comunicaciones Sociales, cargo que aún sostenía en el 2015. Es miembro del Consejo Pontifical para el Laicado, el Consejo Pontifical para la Familia, y la Academia Pontifical por la Vida. Anteriormente, estuvo en el directorio del banco del Vaticano.


¿Es dicho acceso el resultado de ejercer influencia -una consecuencia de la inigualable riqueza- o simplemente una recompensa por hacer un buen trabajo? ¿O un poco de los dos? “Desde el punto de vista eclesiológico,” dijo Faggioli, “es una distorción porque la Iglesia Católica se basa en una idea de liderazgo en el cual el sensus fidelium, la voz de los fieles, debe ser igual para todos los fieles”. No existe otra organización equivalente que represente a aquellos que pueden tener diferentes posturas teológicas o que represente a los intereses de los católicos en el mundo en desarrollo. Sin lugar a dudas, los damnificados por desastres naturales o causados por el hombre están agradecidos por la ayuda. Pero, ¿Cómo pueden los laicos en esas circunstancias obtener acceso similar al que tiene la dirigencia de los Caballeros a agencias y funcionarios del Vaticano?


“Debería existir una igualdad fundamental”, opinó Faggioli, “para que el sentido de fe en Africa, Latinoamérica o Asia, sin dinero, tuviera el mismo nivel de peso, valor, relevancia, autoridad, que el de un católico rico del hemisferio norte”. El historiador católico David O’Brian, tiene una visión menos dura al reconocer la “increíble cantidad de buenas obras” que realizan los miembros comunes de los Caballeros de Colón a nivel parroquial y diocesano. Sin embargo, se pregunta si no habrá algún tipo de fisura en la visión del mundo entre los miembros de éstos niveles y aquellos en los escalones más altos de la organización.


Opina que aparentemente Anderson ha recurrido a esta “mayor necesidad para la identidad que los conservadores dentro de la iglesia” han sentido a partir de las reformas de Vaticano II. Es un elemento en la iglesia de los EE.UU., dijo, que siente que la denominación ha “perdido su vigencia, su identidad y tal vez su integridad” en el último medio siglo.


La sociedad de los Caballeros de Colón se encuentra entre los grupos que han “creado temas que marcan la diferencia entre uno y los otros grupos religiosos y con la cultura. Estos tipos se las ingeniaron para conseguir seguidores al combinar sus políticas con la fe“. La campaña de libertad de religión, dijo, “fue un esfuerzo brillante, si bien equivocado, de combinar estas dos cosas”.


Si política y religión son temas de conflicto, el haberlos combinado no parece haber afectado la base de los Caballeros ni su capacidad de permanecer cerca de los centros eclesiales de poder.


En su informe del 2015, según el sitio web de los Caballeros de Colón, “el Caballero Supremo Anderson dijo que el seguro actual llega a los $99 mil millones, monto que se ha más que duplicado en los últimos doce años”.


En el Formulario 990 de los Caballeros de Colón correspondiente al año 2015, la organización declara un ingreso total de $2.234 millones, una caída de alrededor de $50 millones de un total de $2.285 millones en el 2014. En el año 2015, reflejó gastos de $2.165 millones, dejando un saldo neto de $68.859.419, menos que el saldo neto de $115.076.047 con gastos de $2.170 millones en el 2014. Los bienes netos se asientan en alrededor de $1.905 millones para el año anterior. Anderson, quien obtuvo un título en filosofía de la Universidad de Seattle, una institución jesuita, y un título en derecho de la Universidad de Denver, ha publicado varios libros y ha sido ampliamente reconocido con títulos honorarios de instituciones católicas y con honores de otras varias organizaciones.


Su nivel social ha hecho posibles encuentros en persona con papas y, además de sus puestos en el Vaticano, nombramientos como el único laico de Norteamérica en el puesto de auditor en el Sínodo Mundial de Obispos en los años 2001, 2005 y 2008. Ha estado en numerosos comités de la Conferencia Episcopal de los EE. UU. Sus honores papales incluyen La Gran Cruz de Caballero de la Orden de San Silvestre; Caballero de la Orden de San Gregorio el Grande, y una Gran Cruz de Caballero de la Orden del Santo Sepulcro en Jerusalén.