Cita Iniciado por CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN Ver mensaje
Una aclaración, el amor de Dios es la Caridad, no son cosas distintas. El amor simplemente humano nada tiene que ver con la caridad, aunque sea un amor bueno, por ejemplo el de una madre atea por sus hijos. Dicho amor como no es de orden sobrenatural nada tiene que ver con la caridad. Tampoco es caridad la filantropía, ni la beneficencia laica, para nada. En cambio si es caridad la oración por la conversión de los no católicos hecha por una monja contemplativa.
La caridad en nosotros es la adecuación de nuestra voluntad a la de Dios, nada tiene que ver con sentimientos ni menos con sentimentalismos. Pero para obrar caritativamente hay que estar en gracia, de lo contrario no hay mérito. Asimismo, hay que aclarar que en Dios no hay sentimientos porque es espíritu puro, luego la Caridad no es un sentimiento.
Por otra parte, Santo Tomás no sólo hizo grandes aportes a la teología, sino que es el teólogo por excelencia, y tal como enseñan los Papas quien se aparta de él con seguridad errará. En efecto, apartarse de la doctrina del Doctor Angélico es una imprudencia grandísima. Prácticamente todos los errores del concilio y su heterodoxia que empapa al clero actual es por apartarse de las enseñanzas de santo Tomás y, por supuesto, del Magisterio.
Asimismo, es claro que quien se salva-sin negar sus méritos en virtud de sus obras sobrenaturales- es única y exclusivamente por misericordia de Dios y quien se condena, lo hace por su culpa.

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI.
Cristián:

amor de madre es amor de madre, no importa que sea atea, cristiana, judía o lo que sea.

Amor de madre es amor de madre. Punto. Una madre que no ame a sus hijos, no importa que sea cristiana, no es una buena madre.

Amor no es meramente caridad, sino misericordia.

Cuando San Pedro le pregunta a Jesucristo hasta cuántas veces debo yo perdonar, Jesucristo le responde hasta setenta veces siete. Para los judíos el número más importante era el siete. Está en el Evangelio.

Cuando Jesucristo dice 'hasta setenta veces siete' quiere decir que hay que perdonar siempre. Eso lo enseña la Iglesia Católica.

Si Dios perdona nuestros pecados, entonces Dios no solamente es caridad, sino también misericordia.

Cuando Jesucristo habla de amor, se refiere a la misericordia y la caridad. De lo contrario, no habría perdonado los pecados ni pediría perdonar los pecados de los demás.

La Iglesia Católica enseña que Dios perdona todos los pecados, siempre que el pecador se arrepienta de sus pecados y enmiende su vida, y que el único pecado que Dios no perdona es el pecado de no arrepentirse de los pecados cometidos.

Para arrepentirse de los pecados existe el sacramento de la confesión y la penitencia.