Re: Imagen de la "Mano" que lleva Santos
¿Desde dónde escribes? Lo que parece estar representado en ambas imágenes con una parte común, según lo interpreto, sería:
1.- En ambos casos, la mano es la de Nuestro Señor.
2.- En la imagen superior dicha mano sostendría a los 4 Evangelistas, tal vez asistidos desde el Cielo y cuya representación estaría en ese niño sobre una nube sobre el pulgar, la cual está en contacto con las nubes del cielo entre las que destacan las cabezas de los angelotes. Luego, al pie de la mano, hay una serie de figuras que parecen ser de otros discípulos.
3.- En la inferior, de la mano emana sangre que va a una fuente de la que beben los corderos y ovejas (los cristianos) mientras que sobre los dedos parecen estar Nuestro Señor siendo niño, después siendo ya adulto, su Madre Santísima, posiblemente San José, y San Pedro, (la figura de un anciano representado habitualmente como tal por la iconografía), la figura que no identifico es la mujer de la izquierda.
Bueno, no creo que la Iglesia se ocupe de las imágenes, ya sean esculturas, estampas, rosarios, reliquias, etc., pero si que es peculiar el sincretismo que suele darse en la santería. En realidad, en ella hay poca religión, nada de teología y si mucha idolatría. Lo que buscan los santeros y las gentes que creen lo que les dicen, es el contacto con lo sagrado a través de una especie de magia simpatética transmitida por el contacto con el objeto, el icono, que es el transmisor de ese supuesto contacto. Y esto no sólo se ve en lugares de santería, sino también en muchas manifestaciones populares religiosas, como suelen ser las romerías. Las ofrendas que, en España, también se conocen como "brandeas" en algunos sitios, tienen un significado cierto -al menos en la creencia y la intención-, de contacto con lo sobrenatural. Y esa es la naturaleza de lo simbólico. El símbolo al representar algo y en este caso algo mágico-religioso, remite a lo representado que no es lo mismo que el propio símbolo, pero con el que está unido de alguna forma y le transmite su fuerza y significación. La reliquia, o el objeto santero, revela una dimensión de lo real que no está presente en el plano de lo tangible. Y se distingue entre objeto santero y objeto religioso principalmente porque el religioso implica profundidad, la que corresponde al contacto con Dios, mientras que el santero está más cercano a los espíritus y a la misma naturaleza, de ahí que puedan acompañarse de hierbas y otros compuestos. En cualquier caso, y en mi opinión, siempre se trata de formas sencillas de vivencias religiosas o mágicas, según los casos.
Un saludo en Xto.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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