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Tema: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

  1. #21
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Y sí tautalo; pero los andaluchorras, tan caciques como los liberales del XIX, siguen echándole la culpa de todo a la Reconquista; como los bolivarianos a los malvados españoles. El que no se consuela es porque no quiere, y servirse de una falsa historia ( Como Sabino Arana y tantos oros ) es lo más fácil del mundo; luego, fabricas unos estatutos que a nadie le importan y ya tienes el condimento político cumplido. Gracias a Javier de Burgos entre otros, las Andalucías pasan de ser Reinos de las Españas a provincias de tercera fila. A Sevilla y Jaén le rebañan buena parte de su territorialidad. En fin....

  2. #22
    tautalo está desconectado Uno más... que no se rinde
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    ¡Qué razón llevas Ordóñez!

    Y hoy, con el espléndido día que hace en Andalucía, cuando uno da gracias a Dios por vivir y conocer a gente tan buena como la que en este foro lee y escribe, quiero transcribir un poema de D. Francisco de Paula Ureña y Navas (martirizado en 1936 por su fidelidad a la Santa Tradición) que sea un canto de amor a España, por mucho día de Andalucía que puedan celebrar los secuaces (todos ellos, inclusive el PP) del renegado Blas Infante y precisamente por eso: para exaltar nuestro tradicionalismo y fidelidad al hispanismo.

    Se trata de una epístola en verso titulada: "A Ciodólar", escrita en enero de 1901, con el desastre de Cuba bien fresquito, y publicada en su poemario "Hojas y Flores" (1921). Como el poema es muy largo, lo iré publicando en dosis homeopáticas, cuando lo tenga entero, lo puedes publicar, Ordóñez, si es de tu agrado, en el blog de la Santa Alianza, ya escribiré una semblanza de mi paisano poeta:

    A CIODÓLAR.
    Epístola.

    "A ti, Ciodólar, de mi humilde lira
    se eleve el canto. Del amor nacido,
    sólo a vibrar en tu redor aspira;
    que a este pueblo, senil y empedernido,
    llegarán los lamentos de mi musa,
    cual eco sordo entre el frago perdido.
    Sola tú has de escuchar. Frívola excusa
    fuera negarte a lo que amor obliga:
    obligación de amor no se rehusa.
    Mas, ¡ay! ¿Por dónde enternecer consiga
    tu pecho mi aflicción? No sé qué pena
    la primera será que el labio diga.
    ¡Hay tantas que llorar! El alma, llena
    de amarguras crueles, se carcome...,
    ¡mísero trigo que nació entre avena!
    Ni díceme, aturdida, por cuál tome
    sendero fácil, y, al azar rendido,
    dejo al dolor que por la pluma asome.
    ¡Ah! ¡El dolor, el dolor! ¿Habré venido
    para el dolor al mundo? No es la hora
    de responder al funeral gemido.
    Hablemos del dolor. Mas no dolora
    llames al canto que el dolor me inspira;
    di que es sátira triste y mordedora.
    Dolor e indignación son de mi lira
    las cuerdas ¡ay! que pulsaré entre llanto.
    ¿Tú no has visto, Ciodólar, llorar de ira?
    ¡Dolor e indignación! ¿Quién que ame tanto
    de su Patria el honor no los consiente,
    ni los vacia, a poder, en flébil canto?
    ¡La Patria! ¡Pobre Patria! Ayer potente,
    hoy mendigo haraposo; ayer erguida,
    hoy humillada la cerviz valiente:
    reina del mundo ayer, hoy abatida;
    ayer cuna de sabios y guerreros;
    de cobardes y necios hoy guarida;
    el sol fué ayer quien le marcó linderos;
    hoy no tiene más ámbito que el corto
    do se mueven sus tristes pordioseros;
    ayer el mundo contemplaba absorto
    sus naos invencibles por los mares,
    del abismo creyéndolas aborto;
    hoy le queman los barcos seculares,
    y, con infame látigo, piratas,
    de estirpe vil, la encierran en sus lares.
    ¡Alma, a llorar! ¡Que sean cataratas
    la sangre de mis mejillas! Si no lloras,
    matas al bardo y su esperanza matas.
    Mas ¡no! ¡Quiero vivir, llorar!... Las horas
    sean, de mi cuelísima existencia,
    de tan hórrido mal expïadoras.
    Y pues el llanto arranca la clemencia
    del Dios de amor para el que en Él confía,
    hagamos por la Patria penitencia.

    Continuará...

    Por escribir poemas tan bellos, los amantes del "arte degenerado" asesinaron a D. Francisco de Paula Ureña y Navas en 1936. Otro de los andaluces tradicionalistas que si no están en los orígenes del tradicionalismo, sí que debe brillar su nombre en los orígenes del Gran Retorno del Tradicionalismo en este siglo XXI... Esmaltando con su sangre de Mártir, la poesía llena de amor a Dios y a España que compuso. Pudieron matar al poeta, pero no matarán jamás su Canto, mientras haya un solo tradicionalista para reivindicarlo.

    D.P.R.F.

  3. #23
    tautalo está desconectado Uno más... que no se rinde
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Son tercetos y dos erratas detecto: en el sexto verso, donde dice "frago", léase "fragor" y en el quinto verso, empezando por el final, donde dice "cuelísimo", léase "cruelísimo"...

    Soy tan torpe con esto de internet que no sé si puedo o no modificar -corregir- los mensajes. Discúlpenme ustedes.

  4. #24
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Continuación de la epístola en verso "A Ciodólar" de D. Francisco de Paula Ureña y Navas.

    ...

    Mas ¡nada en derredor! ¡Ay! Seca y fría,
    esta corrupta sociedad aún sigue
    por la senda de crímenes sombría.

    Amarrada al error, sólo persigue
    los errores y el mal, cual fin seguro;
    no hay fuerza, no hay poder que la desligue.

    Beoda y vacilante, por el duro
    camino va, de precipicios lleno,
    hasta caer en el abismo obscuro.

    Y, pócimas tomando de veneno,
    la copa tiene en la funesta mano.
    No ha de decir, hasta que apure, "¡Bueno!"

    Mas ¡fuera!, ¡atrás el lloro por insano,
    Ciodólar!, y vibrante rayo sea
    el ronco grito de mi plectro hispano.

    Al humilde tugurio de la aldea,
    al alta torre del alcázar fuerte,
    llegue el rayo que lívido serpea.

    Dignos son todos del furor. La suerte
    será igual del plebeyo y del patricio;
    que autores son entrambos de esta muerte.

    ¡A juicio, noble ruin! ¡Plebeyo, a juicio!
    ¡A confesar la culpa de este crimen,
    y a expiarlo después en el suplicio!

    ¡Patria! Los que, cruelísimos, te oprimen
    con su yugo brutal, aquí los mira.
    Implacable sé tú. ¡Giman, si gimen!

    Aquí todos están. Los que la pira
    encendieron de sórdidas pasiones,
    viciando el aire que doquier se aspira;

    los que, el campo librando de ladrones,
    arrojaron en la banda a las ciudades
    esbirros de sus hambres y ambiciones;

    los que, a cambio de ser celebridades,
    hollaron el honor; los que, reptiles,
    arrastránronse en necias liviandades;

    los que a Dios en los rústicos chociles
    y en los regios alcázares negaron,
    de crasísimo error esclavos viles;

    los que santos deberes conculcaron
    a nombre del Derecho, y en un día
    segunda torre de Babel alzaron.

    Y ¡qué Babel! Horrible alragabía,
    no hermosísima lengua castellana,
    es ya tu rica lengua, ¡oh Patria mía!

    El filósofo charla a la alemana,
    y a la inglesa el político; el que escribe,
    sólo escribe con jerga galicana.

    Y ¡si hablar fuese sólo...! Nadie vive
    que convenga con dos en una idea;
    maremagnum igual no se concibe.

    Buscan, los más, la clara luz febea
    con ansia por doquier; pero sin tino,
    sin fija orientación que norte sea.

    En ingente, espantable remolino
    pierden otros la luz; cierran los ojos,
    y errantes andan por letal camino;

    y todos sobre aspérrimos abrojos
    pisando van, sin que ninguno advierta
    los pies heridos, por la sangre rojos.

    ¡Patria, no más! De tu dormir despierta,
    y a tiranos castiga y a verdugos
    con mano firme y ponderosa y cierta.

    Por cada yugo, al opresor cien yugos;
    por cada infamia del infame, un ciento;
    ¡paguen el jugo de tu ser sus jugos!

    Patria, ¿dudas? ¿Repeles el tormento,
    o dentro de tu ser al hombre halagas,
    que dé a tu voluntad fiel cumplimiento?

    ¡Vanos serán cuantos esfuerzos hagas
    para encontrar un hombre! ¿Hay aquí hombres?
    ¡Sólo hay de niños y mujeres plagas!

    Nombres, sí. ¡Muchos nombres, muchos nombres;
    pero nombres no más. Fuerzas viriles...,
    se ocultan, o no son, aunque te asombres.

    Voy buscando con ansias juveniles
    un abrazo, un corazón, una cabeza...,
    y los encuentro por doquier a miles;

    pero sólo son brazos sin braveza,
    corazones que hiela la pavura,
    y cráneos con un palmo de corteza!

    Y ¡oh colmo de soberbia y de locura!,
    por contraste estupendo de la escoria,
    todos se creen de lo perfecto hechura.

    Nada fue Cicerón en oratoria,
    ni Homero ni Virgilio en poesía,
    ni Heródoto ni César en historia;

    en la ciencia Bacón fué medianía,
    y Alejandro en la guerra sombra vana,
    y en política Augusto flor de un día.

    Los grandes astros de la historia humana
    no se han visto hasta ayer en nuestro cielo;
    ¡ya lo dirán los hombres de mañana!

    Mas ¡ay, Ciodólar!, de la Patria el duelo
    voy aumentando sin querer; sus ojos
    lágrimas dan con que se quema el suelo.

    ¿Qué prestan a una madre los despojos
    del hijo de su alma? Sólo pueden
    acrecer su amargura y sus enojos.

    ¡Pero no mitigarlos! Queden, queden
    en lo oculto del alma otros horrores;
    la piedad y el amor decirlos veden.

    Busquemos, dulce amiga, a los dolores
    de la Patria infeliz remedio y calma,
    sus espinas trocando en bellas flores.

    ¿Crees imposible conquistar la palma,
    triunfando de esta muerte? Pues ignoras
    que el mágico amuleto está en el alma.

    ---------------------------------------------------------Continuará...

  5. #25
    tautalo está desconectado Uno más... que no se rinde
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Hubo aquí un tiempo en que las huestes moras,
    constantemente y dondequier vencidas,
    pudieron convertirse en vencedoras.

    Fué la causa el hallarse corrompidas
    las públicas costumbres, y en rincones
    las valientes espadas escondidas.

    A la noble ambición, las ambiciones
    sórdidas y bastardas sucedieron,
    en cabañas lo mismo que en salones.

    La molicie y el lujo renacieron,
    enervándolo todo, y la hidalguía,
    la amistad y el deber, juntos, murieron.

    De los altos alcázares venía
    la corriente maléfica, y la plebe,
    bebiéndola también, mala, se hacía;

    que es verdad innegable que el que bebe
    veneno, aunque se mata, da veneno,
    con que puede, a su vez, matar aleve.

    El ambiente social estaba lleno
    de pútridos miasmas, emanados
    del dondequiera nauseabundo cieno.

    Mas, cuando todos, de vivir cansados
    -si aquello era vivir-, inquietantemente,
    aires buscaban de bondad cargados,

    un sol de suave luz en el oriente
    de la Patria nació, cuyos fulgores
    derramaron bondad en el ambiente.

    ¡Era Isabel! Pisando en los dolores
    y subiendo por negras amarguras,
    hasta el trono llegó de sus mayores.

    Grave, con dignidad en las alturas
    del trono, y a la vez dulce y sencilla,
    las foscas sombras convirtió en alburas.

    Su ejemplo de virtud llevó a Castilla
    el mágico amuleto que, sin ruido,
    fué cambiándolo todo a maravilla.

    Y aquel pueblo, sin pulso y sin sentido
    -ya cadáver quizá-, que recibiera,
    fué por ella en gigante convertido.

    Y colocó la indómita bandera
    de la Alhambra en las torres, acabando
    la lucha que Pelayo acometiera.

    Y atravesó los mares, que espantando
    habían estado al mundo, de su entraña
    otro mundo grandísimo arrancando.

    Y avanzó y avanzó, simpre en campaña,
    titánica y audaz, hasta que hizo
    que casi el orbe se llamara España.

    ¡Obra de la virtud! Este el hechizo
    y el amuleto fué con que en atleta
    se trocó un pueblo débil y enfermizo.

    Sigamos, pues, la senda, aunque secreta,
    de la virtud amable, y otras horas
    esperemos hallar con alma quieta.

    Grandes son las virtudes que atesoras
    en tu espíritu hermoso; más hermoso
    que tus femíneas gracias seductoras.

    ¡Acude, corre a Dios!; que Él, bondadoso,
    tu plegaria escuchando ardiente y pura,
    antes que vengador, será piadoso.

    Y trocará en luz alba la negrura,
    y en placer inefable los dolores,
    y en valor temerario la pavura,
    y las espinas ásperas en flores.

    (Torredonjimeno, Enero del Año del Señor de 1901. Francisco de Paula Ureña y Navas.)

    -----------------------------------------------------Aquí finaliza el poema, largo, pero vigente tras ciento seis años. Publicado por vez última en el año de 1921. Publicado esta vez, hoy, 28 de febrero de 2007 por este humilde amanuense que venera la gloria de nuestros Antepasados. Todo lo hermoso que en él veais a Dios y al Poeta lo merecéis, toda errata que haya achacádmela a mí.

    Después del llanto y el dolor, la luz que se hace con los rayos de esa Santa Reina que tuvimos...

    ¡Gloria a España en sus Mártires, en sus Santos y en sus Guerreros!

  6. #26
    Avatar de Ordóñez
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Excelente poema; reconozco que no lo conocía. Me ha recordado cierta " tonada épica " como he visto también en un Joan Manoel Pintos, un Bernardo López García o un Ventura Ruiz Aguilera

  7. #27
    Avatar de Ordóñez
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Señores, ha nacido algo, por pequeño que sea: Un blog sobre el estudio y la valoración de la presencia andaluza en el Tradicionalismo Español. Ya conoceréis sus trabajadores..... http://reynosdelandaluzia.blogspot.com




  8. #28
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    No sé, Ordóñez, pero me da a mí que los del Reino de Jaén iremos de cabeza a defender otra vez Dios, Patria, Fueros y Rey legítimo...

    Como te he comentado en privado, estoy reuniendo una "partida" que muy pronto se echará al monte, con la bota de vino y el escopetón...

    Los hay de todas las edades, y son de los que se han reencontrado en el Carlismo que mamaron sus abuelos... Carlismo de gente del pueblo llano, con el detente bala del año 1836. Y hasta hay algún descendiente de esos guerrilleros carlistas de Jaén que reproduces en el blog... En concreto, al que me refiero es un tatatataranieto de José Fernández...

    Un saludo!

    Y parafraseando al señorito notario de Cantillana, el de las gafitas y la chilava... quiero gritar:

    Reinos de Andaluzía por España y la Hispanidad!

  9. #29
    Avatar de Ordóñez
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    No sé, Ordóñez, pero me da a mí que los del Reino de Jaén iremos de cabeza a defender otra vez Dios, Patria, Fueros y Rey legítimo...


    ¿ Dónde hay que firmar ?

  10. #30
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Reproduzco un artículo de D. Juan Manuel Ortí y Lara.

    D. Juan Manuel Ortí y Lara nació en Marmolejo, Reino de Jaén, en 1826. Estudió Derecho y Letras en la Universidad de Granada, pero abandonó la abogacía después de haber ganado un juicio en que había defendido a un reo que, pese a ser culpable, salió sin cargos gracias a la excelente apología del abogado de Marmolejo.
    Retirado de la profesión leguleya, ocupó la cátedra de Metafísica en la Universidad Central de Madrid, defendiendo con denuedo el neotomismo. Fue director de La Ciudad de Dios, La Ciencia cristiana y El universo -revistas católicas.
    Combatió los errores del krausismo, el liberalismo.
    Murió en 1904.

    Un filósofo olvidado que merece la pena que reivindiquemos. Un filósofo del Reino de Jaén al servicio de la Tradición. Otro de los precursores del Tradicionalismo Andaluz.

    Pido que el artículo se lea atendiendo al contexto internacional de 1867.

    El Pensamiento Español. Edición semanal
    Madrid, sábado 26 de enero de 1867


    Las nacionalidades pequeñas

    Hemos visto en La Reforma exaltadas la grandeza y sabiduría de las leyes biológicas de la humanidad, conforme a las cuales es descuartizada por última vez Polonia, y amenazada de muerte toda nación pequeña por el progreso humano que pide a voz en grito la formación de grandes, de inmensos Estados: nos toca, pues, salir a la defensa de la justicia, y por consiguiente del verdadero progreso y libertad legítima de los pueblos personificados en esa misma Polonia, que exhala como nación su postrer aliento bajo la extraña ley de vida (que esto quiere decir ley biológica) que la condena a muerte.
    ¿Qué razones trae La Reforma para justificar por esta extraña ley biológica que preside al desarrollo progresivo de la humanidad, la extinción de la nacionalidad polaca y en general la de toda nacionalidad subdividida? Nosotros a la verdad no hemos encontrado ninguna; pues no tenemos por razones las palabras en que se nos habla de ideales, desarrollo, progreso humano, leyes biológicas, decretos del destino, y otras a este tenor que son harto comunes en tales casos. Lo que vemos desgraciadamente son hechos, hechos como los acaecidos en Italia, en Alemania, en Polonia, hechos si se quiere consumados, mas no por esta razón justificados. Para las escuelas fatalistas, a que pertenece el articulista de La Reforma, todo lo que sucede, por consiguiente aun los crímenes más odiosos, todo es bueno, santo, todo contribuye al progreso de la humanidad y se acerca al supuesto ideal que sueñan sus nuevos apóstoles. ¿Pero con qué título pretenden estos que el público en general reciba como oro molido la doctrina del fatalismo histórico; y justificar con la teoría de los hechos consumados la conculcación del derecho de nacionalidad en los Estados débiles o inermes por los que tienen fuerza para oprimirlos y aun quitarles la vida?
    La constitución de grandes Imperios a expensas de los pequeños, no es cosa nueva, como no lo es cosa ninguna debajo del sol, y por consiguiente mal puede ser mirada como una forma del progreso humano. Dos son los elementos o principios en que se funda lo que llama La Reforma, la ley biológica de la humanidad conforme a la cual se forman las grandes nacionalidades, conviene a saber: de una parte la idea material de la grandeza, cifrada en el número y en el poder físico, y de otra el menosprecio del derecho cuando su poseedor es débil o está vencido. Ahora bien, ¿quién no reconoce estos principios entre los antiguos? La fuerza material fue una de las diosas adoradas por la antigüedad gentílica; lo cual se explica muy bien reflexionando con Bosuet que oscurecida y adulterada en el mundo gentilico la idea de Dios, solo se conservó en los ánimos un vago recuerdo de sus atributos, singularmente del poder y de la grandeza. Todo lo que se mostraba revestido de gran potencia, física especialmente (pues el sensualismo de las costumbres solo había dejado al hombre los ojos carnales), era reputado y adorado por Dios, hasta las mismas pasiones humanas, la ambición por ejemplo, cuyo poder sobre los hombres en su estado de corrupción es verdaderamente estupendo. En cuanto al menosprecio del derecho, sabido es que entre los antiguos estaban divididos los hombres en sus relaciones con el Estado en dos categorías: ciudadanos y enemigos, y estos últimos en vencedores y vencidos. ¿Cuál era el derecho de los vencidos? Ninguno. La Reforma lo ha recordado muy bien: ¡vae victis!
    Ahora bien, estos eran los principios del derecho de gentes pagano, de los que habían de originarse necesariamente conquistas, anexiones, extinción de nacionalidades pequeñas, y formación de las grandes, según la ley biológica de La Reforma seguida entre los peces, que unos devoran a otros, los grandes a los pequeños. Léase la historia de los antiguos imperios, y se verá confirmada por los hechos esta verdad. ¿Qué nacionalidad fue respetada del asirio, del persa, del macedonio, del romano? Al fin los unos fueron destruyéndose a los otros, hasta que el último absorbió en su vasta unidad a todos los pueblos y naciones y duró en la dominación del mundo hasta que la piedrecita bajada del monte destruyó la estatua de colosal grandeza, cuyos pies eran de barro.
    Hace mucho tiempo que los hombres pensadores, y sobre todo los entendimientos ilustrados por la fe, vienen observando en las sociedades modernas un descenso rápido del punto de verdadera grandeza moral a que fueron elevadas por la Iglesia. La vida interior de los pueblos, las costumbres públicas, el culto de los intereses materiales, la triste condición del pobre, todos son indicios de esta decadencia, que bien mirada no es otra cosa que un retroceso a la brutalidad pagana. Pero todavía resalta mas esta degradación espantosa en el orden de las relaciones internacionales De los dos últimos principios que la razón humana había proclamado por sí misma en los últimos tiempos, a saber, el equilibrio europeo, y el derecho de las nacionalidades, el primero sobre ser puramente mecánico y de todo punto extraño a las exigencias de la justicia y del derecho, está violado hace ya tiempo, como lo prueba el rompimiento de este mismo equilibrio, en el estado presente de las cosas, recientemente observado por el conde de Chambord; y en cuanto al otro principio de las nacionalidades, este no debe entenderse de las que no están subdivididas, es decir, de las que son débiles y pequeñas y carecen por consiguiente de fuerza para resistir la tendencia absorbente de los Estados poderosos. Aquí tenernos, pues, si no la adoración de la fuerza bajo una forma mitológica, por lo menos la constitución de su reino, sustituido al reino del derecho, menospreciado y conculcado en el débil, en el pequeño. ¿Qué resultará de aquí? Resultará que la tendencia del progreso moderno a la extinción de toda nacionalidad subdividida, roto el equilibrio europeo, y conculcado el derecho en Italia, en Polonia, se convertirá en un hecho fatal, constituyéndose grandes Estados, y acaso uno solo, el imperio todo carnal, opresor, que está augurado, y que bien puede ser el reino del Antecristo. Entonces volveremos a estar en plena Babilonia, cuando cautivos los hijos de Israel, pretendía el cesarismo dominador en la persona de Nabucodonosor que el mundo entero hincase las rodillas delante de su estatua.
    Lejos estamos, pues, de negar la tendencia pagana a que se refiere La Reforma; lo que negamos es, que los hechos en que esta tendencia se va mostrando sean una ley de la humanidad (¡pobre humanidad si Dios le hubiera puesto por imposible semejantes leyes!); lo que negamos es que hechos tales como la extinción de Polonia, y en general la constitución de grandes Imperios modernos levantados sobre el pedestal de la fuerza sin derecho, que oprime y mata a los Estados pequeños, sea un progreso de la humanidad, como dicen, y no un espantoso retroceso al paganismo bárbaro en que era adorada la fuerza material bajo la forma de la grandeza mecánica y bajo la otra forma del atractivo de las pasiones. ¡Maravilloso progreso!
    No, las nacionalidades pequeñas no pueden moralmente ser absorbidas, devoradas, asimiladas por las grandes. ¡Ah! si todo lo pequeño hubiese de perecer en el mundo! Años pasados decía un católico sincero, que cuanto un Estado era más pequeño, tanto era más grande el soberano: nadie ciertamente pudo pasar por tamaña paradoja; pero no lo sería si se dijese que cuando el Estado es más pequeño, más débil, más desamparado, tanto es más fuerte, más sagrado, más inviolable su derecho a ser respetado de los demás. La justicia no se mide por las leguas de territorio, ni por el número de los fusiles, o el alcance de los cañones. Aunque se aplique a intereses pequeños, ella es grande, infinitamente más grande que todo interés en cuyo nombre se la quiera sacrificar. Y aunque se divida y subdivida el objeto a que se aplica, ella no se divide, porque es una, eterna, indivisible. Las nacionalidades subdivididas pueden, pues, invocarla contra las grandes nacionalidades; y cuando su clamor no es oído, cuando la fuerza responde a esta invocación sagrada del derecho, la tiranía podrá consumarse, pero la conciencia cristiana protestará en nombre de la justicia, e impedirá siempre que se erija en principio, en ley biológica del progreso humano el hecho reprobado por ella.
    Hemos invocado hasta aquí simples consideraciones de justicia en pro de las nacionalidades subdivididas; pero bien pudiéramos invocar asimismo grandes razones de verdadera utilidad; pues como sucede siempre, lo útil es consecuencia indefectible de lo justo. Las naciones pequeñas, como las grandes, tienen su vida propia, y toda vida tiene su principio en el Criador y conservador de las cosas, que nada ha hecho sin razón suficiente, ni sin que forme parte del orden universal de las cosas, no ya sólo las naciones pequeñas, pero hasta el más vil insecto. Nada hay más contrario a este orden que la uniformidad abstracta de los mecanismos humanos, donde falta la riqueza, la variedad, la armonía, sin las cuales el orden mismo no se concibe. Así el reino internacional como el animal, consta de especies superiores e inferiores, de individuos grandes y pequeños, de fuerzas y elementos varios en grandeza, influencia, origen, tendencias, todo lo cual constituye la gran riqueza de una civilización una y varia juntamente, como todo lo que es verdaderamente grande y bello. Así por las mismas razones del progreso de la humanidad y aun del verdadero interés de los grandes Estados, que en nada difiere de la justicia, deben estos respetar los Estados menores y mínimos que concurren al equilibrio, a la paz, a la armonía del conjunto, y a su mayor gloria y ornamento; porque como se ha observado muy bien, el amor patrio, mayor en los Estados pequeños, produce maravillas, y explica en parte que en todos los ramos de la humana cultura sea proporcionalmente mayor el número de nombres ilustres que recuerdan obras grandes y bellas, gloria de las letras, de las artes, y en general del genio y del poder del hombre. Decimos en parte, porque nada valdría aquel amor sin el auxilio de Dios, que se complace en valerse de lo que es pequeño humanamente hablando para las cosas grandes que tocan al gobierno de su Providencia.
    Pero vamos acaso siendo ya difusos, y es razón concluir. «Borrar del catálogo de las naciones, diremos con un autor ilustre por su ciencia cristiana, aun a la menor de todas ellas, fuera del caso en que sea justo que perezca para la salud de los demás; no sólo es un asesinato político que clama venganza, sino un crimen salvaje que, destruyendo un resorte oculto pero necesario o muy útil para la vida de todos, puede ser causa de una desorganización universal.» (Martinet, Science social, libro III, capítulo III.)
    Juan Manuel Ortí y Lara

  11. #31
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Cita Iniciado por tautalo Ver mensaje
    Como te he comentado en privado, estoy reuniendo una "partida" que muy pronto se echará al monte, con la bota de vino y el escopetón...
    Supongo que será una broma...

  12. #32
    Avatar de Ordóñez
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Kontra, no subestimes el genio andaluz

  13. #33
    tautalo está desconectado Uno más... que no se rinde
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Es una manera de hablar... estimado forero, pero que conste que ganas no faltan...

    Digo de ir a cazar conejos y otras alimañas.

    Lo que sí es cierto es que se va haciendo algo por aquí... Que hay gente joven que quiere hacer cosas...

    Y un día de campo no está mal para nadie, eh?



    Un saludo!


  14. #34
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    Re: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    Quien quiera ver actualizaciones de esta temática que acuda a http://reynosdelandaluzia.blogspot.com . Ya hay unas cuantas

  15. #35
    Avatar de Ordóñez
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    Respuesta: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    DEL REQUETÉ ANDALUZ ( 1 )

    TERCIO DE REQUETÉS DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
    Arreondo y oros Oficiales del Tercio
    El día 17 Diciembre aparece por primera el nombre de TERCIO DE REQUETÉS DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED DE JEREZ DE LA FRONTERA cuyos efectivos habían salido para el frente de Córdoba el día 11 de Diciembre de 1936. Doscientos cuarenta Requetés mandaos por el capitán Francisco Zuleta, al mismo tiempo una segunda sub-columna salía con unos 70 Requetés para el frente de Málaga.
    Los Requetés de JEREZ DE LA FRONTERA se unirían a la COLUMNA REDONDO en Córdoba donde se encontraba casi la totalidad del Requeté andaluz (El Heroico Requeté Andaluz) desfilando en la Ciudad el día 12 de Diciembre unos 2000 Requetés mandados por el Comandante Redondo.
    La noche del 19 de Diciembre en el frente de Cañete de las Torres se despliega el Tercio por primera vez en primera línea de fuego. El día 20 avanza en vanguardia apoyada por el Tercio Virgen de los Reyes, mientras la artillería Nacional bate Cañete y Bujalance, ocupándose el primer pueblo. La marcha sobre Bujalance (Bastión del Anarquismo Andaluz) junto con los Tercios del Rocío y San Rafael es coronada con su Liberación el día 20 de Diciembre.
    El día 24 se fija como objetivo Montoro y el Tercio de Nuestra señora de la Merced va en vanguardia de la sub-columna del Comandante Pérez de Guzman hacia las 9 horas se traba fuerte combate con un batallón de la XIV Brigada Internacional que llegaba del Villa del Rio siendo los Requetés Jerezanos los que llevaron el peso de la acción, siendo especialmente brillante (COMO SIEMPRE LO FUE ENTRE REQUETES Y EXTRANJEROS) y Montoro será LIBERADO para Dios, La Patria y el Rey.
    El 27 toda la columna Redondo marcha hacía Lopera donde el Tercio de la Merced ocuparía el "CERRO DE SAN CRISTOBAL" y lo defendería con bravura Carlista. El día 29 se prepara la columna Redondo para Liberar Porcuna, pero ya sabemos, que debido a que los Gubernamentales contraatacan Lopera, la Columna de Pérez de Guzman regresa a toda prisa, en una marcha infernal, por entre los campos para cargar a LA BAYONETA con el enemigo al que desaloja de sus posiciones aliviando la presión sobre sus compañeros y reocupando Heroicamante Lopera.
    El día 1 de Enero de 1937 y en conjunto con la Columna Redondo al completo el Tercio Recibe la orden de avanzar en vanguardia sobre Porcuna. El capitán Zuleta con cien Requetés entra en Porcuna al mediodía del día 2 de Enero pasando a ocupar posiciones en trincheras orientadas hacia Valenzuela. Terminando una de los episodios mas brillantes de la Cruzada de Liberación de Andalucía del terror rojo contabilizando la casi completa eliminación de la IX Brigada Internacional mandada por los generales comunistas que ya conocemos. LOS REQUETÉS ANDALUCES NO QUISIERON EXTRANJEROS EN SU TIERRA.
    Esas operaciones le valieron al Heroico Requeté Andaluz la medalla militar colectiva.
    En los días siguientes el Tercio quedaría en posiciones de Porcuna, luego pasa a Bujalance y posteriormente a Porcuna donde vuelve a sus posiciones del "Cerro de San CRISTOBAL" donde repelieron frecuentes ataques gubernamentales.
    El día 28 de Abril el mismo General Queipo de Llano impone al Tercio la segunda Medalla Militar Colectiva junto con el Virgen del Rocío por las operaciones de Villanueva del Duque. El día 3 de Mayo el Tercio parte para Madrid para el Desfile de la Victoria el día 19 de Mayo del año de la Victoria de 1939.

    Página Principal de Tercios Requetés

  16. #36
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  17. #37
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    Respuesta: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    LA MUERTE DE NUESTROS REINOS



    - Nos lo envía un correligionario del Reino de Castilla. En estos días, se cumple el aniversario de la artificial división de España en provincias, obra de J. De Burgos, prócer de la Isabelona; desapareciendo así nuestra Tradición Regional y genuinamente política. Algo contra lo que siempre peleó el Carlismo. De Reinos Españoles nos convertimos en provincias de caciques, cosa que aplauden los andalucistas; y hasta hoy sufrimos las consecuencias y las falsas rivalidades. ¿ Y nos acusarán a nosotros encima de no querer la unidad nacional ? Ahí tenemos los frutos del artificio a lo largo de dos siglos. Más que consumada la ignominia, la patria agoniza.....



    “Artículo 2. La Andalucía, que comprende los reinos de Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, se divide en las ocho provincias siguientes: Córdoba, Jaén, Granada, Almería, Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva. El de Aragón se divide en tres provincias, a saber: Zaragoza, Huesca y Teruel. El principado de Asturias forma la provincia de Oviedo. Castilla la Nueva continúa dividida en las cinco provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara. Castilla la Vieja se divide en ocho provincias, a saber: Burgos, Valladolid, Palencia, Ávila, Segovia, Soria, Logroño y Santander. Cataluña se divide en cuatro provincias: Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona. Extremadura se divide en las de Badajoz y Cáceres. El reino de León en las de León, Salamanca y Zamora. El de Murcia en las de Albacete y Murcia. El de Valencia en las de Valencia, Castellón de la Plana y Alicante. Pamplona, Vitoria, Bilbao y San Sebastián son las capitales de las provincias de Navarra, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa. Palma la de las Islas Baleares. Santa Cruz de Tenerife la de las Islas Canarias.”””.

  18. #38
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    Respuesta: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    AL GENERAL GÓMEZ



    Gloria a Dios en el Cielo,
    Y en la tierra paz a los hombres
    Que aman al Señor; ahí
    Estuvo el General Gómez,


    Caudillo del Reino de Jaén,
    Héroe de la Legitimidad,
    Realista de viejos tiempos,
    Mítica epopeya peninsular,


    La Piel de Toro para el que supo,
    La bella Córdoba reconquistar,
    Don Miguel Gómez Damas,
    Signo de altanera lealtad,


    Una vida al servicio,
    De la Contrarrevolución,
    Oh, querido Adalid Carlista,
    Cuán grande es nuestra admiración,


    El nervio de Torredonjimeno,
    Selló la ibérica impronta,
    Salió el sol por la Sierra Morena,
    Religión, Patria y Corona,


    Cabalgó con hombres libres,
    Todo un discípulo de San Fernando,
    En jerarquía y hermandad,
    Por la bandera de Don Carlos,


    Campeador del Mediodía,
    Garra viva, como Ben Hafsun,
    Caballero de la Virgen de la Cabeza,
    El noble centinela del Sur,


    Sus últimos días en la Francia,
    Mas sin olvidar la boina,
    Invicto Español de Andalucía,
    Nos inclinamos, pues, ante su memoria,


    ¡ Honor y Gloria al General Gómez,
    Por Dios, la Patria y el Rey,
    Que los carlistas seguimos el Trilema,
    Sacra e Hispánica Ley !





    BOINA ROJA DEL SUR









    Boina Roja del Sur,
    Lleva, pues, con orgullo,
    Lleva por la España toda,
    Tu impronta de andaluz,


    Hermano del olivar,
    Guardián de Sierra Morena,
    Con espíritu noble,
    De aventurero del mar,


    Los carlistas andaluces,
    Son espadas de San Fernando,
    Príncipes de la Mozarabía,
    Cuyo estilo bien reluce,


    Defensores de la Tradición,
    Caballeros de la Virgen,
    Boinas Rojas de lealtad,
    Boinas de Sureño Honor,


    Discípulos de la mejor jefatura,
    Desde el glorioso General Gómez,
    Con Fal-Conde y con Barrau,
    Legitimistas de altura,


    Reinos de las Españas,
    Son las Andalucías,
    Y no provincias caciquiles,
    De oligarquías canallas,


    Boina Roja del Sur,
    Cuida bien de tus pelayos,
    ¡ Por Dios, la Patria y el Rey,
    Gloria al Requeté Andaluz !




    A LA MEMORIA DE AURELIO BARRAU





    Aurelio, amigo y señor,
    Aurelio, maestro y correligionario,
    ¿ Qué estrella del cielo,
    Andas ahora custodiando ?


    Aurelio: Bien mereces un poema,
    De Rubén Darío o de Quevedo,
    Yo sólo te ofrezco lo mío,
    Porque de talento carezco,


    Grandes recuerdos albergan,
    Subiendo Despeñaperros,
    Y en nuestra misma Sevilla,
    Más grato es el recuerdo,


    Recuerdo el Oriamendi en vascuence,
    Como recuerdo la Marcha Real,
    Lo primero te sorprendía,
    En lo segundo, actitud marcial,


    En el Cerro de los Ángeles,
    Una fotografía nos inmortaliza,
    ¡ Cuánto orgullo me invade,
    Al recordar tan grata compañía !


    Créeme, admirado legitimista,
    Si te digo que mi lágrima es sincera,
    Y que al recordarte con justicia,
    La sonrisa es mi compañera,


    Aurelio, cuánto te extraño,
    Cuánto, cuánto te echo de menos,
    Porque fuiste un tesoro para el Carlismo,
    Y de la Comunión fuiste tesorero,


    Llegará el día, Aurelio, en que
    El Requeté se reorganizará,
    Y tu brava y gallarda impronta,
    A muchos de veras guiará,


    Como desde Sevilla nos guía,
    El pendón de San Fernando,
    Como Nuestra Señora del Rocío,
    Nos protege con su manto,


    Aurelio, por el Sacro Trilema,
    Aquí seguimos los tuyos,
    Orgullosos siempre de tu memoria,
    Por tu legado tan fecundo.

  19. #39
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    Respuesta: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

    LA VISIÓN DE JAÉN DE UN POETA TRADICIONALISTA

    Francisco de P. Ureña Navas. Poeta tradicionalista nacido en Torredonjimeno (Reyno de Jaén) fue asesinado en Madrid por las hordas rojas en 1936... Es el otro García Lorca que nadie reivindica.




    VISIÓN DE JAÉN


    Señora: pues sois de la ínclita España
    Quien luce las flores, orlada la sien,
    Sufrid que os entregue, cogidos en maña,
    La humilde violeta, la pálida extraña
    Y el dictamo blando, que os brinda Jaén.

    Quisiera ofreceros espléndida rosas,
    Magnolias, claveles, azahar y jazmín,
    Y cárdenos lirios y hortensias vistosas,
    Con todas las flores, fragantes y hermosas,
    Que ostenta el hesperio lozano jardín.

    Mas de él a entregaros las galas no voy
    Con nácares bellos en áureo collar;
    Ni argénteas ajorcas con gemas os doy,
    Pues, ínopes todos allí de do soy,
    Por más que lo quieren, no tienen que dar.

    Mi tierra es la tierra de la Andalucía,
    Que menos parece de sello andaluz:
    Ni en luengas llanadas cuadrúpedos cría
    -corceles o toros-, ni en vano porfía
    Por rubios trigales, en vez de orozuz.

    Por eso a nosotros, los pobres jurdanos
    -giennenses, sin duda, debiera decir-,
    Apenas nos miran con ojos hermanos
    Aquellos que beben, gozosos y ufanos,
    Las aguas jaenesas del Uuad-el-Quivir.

    Aquí, en esta fiesta, por rara ventura
    Logramos la dicha de asiento obtener;
    Que a un pueblo sin nombre, perdido en la obscura
    Región de lo ignoto, sin fuerza ni holgura,
    ¿quién hay que lo quiera tan alto ascender?

    Sus montes y llanos, cien veces al día,
    De trenes veloces cruzados están;
    Mas son como silfos centauros con guía,
    Que al centro, o del centro, de la Andalucía
    -latidos del mundo- retornan o van.

    No allí miran nunca, pues nunca allí tienen
    Motivos de excelsa divina ilusión;
    Ni, avaros de goces, el paso contienen,
    Halagos buscando que el pecho les llenen,
    Con ondas felices, de dulce fruición.

    De sierras peladas la ruda aspereza,
    De míseros valles el mísero bien,
    A cambio de alguna mezquina grandeza,
    Pregonan la causa de helor y pobreza
    Del, ínope siempre, moruno Jaén.

    Tal fuera mi canto, Señora, si fuera
    Del grupo giennense reflejo o trasluz,
    La de él mal formada noción o quimera,
    Pues es, en justicia, valiente cimera
    Y airón de la gloria del pueblo andaluz.

    Por dicha no es ese concepto menguado
    -de ignavia o desidia, falaz expresión-
    Aquel que en los siglos con oro ha grabado,
    De rico y de fuerte, de noble y de honrado,
    Con prez para España, mi patrio rincón.

    En él sacros montes de eterna verdura,
    Que plácida besa la Aurora al salir,
    Despeñan ruidosos, de olímpica altura,
    A un lado, las aguas que bebe el Segura,
    Y al otro, las aguas del Uuad-el-Quivir.

    Lanzadas aquéllas al gran Mar Latino,
    Siguiendo las otras el curso del Sol,
    Si a razas y pueblos, de incierto destino,
    Fijándoles rumbo, les dieron camino,
    Los rumbos trazaron al genio español.

    Valiente cintura de cumbres riscosas,
    Con fértiles valles haciendo un edén,
    Dió abrigo y delicias a gentes briosas,
    Que siglos y siglos vivieron dichosas,
    Las tierras llenando que llena Jaén.

    Y tales riquezas y brillo alcanzaron,
    Tal nombre a sus minas logaron prestar,
    Que, estrechos los montes, los montes dejaron
    Y, altivos, potentes a Cástulo alzaron,
    No lejos del margen del Uuad-el-Limar.

    En Cástulo, Himilce –mujer peregrina,
    De hechizos de saga, de regio esplendor-,
    A Aníbal, el grande, seduce y fascina;
    Y al genio que al genio de Roma domina,
    Lo mira rendido…, rendido de amor.

    Del tiempo las fauces, que todo lo tragan,
    Tragáronse aquella riqueza y poder:
    Ya de ellos ni sombras discurren ni vagan,
    Y flébiles piedras y musgos propagan,
    Con lágrimas de hoy, las glorias de ayer.

    Volcáronse tronos, coronas cayeron,
    Del mundo dos veces con gran conmoción,
    Y bárbaras hordas dos veces vinieron
    Y en loco exterminio dos veces cubrieron,
    De ruinas y sangre la hispana Nación.

    Cual aguas revueltas de inquieto océano,
    Que en flujo y reflujo ya vienen, ya van,
    El pueblo muslime y el pueblo cristiano
    Se aprietan, se agitan, destrúyense en vano,
    Mostrando en la lucha furor de titán.

    Y pasan los lustros en brava pelea,
    Y pasan los siglos en guerra sin fin;
    Y estéril deplora crueldades Astrea,
    Pues, viva en los pechos del odio la tea,
    Ni cede el cristiano, ni cede el muslím.

    Ya Palas en furias terribles estalla,
    Cansada del vago guerrero vaivén;
    Y a miles y miles de alárabes malla,
    Que, fieros, dispuestos a fiera batalla,
    Destruyan las huestes de Europa en Jaén.

    ¡No, no!; que Dios quiso, realzando su gloria,
    Que aquel santo cielo, bendito, andaluz,
    Cual sol que fulgure por siempre en la Historia,
    Mostrara a los hombres, tras alta victoria,
    Con bien para el mundo, triunfante la Cruz.

    ¡Así Dios castiga los pueblos sin alma,
    Que al suelo, cual bestias, pegados están!
    ¡Así sus audaces proyectos ensalma!
    ¡Así da a los buenos del triunfo la palma,
    De fe y de justicia premiando el afán!

    Y muerta en las Navas la líbica fiera,
    Deshechos los hijos del triste Ismael,
    Ya puedo el Rey Santo vencer dondequiera;
    Ya pudo en las torres la invicta bandera
    Poner de la Alambra la invicta Isabel.

    Las águilas luego de Carlos volaron,
    Tomando atrevidas la altura del Sol:
    Ganaron las tierras, los mares ganaron,
    Y en todos los mares y tierras dejaron
    El nombre de Cristo y el nombre español.

    Mas ¡ay! Que al halago de tanta grandeza
    O al peso rendida de tanto poder,
    Sintiendo en las alas cansancio o flaqueza,
    La reina del mundo la marcha empereza
    Y cae de la altura con lento caer.

    ¡Cayó! Descompuestas sus alas al rudo
    Rebote del cuerpo la roca al herir,
    Exangüe, sin vida, volar ya no pudo;
    Y, asida al brillante blasón de su escudo,
    Pensando en sus glorias, sintiese morir.

    Por todos los aires su aliento esparcido,
    Su aliento aún llenaba la tierra y el mar.
    ¡Mirara la reina su cuerpo no herido,
    Y viera su imperio doquier resurgido,
    Y viérase el mundo de nuevo temblar!

    Entonces, un hombre, de genio gigante
    -decoro de Europa, de Europa terror-,
    No sacio de tronos, concibe arrogante
    Cargar con el orbe, potísimo Atlante,
    Y hacerse del orbe divino señor.

    Y artero ocultando sus ansias crueles
    De inmensa grandeza, de mando sin fin,
    Desata en España sus raudos corceles,
    La frente ceñida de verdes laureles,
    Con brillo ganados del Nilo hasta el Rin.

    Mas no ha muerto España! Siquier descaecidas
    Estén sus regiones, sus hijas estén,
    Sus fuerzas heróicas, tan sólo dormidas,
    De súbito surgen, en odio encendidas,
    Y estrechan y hieren al Corso en Bailén.

    ¡El mundo ya es salvo! Por más que la guerra
    Prosiga, ¡no importa! ¡La guerra acabó!
    La herida del Corso no cura; le entierra!
    ¡Albricias a España!

    Señora, mi tierra
    Del nuevo tirano la muerte causó.

    …………………………………………………………………

    Sus montes y llanos, cien veces al día,
    De trenes veloces cruzados están;
    Mas son como silfos centauros con guía,
    Que al centro, o del centro, de la Andalucía
    -latidos del mundo- retornan o van.

    No allí miran nunca, pues nunca allí tienen
    Motivos de excelsa divina ilusión;
    Ni, avaros de goces, el paso contienen,
    Halagos buscando que el pecho les llenen,
    Con ondas felices, de dulce fruición.

    ¡Ignavia o desidia! Los montes riscosos,
    Que fuertes guardaban antaño a Jaén,
    Aún siguen guardando –perennes colosos-
    Las fértiles lomas, los valles umbrosos,
    Que hiciéronlo antaño bellísimo edén.

    Florestas y bosques de fosca espesura,
    Soberbios pinares, lejano el confín,
    Aún orlan a Orcera, Cazorla y Segura;
    Y capas de nieve, de hermosa blancura,
    Recubren las cimas del alto Aznaitín.

    Barrancos profundos, peñascos altivos,
    Si aún cortan las sierras, al norte y al sud,
    Al centro aún protegen –solemnes o esquivos-
    Riquísimas cumbres de mansos olivos;
    Riquísimas vegas de humilde quietud.

    Y en todos los cerros, y en todos los llanos
    -doquier que se quiere las minas buscar-,
    La tierra aún descubre sus ricos arcanos
    Y entrega a los hombres, con pródigas manos,
    Filones sin cuento, riquezas sin par.

    En verdes alcores o en riscas peladas
    -las casas en muchos tendidas al pie-
    Morunos castillos o torres aisladas
    Refieren leyendas de edades pasadas;
    Refieren historias de un tiempo que fue.

    Y es fama que algunos, en noches bravías,
    De vientos y lluvias al tétrico son,
    Los tristes suspiros del dulce Macías,
    Mezclados con ecos de tristes poesías,
    Oyeron, al lado de algún torreón.

    Al pie de uno destos castillos roqueros
    -antigua realeza, presente orfandad-,
    Contando aventuras, soñando en guerreros,
    Y alzados –no rotos- los limpios aceros,
    Descansa adormida mi heróica ciudad.

    Descansa adormida; mas quiere y espera,
    Clavados los ojos del Cerro en la Cruz
    Y siendo la Cara de Dios su bandera,
    Poder ser cien veces valiente cimera
    Y airón de la gloria del pueblo andaluz.

    …………………………………………………………………..

    Señora: pues sois de la ínclita España
    Quien luce las flores, orlada la sien,
    Sufrid que os entregue, cogidos en maña,
    La humilde violeta, la pálida extraña
    Y el díctamo blando que os brinda Jaén.

  20. #40
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    Respuesta: OrÍgenes Del Tradicionalismo Andaluz

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    TRADICIONISTAS DEL SANTO REYNO DE JAÉN


    D. ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA


    D. Antonio Alcalá Venceslada nació el año 1883 en Andújar (Reino de Jaén) y murió en la ciudad de Jaén en 1955. Estudió en Málaga y en el Colegio de los Agustinos de Jaén, donde ya apuntó por su talento poético. Prosiguió sus estudios en las Universidades de Granada y de Sevilla, licenciándose en Derecho y en Filosofía y Letras. En 1915 ingresó en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, y trabajó en la Universidad de Santiago de Compostela, para más tarde regresar a Jaén, tras pasar por Cádiz y Huelva.


    Colaboró con la prensa de principios del siglo XX: El Diario de Galicia, ABC, Blanco y Negro, Andújar, El Guadalquivir, La Regeneración, Don Lope de Sosa y Paisajes o El Norte Andaluz. Asiduo de los círculos culturales de la época, ahondó en las costumbres y el folclore, recopilando estampas costumbristas y letrillas populares en obras como “De la solera fina” (Jaén, 1925), “Coplas Andaluzas” y “Cuentos de Maricastaña” (1930) o “La flor de la canela” (Andújar, 1946).


    También desempeñó cargos políticos, como el de teniente alcalde de la ciudad de Jaén. Pero la obra más indeleble de su labor filológica y etnológica se cifra en el “Vocabulario Andaluz”, publicado en 1934, y que le valdría el reconocimiento de la Real Academia de la Lengua. Parece ser que fue el ilustre cervantista y folclorista sevillano, D. Francisco Rodríguez Marín, quien impulsó a Alcalá Venceslada a realizar esta ambiciosa obra. Era el mismo polígrafo de Osuna, D. Francisco Rodríguez Marín quien le llamaba cariñosamente a D. Antonio: “el bizarro folclorista andaluz”.


    En “Vocabulario Andaluz”, D. Antonio Alcalá Venceslada recogió unas 18.000 palabras utilizadas en Andalucía. “Vocabulario Andaluz” fue publicado por vez primera en 1933, en la imprenta La Puritana de Andújar. Pero ésta no sería la versión definitiva, sino que el autor la amplió posteriormente en 1951. "Vocabulario Andaluz" está considerado como el primer repertorio léxico más completo publicado sobre el habla andaluza. En la edición de 1951, Alcalá Venceslada aumentó el número de entradas léxicas, superando en cantidad y técnica, las que había reunido en 1933: de las 4.245 entradas de 1933 el “Vocabulario Andaluz” pasaría a 17.547. El conocimiento de la dialectología y de otros vocabularios regionales y dialectales propició una mejora en el resultado final de esta obra. Entre 1950 y 1955, Alcalá Venceslada se dedicó a documentar 700 vocablos de su “Vocabulario Andaluz” en las obras de insignes poetas béticos como Antonio Machado y Federico García Lorca. “Vocabulario Andaluz” es un diccionario de referencia, por lo que no pasa de moda; por eso mismo será que ha venido a ser reeditado en varias ocasiones, la última por la Universidad de Jaén y CajaSur. Alcalá Venceslada recibió, gracias a este lexicón el premio Conde de Cartagenera por dos veces, y la Real Academia Española de la Lengua le nombró académico por Andalucía.


    Fue Consejero del Instituto de Estudios Giennenses y profesor del Instituto Virgen del Carmen de la ciudad de Jaén.

    Tradicionista que con amor recogía el acervo popular, registrándolo para nunca perderlo, católico sencillo de fe arraigada, D. Antonio Alcalá Venceslada falleció en Jaén en 1955. Fue discípulo, según nos refiere un amigo de este blog, del poeta D. Francisco de Paula Ureña Navas.


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