
Iniciado por
Valmadian
Yo sólo hablo castellano, pero soy "vasquísimo" por los cuatro costados, y ello no me convierte en ningún ser especial o raro. Y es que desde un punto de vista socioantropológico, la pertenencia no se mide por un único baremo. Ese es uno de los problemas que da lugar a que la cuestión no se pueda dirimir con unos cuantos estereotipos que tengan algún fundamento real.
Me vienen a la cabeza títulos en castellano que tratan el tema desde una diversidad de enfoques:
Idioma y poder social de NINYOLES
Sociología del nacionalismo de PÉREZ-AGOTE
Los nietos de la ira: nacionalismo y violencia en el País Vasco de Patxo UNZUETA
Igualmente del mismo, Sociedad vasca y política nacionalista
El primer nacionalismo vasco de J.J. SOLAZABAL
Milenarismo Vasco de ARANZADI...
Y no menor importancia tienen las ponencias de los congresos mundiales vascos, en los que se han tratado todas estas cuestiones. Y es que resulta notoriamente complicado delimitar o encapsular, las realidades subyacentes de las cosmovisiones de los grupos sociales. Si hay algo que se puede tomar como modelo de indefinición, es el proceso cognitivo humano, sólo los factores comunes sirven de cohesión. Por eso es una falacia esa expresión que se suele usar mucho: "éste es de los míos". Sí, lo será, tal vez hay una comunión de ideas y sentimientos basados en el aspecto externo y en el uso de una simbología, incluso en el empleo del mismo idioma o de la misma jerga, pero ¿son iguales? sabemos que en cuanto se trasciende esa parte común, y se desciende a los aspectos que definen a cada individuo dentro de su entorno más inmediato, surgen las diferencias enseguida. Por tanto, el elemento cohesionador es el justo que trasciende la propia singularidad personal y la del grupo primario.
Ser vasco, gallego o catalán, es lo mismo que ser andaluz, extremeño, valenciano, asturiano, castellano o canario, por citar algunas identidades, con lengua diferenciada o sin diferenciar. Y sólo hay un elemento común: todos españoles. Cualquier vasco, gallego o catalán, encontrándose sólo en una ciudad del mundo en fechas como las navideñas, si oye que de un local sale una música flamenca y voces en castellano, seguro que se emociona y entra para sumarse "a los suyos". Y a la inversa sucedería lo mismo, ¿o es que un Aurresku, Muñeira o Sardana no sería capaz de conmover a cualquier andaluz, conquense, o salmantino, perdido en Nueva York?
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