Re: Pruebas de que la Tierra es joven
Fantástica imagen y, en efecto, no hay muchas. La explicación ya la has iniciado, pero hay más sobre ello y al efecto voy a reproducir dos definiciones:
Analema: "Curva que describe la altura del Sol al mediodía a lo largo del año, y también la diferencia entre el tiempo solar aparente y el tiempo solar medio. El analema tiene forma de ocho, correspondiendo (la parte más alta) a la altura del Sol y la anchura a la diferencia de tiempos. Fue originalmente una mejora de los relojes de Sol que permitía hacer correcciones de la ecuación del tiempo."
Ecuación del tiempo: "Diferencia entre el tiempo solar aparente y el tiempo solar medio; técnicamente, diferencia entre el ángulo horario del Sol verdadero y la del ficticio Sol medio. Mientras que el Sol medio por definición se mueve uniformemente, el Sol verdadero puede encontrarse algunos minutos por delante o por detrás de su posición esperada debido a la excentricidad de la órbita terrestre. Es más, el Sol verdadero se mueve a lo largo de la eclíptica, no del ecuador, lo que representa una contribución adicional a la ecuación de tiempo. La diferencia alcanza su máximo a principios de noviembre, cuando el tiempo solar aparente está adelantado en 16 minutos con respecto al tiempo solar medio, y a mediados de febrero, cuando el tiempo solar aparente está retrasado en 14 minutos con respecto al tiempo solar medio. La ecuación de tiempo es nula cuatro veces al año: el 15 de abril, el 14 de junio, el 1 de septiembre y el 25 de diciembre.
(FUENTE: Ian Ridphat Astronomía Diccionarios OXFORD-COMPLUTENSE, Editorial COMPLUTENSE, Madrid 1999)
Para quien no lo sepa, la "eclíptica" es el plano de la órbita terrestre proyectado sobre la esfera celeste. En sentido intelectual se trata de una ficción que no vemos, usando la Geometría es perfectamente representable, se comprueba visualmente observando los movimientos de Este a Oeste del Sol, la Luna, los planetas y las Constelaciones del Zodiaco. El eje terrestre está inclinado 23,4º respecto al ecuador celeste, y dicho ángulo se conoce como oblicuidad de la eclíptica, y se comprueba en que los astros mencionados nunca son visibles en el cenit o punto recto más alto sobre nuestras cabezas en la latitud Norte en la que se encuentra la Península Ibérica. Es decir, presenta diversas situaciones según la latitud desde la que observamos como, por ejemplo el hecho de poder verla literalmente sobre el horizonte en latitudes polares, causa por la que hay dos estaciones y que durante el invierno polar exista lo que se llama Sol de medianoche. Del mismo modo, en latitudes próximas al ecuador terrestre, la eclíptica está literalmente en el cenit, provocando una mayor insolación o más horas de luz y más calor dado que los rayos solares son perpendiculares. Estas condiciones motivan que haya dos estaciones tan sólo, una de ellas "la estación de las lluvias".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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