Un ejemplo vivo y directo de lo que he dicho arriba lo tenemos en el accidente aéreo que se ha producido tristemente hace unos días en Madrid. Ha habido un aluvión de opiniones diversas contrapuestas, confusas, especulativas..., pero entre ellas también las hubo de voces autorizadas: portavoces del SEPLA o sindicato de pilotos, ingenieros aeronaúticos, profesores de escuelas de pilotos con simuladores de vuelo que reproducen hasta el más mínimo detalle la cabina de un Boeing.
Pero ninguna de éstas tiene valor alguno, aquí valen las de los alborotadores, las de los agitadores, las de los que chillan más, las de periodistas del sensacionalismo más abyecto, sólo faltó la de algún aficionado al aeromodelismo (o yo no lo ví) explicando con su juguete lo que le pasó al avión.
Todos hablan del ADN, pero si alguien pretende que digan ácido desoxirribonucleico va dado, y si, además, se pretende que lo expliquen será el acabose. Si uno empieza a decirles que es un ácido ( de momento no entienden qué es esto) nucleico formado pos dos cadenas de nucleótidos ( unidad monómera cuya estructura tiene una base nitrogenada púrica o pirimidínica, una pentosa, -ribosa o desoxirribosa-,...) unidas por puentes ( la pentosa es el 'puente' entre el ácido fosfórico y la base nitrogenada) de hidrógeno..., puede suceder que te repliquen inmediatamente que se lo "expliques en cristiano", o que consideren que les estás tomando el pelo. Pero eso del ADN no se les cae de la boca, lo han oído en las películas, lo han escuchado en la tele, se habla de ello como si fuera un asunto de cotilleo cotidiano. Por ello, cuando a las pobres víctimas del accidente hay que hacerles la prueba del ADN y cotejarlas con la misma de los familiares de las víctimas habrá quienes consideren que debe de ser algo así como la prueba del algodón, porque el algodón no engaña.
Y esta es la triste realidad de un país de aficionados, aficionados a la ciencia, aficionados a la política, aficionados al Derecho, aficionados a la Medicina, aficionados al deporte, aficionados al arte, aficionados, aficionados, aficionados..., compuesto por profesionales del chismorreo, del comadreo y el compadreo, del cotilleo. Esa es la triste realidad. Es la realidad del individuo mediocre, del individuo-masa, del que no conformándose con su realidad personal, en vez de ponerle solución preparándose, estudiando, pretende hacerlo chismorreando, balbuceando incoherencias sobre cosas de las que no sabe ni entiende. Esta gente es como lo que expresa el anuncio del detergente: ...con oxiaction crystalwhite intelligent. O sea, añadiendo términos como Ciencia, ADN, investigar, etc., ya lo tienen todo resuelto.
¿Alguien se ha fijado que en todos los reportajes televisados sólo en algún momento le han dejado hablar al Padre Ángel, qué es el capellán del aeropuerto? ¿Alguien sabe que en los pabellones del IFEMA hubo más de 20 sacerdotes? ¿Alguien ha visto que se haya dedicado un "Padrenuestro" a las víctimas en vez del ridículo de los inútiles y absurdos minutitos de silencio? ¿De qué les sirven a los muertos esa mierda de silencios? Esta es la sociedad que tenemos y esta es, precisamente, la sociedad que no queremos.
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