Cautivo y desarmado, Franco se rinde a Gallardón
29 de Junio de 2009 - 11:56:59 - Pablo Molina
Digo yo que a Franco le debe importar bastante poco el que el ayuntamiento de Madrid le retire las distinciones honoríficas concedidas en su día. Exactamente lo mismo que a la Pasionaria o a Largo Caballero el que algunas calles y jardines estén adornados con su nombre o efigie como grandes "luchadores por la libertad" que fueron. La libertad de la checa, la democracia de Stalin y el pluralismo del gulag, que fue lo que defendieron en vida estos pobres diablos, con el aditamento del asesinato masivo de curas, católicos, anarquistas, poumistas, e incluso de comunistas de la línea ortodoxa cuando hubo que hacer purgas internas para salvar el propio pellejo.
Lo de condenar a Franco treinta y cuatro años después de haber estirado la pata, con el apoyo unánime de todos los partidos municipales, queda como una charlotada más de las muchas que las legiones demócratas protagonizan de vez en cuando para blasonar de progreso. El dinero que nos expolian los políticos tiene aquí un destino muy apropiado, especialmente en unas fecha en las que todos nos retratamos con hacienda.
Bien, aceptemos que los botarates que trincan de nuestros bolsillos se dediquen a escupir a la memoria de sus abuelos (la inmensa mayoría de los actuales políticos vivió de puta madre bajo el franquismo), pero lo que ya no es de recibo es que, encima, la extrema izquierda quiera darnos a todos lecciones de democracia y libertad.
Los marxistas de los años treinta (socialistas y comunistas) nunca defendieron la libertad civil o los derechos humanos. Al contrario, siempre que pudieron los pisotearon hasta provocar océanos de sangre, tiranía y sufrimiento. Conviene destacar este hecho elemental para que todos sepamos en qué lugar estamos y de dónde procede cada uno.
Si quieren hacerle a Franco la "damnatio memoriae" y borrarlo de la Historia que lo hagan, incluso poniéndo un explosivo en su tumba, herramienta "democrática" esta del explosivo que la izquierda más o menos extrema maneja con gran destreza. Pero lecciones de moral pública ni una, por favor. Ya que no lo hacen con nuestros bolsillos, al menos respeten nuestra inteligencia.
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