Revista FUERZA NUEVA, nº124, 24-May-1969
En vísperas de un cincuentenario
CITA DE ESPAÑA EN EL CERRO DE LOS ÁNGELES
La España católica revivirá dentro de horas (mayo, 1969), el acontecimiento histórico que centró su afán y su vida hace cincuenta años. Cuando, congregada en el Cerro de los Ángeles, un 30 de mayo de 1919, en torno al monumento levantado como ex voto nacional en el centro geográfico de la Patria coronada por la imagen del Corazón divino de Cristo, Su Majestad Alfonso XIII consagraba oficialmente España al Rey de reyes y Señor de los que dominan.
“… España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra reverente ante este trono de tus bondades que para Ti se alza en el centro de la Península…” “Venga, pues, a nosotros vuestro Santísimo Reino, que es Reino de justicia y de amor. Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la ciencia y de las letras y en nuestras leyes e instituciones patrias…”
“Desde estas alturas, que para Vos hemos escogidos como símbolo del deseo que nos anima de que presidáis todas nuestras empresas, bendecid a los pobres, a los obreros, a los proletarios todos, para que en la pacífica armonía de todas las clases sociales encuentren justicia y caridad, que haga más suave su vida, más llevadero su trabajo. Bendecid a los brazos armados de la Patria, para que en la lealtad de su disciplina y en el valor de sus armas sean siempre salvaguardia de la nación y defensa del Derecho. Bendecidnos a todos los que aquí reunidos en la cordialidad de unos mismos santos amores de la Religión y de la Patria, queremos consagraros nuestra vida, pidiéndoos como premio de ella el morir en la seguridad de vuestro amor y en el regalado seno de vuestro Corazón adorable”.
En aquel hito histórico, España, por voz de su monarca, quedaba consagrada el Corazón divino de Cristo.
Como desafinado contrapunto a este grandioso himno de la fe de España, no faltaron tampoco voces discordantes ahítas de rencor y sectarismo, calificando la decidida intervención del Rey como “inoportuna” e “impolítica”. Eran las mismas voces que doce años más tarde (1931) - lección tremenda de la Historia- quedarían ahogadas en el caos político, arrastrando funestamente consigo en su caída hasta a la propia y ya vacilante Monarquía.
Después, el poder de las tinieblas hundía alevosamente sus garras en las entrañas de la Patria, convirtiendo sus ciudades y sus campos en un inmenso y ensangrentado vía-crucis. Y un día, a fines de julio de 1936, un grupo de los “sin Dios”, un piquete de milicianos, al mando de una mujer para mayor sarcasmo, “fusilaban” sádicamente la imagen del Corazón de Cristo que coronaba el Cerro de los Ángeles. La revista francesa L’ILLUSTRATION, en número de agosto de ese mismo año 36, pudo captar gráficamente esa instantánea soez, vergonzosa y cobarde, comentándola adecuadamente en sus propias columnas. Y en ese mismo agosto, después de varias intentonas frustradas, una poderosa carga de dinamita hacía volar en mil pedazos el monumento exvoto de la Patria. Era justamente el “primer viernes del mes”.
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Con las banderas victoriosas ha retornado a España la paz. Esa paz lograda a costa de la sangre y del sacrificio de los mejores. Y con la victoria, España se ha reencontrado a sí misma; a sus caminos; a su Historia… Es el 18 de julio de 1939. Más de 150.000 personas presencian en el Cerro de los Ángeles el emotivo acto de la colocación de la primera piedra para el nuevo monumento al Corazón divino de Cristo que ha de sustituir al destruido por las hordas de la anti-España. Sólo faltan cinco años para que se cumpla el XXV aniversario de la consagración oficial de la Patria al divino Corazón. Y en esa fecha conmemorativa se celebrará masivamente, el 30 de mayo de 1944 en solemnísimo acto de reparación nacional, con la augusta presencia del Generalísimo Franco.
Todavía el monumento está por terminar. Pero la fe recia de la Patria hará que culmine pronto la obra en la que todos pusieron su afán.Y el 25 de junio de 1965, en el Cerro de los Ángeles se marcaba otro hito glorioso de nuestra Historia. Ante el Gobierno en pleno, representaciones civiles, militares y eclesiásticas, y en medio del silencio impresionante de una multitud enfervorizada, la voz de S. E. el Jefe del Estado, lanzada a los cuatro vientos, renovaba la consagración de España el Divino Corazón de Jesús.
De ello han pasado ya cerca de los cuatro años. Y, ante el magno acontecimiento cincuentenario que se avecina, la VIII Asamblea Plenaria del Episcopado Español, celebrada en noviembre último (1968), acordaba su conmemoración con el estudio y la difusión de la teología y de las exigencias eclesiásticas y sociales de la verdadera devoción al Corazón de Cristo; y al mismo tiempo, el próximo día 30 (mayo 1969), con un solemnísimo acto litúrgico de carácter nacional.
En esta fecha histórica, España se dará cita en el Cerro de los Ángeles, para proclamar ante la faz del mundo el reinado del divino Corazón. Porque ahora más que nunca, en estos momentos cruciales, es necesario que Cristo reine en el corazón de todos los hijos de la Patria.
PEREGRÍN-LUIS LLORENS
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