Está muy interesante el tema de los agotes, no es la unica raza maldita, también estaban los baqueiros en Asturias o los xuetas en Mallorca, y algunas otras mas, este tema de lo rataron en el programa de Iker Jimenez.
LOS AGOTES, raza maldita
En todo lo relacionado con la localidad de ARIZCUN (Baztán-Navarra), se hace mención a esta singular raza de gentes, de confusa procedencia y peculiar idiosincrasia, que ha sido objeto durante muchos siglos y hasta hace bien poco de una marginación social total y absoluta, cargando con las culpas de todos los desastres y malas cosechas y siendo blanco de la mofa y el desprecio de los lugareños.
Queda constancia de su presencia también en el pirenaico valle navarro de Roncal, aunque es Baztan el asentamiento más citado en la bibliografía referida al asunto, tanto en Elizondo, Irurita, Elbete y Amaiur (de forma ocasional) como sobre todo y principalmente en el barrio arizcundés de BOZATE, así como en ciertas localidades gipuzkoanas.</B>
ETIMOLOGIA
El halo de misterio que envuelve a los agotes empieza por el origen de su propio nombre, tan poco claro como el de la raza misma. En efecto, en Bearnes a la palabra cagots se le da el significado de "perros godos", "cas-gots", que por contracción dio "cagots". De la misma forma, si se suprime la "a" de "agote" nos queda "got", siendo ésta una traducción que favorece la opinión que da a los agotes procedencia goda, de los que dicen que después de la invasión de los francos algunas familias visigodas se escondieron en los Pirineos quedando hasta nuestros días, con signo de infamia, en los barrios más miserables.
Para otros, como J. Altadil, "agote" significa confinado por enfermedad de la boca, y "Bozate" confinado por afonía, o confinamiento de afónicos.
Llegó hasta tal punto la cosa que el término que nos ocupa se llegó a considerar un insulto, como así lo demuestra una sentencia de la Corte en 1820, condenando a un hombre a pagar 25 libras por llamar "agote" a otro en una discusión.
ORIGEN Y CARACTERISTICAS
Tampoco el origen de estas gentes está nada claro; diversos autores les otorgan las más variadas procedencias, a juzgar por los rasgos que advierten comunes en todos ellos (aunque ni en este punto están de acuerdo, como se verá).
Pío Baroja, por ejemplo, los describe así en su libro Las horas solitarias: "Cara ancha y juanetuda, esqueleto fuerte, pómulos salientes, distancia bicigomática fuerte, grandes ojos azules o verdes claros, algo oblícuos. Cráneo branquicéfalo, tez blanca, pálida y pelo castaño o rubio; no se parece en nada al vasco clásico. Es un tipo centro-europeo o del norte. Hay viejos de Bozate que parecen retratos de Durero, de aire germánico. También hay otros de cara más alargada y morena que recuerdan al gitano".
Por el contrario Cenat Moncaut (Histoire del Peuples et des Etats Pyrenees, 1873) nos los pinta con la cabeza grande, cuerpo raquítico, piernas torsas, bocio, mirada indecisa y apagada, palabra vacilante. Este aspecto lo relaciona con el hambre y miseria, y la abundancia de agua de las altas montañas que ocasionaría el bocio.
Otro autor, Michel Francisque, los ve descendientes de los godos, con rostro blanco colorado, pelo rubio, ojos azules grisáceos, frente convexa, lóbulo hinchado y redondo, y también sin lóbulo en las orejas.
Esta última es una de las características más extendidas sobre sus personas para su reconocimiento como agote. Es curioso el dicho que atribuye esta carencia lobular al hecho de haber nacido de noche.
En cualquier caso, las investigaciones más recientes apuntan a que se trató de un grupo de delincuentes fugitivos en su origen de leproserías galas en las que se habrían refugiado para escapar de la justicia del país vecino, y es ésta la teoría que aparece como más fidedigna.
MARGINACION SOCIAL
Estos agotes han estado discriminados por el resto del pueblo desde tiempo inmemorial, (parece ser que se asentaron en Baztán y en el Este de Gipuzkoa en el s. XIV ) llegando a estar fuertemente marginados incluso a nivel religioso, teniendo que sufrir todo tipo de injusticias aún en pleno siglo XX, a pesar de la leyes promulgadas en siglo anteriores por las Cortes navarras equiparando a este grupo con los demás y prohibiendo la denominación de agote como injuria.
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El primer documento que ha llegado hasta nosotros es una Bula pontificia fechada el 13 de mayo de 1515, en la que se recomienda al Chantre de la catedral de Pamplona el examen de la petición que los agotes elevaron al Papa para que se les tratase como al resto de los fieles.
La sentencia eclesiástica en su favor no surtió demasiado efecto en la práctica, como tampoco lo hicieron sendos decretos dictados en 1534 y 1548 por las Cortes de Navarra a favor de este grupo marginado. También las JJGG de Gipuzkoa emitieron edictos contra los agotes.
En 1673, Pedro de Ursúa -esta familia defendió y amparó siempre a los agotes-, escribió un alegato a favor de algunos de ellos para que se les reconociera como originarios de Vasconia.
Por último, el 27 de diciembre de 1817 se promulgó una ley por la que se suprimían todas las discriminaciones que existían, y se aprobaba la igualdad de derechos con sus vecinos de Arizkun, Baztan y Navarra. En Gipuzkoa, sin embargo, esa igualdad no se produjo nunca.
Y es que el odio hacia estas gentes llegó al punto de que de padres a hijos se iban transmitiendo auténticas barbaridades sobre ellos, incluso sobre su anatomía: se decía que eran lujuriosos, como todos los leprosos, debido al color de su sangre; coléricos, orgullosos, susceptibles, arrogantes, astutos, que ocultaban entre ellos muchas cosas. Se les creyó cretinos, homosexuales, hechiceros, que se unían con las bestias, que olían mal, que su apestaba su aliento, que donde ponía el pie un agote no volvía a crecer la hierba...
Para ser distinguidos a distancia, se les obligaba a llevar en la espalda, en sitio bien visible, una señal en forma de PIE DE GATO DE COLOR ROJO, y tenían que hacer sonar una campanilla en su recorrido para avisar de su presencia.
Sin embargo, otros testimonios nos hablan de su muy buena condición.
Eran laboriosos e industriosos, pacíficos (ante tanta violencia no tomaban la iniciativa, sólo se defendían), serios y sedentarios. Tenían alma de músicos, eran los txistularis, tamborileros y bertsolaris de las tierras navarras, y destacaron como artesanos, carpinteros y poetas.
Las características físico-morales que se les atribuían junto con su origen desconocido hicieron de ellos una raza maldita, y como tal fueron recluídos en sus barrios separados de los demás, no permitiéndoles vivir en el pueblo mismo ni mostrar el escudo blasonado en sus fachadas, y mucho menos casarse con los naturales, sino entre ellos mismos.
En la iglesia debían ocupar un lugar aparte, en el fondo, a la izquierda, debajo del coro, teniendo un pequeña puerta de acceso exclusiva para ellos.
En los actos religiosos, se les trataba con todo tipo de discriminación: no podían ascender a la parte delantera de la iglesia, no pasaban por la pila de agua bendita (solían tener una propia), el monaguillo descendía a recibir su ofrenda, que se apartaba de las demás.
Se les daba la paz con el portapaz puesto al revés y cubierto con un paño.
En algunos lugares se pretendía que ni se les diese la paz, sino dejársela en un banco donde ellos la pudiesen tomar. No podían ser ordenados sacerdotes.
Los tuvieron por leprosos. Las leyes les sentenciaron como a tales.
Y la experencia nos enseña que, cuando escasea la cultura y abunda la ignorancia, la inteligencia está muy despierta para inventar toda clase de cuentos y fábulas con que cargar las espaldas de los odiados."
¿ORIGEN?
Resurrección Mª de Azcue nos cuenta: Los Condes de Irumberri, de Lukuze, de Tardets, de Tolouse y alguien del Baztán, en apoyo de los Albigenses, trajeron desde Italia a los AGOTES y a los CATAROS, y de Bohemia a los gitanos.
Al perder la guerra los trasladaron. Irumberri a la Baja Navarra, Luzuke a Mehaine, Tardets a Mendikota y a Gipuzkoa, pero ¿y a Arizcun y Baigorri?, R. Mª de Azcue no duda que se trata de leprosos de la Edad Media.
Pío Baroja piensa que el origen Albigense tiene mucha base, debido a que sólo un fanatismo religioso puede ser tan violento. Además se les llama Chrestiaas, que significa "Cristianos Nuevos".
Mª Carmen Aguirre Delclaux pasó muchos años investigando e intentando aclarar el verdadero origen de este pueblo humillado, marginado por sus vecinos, pero no se atreve a decidirse por una, nos descubre de todos modos la historia de un pueblo desconocido por muchos, sin embargo ella, como todos, tiene una opinión y puesto que esos años de investigación e incluso convivencia con agotes nos parece la mas acertada.
Mª Carmen dice: Nos parece muy posible que en aquellos tiempos medievales se separase al enfermo del trato común con la gente a la menor sospecha. Eran unos años que la lepra y la peste, con sus mortandades masivas, causaban terror, hasta el punto de descubrirse de padres a hijos. Es fácil que se confundiese la lepra con cualquier enfermedad cutánea, que podrían curarse con el tiempo, o que no las padeciesen sus descendientes.
Las leproserías, cargadas de enfermos, pronto vieron que esa gente no ofrecía cuidado y se les permitió vivir en barrios. Pero los pueblos era gente ignorante y muy temerosa, y no vieron con buenos ojos estos grupos que se iban acercando. Siempre con el temor de la lepra se les fue encerrando en un círculo moral y psicológico peor que el sanitario. Los tuvieron por leprosos, las leyes les sentenciaron como a tales, con diferencia de los leprosos recluidos, pero con un yugo más pesado.
No se les trataba del todo como a leprosos, pues se les permitió construir la obra de carpintería del Castillo de Montanes, ir al mercado, estar en la iglesia con todos, aunque su lugar fuera el último, y colocarse en las procesiones.
DE QUÉ VIVIAN
Desde que tenemos conocimiento de la existencia de los agotes, sabemos que tenían los peores oficios que existían.
Debido a la ignorancia, o al temor a ser contagiados, les estaba prohibido criar ganado y sembrar la tierra, recordemos que la creencia popular era que si un agote pisaba la hierba descalzo no volvía a crecer, así pues sus trabajos eran carpinteros principalmente, debido a que la creencia popular de aquellos tiempos, era que por la madera no se transmitían las enfermedades.
Fueron los restauradores del Castillo de Pau y de la construcción de toda la carpintería del Castillo de Montaner. Pero también tenían otros oficios, como el de sepulturero, un trabajo nada agradable, los había también canteros, molineros, tejedores, pescadores, leñadores...
Si bien estos oficios los pudieron realizar conforme el paso del tiempo.
Hacían también tornillos de prensa, carrocerías, bancos, la parte mecánica de los molinos, elevaron campanas, construyeron naves e hicieron puentes.
También hacían las sogas para los ahorcamientos y la gente no agote no querían ser carpinteros por temor a ser confundidos con ellos.
No eran pues siervos, gozaban de la protección de la Iglesia y de una libertad en términos muy restringidos. Estaban libres de pechas, pero también de los derechos vecinales.
TRATO QUE SE LES DABA
Se les acusó de herejes, de tener trato con bestias, de hechiceros, , y que carecían del lóbulo de la oreja, también se decía que tenían una oreja mas grande que la otra, y que una de ellas estaba rodeada de pelo, hasta canciones y poemas se hacían eco de esta anomalía.
Los padres de una pastora impiden sus amores con el pastor por ser agote, pero al observar sus orejas, ve que son iguales, lo que va corriendo a sus padres para comunicárselo, en prueba de que no es agote y así puede seguir amándolo.
Que en vez de pelo tenían plumón y sus uñas eran abarquilladas, que tenían rabo.
No podían pisar descalzos, bajo pena de abrasarles las plantas de los pies, donde un agote pisaba, la hierba no volvía a crecer, que si sostenían una manzana en la mano se pudría, ya que los agotes tenían la sangre mas caliente.
Estaban separados de todo trato con los vecinos, incluso sus antepasados tenían que llevar unas cliquetas para advertir de su presencia, estaban obligados a llevar una marca que los diferenciase del resto, un pie de pato de color rojo, vivían exclusivamente en barrios apartados, tenían prohibido mezclarse con el resto, casarse con personas no agotes, en algunos sitios bajo pena de muerte.
Si un hombre no agote, se casaba con una mujer agote, los hijos serían agotes. Si un agote le favorecía la fortuna y se casaba con una mujer no agote, unas coplas burlescas al respecto amargaban el festejo.
Las fiestas las tenían que hacer en sus barrios si no querían verse humillados, les estaba prohibido participar en los bailes.
En tiempos de Oyernat, los vascos llevaban el pelo largo, a los agotes se les obliga a cortárselo para que sean diferenciados del resto.
Les estaba prohibido llevar armas y vestir de gentil hombre.
No podían pescar en los ríos, criar ganado, cortar leña de los bosques comunales, beber en las fuentes públicas, ellos tenían sus propias fuentes, en un juicio, el testimonio de 7 hombres libres, equivalía al de 30 agotes, e incluso hay una sentencia de un vecino que le llamó a otro agote, al considerarse esto un insulto, se le obligó a pagar 25 libras.
LOS AGOTES, HOY
La casa donde habitan los agotes tiene su nombre propio, por lo general el apellido de la familia que la habita, tiene forma de caserío vasco y en algunas ocasiones esta dividida por la mitad, ocupándola familias distintas.
Al ser casas de campesinos suelen tener tres plantas, en la baja esta la cuadra y algún trastero, la del medio es la destinada a vivienda y la superior el desván para guardar productos.
Conservan sus antiguos hogares pero ya disponen de cocinas de butano o eléctricas, hay un lavadero pero ya tienen lavadoras automáticas, si bien algunos vecinos siguen usando el lavadero porque dicen que les queda la ropa mas blanca.
Los hombres visten botas fuertes de cuero o goma con un poco de pierna les llaman "Francesas". Cuando llueve y tienen que trabajar el campo usan un traje todo engomado, pantalón, chaqueta con cremallera y sombrero, todo a juego, se le llama "Paragua".
Las mujeres usan lo típico: Combinación, faldas, jersey, niquis. La combinación de las niñas se llama saya. Los trajes típicos no ofrecen ninguna particularidad con los del País Vasco.
Los nombres con los que se designa a los familiares son los normales: ama, aita, amatxi, aitatxi, alaba...Los nombres son los normales, a veces algo cambiados, a un tal Ignacio le llaman Nisio.
No emplean nombres Bíblicos como se dice en la novela de Urabayen, sólo hay un Noé en todo el barrio. La gente se tutea pero a los mayores se les trata de Vd. Con los sacerdotes se emplea "Beroli" pero no lo usan todos.
El que hereda la casa no es el mayor de los hijos, al heredero lo eligen los padres. La mujer que vaya a entrar en la casa por su matrimonio debe llevar dote.
La dueña de la casa pasa a ser la novia que ha traído la dote, lo cual es muy duro para la suegra y las cuñadas solteras. Los bautizos y las primeras comuniones son como en todos los sitios, después de la misa desayunan todos juntos con el párroco en la fonda Echevarría.
La celebración del matrimonio es similar al resto de los sitios, suben todos andando sin un orden especial, entra primero el novio del brazo de la madrina, después la novia con el padrino seguido por los demás. La comida que antes se hacia en la casa, ahora la tienen en un restaurante, y como suele ser por la tarde, sólo se hace cena.
Está muy interesante el tema de los agotes, no es la unica raza maldita, también estaban los baqueiros en Asturias o los xuetas en Mallorca, y algunas otras mas, este tema de lo rataron en el programa de Iker Jimenez.
Cierto. Y fue un gran programa. Quizás esté disponible para descargarlo en la web http://www.ikerjimenez.comeste tema de lo rataron en el programa de Iker Jimenez
Pues seguramente estará en el Emule.
También trataron, aparte de las tres razas o minorias "malditas" ya citadas, otras dos, una habitaba en León y otra en los pirineos catalanes, ésta ultima me llamó especialmente la atención, se trataba de pequeños hombres deformes de grandes cabezas ya no queda rastro de ellos.
Última edición por El Jabato; 08/07/2006 a las 19:38
Las "razas malditas" clásicas de Las Españas son:
Los agotes de Navarra, los vaqueiros de alzada de Asturias, los maragatos de León, los pasiegos de Cantabria, los chuetas de Baleares, los quinquis o mercheros y los gitanos. Los dos últimos sin localización específica.
Un tal Letamendi, creo recordar, escribió un libro sobre el particular, con el título "Las razas malditas de España" o algo similar.
Los agotes no sólo son específicos de Navarra. También los hubo -y en importante número- en los valles orientales de Gipuzkoa.Iniciado por Breogan
No conozco todos los casos que mencionas, pero los pasiegos (gente muy curiosa, una microetnia insertada en esa parte de Castilla) no tengo noticias de que hayan estado marginados.Iniciado por Breogan
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Pues sí, siempre fueron un pueblo muy cerrado, con mala fama(de judíos y demás) al menos en Cantabria, peculiares si que eran (solo se relacionaban entre ellos, tenían razas especiales de ganado, su particular forma de roturar las tierras... pero actualmente ya nada es así.Iniciado por Donoso
Es curioso, pero en los Reynos del Andaluzia, donde llegaron gentes del ambiente pastor hasta prácticamente los años 30, sobre todo de Castilla, Galicia, Asturias y León, y también portugueses; a éstos les encubría como una " leyenda negra ". El tema de los vaqueiros me puedo oler que venga por ahí. De los quinquis realmente no se sabe mucho, si alguien supiera donde poder encontrar algo se lo agradecería.
Me hablaron también en Aragón de gente que tenía sangre beréber y que eran despreciados. No sé.
Hola,
A proposito de las teorias de Francisque Michel, él rechaza la teoria de los godos en su Histoire des races maudites de la France et de l'Espagne, aunque la considera. Os diré su conclusion cuando haya terminado la lectura de él...
Bienvenida al foro Consorana.
Cualquier otra información que pueda dar sobre el tema será útil, parece que el tema tiene su interés y no hay mucha información colgada en internet.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Es un tema muy interesante, yo abrí un hilo sobre los linajes malditos de Europa en Stirpes hace un tiempo; otros grupos interesantes son el de los "Irish Travellers" y los xuetas de Baleares.
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Encontré este artículo en Euskonews:
Los Agotes
* Traducción al español del original en euskera
Ainara Iraeta Usabiaga
"¡Cállate, agote! Tu opinión cuenta menos que la del perro. ¡No eres nadie!". Estas palabras, recogidas en un documento de 1597, reflejan el desprecio que se les tenía a los agotes.
Los agotes eran rubios, de piel blanquecina, con el lóbulo de las orejas pegado y de mal aliento; incluso se dice que tenían rabo. Al considerárseles portadores del pecado original, se recomendaba mantenerse alejado de ellos por su mala sangre. Esta manera de pensar se mantuvo durante largo tiempo.
Pero, ¿quiénes eran realmente los agotes? ¿Estaban enfermos o eran simplemente diferentes? ¿De dónde procedían? ¿Por qué tal discriminación?
Los llamados agotes o cagotes, cuyos primeros indicios se hallan en documentos del siglo XIII, vivieron en los valles de los Pirineos durante seis siglos como una raza o comunidad diferente.
Los Agotes.
¿Cuál es el origen de los agotes?
Diversas hipótesis se barajan a la hora de determinar el origen de los agotes. Unos mantienen que son descendientes de los godos, lo cual explicaría su pelo rubio y piel blanca. Otros afirman que provienen de los musulmanes y que a través de sus venas corre "sangre africana".
Algunos aseguraban que descendían de los leprosos, y que ése era el motivo por el cual se les discriminaba, por miedo al contagio. Los partidarios de esta teoría, entre los cuales se encuentra Caro Baroja, mantienen que el significado de la palabra francesa "cagot" es "devoto falso e hipócrita", con lo cual se les califica de descendientes de aquéllos a los que reyes e Iglesia protegían y privilegiaban en las leproserías. Según la historiadora Alizia Stürtze, "a las leproserías se presentaban no sólo los leprosos, sino también gente con enfermedades cutáneas, fugitivos y otra serie de personas que se hacían pasar por leprosos para así obtener cama y comida gratuitamente. Así es como llegaron a aglutinarse los leprosos y los que simplemente simulaban serlo".
Causas de la exclusión
Las causas de esta exclusión hay que buscarlas en el prejuicio e ignorancia del pueblo. Al agote no se le discriminaba por no ser cristiano o por su pertenencia a una etnia distinta, sino, según la opinión popular de aquella época, por ser portadores del pecado original y de llevar consigo la mala sangre que les venía de herencia.
Alizia Stürtze teme que los verdaderos motivos de la discriminación eran económicos. Durante siglos, los agotes lucharon por obtener los derechos vecinales y la hidalguía, mas los habitantes de Baztan y Roncal se opusieron a su concesión. En palabras de la historiadora, "la Euskal Herria de las montañas era pobre, y debido al régimen del mayorazgo, los bienes de los caseríos se destinaban a un sólo hijo. Ni siquiera había lugar para los de fuera. Ante tal situación, se solían aprovechar de los agotes, pero sin reconocerles derechos vecinales".
Para poder obtener estos derechos, era necesario cumplir una serie de requisitos, tales como ser lugareño y demostrar la pureza de la sangre, unidos a ciertos factores externos como por ejemplo poseer una casa de piedra, con tejado o un escudo. Con el objeto de obtener esta serie de derechos, los agotes pelearon durante siglos, moviéndose de un lado para otro en busca de su verdadero origen. Con el paso del tiempo empezaron a construir casas de piedra, dado que los fueros disponían la obligatoriedad de poseer una casa de piedra para poder ser titular de derechos de vecindad, cláusula ésta que provocaba un incremento de las luchas y juicios.
Negación de los derechos
Los agotes, por lo tanto, eran gente absolutamente discriminada y sin apenas derechos; de hecho, no se les permitía ni labrar tierras comunes ni utilizar el molino. La gente eludía todo contacto con los agotes, temerosa de contraer enfermedades o maldiciones. Prueba de esta discriminación es la puerta lateral o "Agoten Athea" de las iglesias de Navarra, destinada exclusivamente a los agotes, y la obligatoriedad de situarse en las últimas filas, disponiendo además de pilas bautismales especiales, en defecto de las cuales recibían el agua bendita a través de un palo.
La historiadora donostiarra nos explica que "todo lo que tocaban los agotes se consideraba envenenado, de modo que en caso de tener ganado o trabajar la tierra, no podían vender sus productos. Si sorprendían a un agote descalzo, le quemaban las plantas de los pies con hierro candente, que era lo que la ley establecía. Tampoco podían participar en los bailes populares, y durante mucho tiempo tuvieron prohibido casarse con vascos".
Intereses económicos propiciaron que a lo largo de los valles pirenaicos se difundieran muchas supersticiones que poco a poco fueron definiendo un estereotipo de estas personas, justificando así su exclusión: rubios, de ojos claros, piel blanquecina y llena de manchas y con el lóbulo de la oreja pegado, estereotipo que con motivo de la endogamia se iba acentuando, dada la interdicción que pesaba sobre ellos de no relacionarse con el resto de la gente. Se decía asimismo que su sangre era más caliente, y que al poco de sostener una manzana en sus manos, enseguida se arrugaba.
La iglesia de Arizkun.
Las profesiones de los agotes
Dado el riesgo de contagio, las profesiones a las que los agotes podían dedicarse eran restringidas; en un principio sólo podían ser borreros o carpinteros, al ser la madera una nefasta conductora de enfermedades, y más adelante ejercerían también como músicos, albañiles y artesanos.
Los caciques feudales, aprovechando esta discriminación, empleaban a los agotes como jopus para así presionar al pueblo y conservar los derechos feudales. Stürtze indica que en el siglo XIV los Ursua, de Arizkun, ofrecieron protección y tierras a los agotes fugitivos de Bozate, quienes en compensación de dicha protección y disfrutes (permiso para pescar, para utilizar los bosques...) estaban obligados a ejercer de criados y a pagar elevados impuestos.
La integración de los agotes
A medida que las medidas contra los agotes se iban endureciendo, éstos se movían de un lado a otro. En cuanto las condiciones de vida se agravaban en la zona de Biarno, se desplazaban hacia el Roncal, de Baigorri a Baztan, y viceversa. Con este ir y venir algunos de ellos lograron integrarse en la sociedad vasca, mientras que otros muchos emigraron a América en el siglo XIX, afincándose los que regresaban en la zona de Elizondo.
El pueblo de Bozate.
Con la paulatina decadencia de la economía del Antiguo Régimen, las tierras comunales se fueron vendiendo y privatizando, y una vez desaparecidos los derechos vecinales la marginación dejó de tener sentido.
No obstante, sigue habiendo vestigios de los agotes, puesto que, dada su endogamia, hay unos cuantos apellidos que se repiten con frecuencia, siendo éste el caso de Bidegain, Errotaberea, Zaldua y Maistruarena. Hasta comienzos del siglo XX los agotes vivieron en Bozate como si de una comunidad especial se tratara, y, aunque hoy en día ya están integrados, a la gente de Arizkun no le agrada referirse a los agotes.
Ainara Iraeta Usabiaga, periodista
Fotografías: Del libro "Agotak, juduak eta ijitoak Euskal Herrian" de Alicia Stürtze
http://www.euskonews.com/0070zbk/gaia7004es.html
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
La historia de los agotes me recuerda a la etimología de la palabra “gabacho”. Aquí tenéis algo de información: Gabacho
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
En esta interesante web encontré bastante información sobre los linajes malditos de España:
djaa SOLO CULTURA VALENCIA Y BENIMAMET
LOS PASIEGOS
Cuando en los siglos de la Alta Edad Media se produjo la repoblación del territorio cántabro y se formarón los núcleos de población alrededor de monasterios e iglesias, los llamados montes de Pas quedarón al margen de este proceso por ser una de las zonas más agrestes de Cantabria y particularmente, la más húmeda y desfavorable para la agricultura tradicional.
Los pasiegos reciben su nombre de la comarca donde habitan, constituida principalmente por tres valles formados por los rios Pas, Pisuerga y Miera, siendo el Valle del Pas, el que da nombre a los habitantes del lugar, y a la comarca entera. Pas es una palabra derivada del latin "passus" (paso).
La comarca del Pas se situa en la actual Cantabria en la zona fronteriza con la provincia de Burgos.
Esta comarca ha conservado unas formas de vida y una cultura popular de gran originalidad e interés etnografico, razón por la cual ha sido catalogado entre los llamados pueblos malditos del norte (los maragatos en León, los vaqueiros de alzada en Asturias y los agotes en el Valle de Batzan en Navarra). En esta comarca persisten formas de vida tradicionales de gran interés, propiciada la identidad pasiega por el aislamiento del medio geografico. Las montañas pasiegas siempre estuvierón apartadas de las principales vias de comunicación, con un relieve sumamente agreste y un clima muy frio y humedo.
La incorporación al catalogo de pueblo maldito de los pasiegos es muy tardia, no es hasta el año 1865, cuando se empieza a relacionar a este pueblo como maldito.
Sobre el origen étnico de los primeros pobladores no hay unidad de criterios, unos autores afirman un origen árabe, basandose en las tradiciones y formas de vida pasiegas y para otros les atribuyen un origen judio, aunque no existen pruebas ciertas de esa procedencia. Otra tesis es que se les tiene por descendientes directos de los cantabros, o de visigodos que después de la invasión musulmana quedarón aislados dentro de los valles cantabros. Lo bien cierto es que sobre sus origenes no hay documentación ni tradición que avale cualquier hipotesis.
Las primeras noticias que tenemos de los habitantes de la zona, la encontramos en el año 1011, cuando el conde Sancho de Castilla dona al monasterio burgalés de San Salvador de Oña un territorio que es repoblado por pastores, en lo que problablemente es el origen del actual poblamiento pasiego. Se les otorgó derechos de pasto en una zona muy amplia que abarcaba practicamente toda la Cantabria oriental. En 1396 los derechos de una zona aproximada a la comarca pasiega pasan a la villa de Espinosa de los Monteros, en la actual provincia de Burgos. Se trataba de un territorio calificado como "montañas bravas y desiertas". En estos siglos bajomedievales los pastores pasiegos aprovechaban estos montes despoblados practicando una ganadería trashumante, si bien no existía poblamiento estable en los montes de Pas, siendo los pasiegos vecinos de Espinosa.
Es en el siglo XVI cuando se levantan las primeras iglesias y ermitas en los montes de Pas en torno a los cuales se fuerón asentando las primeras comunidades, que hasta el momento vivian dispersas por valles y montañas.
Dentro de lo que es la comarca pasiega, podemos encontrar tres nucleos de población principales: las villas de Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera. Mientras que las dos primeras poblaciones se encuentran situadas en el Valle de Pas, la tercera se encuentra en el vecino valle del rio Miera. Hemos dicho que estos tres nucleos son los principales focos de vida pasiega, pero no los únicos, (Luena, Selaya, Miera, Ruesga y Soba) son otros puntos de tradición pasiega. También conviene destacar la villa de Espinosa de los Monteros en la provincia de Burgos, lugar muy importante dentro de la tradición pasiega.
En 1689 las tres villas se independizan y obtienen el estatuto de villas de realengo, se las conoce como las tres villas pasiegas, que pasan a tener sus propios ayuntamientos.
La vida pasiega ha estado ligada a la ganadería, destacando una especial forma de trashumancia, la llamada muda. Consiste en el desplazamiento de los animales con la llegada de la primavera a los pastos de altura, retornando a sus casas del valle con la llegada del otoño. Para ello se trasladan tanto los animales como de las personas con todos los enseres, desplazandose por tanto de cabaña en cabaña, hasta el punto que las familias pasiegas podian tener tres o cuatro cabañas distribuidas en distintos lugares según las zonas de pasto del ganado. Aqui las zonas de pasto de alta montaña reciben el nombre de branizas. Se trata por lo tanto de un pueblo seminómada y transhumante. No obstante conviene señalar que esta muda nunca es fuera de sus dominios, por lo que se diferencia de la transhumancia típica en que los traslados se realizan de unas regiones a otras.
Hay que decir que principalmente el tipo de ganado de la zona es la vaca frisona, aunque la vaca origional pasiega es la llama raza "rojina", más pequeña y de color avellana, que producía menos cantidad de leche pero de una excelente calidad. La vaca frisona fué traida por los pasiegos desde Holanda y ha venido a sustituir a la vaca autoctona, con lo cual se ha perdido una de las señas de indentidad de los pasiegos.
Entre los elementos de la cultura pasiega, tenemos el llamado "cuévano", que es un cesto grande y hondo de base cuadrangular, mas pequeño en el fondo que en la parte superior y que se carga en la espalda y sirve para el transporte de todo tipo de utensilios o alimentos. Es un elemento con unas características tipicamente pasiegas. Construido con varas de avellano, forma parte de la vida del lugar e indisolubremente ligado a su vida y quehacer diario, ya que antiguamente las madres pasiegas transportaban a sus bebes en estos cestos al hacer la muda. Era el llamado "cuevanu niñeru".
La cabaña pasiega, adaptada a su función de vivienda y establo temporal, es muy característica, con su cubierta de lastras de piedra arenisca oscura y su prado bien cercado. La vivienda consta de dos pisos: el inferior o establo y el superior (al que se accede por una escalera exterior, llamada patín), que sirve de almacen y habitación. El calor de los animales del piso de abajo sirve de calefacción para las personas que habitan el segundo piso. Ademas presentan una rústica balconada de madera y se costruyen hermeticas para protegerse de los frios vientos del norte.
La cabaña pasiega, adaptada a su función de vivienda y establo temporal, es muy característica, con su cubierta de lastras de piedra arenisca oscura y su prado bien cercado. La vivienda consta de dos pisos: el inferior o establo y el superior (al que se accede por una escalera exterior, llamada patín), que sirve de almacen y habitación. El calor de los animales del piso de abajo sirve de calefacción para las personas que habitan el segundo piso. Ademas presentan una rústica balconada de madera y se costruyen hermeticas para protegerse de los frios vientos del norte.
Llama la atención el tipo de poblamiento, por ser tan sumamente disperso, por la gran cantidad de pequeños barrios y por la separación de las cabañas entre si. Sus habitantes viven en las famosas cabañas pasiegas, más numerosas incluso que la población. Se dividen en dos tipos, las temporeras y las vividoras, las primeras se utilizan en las épocas de mayor rotación del ganado por los pastos, y las segundas, más solidas y dotadas de comodidades y mejores condiciones en general, que se dedican a la vivienda en la temporada invernal. Muchas de ellas se ubican en lugares donde sólo es posible acceder a pie.
Actualmente se conservan muchas de estas cabañas dispersas por los montes, y muchas de ellas se han acondicionado para la actividad de turismo rural, tan emergente en estos tiempos. Por suerte o por desgracia, tal actividad hoy día no la realizan gentes pasiegas, sino gentes venidos de otros lugares que ejercen tal actividad. Asi mismo la ganaderia, ha entrado en declive y el mundo pasiego tiende a desaparecer.
El régimen alimenticio de los pasiegos es a base de carne, el cerdo, el cordero, la leche y sus derivados. Por las extremas condiciones del clima el cultivo de la huerta se hace imposible, ya que la huerta comienza a plantarse en la época en que este debe mudar de una cabaña a otra con el ganado.
Una de las tradiciones de los pasiegos es el "palancu" o salto pasiego consistente en una larga vara que servia en sus origenes para cruzar rios o accidentes geograficos, y que constituye un antecedente del actual salto de pertiga. Hoy dia, es una modalidad deportiva autoctona que todavía se lleva a cabo en algunas celebraciones.
Otra actividad deportiva que ha perdurado al igual que el salto pasiego es el juego de bolos a palma, modalidad que se practica en la comarca. Se lleva a cabo en un corro rectangular de tierra, que mide ocho metros de ancho por treinta y cinco de largo. Los bolos son nueve y se disponen en tres hileras separadas entre si setenta y cinco centímetros. Cada uno pesa más de 500 grs. Es un juego de gran dificultad técnica que requiere varios años de experiencia.
Es obligada la visita al Museo Etnografico de las Tres Villas Pasiegas, en Vega de Pas, donde sin duda podemos encontrar toda la cultura popular de este pueblo. Se encuentra instalado en una antigua ermita y en ella podemos encontrar una reproducción de la típica cabaña pasiega con todos los útiles e instrumentos que utiliza desde hace mucho tiempo la gentes del lugar. Se trata de un edificio con las caracteristicas de los invernales de la zona: rectagular de dos plantas, unidas por una escalera de madera que forman su estructura, de piedra y argamasa, ventanas al exterior enrejadas, exepto la fachada oeste; suelo de canto rodado en la planta baja y madera en la superior.
La planta inferior alberga todos los materiales etnográficos recogidos y depositados en el Museo por los habitantes de los valles y branizas de los Montes de Pas. En la planta superior, junto a la reconstrucción de una cocina pasiega y utilizando los más variados soportes, se expone una amplia perspectiva del mundo físico y cultural de los habitantes de los Montes de Pas.
Uno de los principales monumentos de la zona, es sin lugar a duda la Colegiata románica de Santa Cruz de Castañeda, amén de otros monumentos de tradición románica, lo que puede dar idea de la pujanza de la poblaciones pasiegas en la Edad Media.
Otras edificaciones que encontramos en la zona son las iglesias románicas o las interesantes casonas montañesas que tanto abundan en la comarca.
La patrona de los pasiegos es la Virgen de Valvanuz, cuya fiesta se celebra el 15 de agosto, en el santuario del mismo nombre. En esta fecha los pasiegos acuden al santuario de la virgen con sus trajes típicos a sacar en procesión a la Virgen. Esta declarada Fiesta de Interés Turistico Regional.
Las tres villas pasiegas formaban la antigua juridiscción de los Montes del Pas.
La Vega de Pas tiene como barrios: Candolías, La Gurueba, Guzparras, Pandillo, Viaña y Yera.
San Roque tiene tres barrios: Carcabal, Merilla y La Concha.
San Pedro del Romeral, es la tercera villa pasiega por excelencia. Situada en los altos Valles del Pas, en la plaza del pueblo se encuentra un bello conjunto formado por el ayuntamiento (la casa de todos los pasiegos según dice el letrero) y una iglesia del siglo XVIII, con una imponente torre. Sin embargo, la mayoría de sus casas están desperdigadas por el valle en pequeñas agrupaciones. Lo componen los siguientes barrios: Aldano, Bustal, Bustiyerro, Hornedillo, La Peredilla, Ronquillo, La Sota, Vegaloscorrales y Vegalosbaos.
Otra de las poblaciones del ambito pasiego, pero esta vez dentro de la provincia de Burgos es la villa de Espinosa de los Monteros, villa pasiega por excelencia.
Su entrada en la historia se corresponde con el año 800 cuando el abad Vitulo ocupa el área de Espinosa y ya se cita el núcleo en el año 816. A comienzos del siglo XI pertenece al monasterio de Oña, al ser incluidas dentro de las donaciones que se realizan para su fundación, y será Alfonso VI quien la impulse y reedifique más adelante. El apelativo de los Monteros, según la tradición, lo recibirá tras el intento de asesinato del conde Sancho García; gracias a un espinosiego el conde salvó su vida. El conde como muestra de gratitud crea un cuerpo de Monteros de Camara, encargados de hacer la guardia a la persona real durante la noche.
Los espinosiegos, fuerón elegidos por los reyes de Castilla, como parte de la guardia de cámara personal del rey, entre otros motivos por su lealtad y fidelidad y por su limpieza de sangre, ya que según costumbres de la época, no podían tener ningún ascendiente de sangre árabe o judia.
También es fama que las mujeres pasiegas eran buscadas como nodrizas de la familia real tanto por sus cualidades fisicas para el desempeño de tal función, como por el motivo de la limpieza de sangre. Se comenta que las nodrizas cuando se dirigian a los lugares de trabajo en las ciudades, solian llevar con ellas un perro o gato para darles de mamar y así no quedarse sin leche en el camino.
La limpieza de sangre era una exigencia que se imponía a las personas, que tenían que demostrar que entre sus antepasados no había habido gente de raza judia, árabe o morisca. Los pasiegos por su forma de vida y su aislamiento eran buenos candidatos para cumplir tal fin, ya que la presencia de gente de dichas razas en la comarca no era habitual, incluso se llegarón a dictar leyes prohibiendo la presencia de dichas personas en la comarca.
Monumentos o lugares importantes en Espinosa de los Monteros son: la Plaza Mayor o de Sancho García, iglesia parroquial de Santa Cecilia y el Palacio de los marqueses de Chiloeches.
Lugar importante en las cercanias del Valle de Pas es Puente Viesgo, conocida por su Balneario y su ocupación hotelera y por las cuevas prehistoricas que en encuentran en su termino.
Ya en el siglo XIX los pasiegos empiezan a abandonar la ganadería, y se especializan en oficios por lo que se hacen famosos en el resto de España, como son los de contrabandistas, nodrizas reales (ya citado) o vendedores ambulantes de helados.
A destacar una pelicula dirigida por Manuel Gutierrez Aragón, nacido en Cantabria "La vida que te espera" que narra una historia ambientada en el mundo pasiego.
Y por último no hay que olvidar dos especialidades culinarias pasiegas, una de ellas llevan su nombre los sobaos pasiegos y las quesadas, ambas realizadas con productos lacteos como no podía ser, tratandose de un pueblo eminentemente ganadero.
RAZAS Y PUEBLOS MALDITOS DE ESPAA: LOS PASIEGOS
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Interesante tema este de las razas malditas. Por lo que respecta a los agotes, también los hubo en Aragón. Copio de un trabajo de M. García Piñuela:
“En Aragón la presencia de “agotes” pasa desapercibida y hubo casi tantos o más que en Navarra, pero los problemas con los montañeses no eran de marginación, sino pura y simple separación de dos comunidades, sin conflictos, ni pleitos, ni escándalos, hasta su total integración. De todos es sabido la fama de buenos constructores y canteros que tenían “cagots” y “agotes” y la tradición de una arquitectura firme y sólida que surgió en Aragón, con obras como la Catedral de Jaca, con uno de los mensajes ocultista más importante del románico, o La Santa Cruz de la Seros [sic], San Caprasio, San Juan de la Peña, o San Pedro de Siresa que ostenta uno de los pocos laberintos que aun puede verse de los muchos que hubo en las iglesias españolas.”
Muy completo es este otro artículo De Bastián Lasierra:
“Sí, ya sé que al hablar de “agotes”, o “cagots”, o “gafos”, que todos estos nombres tenían -y algunos más como luego veremos-, inmediatamente pensamos en Navarra, sobre todo en el barrio de Bozate, en Arizcun, en el Baztán, cerca de Elizondo, o, a lo más, en el Roncal. Pero, ¿agotes en Aragón?
Hace unos cuantos años, al arreglar la iglesia parroquial de Plan, cuya noble piedra había sido embadurnada por la fiebre enyesadota y encaladora del siglo diecinueve, apareció una extraña portezuela debajo del coro, en el ángulo izquierdo del templo.
Desde luego, no podía estar allí para dar paso al cementerio, que justo se encontraba en el lado contrario, ni como una entrada a la sacristía o a la torre, por la misma razón. Además, su insignificante tamaño, como para ser cruzada encorvado o agachado, eliminaba toda otra posibilidad como, por ejemplo, la del paso hacia el baptisterio. ¿Qué pintaba allí esa puerta? ¿Qué misterio tenía? ¿Hasta aquí habían llegado los agotes?
Lo mismo nos sucedía con las brujas, que por lo visto solamente se daban en Euskalerría o en Galicia, hasta que descubrimos su apabullante abundancia en el Alto Aragón. Que en Aragón tenemos de todo, que os lo digo yo. Lo malo es que no nos hemos enterado y seguiremos sin enterarnos por falta de investigadores y de apoyo a la investigación. Y esto no va por nadie, ya se ve… Pero bueno, ¿quiénes eran y qué hicieron los agotes? Un profundo desconcierto sobre su origen llevó en otro tiempo a considerarlos relacionados con otras poblaciones malditas, como “los vaqueros de Asturias”, “los chuetas de Mallorca” o “los cretinos de los Pirineos”. Hoy sabemos que nada tienen que ver con ellos, como no sea un aspecto exterior un poco deprimente, que en todos ellos solamente tienen el significado de una endogamia total, ya que nadie quería emparentar con ellos.
Tampoco son de raza vasca, aunque la pequeña comunidad que queda de ellos sin mezclar hable euskera, por vivir en una zona que casi desconoce el castellano. Pero el factor Rh de su sangre descarta claramente esa procedencia.
Durante la Edad Media se les consideraba leprosos y eso parece indicar el nombre de “gafo”, “mesiello”, “meseguero” o “mesuma” y hasta “cristianos de San Lázaro” con que se los conocía. Esto y también la creencia muy extendida de que su presencia producía un hedor insoportable, nauseabundo, fue el factor más determinante para la marginación que siempre sufrieron. Y, por supuesto, también su carga religiosa, en unos tiempos de profunda fe pero de una gran intolerancia por la obsesión de no mezclarse con herejes. Se los creía descendientes de albigenses o arrianos y godos. Se les perseguía por profesar la fe de los cátaros, quienes rechazaban el poder y la riqueza de la Iglesia. La palabra “cagot” o “casgot” significa precisamente “perro gordo”, y lo que está claro es que a España vinieron desde el Bearne, procedentes de la zona de Albi (tierra de albigenses). ¿Cómo iban a entrar solamente en Navarra, con el contacto intensísimo que el Alto Aragón ha tenido siempre con el “Aragón” del otro lado del Pirineo? Otra cosa curiosa: se habla del Euskadi francés (los iparretarrak, los del norte); de los navarros franceses de la Benabarra, que significa lo mismo que Benabarre: “Navarra la Baja”; se habla de los catalanes franceses de la parte de Perpignan. Bien. Parece que hay razón para ello. Pero, ¿por qué nunca se dice los aragoneses franceses, como han sido en realidad los bearneses y los aregianos? Bueno. Punto y coma aquí… Y sigo con el tema. Si las gentes los consideraban albigenses, ellos se esforzaban por aparecer como auténticos cristianos, y por eso recibieron también el nombre de “cristianos nuevos”. Pero su presencia dentro de la Iglesia fue tan condicionada como fuera de ella: tenían que colocarse debajo del coro, no podían pasar a hacer ofrendas, la comunión la tenían que recibir al final de todos, incluso después que las mujeres y los niños, la paz se les daba con diferente portapaz o, cuando no tenían dos, besaban el reverso del mismo. Y se les hacía entrar en el templo por diferente puerta, generalmente bajita y humilladora, lejos de la principal. Este es el rasgo más importante para descubrir su presencia, aunque esas puertecicas estén tabicadas. Aún había más. En el Roncal, por ejemplo, no podían vestir el traje roncalés con sus ribetes colorados en los capotes y nunca eran reconocidos como ciudadanos. No podían poseer tierras y, probablemente, por esta razón se dedicaron en todos los sitios a oficios artesanos, considerados como bajos frente a los labradores y ganaderos. Fueron, pues, herreros, tamborileros, y con mucha frecuencia de oficios relacionados con la madera: leñadores, torneros, carpinteros, toneleros…
Pero lo más infamante para ellos, junto con la entrada vergonzante a la iglesia, fue la obligación de llevar cosida en la ropa una pata de oca roja sobre el omoplato izquierdo para que todo el mundo detectase su presencia y pudiera huir de ellos. El nombre de “gafos” significa precisamente “mano en garra”. Una inspección de puertas laterales por las iglesias del norte de Aragón nos acusa su presencia en Ansó, Fago, Echo, Majones, Salvatierra, Sigüés, Berdún, Villanúa, Castiello, Barós y muchos lugares más. La sorpresa es encontrar también dicha puerta en Plan. Alguien opinará que este dato no es suficiente para afirmar su presencia entre nosotros. Y le doy la razón, aunque no deja de ser una pista.
Pero lo que me indujo a buscar el rastro de los agotes en el Pirineo fue un documento del siglo XVI en el que se querellan en los tribunales de Pamplona nada menos que ciento sesenta agotes. Entre ellos aparecen no pocos aragoneses.
En un documento desempolvado por Idoate consta una lista de ciento sesenta querellantes de lugares muy diversos que piden justicia por la marginación que sufren a causa de su condición de agotes. Entre ellos aparecen, Mateo Olite y Carlos de Esteban, de Sos; Pedro Domínguez el Viejo, Miguel Domínguez, y Raimundo Martín, de Uncastillo; Juan, Antonio y Miguel Arnaldo y Beltrán, de Salvatierra; Arnaldo Sánchez y su hijo, de Ansó; Bernardo Maxones, carpintero, y sus hijos, de Maxones; Juan Xinón y Guillermo (a) Guillennet, de Villarreal; Juan Fuster, Miguel, su hijo, y Pedro Spes, de Berdún; Juan Blanc, Juan, su hijo, y Juan de Margarita, de Berdún; Grada y sus hijos, de Borau…
Es la primera noticia documental, o casi, que tengo de agotes entre nosotros. Claro que ya sabíamos por el Espasa, que “los agotes viven en Navarra y, principalmente, en el Baztán. Se les encuentra también en Pamplona, en Elizondo y hasta en Jaca”.
Las pistas orientaban hacia la diócesis de Jaca y allí es donde podemos descubrir las dichosas puertas de agotes por todos los lados. Pero era necesario documentar su presencia. Sabíamos de una disposición, hacia 1590, que exigía que el rector de la parroquia de Ansó debía ser licenciado en teología “porque vienen muchos cristianos del Bearne a Ansó para los santos oficios”. Por lo visto, había que filtrar toda posible entrada de esencias albigenses.
Pero el archivo de Ansó ya no daba más de sí. Un poco más explícito era el de Berdún, aunque no había ninguna alusión directa. En 1571, el visitador manda “que se haya de cerrar o hacer cerrar a piedra calina la puerta pequeña que está en la iglesia que sale a la calle so pena de cien sueldos de sus propios bienes pagaderos”. Esto puede interpretarse como una medida para evitar la discriminación. Aunque parece que debió de haber sus más y sus menos porque, cuatro años más tarde, en 1575, otro visitador manda que se haga “un portapaz de plata, honesto, y otro de bronce”. Parece clara la intención.
También se nos habla de que murió en el hospital Jacobo Bergés, serrador, extranjero y pobre, y se le enterró en el cementerio de la iglesia. Esto de “serrador” y “extranjero” da qué pensar, tanto más que por entonces se nos habla de un herrero llamado Figoli, napolitano. ¡No extranjero a secas! ¿Es que Bergés no es más aragonés que otra cosa? También sabemos que siglos después, en las guerras de sucesión, “los carlistas cogieron las serrerías, pero no pudieron entrar en Berdún”.
Luego éstas estaban fuera del pueblo, en donde se obligaba a los agotes a vivir y el oficio es claro.
Los libros parroquiales de Villarreal, Binués y Majones tampoco sacaban de dudas. Parece como si hubiera existido una conspiración para hacer desaparecer todo rastro de agotes en la documentación. Tampoco fue fructífera la investigación en Canfranc. Y eso que el apodo de sus gentes ya no podía ser más explícito: en efecto, los llaman “cagotes”, con el nombre exacto que reciben en el Bearne. Por cierto, que el nombre de “chistotes” que también se les daba, podría enlazar con el de “La bal de Chistau”, en el lugar de Plan. Lo dejo para los historiadores…
Como la documentación cerraba sus puertas, había que seguir otros derroteros. Un paseo atento por las calles de Berdún me mostró escudos con signos esotéricos curiosísimos, que algún día habría que estudiar. En Villarreal abundaban los anagramas de JHS (Jesús), que podrían entenderse como un esfuerzo para pasar por católicos. En Casa Carpintero -atención al oficio- también se veían signos extrañísimos. Mi informador me aclaró que en esa casa habían sido siempre carpinteros. En Salvatierra, además de los anagramas, en Casa Ramón Bueno aparecía un escudo netamente artesano, con un martillo, un yunque, unas tenazas…
Quedaba la pista del traje. ¡Con qué ilusión se me ocurrió consultar a Jorge Puyo, -el último hombre de calzón de Ansó-, si antiguamente se había prohibido a alguien, en concreto a forasteros, vestir el traje ansotano como se había hecho en el Roncal. ¡Qué feliz me hubiera hecho una respuesta afirmativa! Pero no, nunca se prohibió a nadie. Es chocante, sin embargo, que en Jaca se distinguiese claramente el traje de calzón y cachirulo que llevaban los labradores, de de los artesanos, mucho más parecidos al navarro, hasta por la boina.
También es cierto que en Aragón, tanto en el caso de las brujas como en el de los agotes, fuimos mucho más permisivos que los navarros. En el siglo XVII Idoate localiza a numerosos agotes afincados en Aragón. Y ya venía de antiguo, pues el recibidor de Olite en el siglo XIV ya había conducido a varios de ellos a Sádaba. Por agotar todas las pistas posibles, duro fue el trabajo de examinar la presencia de los apellidos que sabía que eran de agotes por los diferentes pueblos de la comarca. En Berdún, por ejemplo, aparecía en 1551 una tal María Maxones, apellido que sigue dándose en 1561 pero que luego desaparece, aunque reaparece en Villarreal en 1580, en donde también perduran los Accos hasta 1626. Los Fuster perseveran en Berdún hasta 1790. Se ve que en muchos casos iban cambiando de pueblo. En Biniés, aún existen Casa Fustero y Casa Margarita, aunque se haya perdido el apellido. Lo más probable es que a la larga todos fueran a parar a Jaca y allí están o ya se fusionaron con el resto de la población. No sé si tengo razón. Ni soy historiador ni lo pretendo. Mientras no me demuestren lo contrario, ¡También Agotes hemos tenido en nuestra tierra!”
Como veis, en Aragón no solo hubo agotes en los valles más occidentales, es decir, los más cercanos a Navarra. Los hubo también en Gistau (Sobrarbe). Sobre ellos escribieron Lucía Dueso y Bizén d’o Río en el número 106 de la Revista Argensola:LOS AGOTES DE GeSTAVI
Lei hace tiempo una novela, que si bien no vale mucho, trata el tema de los agotes de forma bastante profunda, se trata de "El Verdugo de Dios" de Toti Martinez de Lezea.
Pido disculpas por no completar el post con los otros linajes, pasa que se perdió la conexión con Hispanismo.org, pensé que mi post no había salido.
MINORIAS MALDITAS: LOS QUINQUIS
Quinqui, miembro de un grupo social marginado, dedicado tradicionalmente a la venta ambulante o "buhoneria", frecuentemente desarraigado de una residencia estable y bordeando, las más de las veces, los limites de la delincuencia; gentes transhumantes que, la mayor parte de las veces, ni siquiera se inscribían en el Registro Civil y que carecían de toda documentación legal, con lo que quedaban, por ello, exentos de cumplir con el servicio militar.
Habitualmente se les trata peyorativamente, como delincuentes contra la propiedad, que suelen operar en pequeñas bandas.
Conocedores expertos de caminos, veredas y trochas, buscando las sendas menos frecuentadas, muchas veces llegarón a confundirse con contrabandistas y maleantes, con los que en ocasiones habrían de integrarse aún a su pesar, a lo largo de los siglos XVI y XVII.
Se trata de una minoria que prácticamente como toda minoria, se ha resistido a ser absorvida por el resto de la población, siendo mantenido el deseo de segregación vivo, entre unos y otros, sobre todo con su habitual práctica de la endogamia.
Con esta "minoria maldita" vamos a seguir la linea de investigación de D.Rodrigo Pitá Mercé, que en su libro titulado "Lérida morisca", llega a la conclusión de que los quinquis, son descendientes de moriscos que no acatarón la orden de expulsión en 1609, y que para escapar a la orden de expulsión, adoptarón una vida nómada y fuera de las estructuras del estado, y que generación tras generación han llegado hasta nuestros dias, con un estilo de vida propio, partiendo de aquellos origenes moriscos.
Muchos de los moriscos se quedarón en los pueblos por los que habían de pasar en su ruta de exilio hacia la costa, dedicándose al nomadismo, para evitar el control de la justicia.
Se dedicarón a profesiones más o menos nómadas como vendedores ambulantes, artesanos ambulantes, arrieros, buhoneros o recaderos, cambiando frecuentemente de residencia y viviendo de hecho al margen de la ley, hasta practicamente hace poco tiempo.
Ya antes del décreto de expulsión, los moriscos que por cuestiones religiosas, tenian muy restringido el acceso a profesiones y oficios realizados por cristianos, se dedicaban a los oficios de arriero, trajinero, recadero, recovero, vendedor ambulante, artesano ambulante o muleros.
Se les tachaba de haraganes, mal hablados y hurtadores, desmandados de la vida social ordinaria; sin embargo, se reconoce que, viviendo de un modo anómalo y heterodoxo, no dejan de ser buenos trabajadores, cumplidores de su oficio, sin pereza para madrugar y caminar toda la jornada para no perder una migaja de su ganancia. Su vida es, en sí, contradictoria y dificilmente comprensible, si no se piensa que estaba motivada, en muchos casos, por otros parámetros morales y étnicos.
MINORIAS MALDITAS: LOS QUINQUIS
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
PUEBLOS Y RAZAS MALDITAS DE ESPAÑA: LOS VAQUEIROS DE ALZADASegún Francisco Feo Parrondo, en su libro "Los Vaqueiros de Alzada", la población rural del occidente asturiano se divide en tres grupos contrapuestos: "marmuetos o marinuetos" (lugareños de la zona litoral asturiana), "xaldos" (lugareños de la parte montañosa de vida sedentaria) y "vaqueiros".
Los vaqueiros vivian en la zona occidental de Asturias y la parte norte de León, y hoy como tales ya han desaparecido. Eran un pueblo orgulloso y estilo de vida diferente, por ello fuerón marginadas. Se encontraban en los concejos de Tineo, Salas, Valdés, Belmonte, Navia, Cudillero, Villayón y Somiedo.
Seguimos a Gaspar Melchor de Jovellanos en su carta a Antonio Ponz fechada en 1793.
"Vaqueiros de alzada llaman aqui a los moradores de ciertos pueblos fundados sobre las montañas bajas y maritimas de este Principado, en los concejos que están a su ocaso, cerca del confin de Galicia. Llamánse vaqueiros porque viven comúnmente de la cría de ganado vacuno; y de alzada, por que su asiento no es fijo, sino que alzan su morada y residencia, y emigran anualmente con sus familias y ganados a las montañas altas."
"Las poblaciones que habitan, si acaso merecen este nombre, no se distinguen con el titulo de villa, aldea, lugar, feligresia, ni cosa semejante, sino con del de braña, cuya denominación peculiar a ellas significa una pequeña población habilitada y cultivada por estos vaqueiros."
La palabra braña pudiera proceder del latin "brannam" que significa lugar alto y empinado. También se acepta que pudiera venir de la palabra asturiana "branu" que significa verano, por lo que braña podria ser considerada como lugar de verano. Tambien se dice que podría proceder de la palabra latina "veranía" (verano) lo que confirmaria que la palabra braña designa lugar de verano.
Las braña solían estar situadas en lugares altos y empinados, con grandes desniveles, y asi aprovechar los terrenos llanos de pasto para el ganado y secundariamente para la agricultura. Esto marcaría la forma de vida de los vaqueiros.
Los vaqueiros vivian en chozas con muros de piedra y techos de paja o de teja. Las habian en los lugares de verano y en los lugares de invierno, ocupandolas según el periodo de la trashumancia. En las brañas cuando no estaban ocupadas siempre se quedaba una persona conocida como el "vecindeiru" que era el encargado de cuidar la braña hasta la proxima ocupación.
Durante el verano subian a las montañas a trashumar y allí elaboraban un tipo de choza llamada "teito", el techo era de escoba o piorno, las paredes de piedras, unos agujeros en las paredes simulaban ventanas y una puerta.
"Los vaqueiros viven, como he dicho, de la cría de ganados, prefiriendo siempre el vacuno, que les da su nombre, aunque crían también alguno lanar y caballar. Las demas ocupaciones son subsidiarias, y sólo tomadas para suplemento de su subsistencia. Tan cierto es que el interés, este gran movil a que obedece el hombre en cualquier situación, no ha inspirado todavía a estas gentes sencillas otro deseo que el de suplir a sus primeras y menos dispensables necesidades."
Por tanto dos son las actividades principales de los vaqueiros, el trashumar con el ganado en verano por las montañas altas de Asturias y León y otro el cultivar prados de guadaña para asegurar el heno que sirva de alimento a sus rebaños en invierno.
Los vaqueiros de alzada pasan el invierno en brañas relativamente cercanas a la costa, y al llegar el verano, cogen todas sus pertenencias (familia, rebaños, animales, utensilios) y se desplazan en caravana hasta las tierras altas para alimentar el ganado. Asi mismo el ganado vacuno sirve como elemento de transporte de los utensilios o personas que emprenden el largo y dificil camino. Aunque la fechas son muy variables dependiendo del clima, las fechas de trashumancia suelen ser desde el 8 de mayo al 29 de septiembre.
El alimento básico de los vaqueiros de alzada es la leche, y aquellos productos que puedan cultivar como la patata o el maiz que es comprado con el excedente del ganado vacuno. Cultiva solo para existir, y trafíca con el mismo fin, y sólo en los mercados libres.
Aunque teoricamente se encontraban bajo la jurisdicción civil, real y religiosa , no estaban sujetos en la practica a ninguna servidumbre, dado el tipo de vida que llevan. No pagaban impuestos y por lo tanto eran mal vistos por los "xaldos".
"Los matrimonios de los vaqueiros, más que al bien de las familias, parecen dirigidos al de los mismos pueblos. Cuando alguno se contrae, todos los moradores concurren alegres a la celebridad, acompañando los novios a la iglesia y de allí a su casa, siempre en grandes cabalgatas, y festejando con escopetazos al aire y gritos y algaraza aquel acto de júbilo y solemnidad públicos, como si el interés fuese común y dirigido a la prosperidad de una sola y gran familia".
"Para solemnizar los entierros se congrega también toda la braña; otro general convite reúne a sus vecinos en el oficio de consolar a los dolientes. Colocado el cadaver al frente de la mesa, recibe en público la última despedida, y en ella el último de los obsequios inventandos por la humanidad. Todos asisten después a presenciar el funeral, y dicho el último responso, los concurrentes, empenzando por los más allegados, van echando en la huesa un puñado de tierra, y dejando al sepulturero la continuación de este oficio, se vuelven a sus casas pausados y silenciosos. En los dias próximos llevan los parientes y dejan sobre la sepultura algunas viandas, prefiriendo aquéllas de que más gusto en vida el soterrado. Costumbre antigua derivada de la gentilidad y común a otros pueblos, y que se tolera mirando estos dones como ofrenda hechas a la iglesia por via de sufragio. Tal es el modo que tienen estas gentes de llorar a sus finados; y si entre ellos son prolongados el dolor y la tristeza, verdaderas pruebas de su sensibilidad, son al mismo tiempo muy breves los lamentos y las lágrimas que tan mal componen con la constancia varonil."
"También son públicos sus bautismos, como si en ellos se solemnizase el nacimiento y la regeneración espiritual de un hermano común; así es que estos pueblos representan a cada paso la imagen de aquellas primitivas sociedades que no eran más que un gran familia, unida por vinculos tan estrechos, que hacían comunes los intereses y los riesgos, los bienes y los males."
"Esto, amigo mío, esto son los vaqueiros en sí mismos; ahora debe usted ver qué cosa sea esta desestimación en que los tiene el restante pueblo de Asturias. Pero acaso ¿necesita usted que le dia yo su origen para inferirle?. Separados de los demás aldeanos por su situación, su género de vida y sus costumbres, tratándolos alli como vendedores extraños, que sólo acuden a engañarlos y llevarles el dinero, era inferible que hubiesen de empezar aborreciendoles y acabar teniéndolos en poco. Cierto aire esquivo y ladino en sus tratos, cierto tono arisco en sus conversaciones, cierta rudeza agreste, efecto de su vida montaraz y solitaria, debierón concurrir también en aumentar el desprecio de los aldeanos, que al cabo han venido a mirarlos y tratarlos como a gentes de menos valer y poco dignas de su compañia.
Los vaqueiros no solian tener trato con los lugareños, los matrimonios se concertaban entre los miembros de una misma braña, en la mayoria de las veces con vinculos de sangre para lo que era necesario pedir dispensa. Incluso el contacto entre miembros de distintas brañas era escaso, por lo que no digamos sobre los naturales del pais.
Richard Ford decia: "Cada pequeño clan se mantiene solitario y altivo, esquivando y despreciando a su vecino: se protegen contra la humanidad como protegen a sus rebaños del lobo; nunca se casan fuera de su propia tribu."
Esta desconfianza llevó en algunas parroquias a colocar una baranda de madera o una viga de madera en el suelo, diviendo la iglesia, la parte delantera mas cerca del altar para los naturales, y la parte de atras y mas alejada del altar, los de las brañas.
En la iglesia de San Martín de Luiña, aun se conserva la viga que separaba ambas partes de la comunidad. En ella se puede leer "no pasan de aquí a oír misa los baqueros".
En 1844 se emitió una orden en la cual se decia que debian quitarse todas las marcas que impidiesen a los vaqueiros mezclarse con el resto de la poblacion.
Esta necesidad va estrechando más y más entre sí el amor recíproco de los vaqueiros de cada braña, y alejándolos más y más cada día de los aldeanos. Por eso la misma separación, hecha ya de necesidad en la Iglesia, se observa por sistema reciproco en toda clase de concurrencias, donde los vaqueiros que junta el acaso hacen rancho aparte, formando en aquel solo punto causa común en los acontecimientos de cada particular, unidas entonces pro la necesidad de las fuerzas, cual si estuviesen en una guerra abierta y con el enemigo al ojo. Triste argumento de lo que puede entre los hombres la preocupación,cuando, recibida en la niñez, ha pasado a idea habitual, y borrado aquella natural simpatia con que los hombres y hasta los animales de una especie, se atraen, se buscan, y se complacen en tratarse y solazarse juntos.
Sobre sus origenes poco se sabe, se ha dicho sin fundamento que eran esclavos romanos huidos, moriscos, esclavos arabes revelados en tiempos del rey Aurelio e incluso como decia Jovellanos ramas de habitantes de la maragatería. Se ha dicho que eran celtas renegados de otras tribus celtas que habian hecho amistad con los romanos. Nada de ello es cierto, pues no existen pruebas de lo dicho.
La realidad parece ser, que los vaqueiros son astures que llevaban un tipo de vida muy peculiar distinto a los agricultores y aldeanos de los valles, debido a su forma de vida y al cuidado de sus rebaños, por lo que fuerón marginados. Ello creó una serie de rasgos culturales propios y caracteristicas diferentes del resto de los astures.
A tal punto llegó la marginación tanto de los naturales como de la nobleza que el siglo XVII, Diego das Mariñas, señor de Campona, hizó una petición al rey para que se castrase a todos los vaqueiros a fin de que no se extendiese la raza. Esta petición fué apoyada por algunos nobles más, pero a Dios gracias no se llevó a cabo.
La cultura vaqueira se centra principalmente en leyendas, bailes, vestimenta y folklore que se conservaban en las brañas sin influencias externas.
De los instrumentos tipicos vaqueiros tenemos: "el pandeiru", "la payetxa" (sarten de metal que se golpea con una llave), los crótalos o castañuelas que estaban tallados y pintados.
Tambien tenemos el baile del pandero o la vaqueirada, tipo de canción que habla de las tareas cotidianas.
De las leyendas vaqueiras tenemos al "trasgu" (pequeño ser con un agujero en las manos y que se encargaba de cambiar las cosas de sitio en las casas), el "diañu burllón" (ser que se dedicaba a gastar bromas), el "nuberu" (encargado de dirigir la lluvia, las tormentas, la nieve etc.), "las xanas" (son ninfas de las fuentes y los rios, solo se encuentran en las brañas del interior).
Existen supersticiones como la de la Noche de San Juan, que se hacia una hoguera de helecho, laurel, hinojo, sándalo y excrementos de cerdo para ahumar al ganado y a los niños con el fin de prevenir males. (Este rito ya lo practicaban los celtas), el mal de ojo, que solo era causado por personas de otra braña, el mal del filo (cuando un niño se ponia enfermo, se llamaba a la curandera y con hilo se media primero al niño a lo alto, y luego a lo ancho con los brazos extendidos, si el niño media lo mismo no poseia el mal del filo, pero si por el contrario la medida no era la misma,se cortaba el hilo en nueve trozos, luego se echaban al fuego todos menos uno, que era colocado en la muñeca del niño, para ser quemado dias despues).
Sus apellidos eran: Feito, y Garrido. Hay una copla popular que dice "Antes que Dios fuera Dios y el sol diese nestos riscos, ya los Feitos era Feitos y los Garridos, Garridos". Otros apellidos eran: Ardura, Acero, Antón, Arnaldo, Berdasco, Calzón, Cano, Blasón, Gayo, Gancedo, Riesgo, Redruello, Mayo, Sirgo, Gavilán y Parrondo.
Uno de los principales lugares de vida vaqueira se encontraba en la población de San Martín de Luiña (en el Concejo de Cudillero), también los encontramos en el concejo de Valdés (capital Luarca).
Los lugares vaqueiros son: Brañaseca, la Rondiella, Gallinero, Busfrío, LLendepín, La Bordinga, La Puerca, Teixidiello y Los Gayuelos.
Para ser considerado vaqueiro, habia que haber nacido en la braña y trashumar.
Eran católicos y su patrona es la Virgen del Acebo, aunque hay que tener en cuenta que eran gentes de deficiente evangelización propiciada por su modo de vida y consecuencia de su aislamiento, que conlleva la práctica de numerosas costumbres supersticiosas y arcaicas.
Las costumbres vaqueiras se rememoran anualmente el último domingo de juliio en "La Vaqueirada", romería campestre que se realiza en el Alto de Aristébano, limitrofe entre Luarca y Tineo, con la famosa boda vaqueira, acompañada de cantos y bailes regionales.
También tenemos el Museo de los Vaqueiros de Alzada en la población de Naraval.
RAZAS Y PUEBLOS MALDITOS DE ESPAA: LOS VAQUEIROS DE ALZADA
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
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