Vicentius, rumanía tiene un 2% o 3% de gitanos a lo sumo...aunque no tengo ningún aprecio por esa etnia dedicada en su gran mayoría a traficar, robar e intimidar es mejor hablar con propiedad que hablar a la ligera.
Hay que pensar en el futuro.
Los gitanos son un problema en Europa y en España.
Al sur tenemos al califato de maruecos que ocupa parte de lo que fue la España tingitana, y que tiene intereses expansionistas.
Lo que hay que hacer es crear un estado gitano pro hispanico en el territorio del actual maruecos. A cambio solo hay que pedirles que se conviertan al catolicismo y que acepten a los iinmigrantes que han llegado a España en los últimos años. Serian como una barrera contra los moros, serían un nuevo pais hispano-africano. De la misma forma que los EEUU tienen a Israel nosotros tendriamos a los Gitanos.
Debido al gran atraso de los gitanos tendriamos que traer gente preparada de la India y de Paquistan para dirigirlos.
"El nombre de España, que hoy abusivamente aplicamos al reino unido de Castilla, Aragón y Navarra, es un nombre de región, un nombre geografico, y Portugal es y será tierra española, aunque permanezca independiente por edades infinitas; es más, aunque Dios la desgaje del territorio peninsular, y la haga andar errante, como a Délos, en medio de las olas. No es posible romper los lazos de la historia y de la raza, no vuelven atrás los hechos ni se altera el curso de la civilización por divisiones políticas (siquiera eternamente), ni por voluntades humanas.
Todavía en este siglo ha dicho Almeida-Garret, el poeta portugués por excelencia."Españoles somos y de españoles nos debemos preciar cuantos habitamos la península ibérica" .España y Portugal es tan absurdo como si dijéramos España y Catalunya. A tal extremo nos han traído los que llaman lengua española al castellano e incurren en otras aberraciones por el estilo."
Marcelino Menéndez Pelayo.
Estimado Don Cosme:
Confieso que tus preguntas me han resultado agudas e interesantes, por la sencilla razón de que apuntan a precisar cual sea la naturaleza de la virtud y la educación, es decir a su esencia, cosa fuera de mi alcance, demás está decir, pero a la cual me intentaré aproximar con esta respuesta:
1.- “…siempre me ha parecido que la sublimación del bien, vendría más de la mano de los actos puros, hechos "anónimamente" sin espera de recompensa, sin búsqueda de reconocimiento, sea éste "terrenal" o "Supraterrenal".
No es que un acto sea sobrenatural, es decir meritorio, por el simple hecho de hacerlo en nombre de Dios. Eso no basta. Ha de cumplirse primero la condición de estar en gracia (Gracia Habitual) y recibir la Gracia Actual (Los actos sobrenaturales con sola gracia actual son también perfectamente posibles. Ej.: la contrición perfecta) que confiere el uso de la primera que solo está en potencia y que estamos absolutamente incapacitados de actualizar por encontrarse sobre nuestras fuerzas naturales. De ahí que todo acto sobrenatural implica un acto de justicia para con Dios, por tornársele mediante la propia voluntad lo que Él nos ha entregado.
Asimismo, la pureza de un acto guarda relación directa tanto con la perfección del fin como con la bondad del medio empleado para su consecución. La perfección del primero estará dada por la intencionalidad. Y como el fin último de todo acto sobrenatural (porque también hay fines sobrenaturales mediatos) es la gloria (accidental se entiende) de Dios, frente al que no cabe reconocer, como es obvio, finalidad más perfecta, resulta que no habrá intención más pura que su consecución.
Pero la sola intencionalidad no hace que un acto sea puro, es necesario que el medio sea puro, y para esto basta que sea bueno. Y la bondad moral del medio empleado estará dada por su licitud, es decir por su conformidad con la recta razón, la cual será proporcional al grado de prudencia de quien obre.
Por añadidura, toda vez que la libertad consiste en la posibilidad de elegir entre diversos medios lícitos para conseguir un determinado fin, resulta que la perfección del acto moral, aparejado a un mayor grado de pureza, importará, siempre, un mayor grado de libertad.
2.- “¿Qué contenidos son indispensables para obtener un "Hombre Educado"?”
Más que de contenidos de lo que cabe hablar es de requisitos o requerimientos para obtener un hombre educado. Y siendo que no hay educación sino en sociedad, comenzando por la familia, de un sujeto aislado del resto del género humano y sin previo contacto con él resulta imposible un hombre virtuoso. Ningún hombre alcanza la virtud a costa de sí mismo; siempre habrá de recibirla de otro que la posea previamente, quien lo habrá de conducir (“e-ducere”; ser guiado, conducido, encaminar) para alcanzar aquella perfección, la cual, una vez adquirida es susceptible de ser cultivada hasta la perfección. El “buen salvaje” roussoniano es una quimera (al respecto, es de notar que los niños criados entre las bestias han quedado embrutecidos irreversiblemente)
Pero no basta la sola familia. A mayor amplitud social corresponderá una mayor perfectibilidad, por ello la necesidad de un ambiente propicio, que no asfixie la expansión de un espíritu virtuoso, para dar con manifestaciones humanas de excepción.
La virtud no se logra por un mayor conocimiento teórico de ella (éste sin duda que ayuda) sino por la esforzada repetición de actos buenos, por el combate diario contra nuestra flaqueza, en suma venciéndonos a cada instante (“Vincit quid se vincit”). Lo propio de la virtud es dar la facilidad de ejecutar determinados actos buenos, por este motivo se dice de ella ser adquirida a modo de naturaleza, por hacernos connatural el ejercicio de actos conformes a la recta razón.
Creo que una excelente aproximación a los requerimientos de una educación de excelencia es la que distintos tratadistas desprenden del siguiente texto de Santo Tomás: ”la naturaleza no tiende solamente a la generación de la prole, sino también a su conducción y promoción al estado perfecto del hombre en cuanto hombre, que es el estado de virtud” (“Non enim natura solum generatione prolis, sed etiam traductionem et promotionem usque ad perfectum status hominis inquantum homo est, qui est virtutis status” (Sum. Theo., Suppl. III, q.4, a.1) ).
Los requerimientos de la educación han de atender a la triple perfección del ser humano (que son los de toda cosa): que se constituya en su ser, en sus accidentes y que pueda tender a algo distinto de el como a su fin. En síntesis el principio de discernimiento de cuáles sean los requerimientos propios de la educación, será la mayor o menor contribución de éstos al desarrollo de aquellos accidentes que se ordenen a la promoción del hombre a su fin último (que siempre incluye los fines intermedios).
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
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