Quiero dejar bien claro que no rechazo en nada el razonamiento silogístico, porque es evidente que agudiza la mente y la ejercita con la misma disciplina con que en un gimnasio se ejercitan los músculos del cuerpo.

El razonamiento silogístico y la dialéctica metódica derivada de los griegos (no la falsa dialéctica de Hegel) son estupendos métodos o instrumentos para ejercitar los músculos espirituales de la inteligencia como por medio del gimnasio se ejercitan los músculos corporales del ser humano.

Jamás desaprobaría el razonamiento silogístico. Pero no puedo estar de acuerdo con la idea de que toda pregunta deba ser respondida por medio de silogismos, porque lo importante ante todo es dar verdadera respuesta a las preguntas.

Si por ejemplo alguien me preguntase de qué color es la estatua de Moisés de Micheangelo, no tengo que recurrir a silogismos. Simplemente miro la estatua y al ver que su color es blanco, respondo a la pregunta: blanco.