11 La Rioja no es una región: es una zona de Castilla
Hemos recorrido unidos, amigo lector, las facetas de la protohistoria, la historia antigua, media y moderna de la Rioja y los Cameros, su cultura (heráldica, paremiología, vexilografía, literatura y dictados tópicos). La hipótesis de trabajo, una vez desarrollada en diez artículos, acredita que la Rioja, como la intuición revela a primera vista, no es una región histórica ni una unidad autónoma, sino una entidad subregional (provincia o comarca), más bien una zona entrañada en Castilla, desde siempre, cuna con Burgos y Santander del castellano, y provincia de Burgos hasta hace algo más de un siglo.
En Logroño, al que profesional y sentimentalmente estoy vinculado, la opinión más solvente y mayoritaria está en los antípodas de considerarse una “región autónoma” riojana (1979). Aprecia el logroñés la importancia de los Cameros y sabe que jamás fue la Rioja una unidad política independiente, que no fue un reino, ni siquiera un condado, ni una “Andorra” que compartiese poderes con Navarra o las provincias vascongadas. La Rioja es el baluarte, la voz del lenguaje y la solera de Castilla. Saben los riojanos y los de Cameros que se camina hacia una Europa de las naciones, y es ciego el que quiera regresar al Estado tribal de los berones (que además estaba vinculado no ya a las tribus celtas y cántabras próximas sino mucho antes al paleolítico inferior, cuyas huellas están cerca, en la Torralba soriana).
Veamos el estado actual (1979) de la cuestión en Logroño. La Diputación Provincial, en octubre de 1978, acordó acometer un estudio socioeconómico de profundidad sobre estos temas.
No cabe defender la antinomia de que la Rioja es una “provincia-región”, como alguien ha propuesto. Carmelo Fernández afirma que “es un territorio perfectamente diferenciado de los demás”, lo cual no es exacto, porque el Nordeste de Burgos y la Rioja alavesa son muy parecidos, geográfica y agrícolamente, a la Rioja castellana.
Castilla tiene grandeza histórica, pero sus dilatados horizontes tienen, como ha dicho el especialista en dimensión regional, Korkac, “la grandeza de la unidad geográfica”.
A Rioja y Cameros les corresponde una gran parte de la grandeza geográfica y unitaria de Castilla (los de Cameros son muy castellanistas; no quieren perder su personalidad específica, no admitiendo que se les llame riojanos).
Otro riojano que ha participado con mucha altura en las actuales controversias es el catedrático de Zaragoza, Antonio González Blanco. Escribió un libro reciente sobre “La Rioja, región y pueblo de España”. (Región en sentido geográfico, como interpretación de un espacio rural), pero afirmando que aunque esta comarca mantiene su idiosincrasia, no ha constituido jamás una unidad política propia”. Y se trata nada menos que del subdirector de Planificación Regional de España.
La Rioja no es ni siquiera una subregión, como insinúa el eminente riojano Sanz de Buruaga. Dice también que la vocación de la Rioja es el Norte, y que es puente de comunicación entre las culturas de al lado. La Rioja ha influido, pero con su cultura castellana, no solo en el Norte, sino en los cuatro puntos cardinales de España, pero no es un puente interregional, sino una vía de Castilla en contacto con las demás regiones, un mensaje castellano como el de Berceo y Santo Domingo de Silos.
Demográficamente, la provincia de Logroño es pequeña, pero de todas maneras es impropio, pasándose de rosca, llamarla región ni subregión, y también es regatear por baza de menos, denominarla comarca. Si se quiere emplear un término técnico, como está formada por más de una comarca, podría denominársela zona. Pero de todas maneras, bien está que siga denominándose provincia, aun con lo romanista del término.
“La Rioja, dijo el ministro Clavero, es un “caso atípico”. Bueno, será un caso peculiar, pero el quid de la cuestión es que jamás fue reino soberano ni región autónoma y desarraigarse de Castilla sería un suicidio cultural y económico, ni conveniente ni querido por los riojanos y menos por las treinta generaciones históricas que sirvieron a Castilla. En la Rioja no ha prendido el nacionalismo secesionista. Ni siquiera hay un partido nacionalista riojano.
La secesión de Logroño de la Madre Castilla sería tan monstruosa como si Gerona se separase, para vivir a su aire, de Cataluña o Sevilla de Andalucía. Eso daría lugar a un ANACRÓNICO CANTÓN.
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