Tiene Ud. razón, Sr. Chanza. Tampoco me opongo a que exista, mismo la creyendo aberrante: incluso me parece imprescindible en la justicia militar, por lo menos en escenario de guerra. Lo que digo es que los cristianos actuales - o mejor, los jueces cristianos - se deberían abstener de proferir sentencias de muerte. Porque no saben lo suficiente. Durante muchos siglos la pena capital fue privilegio de reyes y, cuando no, se aplicaban en nuestros reinos en pleno reinado de Cristo en la tierra. Cuando la legitimidad del poder no estaba rehén de facciones y sólo prestaba cuentas a Dios. Lo que no es el caso de nuestros días.
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