Muy buena la aportación. ¿Tienes datos sobre el cólera en el reyno de Jaén?, me interesaría mucho. Y te repito, muy buenas las aportaciones.
Como sabes la Primera Guerra Carlista comienza a principios de octubre de 1833 y termina con el Abrazo de Vergara en agosto del 39, siete años después. Mi relato trata del primer trimestre de la guerra, es decir entre octubre y diciembre de 1833.
El levantamiento es general en toda España, provocado por las fuerzas de Voluntarios Realistas (Milicia civil creada por Fernando VII en 1822).
La Reina Gobernadora (Cristina), decreta a primeros de octubre la disolución de los Cuerpos de Voluntarios porque una gran parte de ellos, se proclaman seguidores de don Carlos V.
La primera chispa surge cuando se sublevan los Voluntarios Realistas de Talavera.
Los de Bilbao y Vitoria se pronuncian al día siguiente, y se apoderan de las respectivas ciudades y de sus respectivos territorios históricos. También lo hacen con éxito los de Logroño.
El Reyno de Sevilla, padecía desde el verano una terrible epidemia de cólera morbo que estaba provocando miles de muertos, tanto en Sevilla, como en Huelva y poco menos en Cádiz.
El mismo día en que se proclama la Pragmática Sanción (10 de octubre de 1833), el cólera había causado la muerte a 189 sevillanos. Había 4.759 enfermos y ese mismo día se habían declarado 584 nuevos casos.
Cuando se libra la Batalla de Los Arcos, y los liberales toman Logroño, en Sevilla habían 5.033 afectados de cólera morbo y los muertos se cifraban en 1.500 a la semana.
Sevilla estaba aislada y acordonada.
Los Voluntarios Realistas sevillanos, muy diezmados, fueron desarmados a principios de noviembre sin ninguna violencia.
En el Reino de Granada, que fue afectado por el cólera más tarde, sí que se formaron partidas carlistas.
Al mismo tiempo que en Bilbao y Vitoria, los Voluntarios Realistas de Málaga, se pronunciaron en Vélez Málaga.
Los de Granada al mando del capitán de V.R. Juan Lucas Arrae, se alzaron en las Alpujarras.
Los de Jerez de la Frontera, al mando del marqués de Algar, se internan en la serranía de Ronda, pero el día 5 de noviembre, tienen un encuentro con tropas enviadas desde el Campo de Gibraltar y son disueltos.
A principios de noviembre surgen los primeros síntomas de cólera en Malaga y como Sevilla, se acordona a dos leguas y medias de los límites de la ciudad.
El 12 de noviembre de 1833, se tienen noticias de que se han levantado partidas en la sierra de Osuna.
El 14 de noviembre de 1833, son juzgados en Sevilla en Consejo de Guerra y fusilados, Juan Mateo y Manuel Rodríguez, acusados de divulgar expresiones subversivas contra los derechos de Isabel II
En Cuevas de San Marcos (Málaga), 25 de noviembre de 1833, otra partida de V.R. al mando de Cabello, asola la provincia.
González Moreno, el que será famoso general carlista, que estaba en Sevilla, se une a los carlistas de la Alpujarra de Granada.
Sevilla es declarada libre del cólera con un solemne Te Deum, a finales de Noviembre de 1833.
Días antes, el cura de Santa Ana, hacía un llamamiento a las almas caritativas para que acudieran en auxilio de los más de 1.000 huérfanos que habían quedado en Triana, a causa de la epidemia.
Aquí tienes una explicación de por qué no hubo levantamientos carlistas importantes en el Reyno de Sevilla.
A principios de 1834, casi todos los focos carlistas de España fueron apagados. Parecía que la causa del Altar y del Trono estaba perdida
Y en esto llegó... Zumalacárregui.
Muy buena la aportación. ¿Tienes datos sobre el cólera en el reyno de Jaén?, me interesaría mucho. Y te repito, muy buenas las aportaciones.
Conócete, acéptate, supérate.(San Agustín)
Muchas gracias Aquilifero:
Desgraciadamente no tengo datos sobre la pandemia de cólera morbo asiático en el Reyno de Jaén. Sí te puedo decir, que condicionó el levantamiento carlista en todas las Andalucías.
El cólera llegó procedente de Portugal a principios de 1833, afectando primeramente a Huelva. Luego se extendió por todo el Reyno de Sevilla. A finales de 1833, comenzó a afectar a Málaga y a la Serranía de Ronda, y a través de la cuenca del Genil alcanzó a principios de 1834 al Reyno de Granada. De repente el cólera morbo se detiene, parecía que había desaparecido.
Y a comienzos del verano de 1834, se recrudece de una manera espantosa.
Por Reales Órdenes de 9 y 19 de junio de 1834, se decreta la incomunicación total de toda Andalucía, estableciendo un cordón sanitario, formado por tropas de línea, que junto con las medidas sanitarias, provocaron una represión contra los partidarios de don Carlos en toda Andalucía.
Este "cordón sanitario" se extendía desde Fregenal de la Sierra (Extremadura) hasta Lorca (reyno de Murcia).
La incomunicación fue levantada en Agosto de 1834, visto que a pesar de todo, la epidemia llegó a Madrid y al resto de España.
Y antes de la Guerra de la Independencia Elio una epidemia de fiebre amarilla se extendió a partir de Triana según parece. Mi pueblo perdió como el 40% de la población.
Hombre, lo de " importante " yo matizaría: El mismo bando policíaco denota que había bastantes simpatías por la Causa aquí. Quizá no fue importante la materialización, eso sí.
El caso es que los liberales se empeñaron vivamente en apoderarse del sur y epidemias y circunstancias ayudaron. La desamortización ayudó a pagar la guerra contra los carlistas endeudándonos y masacrándonos, y el mismo Mendizábal lo hizo también en Portugal.
También es interesante la saña con que los liberales convirtieron a Granada en una pura cárcel. Creo recordar que era un extranjero quien describió la cantidad de carlistas encarcelados en la ciudad más bonita de España.
Por curiosidad he buscado en los archivos y he aquí lo que he encontrado sobre la primera revuelta carlista en Sevilla:
Estas son las personas que se alzaron en Sevilla a favor de don Carlos V en 1833, declarados prófugos, según el Bando publicado por el Subdelegado provincial de policía de Sevilla con fecha 18 de diciembre de 1833.
Excmo. Sr. D. Vicente González Moreno, Teniente General de los Reales Ejércitos.
Juan Pérez Argüelles, teniente con grado de teniente coronel.
Manuel Pardo, teniente retirado.
Cristóbal Armellones, subteniente retirado.
José García, portaestandarte del Regimiento de Caballería del Príncipe.
Ignacio Martínez Plaza, paisano.
Napoleón Sánchez, paisano.
José María Parra, paisano.
De éstos, destacamos a Vicente González Moreno, era Capitán General de Granada. Capturó a Torrijos. Se declaró ferviente carlista en 1832. Preso en Cádiz y luego en Sevilla, se fugó. Creían que se había unido a las partidas carlistas de Granada, cuando en realidad se escapó a Portugal y luego a Inglaterra.
Volvió en 1835, sustituyó a Zumalacárregui a su muerte. Las tropas a su mando sufrieron la derrota de Mendigorría.
Protagonizó con don Carlos V, la famosa Expedición Real. Murió en 1839.
Juan Pérez Argüelle, tradicionalista convencido, era capitán del Regimiento de la Victoria, cuando en 1831 capturó y luego fusiló a la partida de liberales capitaneada por el general Torrijos en Málaga, siendo premiado con la Cruz de Fidelidad Militar de segunda clase. Logró escapar e incorporarse al ejército carlista que combatía en las provincias vascongadas.
Espero que gracias al esfuerzo de todos, vayamos componiendo el mapa de los tradicionalistas españoles, tan olvidados por la política de estos nefandos días que nos tocan vivir. Aquí dejo la vida de un jienense de Andújar.
El músico tradicionalista iliturgitano, Juan de Castro
EL MÚSICO ILITURGITANO JUAN DE CASTRO. UN MÚSICO TRADICONALISTA.
El diecisiete de julio de 1817, nacía en Andujar Juan de Castro. Las riberas del río Guadalquivir veían así crecer al que andando el tiempo sería un gran músico y un virtuoso de la música sacra. Lamentablemente a día de hoy Juan de Castro es un perfecto desconocido para nuestros contemporáneos e incluso para sus vecinos de Andújar.
Su padre, era músico militar, y de él debió aprender los primeros conocimientos sobre el arte de la música y el solfeo. Además de aprender de su padre y maestro música, también se empaparía del sentimiento tradicionalista. Al destaparse en España el problema dinástico, el padre de Juan de Castro y su hijo optarían por la causa del Rey Carlos, y tras la causa del pretendiente marcharán ambos animando con sus sones militares a los ejércitos carlistas. Al finalizar la contienda con el abrazo de Vergara, ambos se exiliaron a Francia, junto con otros muchos españoles que no aceptaron tan ignominioso final para tan justa causa.
El bagaje militar del joven Juan, le servirá para que andando el tiempo culmine una de sus marchas militares más renombrada y conocida, titulada “Marcha triunfal del Ejército de África”, compuesta en 1860 para las tropas y españolas en África y en especial para el Duque de Tetuán, que tanto se significó en dicha contienda.
Pero la Providencia es infinita, y el destierro forzoso en tierras galas, sirve para que el alma musical de nuestro paisano se cultive y se moldee, aprendiendo y asimilando conocimientos sobre tan magnífico arte. Allí estudiaría historia de la música y crítica del arte, ambas asignaturas principales y de las cuales sacará hondo provecho, pues a su regreso a Madrid le servirán para fundar dos revistas de temática musical de alto nivel, como fueron “España musical, artística y literaria” y el "Diario de Teatros”.
Pero el género musical que más impresionaría la sensible alma musical de Juan de Castro será la música religiosa. Sus convicciones personales en este sagrado tema, le harán que su música gire entorno a ella. Escribirá su tratado “El canto llano, su pasado, su presente, su porvenir”, que escribiría en Roma, ciudad en la que residirá a partir de 1879. Acudirá a numerosos congresos especializados sobre este tema y disertará varios discursos sobre música religiosa. Todo ello en plena madurez artística, donde Juan de Castro se limita a ahondar en tan delicado tema y a pulir sus conocimientos sobre el mismo.
“Manual de Música religiosa”, “Guía del organista y maestro de capilla”, “Atlas de notaciones musicales”, “Historia del género” o “Roma cristiana y Roma artística” serán algunos de los títulos de las obras que nos dejó este prolífico hijo del Andujar en aquella ciudad eterna regada por el Tíber.
Según el historiador marteño Manuel Caballero Venzalá, Juan de Castro sería condecorado por el propio Pío IX, y en los ambientes Vaticanos conocerá al joven músico Isidoro Dolnicky, profesor a la sazón de Liturgia y Canto Greco-Eslavo en el Pontífico Colegio Greco-Ruteno. Según nos comenta el citado autor, este joven influirá sobre manera para que Juan de Castro pusiese su talento al servicio de una causa harto complicada, a saber: componer un “corpus canticorum” que seleccionara lo más valioso del disperso cantoral tradicional de aquellas comunidades del Oriente Greco-Católico.
A esta tarea se dedicará con fruición y con interés en su última etapa vital, fruto de la cual nacerán las obras “Methodus Cantus Ecclesiastici Graeco-Slavici” y “Enchiridion Canticorum eiusdem Ecclesia ab eodem auctore conocinnatum”
D. Manuel Caballero Venzalá, resume así los últimos momentos de la vida de nuestro paisano iliturgitano: “Desde ese momento, Andújar se encuentra artísticamente unida con aquellas antiguas y venerables comunidades cristianas que fundaran en el siglo IX los santos hermanos Cirilo y Metodio. Cuando aquellos pueblos sencillos canten su dolor y su esperanza ante los rutilantes iconos, se hará presente la lejana labor de depuración rítmica, obra de un jiennense que fue capaz de asimilar en su pureza la espiritualidad eslava”
Juan de Castro falleció en roma en 1892. Poco se le recuerda en estos tristes días, en los que el peso del “políticamente correcto” obliga a someter al exilio intelectual y al olvido a todos aquellos autores que no sean del agrado de la nueva “Dictadura del Progretariado” que dirá el periodista Pablo Molina
Bibliografía básica : “Semblantes en la Niebla” de Manuel Caballero Venzalá, Jaén, 1993
SANTO REINO TRADICIONALISTA
Conócete, acéptate, supérate.(San Agustín)
EL DESCUBRIMIENTO DE FRANCISCO DE PAULA UREÑA NAVAS
UN POETA TRADICIONALISTA DE TORREDONJIMENO SACRIFICADO EN LA GUERRA CIVIL
El volumen 11, correspondiente al año 2008, de GIENNIUM, Revista de Estudios e Investigación de la Diócesis de Jaén, dio a la estampa un artículo de Manuel Fernández Espinosa, co-director de la Revista ÓRDAGO de Torredonjimeno. Su título "La poesía en Jaén: D. Francisco de Paula Ureña Navas y el grupo literario "El Madroño"."
Por su enjundia y extensión pudiéramos decir que el artículo se convirtió en manos de Manuel Fernández Espinosa en todo un ensayo, el primero que se dedica a esta personalidad de la cultura del Jaén de la primera mitad del siglo XX.
D. Francisco de Paula Ureña Navas (Torredonjimeno, 1871 - Vicálvaro, 1936: véase el retrato que publicamos) fue un periodista, escritor y poeta que destacó en la vida cultural de la provincia de Jaén. Asiduo colaborador de DON LOPE DE SOSA, fue Ureña Navas director-propietario de EL PUEBLO CATÓLICO, escritor y editor, formó a su alrededor -en el Cortijo EL MADROÑO donde residía con su familia- un grupo literario compuesto por poetas, periodistas, historiadores y novelistas de la época. Entrevistamos a Manuel Fernández Espinosa para que nos contara lo más significativo de este ensayo que es resultado de sus investigaciones sobre un personaje que se ha preferido ningunear.
CASSIA: ¿Por qué crees que D. Francisco de Paula Ureña Navas ha sido tan desconocido hasta que la Revista ÓRDAGO reparó en su vida y obra?
M.F.E: D. Francisco de Paula Ureña Navas fue asesinado en la guerra civil por las izquierdas. No es un autor cómodo para los grupos que configuran la cultura actual, que prefieren iconos como García Lorca, más instrumentalizables para sus propósitos.
CASSIA: ¿Por qué crees tú que asesinaron al poeta Ureña Navas?
M.F.E: En el Madrid del Frente Popular podían asesinarte simplemente por ser reconocido como católico practicante. No obstante, D. Francisco era miembro correspondiente de la R.A.E. y recuérdese que, como tuve ocasión de publicar en su día en las páginas de ÓRDAGO, Bergamín y Alberti llevaron a cabo una auténtica matanza que costó la vida a muchos de aquellos intelectuales que pertenecían a la Real Academia por ser considerados reaccionarios. D. Francisco era un venerable anciano en 1936, por lo que no puede decirse que tuviera parte alguna en la preparación -ni siquiera intelectual- de la sublevación franquista. No obstante, nunca ocultó su filiación al carlismo. La esquela mortuoria que se hizo tras la guerra civil bien lo muestra, exhibiendo la cruz borgoñona de las Aspas de San Andrés.
CASSIA: ¿Pero... había carlistas en Jaén por aquellas fechas?
M.F.E: El fenómeno del carlismo está siendo estudiado en Jaén desde que la Revista ÓRDAGO lanzó su primer número. Tú sabes tanto como yo que lo que nos chocaba en aquel tiempo era que un personaje de la talla del general Miguel Gómez Damas, figura señera de la Primera Guerra Carlista con su famosa expedición, fuese nativo de Torredonjimeno. ¿Era aquello una casualidad? Conforme fuimos investigando pudimos recobrar un pasado que nos habían silenciado desde el siglo XIX: la provincia de Jaén fue feudo de carlistas. Así lo hemos ido poniendo de manifiesto en ÓRDAGO. D. Francisco de Paula Ureña Navas pertenecía a una de las muchas familias carlistas de Torredonjimeno. El general Gómez era la punta de un iceberg: la mayor parte del pueblo tosiriano fue, en el siglo XIX y en los primeros años del XX, de filiación carlista. Incluso existía la Comunión y no eran pocos los suscriptores de "La Esperanza", el periódico de la Santa Causa.
CASSIA: ¿Y el Grupo EL MADROÑO que has descubierto?
M.F.E: Verás, llamo Grupo EL MADROÑO a ese racimo de poetas y escritores comarcanos que frecuentaron la amistad y el magisterio de D. Francisco de Paula Ureña Navas. Entre ellos, cabe hablar del marteño Luis Carpio Moraga, del jienense Vicente Montuno Morente, del obulconense Eugenio Molina Ramírez de Aguilera... En fin, son muchos más los que reconocen en Ureña Navas a su maestro. Y fue maestro, en efecto, de una escuela poética que apostaba por la preceptiva tradicional y la confesionalidad católica en poesía, en contra de los modelos modernos. Fueron enemigos encarnizados del modernismo.
CASSIA: Pero, ¿fueron poetas conscientes de lo que eran? ¿sabían a quienes combatían?
M.F.E: En el ensayo en cuestión me he ocupado precisamente de reforzar esa misma tesis. Se sabían poetas, se hacían cargo de su responsabilidad como artífices de la palabra e intermediarios de la belleza... Y sí, sabían muy bien contra quiénes pugnaban pacíficamente. Para muestra, te leo este pasaje que escribió el mismo Francisco de Paula Ureña Navas, formando parte del prólogo a HORAS DE LUZ, un poemario de su amigo Eugenio Molina Ramírez de Aguilera: "Desde Lucrecio a Byron y desde Byron al bárbaro conde de Lautreaumont, metiendo enmedio de ellos toda una pléyade de también extraviadas medianías, no han faltado númenes demoníacos, cantores del mal, en vez de serlo del bien".
Para Ureña Navas estaba más que claro que los poetas, como modeladores de la sensibilidad social, podían contribuir a la ruina de esta sociedad o a la construcción de la misma: "El poeta tiene mucho de sacerdote" -llegó a escribir.
CASSIA: En tu ensayo sobre Ureña Navas hablas, precisamente, de las corrientes subterráneas y esoteristas que recorren la poesía moderna. ¿Qué puedes decirnos de ello?
M.F.E: Bueno, no he sido yo el que ha descubierto eso. Octavio Paz y Jules Monnerot así nos lo hacen ver. En cuanto a ejemplos podríamos destacar, además de los que Ureña Navas citaba en el pasaje que acabo de leerte, a otros autores -españoles también: Yeats (miembro de la Golden Dawn), Rilke (de la sociedad espiritista)... En España, Valle-Inclán por ejemplo. El atractivo que ejercieron las sociedades secretas -desde la masonería hasta la teosofía- fue muy fuerte en los hombres cultos que abrieron los ojos al mundo decimonónico. Además de todas esas extravagancias, el satanismo también hizo acto de presencia en la poesía: es el caso del llamado conde de Lautreaumont, citado por Ureña Navas.
CASSIA: ¿Cabe rehabilitar la figura y obra de D. Francisco de Paula Ureña Navas?
M.F.E: En eso estamos. Y vamos a hacer lo posible por lograrlo. Tenemos mucho material inédito.
CASSIA: Para terminar por hoy, ¿cómo conociste a este poeta de Torredonjimeno?
M.F.E: De él hablaba D. Juan Montijano Chica en su "Historia de la Ibérica Tosiria", pero decía tan poca cosa que apenas podía avanzarse. Estoy completamente seguro de que fue la Providencia la que me lo puso al alcance de la mano. En una conversación con un pariente mío salió a relucir su recuerdo. Resultaba que D. Francisco de Paula Ureña Navas había sido familia nuestra. Fue entonces cuando aquel pariente mío, casi echándose a llorar, me contó que Ureña Navas, de quien todavía podía acordarse por su bondad, fue asesinado en Madrid por los milicianos de la II República. Sabía hasta detalles, al parecer el poeta tuvo que cavar la fosa en la que echaron a su hijo mayor, tras dispararle un tiro en la cabeza. Después le tocó el turno a él. Aquello que me contaron impresionó tanto en mi imaginación que puedo decir que casi podía ver, como si fuese una película, al anciano poeta en aquellos momentos. Se cuenta que murió perdonando a sus enemigos y gritando bien fuerte: "¡Viva Cristo Rey!". No me cabe la menor duda... Fue un mártir aunque no lo suban nunca a los altares.
L.G.L.
EL REQUETÉ CONTRA LAS BRIGADAS INTERNACIONALES
Los heróicos defensores tradicionalistas de Lopera
EL REQUETÉ DEFIENDE DE LA HORDA ROJA A LOPERA DE LOS CALATRAVOS
Edificados por los Oficios Divinos de la Santa Misa de campaña, oficiada en el Mercado de Villa del Río (Reino de Córdoba), las tropas del Glorioso Requeté se dirigieron cantando cánticos guerreros hacia la antigua Lopera de los Calatravos (en el Reino de Jaén). Era el domingo 27 de diciembre del año 1936. A media mañana, las nobles y sencillas gentes de Lopera estaban liberadas del poder tiránico de la República masónico-marxista, y sus secuaces habían huído en una espantada sin orden ni concierto.
Pero los mandos rojos, enfurecidos por esta mengua, planearon reconquistar Lopera para la zona bolchevique y revolucionaria.
Al mando del capitán francés Delasalle, el 12º y 13º Batallón de la XIV Brigada Internacional inició el ataque. 3.000 brigadistas extranjeros a sueldo del marxismo internacional emprendieron, apoyados por una poderosa artillería, el intento de conquistar Lopera que ya era en manos del Requeté.
Ante la tremenda acometida de las Brigadas Internacionales, García de Paredes, comandante del Tercio Virgen de los Reyes dijo, con virilidad y resolución:
"Mientras quede un requeté, no entrarán en Lopera".
Dicho y hecho. A pecho descubierto, con sus detentebala colgados del cuello y en la solapa de sus guerreras, dando la cara a la muerte, los requetés cumplieron la orden a rajatabla. La ofensiva del enemigo extranjero fue repelida cuando, bajo una tormenta de artillería, poniéndose en las manos de Dios y resistiendo el chaparrón de acero, los requetés dejaron que los guiris avanzaran para ponerse a tiro de sus fusiles. El fuego del Requeté fue tan certero que el campo quedó sembrado de trozos de carne extranjera, a buen seguro que sin bautizar.
Con el rabo entre las patas, los enemigos de España tuvieron que retroceder como conejos. Y para que veamos la manera como pagan los sicarios del marxismo a sus mandaderos, tengamos en cuenta que dicho fracaso de las Brigadas Internacionales le costó la vida a su capitán gabacho, el tal Delasalle. Delasalle fue llevado a Arjonilla (Reino de Jaén), sometido a un Consejo de Guerra el 2 de enero de 1937. Ante dicho tribunal revolucionario fue hallado culpable de "traición en el campo de batalla", por lo que fue condenado a muerte.
Delasalle no traicionó. Más bien tuvo que replegarse a la fuerza, ante la bravura de los requetés que, fiados de la Virgen de los Reyes, correpondiendo a la gracia de Dios y atinando con las municiones que tenían fueron capaces de contener la apisonadora roja.
En este heróico rechazo de la horda de malhechores extranjeros que militaban bajo el nombre de Brigadas Internacionales cayeron, entre otros bravos requetés, por Dios y por España:
El Teniente D. Joaquín Bilbao. El Alférez D. Fernando Valdés. El Alférez D. Manuel Suárez. Y el Alférez D. Antonio Sánchez de Tejera.
¡Mártires de la Tradición!
Vuestro sacrificio no fue en vano.
Estuvimos allí el otro día, hace poco. Por las lomas que se divisan más allá del Cerro de San Cristóbal corría el aire. Entre los rumores del viento, tarareamos para nuestros adentros los acordes del Oriamendi, imaginamos el fragor del combate, y como en los viejos tiempos en que por Dios, la Patria y el Rey lucharon nuestros padres... Pensamos que, tal vez algún día, por Dios, la Patria y el Rey lucharemos nosotros también.
Publicado por Maestro Gelimer en 22:35 2 comentarios
EL CARLISMO EN ANDALUCÍA. EL CASO DE SEVILLA
"En la fotografía, la Torre del Oro, uno de los monumentos más característicos de la ciudad de Sevilla"
EL CARLISMO EN SEVILLA EN 1.838
En el sempiterno debate sobre porque en Andalucía no hubo carlismo y en el norte de España si lo hubo, siempre se ha esgrimido que la causa principal era que Andalucía estaba más por las ideas liberales. El caso es que cuanto más me acerco a este tema, y leo la documentación existente sobre aquellos primeros años de la "Primera Guerra Carlista" o "Guerra de los Siete Años", más me doy cuenta de la mentira y el error que nos quieren hacer tragar los “oficialistas” servidores del Régimen Socialista actual.
Sin que sirva de mucho, ahí dejo una perla sobre una acontecer de lo que era la España andaluza y Sevillana en 1.838. El autor de la cita, un polaco que andaba de visita por estas tierras, recaba información a sus contertulios y éstos les comentan lo que sigue:
“En 1824, este pueblo provocaba en las calles a los liberales, que se mostraban con grandes barbas y el pelo largo para reconocerse, y hacía que los tonsurasen los gitanos como a las muías; amenazaba en 1827 a Quesada, a la sazón capitán general de la ciudad, porque una vez, en lugar de descubrirse al paso de la procesión acostumbrada de la tarde, se había escondido detrás de una puerta; por último, según lo que dice la gente del campo, si la población no se ha insurreccionado en 1836 al acercarse Gómez es porque le habían sido quitados sus jefes naturales”.
Para muestra un botón. Otro día hablaré del caso de Málaga, de Ronda, de Córdoba, de Jaén, donde al parecer, sólo había “liberales…” ya, ya.
Publicado por Rufino Peinado en 23:15 1 comentarios
EL OBISPO CARLISTA DE JAÉN
DON ANTOLÍN MONESCILLO, PAN Y CATECISMO
Recientemente, visitando a un viejo amigo en su vetusta casona de escudos a la puerta y rancios muebles, quiso la Providencia que mi anfitrión me mostrara un diploma de indulgencias que, según él, encontró el otro día en el trastero. Me lo ofreció, preguntándome por el contenido de aquel documento. Vi el escudo del Obispo Monescillo, y pude leer que, en efecto, dicho Obispo había otorgado aquel diploma que, pese al tiempo, se conservaba elegantemente enmarcado. La incuria no ha podido afectarle y desde 1870 y tantos -no me acuerdo ahora del año exacto- aquel papel tras el cristal sigue ahí ofreciendo sus indulgencias y bendiciones.
Según se lee en el documento, D. Antolín Monescillo y Viso, Obispo de Jaén desde 1865 hasta 1877, era quien lo había concedido, otorgando indulgencias a quien rezara un Ave María, Rosario, etcétera ante la imagen de la Virgen del Carmen que en casa de mi amigo todavía está.
-¿Y quién es éste Obispo? -me preguntó el propietario de aquella reliquia documental.
-Pues uno de los míos, el Obispo Carlista de Jaén.
Nació D. Antolín Monescillo en Corral de Calatrava (Ciudad Real) el 2 de septiembre de 1811. Y vino a nacer en hogar humilde, cuyo cabeza de familia era labriego. Pero Antolín no seguirá los pasos del padre, pues pronto se despiertó en él la mucha afición por los libros. Estudia Latín con el dómine de su pueblo, y éste lo recomienda al deán de Toledo que, a su vez, era hijo nativo de Corral de Calatrava. Así funcionaban las cosas, cuando los paisanos se ayudaban por serlo: hoy se pisan por lo mismo. Los pobres siempre tuvieron ocasión de escalar a las más altas dignidades, si estaban dotados para los estudios, aplicándose a ellos haciendo carrera eclesiástica.
Fue, en lo manchego, un Don Quijote del Carlismo.
D. Antolín fue preconizado Obispo de Calahorra y la Calzada en el año 1861, y en 1865 se le promueve a la Diócesis de Jaén. Y aquí, en Jaén, desarrollará su labor apostólica como Obispo que no cesó de propagar la Santa Fe frente a todas las herejías y errores de la época que le tocó vivir. No es mi propósito escribir su biografía, llena de radiantes intervenciones públicas allí donde Dios lo puso. Después de estar en Roma, es nombrado Senador por Vizcaya en 1871, entendiendo que Dios le encomienda el enaltecimiento del tetralema sagrado de la Santa Tradición: Dios, Patria, Rey y Fueros. Abandonará Jaén en 1877, promovido a la dignidad de Arzobispo de Valencia, siéndolo de Valencia hasta 1892. En 1892 aquel hijo de labrador manchego y leal servidor de la Santa Causa será promovido al Cardenalato, siendo Cardenal Arzobispo de Valencia y Primado de España. En Toledo entregará su alma a Dios, año del Señor de 1897.
En D. Antolín Monescillo podemos ver de qué modo tan sublime Dios hace Príncipes de su Santa Iglesia a los hijos de los más modestos pobres de Cristo. Suyo, de Monescillo, fue aquel lema de "Pan y Catecismo"; eslogan que acuñó Monescillo en clara competencia con el "Despensa y Escuela" de los regeneracionistas extranjerizantes; esos que, so capa de progreso, metían en la Escuela: el ateísmo y, en la Despensa: al diablo.
Su paso por Jaén tuvo grandes repercusiones. Los carlistas jaeneros pudieron sentirse amparados por aquel Obispo robusto y fuerte, de brillante oratoria y grandes capacidades intelectuales. Fue una época espléndida para el carlismo en el Reino de Jaén.
En aquel entonces, en los convulsos años del Sexenio Revolucionario, eran diputados carlistas el Cardenal Arzobispo de Santiago de Compostela (D. Miguel García Cuesta), el canónigo de Vitoria (D. Vicente Manterola) y el Obispo de Jaén, D. Antolín Monescillo: triunviros inexpugnables de la Tradición, trío de torreones de la Santa Religión y baluartes firmes de la Santa Causa del Rey Carlos VII.
Mi amigo, ante la sucinta semblanza que le tracé de aquel Obispo de Jaén del siglo XIX, miró el diploma de indulgencias y dijo:
-Un hombre santo...
-No cabe duda. Un Príncipe de la Iglesia y un defensor de Cristo Rey -contesté. Pero también tenía su punto de socarronería, muy manchegazo su humor, como propio del Sancho Panza que era. Cuando se proclamó la I República, encontróse D. Antolín con el poeta liberal de Jaén, el gran D. Antonio Almendros Aguilar y el Obispo le dijo al poeta: "Habéis traído la República para el pueblo; sólo falta traer el pueblo para la República".
-No entiendo -dijo mi amigo.
Mi amigo es hombre muy poco amigo de la Historia y, por eso mismo -supongo- más torpe todavía en sus filias y filiación políticas. Tuve que explicárselo:
-Hasta tal punto la "República" era una flor extraña para los españoles, que el Obispo de Jaén podía embromar a un liberal, como diciéndole: hagan lo que hagan, ustedes no convencerán.
-¡Por supuesto! -exclamó mi amigo- Como D. Juan Carlos I de Borbón no hay nadie. Nada de Repúblicas, nada de Repúblicas.
Devolví el diploma de indulgencias y me dije a mí mismo: "No ha entendido nada... Pero, en fin, que Monseñor Monescillo lo ilumine".
-Bueno -corté a mi amigo, para que no dijera más tonterías-, anda: recémosle un Ave María a Nuestra Señora del Carmen.
-Sí. Las indulgencias no caducan.
Rezamos el Ave María. Y tengo que decir que se lo ofrecí a la Virgen del Carmen, teniendo muy presente a D. Antolín Monescillo y pidiéndole su intercesión para que Dios derrame sobre el clero español cuanto precise éste para ser tan íntegro -e integrista- como lo fue D. Antolín.
Publicado por Maestro Gelimer en 00:03
GLORIA A FAL CONDE
- A la memoria de d. Manuel Fal Conde. Al testigo de su hijo, el siempre joven Domingo, tan amigo como maestro.
Gloria al adalid andaluz,
aquel al que don Javier,
como duque del Quintillo,
bien fue a reconocer,
Gloria al talento político,
gloria al espíritu emprendedor,
gloria al caballero del sur,
con maderamen organizador,
Hijo de Higuera de la Sierra,
héroe de nobleza natural,
Sevilla su gran centro,
por la legitimidad,
Para el Alzamiento se alistaron,
miles de voluntarios entusiastas,
por su genio firme y dulce,
por su encomiable ordenanza,
Contra la hidra roja,
contra raros experimentos,
fidelidad a los principios,
de la Tradición el juramento,
Y con todo y con eso,
conoció en Portugal el exilio,
allí nunca fue un extraño,
el carlista eximio,
Consagración contrarrevolucionaria,
una vida por un ideal,
centinela del Sagrado Corazón,
boina roja de lealtad,
¡Don Manuel Fal Conde,
por siempre presente,
por la Santa Causa,
por el orgullo de su gente!
Tercio Virgen de los Reyes de Sevilla
Preciosa estampa del Tercio sevillano y los Requetés desfilando ante Fal Conde y SMC Javier I.
"¡Gloriosísima Virgen de los Reyes! Vemos simbolizados en Vos todos nuestros ideales, como Madre de Cristo Jesús, por cuyo reinado suspiramos; Madre de nuestra Patria, por cuya regeneración peleamos; Reina de los Reyes, por tus tradiciones nos sacrificamos.
Llenos de amor y de confianza, llegamos a vuestras plantas todos los Requetés en orden de batalla, después de haber constituido un Tercio que lleva, y con grande honra, vuestro dulcísimo nombre: el Tercio de la Virgen de los Reyes."
Publicado por Reke Ride en 14:39 0 comentarios Enlaces a esta entrada
26/03/10
Excelente aporte de Reke al Tradicionalismo Andaluz. Gracias por ponerlo aquí, Ordóñez.
Avant.artículos de historia
Artículos de historia. La madre de Bornos. por José García Barroso
Ni es un cuento de guerra, ni es una vieja leyenda; es un sucedido actual de los días gloriosos que vivimos y no ha ocurrido en Navarra, sino en ese bellísimo pueblo de la provincia de Cádiz que cantara Fernán Caballero, en el limpio, pulcro y riente Bornos.
Constituyose en él, al principio de la campaña el requeté local, pobre como el pueblo, humilde como la cuna de Jesús, escaso por su número; pero grande, muy grande, por su fe, por su amor a la Patria, por el sacrificio de los suyos. De veinticuatro hombres que formaban su primera línea, cinco son hoy mártires del Tercio de Nuestra Señora de la Merced, y en los 19 restantes es mayor el número de heridos que el de los que restan luchando, porque algunos, casi todos, tienen en el cuerpo dos o tres cicatrices gloriosas.
Tenían que ser de allí, del pueblo que mayor proporción de héroes y de mártires tiene nuestro Tercio, de donde brotaron las más sublimes flores del heroísmo, y no son sólo los hombres, son las mujeres, las hijas y las madres de mis boinas rojas los que tenían que dar el más nobles, modesto y humilde, pero al mismo tiempo el más hermoso ejemplo de sacrificio heroico, noble y santo.
Y allí fue, o mejor dicho, allí ha sido, de allí ha brotado.
Aún no hace un año, el 7 de febrero del corriente, cuando Jerez celebraba la toma de Málaga, la mártir, interrumpía los marciales desfiles y las alegres manifestaciones el paso silencioso de un camión que, al llegar a las puertas del cuartel del Tercio, descargó la fúnebre y gloriosa carga de cinco cadáveres de boinas rojas muertos en defensa de Lopera.
Del baquet del mismo descendió, grave y serena, una pobre mujer del pueblo: era nada más y nada menos que la madre de uno de los muertos que en él venían; una pobre, humildísima mujer de Bornos que dejó marchar al frente a su hijo, en aquellos tiempos en que "aún no existían los subsidios familiares de combatientes"; mientras que para ganar su pan y el de los hermanos del Voluntario de la Tradición, ella marchaba, con sus pequeños, al frente también, asómbrate lector, a coger aceitunas bajo la metralla enemiga.
En Lopera estaba cuando murió su hijo: y serena, grande, resignada, con ese dolor sereno que sólo es patrimonio de los fuertes, acompañaba los restos de aquel hijo, único sostén de su viudedad, que un día ofreciera gustosa a la Patria en el ara santa de la Tradición.
Ninguna frase encontré más aplicable a su actitud que aquella tan sencilla y gráfica que el Santo Evangelio aplica a la Madre de las madres María autem stabat, María estaba al pie de la cruz.
Pero aquello no fue sino un episodio, la primera parte de un sacrificio que aún no había terminado; la segunda voy a narrarla breve y sencillamente; el comentario lo hará, lector, tu corazón.
El frío aprieta en los frentes de Córdoba. La intendencia del ejército no puede, bien a su pesar, equipar a un tiempo a todos; sin embargo, mis boinas rojas, los heroicos requetés de mi Tercio, no deben pasar frío, y se circuló la orden, y las benditas manos de las mujeres tejieron incansables, y se veló y se trabajó sin descanso, y surgieron por milagro de caridad y patriotismo, jerseys, mantas y capotes-mantas, pero algún faltaban algunos, y no debían faltar. La retaguardia dio lo que tenía, y nada quedó que no fuera aprovechado; y cuando en estos pueblos se recogía todo, fue en Bornos otra vez, y fue de nuevo la misma santa, la misma mártir, la que presentando un espléndido capote-manta en el que las aspas de Borgoña brillaban como una mancha de sangre fresca, lo entregó sencillamente con estas palabras: "Es el capote de mi hijo; a él ya no puede servirle, y en cambio puede abrigar a otro requeté; mire, está casi nuevo- y mostrando un punto casi invisible en el paño, añadió con voz que era un sollozo- y el boquete de la bala que me lo mató, lo he zurcido yo, bien, como si fuera para él".
Lector, si en nuestro museo de guerra ves un capote de paño pardo, bésalo, porque es una doble reliquia, del mártir que fue a gozar del reino de Cristo Rey, y de la mártir que aún espera el premio de ir un día a reunirse con su hijo en el seno de Dios.
Este relato es autoría de José García Barroso, que fuera jefe del requeté de la provincia de Cádiz durante la Cruzada de Liberación de España. Fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el 14 de diciembre de 1938. Recogido del libro "El Requeté. La Tradición no muere", del general Luis Redondo y el comandante Juan de Zavala. publicado por la editorial AHR en 1957
TERCIO DE REQUETÉS DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCEDTercio de Requetes Nuestra Seora de la Merced de Jerez de la Frontera
http://www.carlistas.es/detalle_nota.php?id=553
Marcha a la Ermita de Cuatrovitas
Sevilla, 14 de mayo. Como os referimos en el anterior número de nuestro Boletín, el pasado día 10 de Abril tuvo lugar la Marcha Carlista a la Ermita de Ntra.Sra. de Cuatrovitas, ermita perteneciente a Bollullos de la Mitación radicada a 6 kms del casco urbano y más o menos a la misma distancia del pueblo de Aznalcázar.
La Marcha se inició a las 11,00 horas de la mañana desde Bollullos de la Mitación (por cierto, aprovechamos para "empapelar" de pegatinas carlistas la carretera general que atraviesa el pueblo) y entramos en el campo por la vereda de la Venta El Carro. A las 14,30 horas, después de pasar por el Aeródromo y por la puerta de la Hacienda La Juliana, ya estábamos en Cuatrovitas, donde nos esperaba el Hermano Mayor de su Hermandad, Fernando Romero Calero, quien se portó fenomenalmente con los carlistas que participamos en la Marcha, dándonos todo tipo de detalles sobre la ermita, sobre la Virgen y sobre la historia de la Hermandad. Tras el almuerzo, hicimos una ofrenda floral a la Virgen y asistimos a Misa a las 17,00 horas oficiada por el Rvdo. Padre Isacio Siguero. En total, (entre los que participaron en la Marcha completa y los que acudieron por la tarde a la Misa), en esta actividad participaron veintisiete personas que con sus boinas rojas volvieron a llenar los campos sevillanos de aires tradicionalistas.
La próxima es a la ermita de la Virgen del Águila en Alcalá de Guadaíra y queremos contar contigo, ¡No faltes!.
CTC Sevilla
Fotos de la excursión
http://andaluciacarlista.com
Nueva página web de la CTC de Andalucía Occidental
Sevilla, 14 de junio. La Junta de la Comunión Tradicionalista Carlista en Andalucía O ...
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Excelente blog!!! Excelente iniciativa, excelente!!! Enhorabuena!
Quintillo 1963
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Para los amigos de la historia carlista, traemos aquí un documento interesante. La crónica publicada en La Hoja del Lunes de Sevilla, sobre el Quintillo del año 1963. Quintillo en homenaje al Tercio gaditano de la Virgen de la Merced, con numerosísima asistencia de público, con presencia de carlistas de toda la geografía andaluza y de muchas partes de España. Eran tiempos en los que las crónicas de los medios de comunicación mostraban otra visión del mundo. Hoy nos tememos que ni en los lugares de información específicamente religiosa se calificaría una Misa de “un acto muy edificante”. Tiempos de ilusión y fe en el futuro, que por diversas circunstancias quedaron truncados.
Vaya este recuerdo por los que nos precedieron, y sirva de acicate y estímulo para los carlistas de nuestra generación. Hoy, como ayer, seguimos firmes en los mismos principios: Dios, Patria, Fueros y Rey.
Tags: 1963, Hoja del Lunes, Quintillo, requetés, Tercio Virgen de la Merced
Desmontando mitos: Andalucía liberal (1)
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Al hilo de esta entrada en la que se rescata un texto de 1838 que contradice bien a las claras el “axioma”, construido por el liberalismo triunfante, que viene a decir que en Andalucía el primer Carlismo no tuvo éxito por una supuesta identificación masiva del pueblo andaluz con las ideas liberales, nos proponemos aquí rescatar algunos retazos que irán poniendo en su sitio las cosas tal y como objetivamente han sido.
Retazos históricos que desmontarán el mito de la adhesión mayoritaria de los andaluces al liberalismo y que, por eso, no triunfó aquí el levantamiento carlista en la década de 1830. Ese mismo mito que es incapaz de explicar por qué en 1936 nuestra región aportó miles de hombres a la Guerra encuadrados en el Requeté, un siglo después de ese primer fracaso de insurrección tradicionalista.
Para comenzar nos fijamos en esta ocasión en la visión de dos autores liberales, Francisco Díaz de Morales y Antonio Pirala, que nos hablan sobre la expedición del General Gómez, -concretamente de su entrada en Córdoba- y el perfil social del apoyo que tenía el Carlismo en Andalucía:.
Francisco Díaz Morales, autor de “Sucesos de Córdoba en fines de septiembre y principios de octubre del año próximo pasado al ocuparla militarmente Gómez con su facción y relación oficial de ellos” nos cuenta que “la fuerza de Gómez se componía de doce batallones muy numerosos y organizados; ocho escuadrones con dos piezas de artillería ligera, aumentada aquella fuerza con todos los bandidos de “orejita”, “Palillos”, etc. Y una chusma inmensa de facciosos recogidos al paso, a los cuales se agregaba el numeroso populacho cordobés”.
Por su parte, Antonio Pirala, quien escribiera “Historia de la Guerra Civil y de los partidos liberal y carlista” nos relata que “la ascendencia levítica del populacho” lo predisponía al pillaje y el “carácter ignorante del mismo”, lo hace “intolerante feroz y sanguinario” y por lo tanto lo “convierte en el brazo ejecutor del partido teocrático”.
Para que nos entendamos, el “populacho”, “intolerante, feroz y sanguinario”, era afecto al “partido teocrático”, y cuando el General Gómez entró en Córdoba se le iban uniendo por el camino no sólo los jefes de las partidas combatientes carlistas con sus respectivos hombres, a los que sus enemigos no dudan en tildar de “bandidos”, así como “una chusma inmensa de facciosos recogidos al paso”, sino que, para colmo, se le sumó “el numeroso populacho cordobés”.
Lo que traducido a lenguaje objetivo, sin las cargas peyorativas y partidistas, resulta que el pueblo sencillo y llano, en gran número, se iba uniendo a la expedición del General Gómez según iba llegando con sus fuerzas liberadoras, y que en Córdoba,el grueso del pueblo (populacho lo llaman los liberales) recibió la llegada de los Carlistas como agua de mayo.
Para tratarse de una región liberal, donde el Carlismo fue recibido con casi total indiferencia, resultan un tanto extrañas estas crónicas sobre el tradicionalismo andaluz ¿verdad?
Continuaremos, Dios mediante.
Tags: andalucia liberal, Córdoba, General Gomez, Historia, mitos
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