El Ejército ya hace tiempo que se lo han cargado. ¿Rodríguez Zapatero? Sí, pero antes Aznar y antes que él González. Aunque en realidad todo empezó con un tal Suárez. No sé si alguno lo recordaréis. Uno que ahora ha perdido hasta la memoria pero que ya desde su tierna juventud había perdido el honor y la decencia. Si es que alguna vez los tuvo.
Hace un par de días en una tertulia, creo que era Carlos Dávila quien (se) preguntaba si realmente vale la pena mantener un ejército que era poco más o menos que una ONG cara y para cuya función principal, la de defender a la nación y a su territorio, cabían serias dudas de que sirviera. En realidad no sé si fue Dávila o uno de los contertulios. Poco importa.
Hace ya demasiado tiempo que destrozaron el espíritu castrense y de sacrificio. A cambio de ello González proporcionó a las jerarquías militares unos sueldos con los que jamás habrían soñado en tiempos de Franco. En otras palabras, los compró.
Serví en el Tercio de Paracaidistas a principios de los 80, antes de que reformaran el reglamento militar que databa de la época de Carlos III. Hoy, cuando veo imágenes de la Bripac no siento ni orgullo ni añoranza. Sólo pena y rabia. Atrás queda el tiempo cuando servir 20 meses en esas unidades fue un orgullo. Tras los tres meses de instrucción la cara nos había cambiado. Al llegar a Bandera, nos volvía a cambiar. Con mis compañeros de curso paracaidista a los que sólo pude ver meses más tarde porque estaban en otros destinos, nos reconocíamos con dificultad. Las caras nos cambiaban por la dureza y el sacrificio al que nos sometían, para hacer de nosotros soldados...Caballeros Legionarios Paracaidistas.
Hoy las caras que veo todavía llevan la marca del recluta pánfilo, incluso pasado más de un año. Que Dios nos coja confesados si este ejército nos tiene que proteger un día.
Marcadores