Estimado javier:
1. Promover la libertad religiosa y la democracia (la liberal, porque la verdadera prácticamente siempre ha existido en la cristiandad) es herético. Ambos errores se oponen directamente al dogma.
2.Respecto de la libertad religiosa, y tal como enseña la teología católica, cabe distinguir entre tolerancia dogmática y tolerancia civil. La primera es intransable, la Iglesia por orden directa de su fundador Nuestro Señor no puede tolerar en absoluto el más mínimo error. De hecho la función específica del Papado es la conservación intacta del depósito de la Fe, si el Papa se dedica a cualquier otra cosa y descuida este aspecto es un mal Papa porque no cumple con su finalidad. La tolerancia civil implica soportar la difusión de errores por parte de las sectas (protestantes, cismáticos, judíos, etc.) única y exclusivamente cuando puede verse afectado negativamente el Bien Común, o sea las circunstancias no permiten reprimirlas, porque resulta peor el remedio que la enfermedad.
3. La tolerancia, no significa indiferentismo tal como se entiende hoy, sino soportar un mal. Y cabe recalcar este punto, lo soportado es siempre un mal.
4. Combatir el error no implica necesariamente declararle la guerra y comenzar a matar a los herejes y demás infieles, aunque nada impide hacerlo cuando es mandatorio como fueron las santas cruzadas. Combatir el error implica que deben ser rebatidos todos y cada uno de sus errores, particularmente por al iglesia docente, cosa que hoy no hace.
5. Defender la Fe y combatir el error es el oficio que compete por excelencia al Sumo Pontífice, basta ver las durísimas palabras respecto de judíos y herejes que profiriera Nuestro Señor, los apóstoles, y todos los Padres, Doctores y Papas hasta SS Pío XII inclusive.
6. No combatir la herejía es un pecado gravísimo y va directamente contra el primer mandamiento.
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
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