El problema no es el planteaminto de la independencia, los referéndums o consultas populares. El problema auténtico es que el desapego a todo lo relacionado con España o la hispanidad está en la conversaciones diarias, en los sentimientos de la gente, en las escuelas y los institutos.
No hay más ciego que el que no quiere ver. La campaña contra Catalunya emprendida por la derecha antihispánica y centralista ha desmontado cualquier posibilidad de recuperar (sentimentalmente) el amor hacia España por parte de los catalanes. El problema catalán es un problema sentimental, tenemos un enorme complejo de inferioridad hacia Castilla (Madrid como centro de todos los males), pero cuando nos quieren nos dejamos querer.
Catalunya ha reclamado lo que considera justo. Y se ha respondido con una insultante campaña en contra. No voy a entrar en discusiones sobre el concepto del "Estatut", sobre la financiación o sobre quien debe pagar más o recibir menos. Estoy hablando de lo que la gente catalana percibe. Y nosotros percibimos odio hacia Catalunya.
A veces, nosotros, hispanistas radicales, espanyoles militantes, que nos han hecho vivir y sufrir todas las perrerias por parte de los independentistas que os podáis imaginar en los pueblos en los que vivimos, a veces deseamos la independencia para Catalunya, cuando oyes vomitar odio en los canales de la COPE, o lees periódicos como el MUNDO y otros panfletos de propaganda vomitiva. Pero eso pasa a veces, luego reflexionamos, y decimos.
Espanyols?, Més que vosaltres¡¡¡
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