Los tiros, cuando vengan de verdad, no los vais a ver venir y si los veis, mucho me temo que no los vais a poder evitar. Así que ándate con pies de plomo y no llames imbécil a nadie, que cree el ladrón que todos son de su condición.
Por mi los castellanos podéis ser vascones o lo que sea, pero no estoy dispuesto a aceptar una España moldeada a gusto de las élites vasco-castellanas, tal y como ha venido siendo hasta ahora.
No acepto mangoneos de los marranos, pero tampoco de un pueblo ibérico que pretenda imponerse sobre otros (considerándolos hermanos sólo para lo que conviene) y creyéndose la almendra mística de las Españas. Eso ha de ser combatido al precio que sea, sin cejar en el empeño y manteniéndonos firmes ante el patrioterismo tribal.
Por cierto, esa maldita fiesta de los toros, que es sólo vuestra en origen y que habéis extendido por las Españas haciendo creer a más de un lerdo que es suya, también os la podéis guardar y ni eso, porque impondremos le Ley de Dios también en vuestra tierra. Andaréis sujetos a Cristo en vez de a vuestros caprichos.
Sigue instruyéndonos sobre datos y anécdotas de tu tribu.
¡Honor y Gloria a los romanos que tomaron Masada, pero también Numancia!
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