Me importa particularmente poco la situación política de Italia o lo que digan los fascistas. Tengo la ligera impresión de que con las Españas tenemos bastante, pero igual me lo parece a mí.
Haber un momento, no sé si habéis escuchado las declaraciones de un tal Luca Romagnoli, respecto a la creación de un estado gitano, por favor, de que habla este ignorante de la vida? Si los gitanos han existido desde siempre, y no por nada, pero nos da un punto, sobre todo a nosotros los que somos de la costa mediterránea. Que nos diga el señor en donde quiere ponerles y qué nombre le quiere dar a su país. Sobre todo si es gente que tiene un estilo de vida errante y no se terminan de establecer en ningún lado, pero ese es problema de ellos, y el único recurso que se les puede aplicar es que si infringen la ley del lugar donde habitan, se les aplica como a cualquier otra persona y punto, como a los turistas y ya está.
Tipos como éste no sé de donde salen, esque cada vez hay más y más y éstas actitudes si que descristianizan a Europa y todo el mundo.
Me importa particularmente poco la situación política de Italia o lo que digan los fascistas. Tengo la ligera impresión de que con las Españas tenemos bastante, pero igual me lo parece a mí.
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
No es fascista: ni se define como tal ni creo que lo sea. Ahora intenta confluir en el PDL de Berlusconi.
Lo que ha dicho es una soberana gillipollez, pero tampoco estoy de acuerdo con el buenismo de Eduardo Martínez. Lo que hagan o dejen de hacer los gitanos no sólo es problema de ellos.
Hace ya unos cuantos años, Lola Flores (q.e.p.d) ya comentó en una entrevista de televisión, esa peculiar idea de un territorio nacional gitano. Pero el asunto suena más a gueto que a otra cosa, por otro lado en estos días en Italia hay bastantes marejadas y bastantes majaderos.
si, más bien me refería a eso. La idea suena más a guetto y privación de la libertad que a una formación de un territorio nacional gitano, que si ellos así lo quisieran, ya estarían a por ello. Ahora bien, fascismo o no fascismo? En verdad no lo sé y quizás haya exagerado en el primer post, pero me ha indignado la noticia. Lo que sí es que demuestra una de las enfermedades que nos ha traido el siglo XXI, la poca tolerancia y la falta de caridad cristiana.
Tienes toda la razón, los gitanos tienen poca caridad cristiana. Sus actividades en el siglo XX y XXI son vender droga, robar, matar, asustar y otras lindezas, com la de robar bebes a los payos.
Son un pueblo sin caridad, que se aprovechan de la caridad de otros.
"El nombre de España, que hoy abusivamente aplicamos al reino unido de Castilla, Aragón y Navarra, es un nombre de región, un nombre geografico, y Portugal es y será tierra española, aunque permanezca independiente por edades infinitas; es más, aunque Dios la desgaje del territorio peninsular, y la haga andar errante, como a Délos, en medio de las olas. No es posible romper los lazos de la historia y de la raza, no vuelven atrás los hechos ni se altera el curso de la civilización por divisiones políticas (siquiera eternamente), ni por voluntades humanas.
Todavía en este siglo ha dicho Almeida-Garret, el poeta portugués por excelencia."Españoles somos y de españoles nos debemos preciar cuantos habitamos la península ibérica" .España y Portugal es tan absurdo como si dijéramos España y Catalunya. A tal extremo nos han traído los que llaman lengua española al castellano e incurren en otras aberraciones por el estilo."
Marcelino Menéndez Pelayo.
Estimado Eduardo Martínez:
¿Desde cuándo ha sido la tolerancia una virtud cristiana?
Católicamente tolerar es soportar un mal cuando, por determinadas circunstancias, eliminarlo resulta peor; o sea, lo soportado es evidentemente un mal. Y para soportar, la Iglesia siempre ha empleado la virtud de la fortaleza en cuanto tiene de “sustinere”, o sea de permanencia en el tiempo, por supuesto más noble que el “agredire” que constituye más bien el ímpetu inicial. Por ello es que nunca en moral católica se habla de “tolerancia”, palabreja cuyo nuevo sentido, acuñado por la progresía, es dar por normal todo cuanto sea naturalmente anormal.
La tolerancia transforma nuestra mente en un retrete, dónde, a fuerza de privarse voluntariamente de criterio, se acepta sin más cualquier disparate.
Esta privación de criterio, por su carácter de voluntaria, constituye un hábito, de donde se sigue, evidentemente, que la tan mentada tolerancia no es más que un vicio profundamente corrosivo.
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Estimado Cristián Yañez:
La tolerancia, a diferencia de lo que Usted expone, si es un valor cristiano; sin embargo coincido mucho en que la definición que hoy en día se le ha dado es incorrecta. La acepción de hoy en día, en que todo vale, no es una definición acertada de la tolerancia.
La tolerancia se refiere a poder soportar alguna circunstancia ajena a la propia, sin que por lo tanto deba coincidir ni cambiar de posición. Tomemos el ejemplo de los primeros misioneros en tierras americanas, al momento de llevarles el evangelio a los indígenas. Los indígenas seguramente tenían prácticas muy poco civilizadas que sin embargo los misioneros debieron tolerar: matrimonios entre hermanos, castigos singulares, y demás costumbres quizás denigrantes para el ser humano.
Sin irnos tan lejos, una persona que difiera de mis ideales respecto al aborto y al matrimonio: ESTOY SEGURO que se encuentra equivocada, pero hay más posibilidades que cambie su parecer si muestro tolerancia hacia su posición errónea, que si le afrento viceralmente y le grito a lo histérico.
Un ejemplo más cotidiano aún: como educaré a mis hijos sin paciencia y tolerancia, tolerar sus gritos y berrinches, sus reclamos equivocados?
Dése cuenta mi estimado Yañez que la tolerancia es una manifestación del amor al prójimo: pero tolerancia en el sentido correcto de la palabra, que si no, más bien significaría indiferencia y pusilanimidad.
La tolerancia no es un valor cristiano. Yo prefiero el respeto, y a veces la paciencia. Esos si son virtudes cristianas. El concepto de tolerancia viene de Locke, de su "Carta sobre la tolerancia", y nada menos que Voltaire también escribió un "Tratado sobre la tolerancia". A los masones no se les cae la palabra tolerancia de la boca. Para ellos es un valor. Un valor es algo bastante relativo, depende de la apreciación o el concepto de cada uno. Ese concepto de valor viene de Scheler, que en algún momento de su vida abandonó el catolicismo y formuló una filosofía basada en la ciencia según la cual los valores religiosos son una sublimación de los instintos básicos. Nadie ha hablado de gritar histéricamente a los que no piensan como uno. Por supuesto que, con caridad y respeto, se corrige al que yerra y se enseña al que no sabe, que son obras de misericordia. Y desde luego, no se puede decir que el dulcísimo Jesús fuera muy tolerante. No hay más que ver cómo se las cantaba claras a los fariseos, o el trato que dio a los mercaderes del templo. Y aquí nadie habla de coger como él un látigo y tumbarles el chiringuito a los que no piensan igual.
El mal no se tolera. ¿Vamos a tolerar el asesinato, el secuestro, el terrorismo, el narcotráfico, la pedofilia y otros males? Claro que no. La tolerancia es una de tantas palabra-talismán con que se deslumbra a la masa aborregada.
Estimado Eduardo Martínez:
Ahondando en lo ya claramente expuesto por Hyeronimus, insisto, nunca ha sido la tolerancia una virtud. No la encontrará ud. en ningún manual de teología moral ni, menos aún, en el tratado de las virtudes de la Suma Teológica, hontanar de aquellos.
Nada tienen que ver los valores con las virtudes. Un valor es la estimación subjetiva y/o convencional de algo. Las virtudes son objetivas. Se es o no justo, atemperado o fuerte. Por algo la distinción entre saber que las virtudes son tales y estimarlas en consecuencia, la sindéresis (ciencia de los primeros principios) y la prudencia (principio de toda virtud) cuyo acto propio es el imperio efectivo que se ejerce sobre los propios actos. O sea, alguien con muy pocas luces, sin tener muy claro que cosa sea un valor, puede, sin embargo, ser muy virtuoso.
La tolerancia no es más que una actitud, en sí misma indistina, pésima tal como se la entiende hoy en día. Motivo este último más que suficiente para que todo católico la tenga por espuria y huya como de la peste de este verdadero caballo de Troya de la progresía.
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Estimado Cristián Yáñez Durán,
¿puedes ahondar más en el concepto de virtud?¿Cuáles son las virtudes?¿Cómo es que las virtudes no dependen en última instancia de los valores?
Has afirmado que una virtud es ser JUSTO, mas pudiera ocurrir que tuviéramos distintas consideraciones sobre lo que es ser justo, en función naturalmente de nuestros valores.
Estimado Don Cosme:
Las virtudes son hábitos operativos que, actuando sobre las potencias de nuestra alma (inteligencia y voluntad) nos inclinan, necesariamente, a obrar conforme a la razón y por ende a obrar bien. Por este motivo, como muy bien señala don Antonio Millán Puelles, obrar virtuosamente no es más que la libre afirmación de nuestro ser, ya que el vicio implica siempre un acto que violenta el acto más noble de nuestra naturaleza, razonar.
Por ser adquiridos a fuerza de la repetición de actos específicos, facilitan a nuestra voluntad obrar de un determinado modo que no solo es conforme a nuestra naturaleza sino que la perfeccionan por el solo hecho de estar rectamente dirigidos a los fines que nos son propios, o sea connaturales.
Clásicamente se han reducido a cuatro las virtudes fundamentales, actuando cada una sobre un apetito de alguna potencia del alma, en orden de importancia son: La Prudencia que perfecciona la inteligencia herida por la ignorancia; La Justicia que perfecciona la voluntad herida por la malicia;la Fortaleza que perfecciona el apetito irascible herido por la pereza y la Templanza o Temperancia que perfecciona el apetito concupiscible herido por la tendencia desordenada hacia las criaturas (concupiscencia de la carne). El porqué de ese orden está en relación con la excelencia de la potencia afectada (Inteligencia, voluntad, apetitos).
Esta división es, evidentemente, una buena convención de aquellas virtudes genéricas en cuanto se derivan de ellas todas las que puedan existir, como las especies respecto del género. Por ser, en este sentido, capitales han sido llamadas desde antiguo virtudes cardinales, del latín "cardo", "cardinis", el gozne o bisagra de las puertas. Son los quicios sobre los que "gira y descansa toda la vida moral humana".
Las virtudes, sin embargo, no son espacios estancos, sino que de hecho siempre están mezcladas. La razón de ello estriba en no ser posible alguna siguiera sin el concurso de la prudencia, que es, en la clásica definición de Aristóteles, la "recta ratio agibilium", la recta razón en el obrar, que constituye la esencia de toda virtud.
A diferencia de un valor que es la estimación o ponderación que se tenga de algo, y por ello sujeto a error, la virtud es el algo que, a fin de cuentas, hace la diferencia entre un buen hombre y quien no lo es. La virtud es objetiva porque nos ordena no solo a los fines adecuados a nuestra naturaleza, respecto a los cuales no somos libres, sino también a elegir los medios más adecuados para la consecución de los mismos.
Un valor puede ser bueno o malo, la virtud siempre es buena y su antónimo es el vicio, un hábito malo. El tener más o menos valores no hace mejor a nadie. El hombre virtuoso es el buen hombre por antonomasia. Puede que alguien conozca a la perfección las virtudes (en teoría) y su aplicación específica, pero es solo un indicativo de la sindéresis o ciencia de los primeros principios o principios universales, que de nada sirve sin la aplicación práctica de éstos a los actos concretos, acto propio de la prudencia. Asimismo, los valores pueden estar errados como los de los liberales, herejes , masones, etc. Los valores nunca han tenido cabida en el Catolicismo en razón de su equivocidad subjetiva. Por definición cada cual tiene los suyos y los oficiales, de la progresía, son siempre ideológicos, es decir de una entelequia que no cree ni toma en cuenta a la naturaleza ni menos a Dios, sino que pretende ajustar la realidad a una utopía.
Un hombre podrá valorar cosas que son en sí mismas buenas: la verdad, el bien, la belleza; sin embargo, puede ser un criminal. Tendrá buenos valores pero no es virtuoso. Asimismo, la propia acepción de valor es del todo equívoca porque la progresía ha intentado otorgarle la categoría de principio rector en claro desplazamiento de las virtudes. Y los valores de esta caterva nos son tristemente familiares: pluralismo, tolerancia, democracia, aborto, no discriminación (de la escoria social), derechos humanos, derechos de los animales y las plantas y un largo etc. digno del teatro de Ionescu.
Para finalizar y esperando haber clarificado en algo tu interesante pregunta atingente a las virtudes, no puedo, sin embargo, guardar silencio respecto de las esenciales para alcanzar el Fin Último al que estamos ordenados y que son las teologales, cuyo objeto directo es Dios: Fe, Esperanza, Caridad; sin ellas no solo es imposible sobrenaturalizar las cardinales sino alcanzar la Salvación, puesto que son las que nos permiten obrar actos adecuados al mérito sobrenatural, fuera del alcance de nuestras solas fuerzas naturales, y que solo se reciben por infusión divina con el hábito de la Gracia.
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Última edición por CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN; 23/06/2008 a las 01:52 Razón: corrección
Estimado Cristián Yáñez Durán,
ante todo, te estoy muy agradecido por esta magnífica respuesta.
He disfrutado y aprendido mucho con la misma. Hay una duda sin embargo que me gustaría preguntarte, y es sobre el concepto último del bien y del mal, fundamento, como nos adelantabas, de la segunda virtud cardinal.
Entiendo que todo ser humano tiene como mínimo una intuición de lo que está bien y de lo que está mal, todo ser humano equilibrado, entiende cuándo está obrando bien y cuándo está obrando mal, conforme probablemente a una ley natural no escrita pero de todos conocida.
Mi pregunta es: ¿hay deslinde entre el "obrar bien" y el "obrar mal", que podamos tener como Cristianos, frente al "bien" y el "mal" determinado por la ley natural? y segundo ¿es custionable la existencia de esa ley natural?¿es el "obrar bien" u "obrar mal" una derivada de nuestra socialización o nos es intrínseca?
Estimado don Cosme:
1.- En primer lugar, te debo una disculpa por la demora en la respuesta, pero, por razones de fuerza mayor (exámenes), me ha sido imposible dar una, medianamente aceptable, con mayor prontitud. Asimismo, me alegro que mi comentario te haya sido de utilidad. De seguro muchos tendrán un conocimiento más acabado acerca del tema pero, bueno, es la respuesta que estaba a mi alcance.
Yendo al punto. La Ley Natural siempre ha sido entendida como un sentido común acerca de lo que está bien y o que está mal, sentenciado en el aforismo “fac bonum vita malum”, haz el bien y evita el mal. Se llama natural a esta ley no por determinarnos a obrar de un modo específico y uniforme sino por constituir un principio fijo de comportamientos diversos. O sea, existen principios universales, no aprendidos, verificables en todas las culturas y hombres, exactamente idénticos, cuya transgresión resulta tan violenta a la mente humana que solo un desquiciado incurre en ella.
2.- “¿hay deslinde entre el "obrar bien" y el "obrar mal", que podamos tener como Cristianos, frente al "bien" y el "mal" determinado por la ley natural?”
Según enseña la Teología, el bien natural está implícito en el sobrenatural, pero no viceversa, como resulta evidente.
Siempre que se obra meritoriamente se efectúa a la par un acto naturalmente bueno, por el principio de que la gracia (sobre-natural) supone la naturaleza y la perfecciona.
Por el contrario, un acto naturalmente bueno solo tendrá mérito en la medida que sea sobrenaturalizado, ya sea virtualmente, por una intención implícita, por ejemplo, al ofrecer todos los actos del día a Dios; o bien, formalmente, al ofrecer tal o cual acto intencionalmente a Dios. Se sobreentiende que la materia de dicho acto ha de ser naturalmente buena.
3.- ¿es cuestionable la existencia de esa ley natural?
Es cuestionable como cualquier cosa que no se ve, en la medida que la inteligencia de tal o cual persona sea incapaz de extraer la esencia que subyace en la necesidad y utilidad de toda ley positiva. Donde se aprecian diferencias abismantes, que pueden generar dudas respecto a la universalidad de la Ley Natural, no es en los principios sino en la aplicación de los mismos. El deber de honrar a los padres, la repulsión al asesinato, al robo, a la mentira, etc., son universales. Sin embargo, hay salvajes que han creído honrar a sus mayores devorándolos, o bien, a sus dioses sacrificando inocentes (muchos de los cuales consideraban grandísima honra dicha brutalidad). El caso de la América precolombina resulta escalofriante al respecto y es gloria eterna de España el haber arrasado con tal barbarie.
4.- ¿es el "obrar bien" u "obrar mal" una derivada de nuestra socialización o nos es intrínseca?
En efecto nuestra socialización, entorno o como lo quieras llamar, por supuesto que produce una enorme influencia en nuestra conducta.
El problema grave para todo ser humano es que nuestros rudimentos morales, o primeros principios (la Sindéresis), son amplísimos, universales y abstractos, y debemos aplicarlos a situaciones singulares y concretas. De ahí la importancia capital de la educación que siempre lo es de la prudencia a través de alguna de las virtudes específicas confiere la capacidad para actuar concreta y singularmente bien-Y hay que hacer notar que educación con instrucción solo son análogas nunca sinónimas. Cabe perfectamente ser muy instruido y pésimamente educado-. El ser humano necesita de un entorno que le enseñe a actuar moralmente, la familia, el municipio, la ciudad. Y su perfección moral guardará directa relación con las condiciones morales del ambiente del cual participe. Difícilmente hubiésemos tenido un Siglo de Oro como el que tuvimos sin las singularísimas condiciones religiosas, políticas y espirituales de aquella España.
A fin de cuentas todo se reduce a la relación sindéresis/prudencia. La diferencia la hará indefectiblemente, salvo gracia especialísima, la educación que recibamos. Clásicamente se ha entendido la educación como el proceso por el cual el hombre llega a ser virtuoso. Por descontado que es un proceso que dura hasta la muerte.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
Gracias otra vez por tu nuevamente brillante respuesta.
Te confieso que llevo tiempo esperándola.
De ella me ha sorprendido, aunque la entiendo enmarcada en el contexto de la Teología, la sublimación del bien, cuando ese bien, ese acto bondadoso, es "dedicado" o mejor realizado en nombre de Dios. Quizás erróneamente, siempre me ha parecido que la sublimación del bien, vendría más de la mano de los actos puros, hechos "anónimamente" sin espera de recompensa, sin búsqueda de reconocimiento, sea éste "terrenal" o "Supraterrenal".
Hay otro aspecto que me ha gustado y hasta intrigado en tu respuesta y ese es el del papel de la Educación en la "generación de los Justos". Esa Educación, que no instrucción como bien dices, entiendo que daría como resultado fundamentalmente un Hombre Prudente y además un Hombre Ecuánime dada su capacidad de contraste, su capacidad crítica y por ende su capacidad de observación de los problemas desde la distancia y en su contexto. Y es por eso que me pregunto: ¿Qué contenidos son indispensables para obtener un "Hombre Educado"?
Los gitanos jamás tendrán una nación, si se los damos acabarían muriéndose todos de hambre sin nadie que trabaje y robandose los unos a los otros, todos los días drogándose, y el gobierno sería la Anarquía.
Mmm, está claro que es la autodestrucción.
Y ya tienen un pais casi, que es Rumanía , pero conozco a rumanos que no son gitanos, esto es personas normales como nosotros y cristianos.
Además, si los gitanos se diferencian a base de clanes, imagina una nación, una guerra civil interminable.
¡¡¡Santiago y Cierra España!!!
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
Cuidado con esas afirmaciones ya que se pueden volver en contra, hay mucha gente por esos mundos de Dios que creen que la quinta esencia de lo gitano se da en España, no en Rumania, y en consecuencia que todos los españoles somos gitanos. Nos quejamos porque nos suelen tratar a base de clichés fuera de España y al final nosotros también hacemos lo mismo, en este caso con los rumanos.
Última edición por Val; 10/07/2008 a las 17:08
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