Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 20 de 424

Tema: Hay “otro” bicentenario

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN
    CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 oct, 06
    Ubicación
    Santiago de la Nueva Extremadura
    Edad
    55
    Mensajes
    668
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Lo que más me impresiona es el grado de penetración de los mitos nacionalistas, siempre separatistas y revolucionarios, que subyacen en la conmemoración de la traición independentista. Cómo hay gente, mucha y buena, que no ve la evidente mano de la masonería y de los peores enemigos de España y de la Iglesia detrás de toda esta vergonzosa empresa.

    EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
    Erasmus, CLAMOR y Pious dieron el Víctor.

  2. #2
    Avatar de francisco rubio
    francisco rubio está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    11 sep, 10
    Ubicación
    Valle de México
    Mensajes
    498
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    "¿Sabíamos que gracias a la “independencia”, México perdió las dos terceras partes de su territorio a manos de los norteamericanos y tuvo que soportar casi un siglo de guerra civil intermitente?"

    Eso es un error, ademas de que no fueron dos terceras partes, aunque hubiesemos seguido unidos a España los EU nos habrian quitado la mitad del territorio.
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

    Adelante soldado de Cristo
    Hasta morir o hasta triunfar
    Si Cristo su sangre dio por ti
    No es mucho que tu por ÉL
    Tu sangre derrames.


  3. #3
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 sep, 08
    Mensajes
    2,541
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Lo sostenido por Francisco Rubio me mueve a la siguiente reflexión.
    Me refiero a los acuerdos que la Madre Patria llevo acabo en 1763 y 1777.
    Ellos son el tratado de París de l763, por el cual Las Floridas pasaron de España a Inglaterra, permitiendo que esta ultima adquiere posiciones estratégicas en el golfo de México.
    Tambien España entrega a Inglaterra gran parte de las islas Antillanas.
    El este del río Mississippi de España pasa a Inglaterra, logrando la llave para expandirse hacia México.
    Por el tratado de San Idelfonso (1777), España sede a Portugal aproximadamente 6.000.000 (seis millones) de kilómetros cuadrados.
    Cabe recordar que por el tratado de Methuen (1.703), Portugal quedo "unida",(dependiente) a Inglaterra en lo económico y obviamente en la político.

  4. #4
    Avatar de CLAMOR
    CLAMOR está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    27 sep, 11
    Ubicación
    Muy noble y leal Ciudad de Buenos Aires
    Mensajes
    43
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Es muy cierto, pero todas esas cesiones fueron resultado del despojo de guerras.

    Muy distinto es prometer territorios a cambio de apoyo extranjero (caso de Bolívar ofreciendo Panamá a Gran Bretaña a cambio de ayuda económica y militar) o entregar el monopolio comercial (caso de la Primera Junta de Bs. As. en 1810 o los tratados comerciales de San Martín con G.B., o Sucre en Bolivia con la minería).

  5. #5
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 sep, 08
    Mensajes
    2,541
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Cita Iniciado por CLAMOR Ver mensaje
    Es muy cierto, pero todas esas cesiones fueron resultado del despojo de guerras.
    Entiendo que el resultado desfavorable en determinadas batallas no justifica la entrega de enormes territorios del Imperio Español en Hispanoamérica a otros países.
    Máxime cuando había una expresa Disposición Real que sabiamente no lo permitía, en otras palabras lo prohibía.

  6. #6
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 sep, 08
    Mensajes
    2,541
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Estimado Clamor:
    La cantidad de batallas que se han ganado por "un cúmulo de circunstancias imprevistas" es enorme.
    El General Manuel Belgrano entendió que esto se debió a una protección especial de la Virgen del la Merced y por ello le ofreció a sus pies el Bastón de Mando y la nombro Generala del Ejercito del Norte.
    Si se recuerda la arrogancia de Moldes, Tambien se lo debe hacer con la de Tristan que amenazo con quemar la ciudad de Tucuman si no se rendian...
    Belgrano tenía todas las de perder:
    Su ejercito contaba con aproximadamente la mitad de hombres en condiciones de combatir que el de Tristan.
    Con una tropa inexperta, indisciplinada, sin experiencia militar, con muchos hombres alistados en contra de su voluntad.
    A ello se agregaba la sustancial diferencia en el campo de la logística y el armamento en el cual el ejercito de Tristan era por lejos muy superior.
    Para peor Belgrano desobedeció las ordenes del Triunvirato de retirarse a Bs. As. sin combatir...
    Ha de reconocerse que fue una victoria de suma trascendencia para las fuerzas belgrañanas.
    En ella participaron hombres de probado coraje y valor: Dorrego, Díaz Velez, La Madrid, Paz, Balcarce, Zelaya, Holemberg, Superi, Warnes, entre otros.
    Los "números implicados en la batalla", no fueron "muy inflados", por el lado patriota.
    Las fuentes Españolas hablan de 1000 bajas, entre prisioneros y muertos.(Según Torrente, Garcia Camba, y Abascal).
    Esto prácticamente coincide con los datos de los patriotas.
    Tampoco se exagero el numero de armas y bagajes que quedaron en poder de Belgrano, que se relacionan estrechamente con el numero de muertos y prisioneros.
    No se trata de un "mito", la participación en la batalla de gauchos, pues estos combatieron realmente, como lo señalan testigos presenciales y varios murieron quedando otros heridos.
    Por otra parte esto es una verdad irrefutable.
    Tambien hubo un batallón de pardos y morenos.
    Cordiales saludos.

  7. #7
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
    Fecha de ingreso
    14 mar, 05
    Ubicación
    España
    Edad
    43
    Mensajes
    10,255
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Una imagen vale más que mil palabras



    Fotografía tomada personalmente en Salta por un colaborador y compartida en nuestra página en Facebook.

  8. #8
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
    Fecha de ingreso
    14 mar, 05
    Ubicación
    España
    Edad
    43
    Mensajes
    10,255
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    El Obispo Lué: Otro maldito de la historia oficial







    Benito de Lué y Riega era asturiano, nacido en Lastres, el 12 (17 según otras fuentes) de marzo de 1753, hijo de Cosme (o José) de Lué y de María Josefa de Riega, cristianos viejos y sencillos hidalgos. Había formado parte del Ejército español en su adolescencia, ya en 1770, adquiriendo un carácter a la vez austero e inflexible. Siendo Oficial, abandonó la carrera militar luego de la muerte de su esposa, e ingresó como eclesiástico. Se doctoró en Teología en Santiago de Compostela y en Cánones en Ávila. Y fue, posteriormente, deán de la Catedral de Lugo.


    En 1801, el Consejo de Indias lo propuso al rey Carlos IV (y éste luego al Papa Pío VII) para ocupar la sede diocesana de Buenos Aires que había quedado vacante, siendo confirmado el 9 de agosto de 1802. Partió hacia el Río de la Plata el domingo 14 de noviembre de 1802, aún antes de poder ser investido por el Papa.


    Fue recibido por el virrey Joaquín del Pino en persona en Montevideo el 30 de marzo de 1803. Y pasó a Buenos Aires, arribando el 22 de abril. El 29 de mayo de ese mismo año viajó a Córdoba, donde su Obispo, D. Ángel Mariano Moscoso lo consagró obispo el día 6 de junio.


    Pero en vez de regodearse en la corte virreinal, inmediatamente se abocó a realizar una minuciosa visita pastoral por su inmensa diócesis —cosa que no se hacía desde 1779. Recorrió penosamente y en medio de numerosos peligros Córdoba, Santa Fe, la Banda Oriental, Entre Ríos, Corrientes, los pueblos de las Misiones, regresando a la Capital virreinal recién el 3 de septiembre. Miles de fieles fueron confirmados, sacerdotes instruidos, matrimonios regularizados, libros parroquiales corregidos.


    En Buenos Aires consagró la catedral —que sólo había recibido una bendición de su antecesor—, y durante todo octubre de ese año se dedicó a inspeccionar los curatos de Buenos Aires y Quilmes, visitando Morón y Luján. Al año siguiente, en abril, parte hacia el Litoral y la Banda Oriental del Uruguay.


    En 1805, el 9 de marzo funda el Seminario Diocesano en la Capital, y, luego de eso, vuelve a cruzar el Río de la Plata, remontando luego el Paraná hasta Corrientes y adentrándose después por la selva hasta las antiguas Misiones. En su largo viaje, erigió numerosas iglesias, capillas y parroquias.


    El 25 de noviembre regresa por fin a Buenos Aires. Al año siguiente, levantó las parroquias de San José de Flores y de San Pedro González Telmo, que se extendían más allá de los límites actuales de la Ciudad hacia el oeste.


    Se preocupó especialmente por la formación y la espiritualidad de su clero, ambas en estado calamitoso. En ese orden de cosas, dictó conferencias a la que obligó a asistir tanto a seculares como a regulares.


    Todo esto disgustó especialmente a los sacerdotes ilustrados, en especial los que ocupaban escaños en el cabildo eclesiástico bonaerense y los párrocos que ocupaban los curatos más ricos. Los primeros enviaron, al menos, tres cartas al Rey pidiendo la separación del Obispo Lué de su sede entre 1804 y 1809. Se lo acusaba de cualquier cosa, desde alterar las costumbres “de esta colonia” hasta de ir demasiado rápido por los caminos.


    A diferencia de su antecesor, el obispo Azamor y Ramírez, que gustaba de las letras y las ideas modernas, dado a la literatura y la conversación erudita, el obispo Lué era buen teólogo y mejor canonista. Y como tal, consideraba indispensable abandonar el onanismo intelectual y dedicarse a la predicación y la catequesis —actividades que disgustaban a algunos clérigos americanos que sólo aguardaban un momento para cruzar el Atlántico y poder así frecuentar los salones y los clubes de pensamiento europeos.


    Tampoco hay que despreciar el hecho de que hiciera su divisa de la imposición de una férrea disciplina eclesiástica, combatiendo principalmente a las “queridas” y concubinas de algunos de sus dependientes.


    Enseguida se granjeó el cariño del pueblo humilde, pero recio, que admiraba a este prelado viajero, sencillo, sincero y austero —ajeno a la política virreinal y peninsular que tanto gustaba a algunos eclesiásticos americanos, especialmente entre el grupo de los ilustrados.


    Sobre el desdichado obispo Lué pesan dos horribles mentiras que, por repetidas al hartazgo, son por todos conocidas. Una se refiere a la actitud del diocesano bonaerense durante la invasión inglesa de Buenos Aires, diciendo que juró a las autoridades británicas. La otra, al contenido de su voto en el cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, donde habría dicho que “mientras quedara un sólo español en América, éste debería gobernar sobre los criollos”.


    Como es sabido, el jefe británico de Buenos Aires, el brigadier William Carr Beresford, ordenó que todos los funcionarios civiles, eclesiásticos y militares debieran prestar fidelidad al rey Jorge III en forma obligatoria, pudiendo el pueblo, en general, hacerlo voluntariamente. A cambio, Beresford concedía la libertad de cultos.


    Si bien los miembros de la Audiencia se negaron a hacerlo, los miembros del Ayuntamiento y del Consulado (excepción de Manuel Belgrano que se encontraba en la Banda Oriental), y los jefes militares capturados o rendidos, lo hicieron sin problemas. Lo mismo la mayoría de los comerciantes. También entre los firmantes voluntarios estuvieron los futuros revolucionarios Juan José Castelli y Saturnino Rodríguez Peña.


    En cuanto al clero, la actitud fue diversa. Todo el clero regular, encabezado por el prior dominicano Fr. Gregorio Torres, excepto los betlehemitas, juró al monarca británico. Pero D. Lué y Riega logró, mediante hábil diplomacia, que el clero secular evitara el juramento.


    Luego de la reconquista de Buenos Aires, los fiscales Villota y Caspe dictaminaron, en informe a la Corte, que la actitud del obispo bonaerense fue realmente heroica, subrayando que no fue compartida por ninguno de los otros funcionarios. Además, logrando granjearse la amistad del jefe inglés, salvó de la muerte a varios desertores británicos y a los naturales que los habían ayudado.


    También se negó a sancionar con la excomunión a los fieles bonaerenses que osaran tomar las armas contra el invasor británico, como lo exigía Beresford.


    En un oficio de Santiago de Liniers a la Audiencia, decía el jefe reconquistador: “Dudo Sr. Exmo., que, de cuantos obispos existen en América, haya uno más benemérito que el que ocupa la silla de Buenos Aires, el Ilmo. Sr. D. Benito Lué y Riega… Hallándose en la triste invasión de los ingleses, observó en estas críticas circunstancias una conducta llena de energía, de prudencia y de caridad, la que le atrajo la mayor consideración e influencia sobre el general inglés, y por ella se logró precaver varios daños a que este infeliz pueblo se hubiera visto expuesto.”


    Por si existía aún alguna duda sobre la infamia que se vertió sobre la figura del excelentísimo obispo, el historiador anglo-argentino Eduardo C. Gerding, habiendo accedido a archivos británicos, corroboró que el Obispo nunca juró fidelidad al rey inglés. Por su parte, el cronista británico Alexander Gillespie acusó al Obispo de ser uno de los principales ejecutores de la reconquista de Buenos Aires.


    Curiosamente o no, por el contrario, los religiosos juramentados serán los más fervorosos sustentos de la Revolución de Mayo y la Independencia.


    También es falso que hubiese participado de la rebelión contra el virrey Liniers. Lo cierto es que, el 1º de enero de 1809, vestidos con sus ropajes episcopales, se entrevistó con los revoltosos en el Cabildo y, luego, atravesó la Plaza hasta la Fortaleza, donde ayudó a alcanzar la paz a ambos bandos, sin inútil derramamiento de sangre.


    En cuanto a su participación en el cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, al que sólo concurrió una porción de aquellos vecinos que tenían derecho a hacerlo, porque los revolucionarios habían cortado los accesos a la Plaza Mayor.


    La famosa frase “mientras existiese en España un pedazo de tierra mandado por españoles, ese pedazo de tierra debía mandar a las Américas; y que mientras existiese un solo español en las Américas; ese español debía mandar a los americanos” sólo fue recordada en la Memoria Autógrafa de Cornelio Saavedra, sin figurar en las actas del cabildo abierto. Hoy, los historiadores más serios ya no repiten la versión sino que creen que se refería al acatamiento debido al Consejo de Regencia frente a aquéllos que sostenían como hábil maniobra leguleya que la isla de León, donde sesionaba dicho cuerpo, no era propiamente España.


    El historiador e investigador Roberto H. Marfany (La Semana de Mayo, 1955) presentó un diario anónimo de un testigo de la Semana de Mayo, según el cual, lo que verdaderamente dijo el Obispo fue “aunque hubiese un solo vocal de la Junta Central y arribase a nuestras playas, lo deberíamos recibir como a la soberanía”.


    En cualquier caso, más allá de su opinión, su voto fue el siguiente: “Que el excelentísimo señor Virrey continúe en el ejercicio de sus funciones, sin más novedad que la de ser asociado para ellas del señor Regente y del señor Oidor de la Real Audiencia don Manuel de Velasco; lo cual se entienda provisoriamente y por ahora y hasta ulteriores noticias.”


    Toda la descripción que hace Vicente Fidel López, el “creador” de la historia argentina oficial, es espuria. “El obispo tenía tomado asiento con anticipación, vestido con un lujo eclesiástico excepcional. Llevaba todas las cadenas y cruces de su rango, riquísimos escapularios de oro y cuatro familiares, de pie detrás de él, tenían la mitra el uno, el magnífico misal el otro, las leyes de Indias y otros volúmenes con que se había preparado a hundir a sus adversarios.” Nada de esto concuerda con su forma de ser ni con las posibilidades prácticas que daba un cabildo abierto.


    El día 26 de mayo, los miembros de la Junta le enviaron una carta para informarle oficialmente sobre la destitución del Virrey y el nombramiento de este cuerpo revolucionario. Sobre todo, se le exigía el acatamiento a este nuevo orden de cosas, convocándolo a presentarse al Cabildo para jurar fidelidad, junto con el resto del clero.


    El Obispo respondió que acataba la Junta, pero se excusó de participar en la ceremonia de juramento. Por el momento, aunque disgustados, Saavedra, Moreno y los demás prefirieron no insistir.


    Pero la paz duró poco. El miércoles 30 de mayo, onomástico de Fernando VII, la Junta quería que se celebre un solemne tedéum por el Rey y por la Revolución. Los días anteriores, Saavedra y el Obispo cruzaron más de una carta con este motivo. Pasa que los funcionarios revolucionarios querían ser recibidos en la puerta de la Catedral por una dignidad —deán o arcediano— y otro canónigo. El digno Lué se rehúso, aduciendo la falta de suficientes eclesiásticos como para emplear a uno en estos menesteres. La Junta respondió amenazando subrepticiamente al prelado. Éste dijo que había sido malinterpretado y que ya había dispuesto a dos sacerdotes para recibir a los juntistas en la entrada.


    Efectivamente en la mañana del 30, un dignidad y otro canónigo esperaron a los nueve miembros en el atrio catedralicio y los acompañaron a sus sitiales; pero, al finalizar la ceremonia, no había nadie para escoltarlos de regreso. El tema se siguió discutiendo epistolarmente durante un mes o más por los sucesos del día de San Fernando.


    La excusa protocolar sirvió a los revolucionarios para impedir al Obispo asistir a la Catedral y visitar su Diócesis —que, en el fondo, era lo que se buscaba para evitar que difundiera ideas opuestas “a la libertad de América”. Incluso, el 10 de julio, la impía Junta de Gobierno le prohibió predicar y confesar.


    El 21 de marzo de 1812, D. Benito Lué celebró su onomástico en la quinta episcopal de San Fernando donde se encontraba en una especie de arresto domiciliario. Como era costumbre, invitó a todas las personalidades, y asistieron unas cien —entre ellas, muchos enemigos notorios del Obispo que lo hacían por primera vez—. Se ofrecieron chorizos, morcillas, riñones, jamones, pollos, gallinas, pichones, patos y pavos. Todo acompañado de vino a granel.


    A la mañana siguiente, el Obispo no se levantó temprano de su cama como era costumbre. Cerca de las 8.30 horas, sus criados ingresaron en su cuarto con preocupación. Yacía muerto en su lecho. El último en verlo con vida había sido el arcediano Ramírez, conocido revolucionario y enemigo del prelado.


    Pronto se esparció el rumor del envenenamiento. Sabiendo lo que esto podría causar contra los partidarios de la independencia, el Triunvirato se apresuró a asegurar que la muerte del obispo bonaerense fue por causas naturales. De hecho se prohibió siquiera mencionar en público la posibilidad de otra cosa.


    El investigador Miguel Ángel Scenna ha confirmado, luego de una profunda pesquisa, que el Obispo fue envenenado con toda probabilidad (cf. “El caso del obispo envenenado”, Todo es Historia nº 32).


    Don Benito Lué y Riega, mártir de la lealtad, fue sepultado el 24 del mismo mes en la catedral metropolitana de Buenos Aires donde aún descansan sus restos mortales.


    Tras su muerte, la cátedra bonaerense fue usurpada por el canónigo D. Diego Zavaleta el día 30, con acuerdo entre el Triunvirato y el Cabildo Eclesiástico, que, para evitar un cisma formal, usó el título de “Provisor Diocesano”.


    Se inicia así, en la enorme diócesis de Buenos Aires que iba desde el Paraguay y el sur del Brasil hasta toda la Patagonia y el sur del Chile actual, un oscuro período de sede vacante y cisma material que se prolongará hasta marzo de 1830.



    ¿Ésta es la “revolución católica”?
    Pious dio el Víctor.

  9. #9
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
    Fecha de ingreso
    14 mar, 05
    Ubicación
    España
    Edad
    43
    Mensajes
    10,255
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    ¡Muero contento por mi Religión y por mi Rey!



    La guerra a los “insurrectos” de Buenos Aires tuvo un carácter esencialmente religioso; los realistas, instigados o acaudillados por sacerdotes, en trance de ser fusilados llegaban al banquillo exclamando: ¡Muero contento por mi Religión y por mi Rey!


    José Ingenieros, La evolución de las ideas argentinas
    Tanto en América como en España,
    al grito de "Muero por Dios y por el Rey",
    ante las balas revolucionarias jacobinas.
    Pious dio el Víctor.

  10. #10
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
    Fecha de ingreso
    14 mar, 05
    Ubicación
    España
    Edad
    43
    Mensajes
    10,255
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    ¿Se podría utilizar este hilo para debatir sobre las independencias americanas en general?

    Aquí hay muy buen material al respecto:

    Foro Santo Tomás Moro - Las Independencias Americanas - Foro Sto.Tomás Moro

    2 · 3 · 4 · 5 · 6

  11. #11
    Avatar de Donoso
    Donoso está desconectado Technica Impendi Nationi
    Fecha de ingreso
    06 mar, 05
    Ubicación
    Bellatrix Castilla
    Mensajes
    5,186
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Yo creo que sí.

    Si hay buen material en ese hilo del STM podrías pasarlo aquí. El foro STM funciona sobre una plataforma gratuita que podría desparecer cualquier día, y se perdería.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  12. #12
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 sep, 08
    Mensajes
    2,541
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Estimado Ordoñez:
    Si hay alguien que fue Católico Apostólico Romano ese fue; MANUEL JOAQUÍN del CORAZÓN DE JESÚS BELGRANO.
    Y más allá de sus pecados -como todo hombre- siempre mantuvo esa fe y creencia, que demostró cabalmente y en todo momento a su tropa, cuya generala era la Virgen de la Merced.
    "Ea, púes soldados de la patria, no olvidéis jamas que nuestra obra es de Dios; que él nos ha concedido esta Bandera, que nos manda que la sostengamos, y no hay una sola cosa que no nos empeñe a mantenerla con honor y decoro que corresponde".
    Los colores de nuestra bendita bandera los tomo Belgrano de los de la Purísima e Inmaculada Concepción, a cuya cofradía pertenecía, endelantándose a su declaración dogmática.
    Colores que uso Carlos III distribuidos en idéntico sentido que nuestra bandera.
    El Consulado, al que perteneció Belgrano tenía esos mismos colores en honor a la Virgen y estaba bajo la protección de la Inmaculada Concepción.
    El general Belgrano Dono gran parte de sus sus sueldos, para que se hicieran colegios.
    El gobierno le debía los sueldos que no había donado...
    De más esta decir que nunca se los pagaron.
    Murió con una pobreza franciscana a tal grado que hubo que vender su reloj para pagarle los honorarios al medico.
    Su cajón fue de simple madera de pino el más pobre que había.
    No tenia siquiera dinero para costearse el viaje de Tucuman a Buenos Aires, cuando estaba gravemente enfermo.
    Era terciario dominicano y expresamente pidió que se lo enterrara con dicho habito, lo que se hizo
    Tambien por expreso pedido se lo enterró en la iglesia de Santo Domingo.
    Murió cristianamente, sin quejas, sus ultimas palabras fueron "Ay Patria mía!"
    A su entierro fue algún familiar y solo cuatro amigos...
    Obviamente que no hubo ningún masón ni liberal...ni homenajes de ningún tipo, ni discursos, ni nada, fuera de lo religioso.
    Cordiales saludos.

  13. #13
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
    Fecha de ingreso
    14 mar, 05
    Ubicación
    España
    Edad
    43
    Mensajes
    10,255
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Estimado Juan, otra vez con lo mismo.... Por esa razón, no hay ningún problema entonces con las Cortes de Cádiz, que incluso fueron más claras para con la religión católica que cualquier prócer separatista.

    CAPÍTULO II: De la religión


    Art. 12. La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.

    Lógicamente, a principios del siglo XIX, pocos exaltados se atreverían a hacer otra cosa. Sin embargo, es en ese mismo contexto donde San Martín le dice a su hija en su testamento que respete todas las religiones....


    Con respecto a la bandera, te recuerdo, fue decorada con el gorro frigio, simbología que mantuvo Juan Manuel de Rosas, a mi juicio, un personaje más que idealizado (No digo que fuera masón). Y es que a eso jugó el secesionismo en Hispanoamérica en líneas generales, del jesuitismo a Rousseau. El mismo hecho que Bolívar muriera arrepentido y maldiciendo a la masonería y hasta prohibiéndola poco quiere decir, y poco quería decir de hecho a esas alturas de la película.

    Con respecto a la masonería pasa algo parecido a lo que ocurre aquí con Blas Infante: Los musulmanes últimamente lo reivindican mucho. ¿Porque fuera un gran pensador, porque hizo una gran obra de la que se quieren apropiar? No, porque lo consideran un hermano en la umma, que es lo que fue. Eso mismo pasa con San Martín, Belgrano y tantos otros. Por eso mismo la masonería no se querrá nunca "apropiar" de Cathelineau o Zumalacárregui. Es la masonería a la que pertenecía Pablo Morillo y contra la que luchó Agustín Agualongo, y ambos combatieron en el bando realista. Sé que esto es un tema muy complejo, pero en cuanto a la obra secesionista argentina e hispanoamericana en general, la influencia masónica es grandilocuente hasta en la propia simbología.
    Y con respecto a Belgrano, -recuerdo el dato que da Luis Corsi Otálora-, le dice en carta a San Martín: “No estoy contento con la tropa de libertos; los negros y mulatos son una canalla que tiene tanto de cobarde como de sanguinaria, y en las cinco acciones que he tenido han sido los primeros en desordenar la línea.”

    ¡Je! Si cualquier oficial realista se hubiera expresado en esos términos, todos, desde el nacionalismo hasta el comunismo, qué no hubieran dicho....



    Estimado Donoso, en ese caso iré subiendo los artículos.
    Última edición por Ordóñez; 13/10/2012 a las 19:18

  14. #14
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
    Fecha de ingreso
    14 mar, 05
    Ubicación
    España
    Edad
    43
    Mensajes
    10,255
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    El Problema Del 25 De Mayo
    Por Antonio Caponnetto

    [El Caballero De Nuestra Señora, 2º época Año: 8 Numero 147 8 de mayo del año del Señor 2008]

    Querido Marcelo:

    Me pides que te escriba para El Caballero de Nuestra Señora –publicación que llevo gratamente en el corazón desde los tiempos en que la iniciará, el inolvidable Padre Carlos Lojoya- alguna nota sobre La Revolución de Mayo.

    Permitime que te diga porqué me resulta tan difícil hacerlo.

    Tradicionalmente prevalecía la visión liberal y masónica de Mayo. Mayo era un dogma indiscutido, en virtud del cual debía repetirse que la patria había nacido en 1810, bajo los sacros auspicios de la democracia, del liberalismo y de la macabra Revoluta de 1789. España era una madrasta malísima –como la de las patochadas infantiles de Walt Disney- y habíamos hecho muy bien en sacárnoslas de encima. Los realistas eran tiranos opresores, los revolucionarios eran libertadores, y cada quien ocupaba su bando de malo o de bueno en los libros de texto. ¡Manes de parabienes!

    No le faltaba fundamento in re a esta visión. Porque efectivamente, este Mayo liberal, masónico, antiespañol y aún anticatólico había existido. Quien se acerque a las malandanzas de Castelli, Moreno y Monteagudo –entre tantos otros- podrá comprobarlo. Otrosí queda penosamente al descubierto cuando se consideran los escritos o los actos del curerío progresista de entonces, más confundidos que Casaretto después del Summorum Pontificum de Benedicto XVI. Por eso desde Roma llegaron voces legítimamente recelosas sino admonitorias respecto del movimiento revolucionario, como lo ha probado Rómulo Carbia en su La Iglesia y la Revolución de Mayo.

    Nuestro mismo Himno ratifica penosamente la existencia oficial de ese Mayo en todo contrario a nuestras raíces católicas. Hasta Ricardo Rojas –que le ha encontrado un par de plagios a la letra, y que nos exime “de la admiración estética”- se intranquiliza un poquitín ante aquello de “escupió su pestífera hiel”. ¿No será mucho, Vicente? Cristina lo canta a lo yanky, con la mano en su siliconado pecho. Yo, caro amigo, te confieso, como bautizado, no puedo andar gritando por ahí que la libertad es “un grito sagrado”. Y si tengo que ver “en un trono a la noble igualdad”, ya no es igualdad, pues está entronizada y ennoblecida.

    Como fuere, el Mayo masonete existió y es aborrecible. Existió y fue el que terminó imponiéndose, salvo durante el interregno glorioso de Don Juan Manuel. Los zurdos –que atacan a Roca por lo que tuvo de bueno- suelen decir que “es preferible un Mayo Francés a un Julio Argentino”. Tengo para mí en ocasiones, ante tanta confusión, que es preferible que no haya mayos.

    Los revisionistas –salvo alguno que creyó ver en el 25 de Mayo un 17 de octubre avant garde, y en el gorro frigio al famoso pochito con visera- en principio, pusieron las cosas en su lugar. Al menos los mejores de sus representantes probaron que hubo otro Mayo. Monárquico, hispánico, católico, militar y patricio; enemigo de Napoleón que no de España, fiel a nuestra condición de Reyno de un Imperio Cristiano, en pugna contra britanos y franchutes, filosóficamente escolástico, legítima e ingenuamente leal al Rey cautivo, y germen de una autonomía, que devino forzosamente en independencia, cuando la orfandad española fue total, como total el desquicio de la casa gobernante. Federico Ibarguren y Roberto Marfany, entre otros, se llevan las palmas del esclarecimiento y de la reivindicación de este otro Mayo. Mas nadie ha empardado, en claridad y en rectitud de juicio, al Mayo Revisado de Enrique Díaz Araujo. Sólo ha salido un tomo de los tres anunciados que componen la singular obra, pero es para aguardar ansiosos que la tríada se complete.

    Tampoco faltan hechos y personajes para probar la existencia de este Mayo genuino. Están las Memorias de Saavedra, la Autobiografía de Domingo Matheu, la de Manuel Belgrano, las cartas de Chiclana, Viamonte y Tomás Manuel de Anchorena. Está la obrita curiosa de Alberdi, El Gobierno de Sudamérica, y el mensaje magnífico de Rosas a la Legislatura, del 25 de mayo de 1836. Y hasta las fábulas humorísticas de Domingo de Azcuénaga están para nuestro entendimiento de la época.

    Leyendo meditadamente este material, es asombroso cómo se intelige el pasado y cómo se disipan las ficciones ideológicas. Lo que surge de estos valiosos testimonios no es el enjambre de conjeturales paraguas populistas, sino la espada de Saavedra “de dulce y pulido acero toledano, y que en su mano parecía una joya”, al buen decir de Hugo Wast. Espada puesta al servicio de la misma causa por la que en España, hacia la misma época, se desenvainaran otras para enfrentar al invasor Bonaparte. Y si surge también el Cabildo de estas veras semblanzas, es porque entonces, el mismo no era aún una figurita didáctica, sino una hidalga institución de raigambre medieval, custodia de los fueros locales y comarcales.

    Pero están los documentos que retratan este Mayo porque estuvieron los acontecimientos y los hombres que los protagonizaron. Y esto sería lo más importante por considerar y celebrar hoy, sino fuera que ese “Mayismo” fue derrotado, y prevaleció el otro. No sólo historiográficamente, que ya es grave, sino política y fácticamente, que es lo peor.

    Escuchemos a Rosas, en un fragmento de su valioso mensaje precitado: ”No se hizo [la Revolución de Mayo] para rebelarnos contra nuestro soberano, sino para conservarle la posesión de su autoridad. No se hizo para romper los vínculos que nos ligaban a los españoles, sino para fortalecerlos más por el amor y la gratitud. ¡Pero quien lo hubiera creído! Un acto tan heroico de generosidad y patriotismo, no menos que de lealtad y fidelidad a la nación española, fue interpretado en algunos malignamente […] Perseveramos siete años en aquella noble resolución de mantenernos fieles a España, hasta que, cansados de sufrir males sobre males, nos pusimos en manos de la Divina Providencia y confiando en su infinita bondad y justicia tomamos el único partido que nos quedaba para salvarnos: nos declaramos libres e independientes de los Reyes de España y de toda otra dominación extranjera”.
    Nuestros amigos carlistas, de un lado y del otro del Atlántico, están enojados con el 25 de Mayo. No les falta razones, ni son pocas las verdades que al respecto han recordado. Puede aceptarse incluso lo que enseñan: que nuestra guerra independentista tuvo algo o bastante de una dolorosa guerra civil, en tanto americanos hubo que se sentían inaboliblemente insertos a la Corona, con un gesto de lealtad que los honra. Puede y debe aceptarse, además, que la fábula escolar de “los realistas” malvados y los “patriotas” impolutos es un cuento de mal gusto. El realista Liniers fue un arquetipo de nuestra lucha soberana; el patriota Moreno, la contrafigura del cipayo. Y hasta tienen razón los carlistas cuando comentan que, en ciertas zonas hispanoamericanas, los negros defendieron la Corona y se batieron por su causa, sin importarle su condición. Claro que hablamos –como lo hace Luis Corsi Otálora- de los bravos negros que enarbolaban orgullosos los pendones de la Orden de San Luis- y no de los morochos mercenarios de D’elía. Por eso decía Ramón Doll que “hay negros de todos los colores”.

    Pero determinadas cosas vinculadas a nuestro 25 de Mayo, los admirados carlistas parecería que no quieren ver, o ven a medias, y entonces precipitan sus juicios. No quieren ver, por ejemplo,la gravísima crisis moral del Imperio Español, sintetizada en aquella sentencia tan dura cuanto cierta de Richard Heer: “España estaba gobernada por un galán frívolo, una reina lasciva y un rey cornudo”. No quieren ver que, a comienzos de 1810, sólo quedaban las apariencias de España, con “los franceses que salen por un lado y los ingleses que entran por el otro”, según afirmación de Benito Pérez Galdós en “El equipaje del Rey José”. No quieren ver que tanto ultraje, tanto vejamen, tanta depredación y anonadamiento de la Madre Patria, eran males causados por sus mismos reyes felones, por su misma borbonidad traicionera, por la vacancia y la acefalía cobarde de una Corona, que ya no era la de los siglos del Descubrimiento y la Evangelización.

    Y no quieren ver –como lo ha sintetizado certeramente Luis Alfredo Andregnette Capurro, replicando a Federico Suárez Verdeguer- que “las Cortes de 1810 y 1812, pletóricas de iluminismo jacobino, y Fernando VII con su avaricia absolutista, precursora del liberalismo, sellaron la destrucción del Imperio Católico. Crimen incalificable, porque la Revolución (en el sentido del verbo latino volver hacia atrás),aspiró a una unión más perfecta con la Metrópoli”. Crimen que se ejecutó con varias puñaladas traperas, como cuando el 24 de septiembre de 1810, las Cortes de Cádiz aprobaron la ley por la cual se dispuso la extinción de Provincias y Reynos diferenciados de España e Indias, en clara señal de abolición de los honrosos Pactos sellados por Carlos V en Barcelona el 14 de septiembre de 1519.

    ¿De qué lado estaba entonces la traición? ¿De los americanos que se levantaban jurando fidelidad al rey Cautivo, deseando conservar sus tierras, aunque reclamando la necesaria autonomía para no ser arrastrados por la crisis peninsular, o de la casa gobernante española que pactó la rendición ante Napoleón Bonaparte? ¿Quiénes eran los leales, los que se rebelaban aquí, a imitación de los combatientes hispánicos, para comportarse como súbditos corajudos y lúcidos, o aquellos funcionarios, cortesanos y monarcas que se desentendieron vilmente de la suerte de estos Reynos, como lo gritaba Fray Pantaleón García en el Buenos Aires de 1810? ¿Adónde la fidelidad? ¿En las intrigas borbónicas para convertirnos en pato de la boda, como decía Saavedra; o en este surero Buenos Aires levantado en hazañas, primero contra el hereje britano, y contra los alcahuetes de Pepe Botella después, y en ambos casos, levantado siempre con la bandera de España entre los mástiles?

    A ver si nos vamos entendiendo.

    La historia es historia de lo que fue, no de lo que pudo haber sido, o de lo que nos hubiese gustado que fuera.

    Nos hubiese gustado que el Imperio Hispano Católico no se extinguiera; y que nosotros nos constituyéramos en “la última avanzada de ese Imperio”, como cantaba Anzoátegui. Nos hubiese gustado que Mayo no hubiese sido necesario; y seguiremos repitiendo con José Antonio: “si volvieran Isabel y Fernando, ya mismo me declaraba monárquico”; esto es vasallo de aquella Corona por la cual la monarquía se reencontró a sí misma como forma pura y paradigmática de gobierno.

    Nos hubieran gustado tantas cosas.

    Pero los hechos se dieron de otro modo, seguramente por permisión de la Divina Providencia. Y no renegamos de nuestro Mayo Católico e Hispánico, ni de una autonomía que no era desarraigo, ni separación espiritual, ni ingratitud moral. No renegamos de aquellos patriotas que, portadores de sangre y de estirpe hispanocriolla, tuvieron que batirse al fin, heroicamente, para que esa autonomía fuese respetada.

    ¿Ves, querido Marcelo, porqué es tan difícil hablar o escribir sobre el 25 de Mayo?

    ¿Qué festejamos ese día? El Mayo masón desde ya que no. Ese será el del Bicentenario Oficial. Un festejo tan desnaturalizado y horrible como lo fue el de la gloriosa Reconquista y Defensa de 1806-1807. Será el Mayo falsificado y ruin, liberal y marxista, agravado por el magisterio soez de Felipe Pigna –nuevo Taita Magno de la Historia, como lo ridiculizaría Castellani- según el cual, Moreno fue el primer desaparecido y Saavedra el primer represor. Y lo peor es que a esta obscenidad llaman algunos ahora revisionismo histórico.

    El Mayo de algunos de nuestros entrañables amigos españoles, tampoco podríamos festejar. Para ellos lo de aquí fue una simple traición a España; y aunque traidores hubo, sin duda, tuvo aquel acontecimiento protagonistas centrales transidos de lealtad y de fidelidad, de arraigo espiritual y encepamiento religioso, de recto y fecundo amor al solar natal, de prudente, gradual y legítimo sentido de emancipación americana.

    El Mayo de los revisionistas heterodoxos, que vieron en aquellas jornadas de 1810 un alzamiento de orilleros resentidos y desarrapados rencorosos, tampoco es celebrable. Entre otras cosas, porque no existió. El piqueterismo es cosa de este siglo. Tampoco el Mayo de los católicos liberales, que creyeron calmar sus conciencias encontrando alguna tonsura entre los revolucionarios, aunque enseñaran las peores macanas modernistas.

    Si algún Mayo recuerdo con gratitud,emoción y decoro; con absoluta austeridad de manifestaciones festivas, es el que encarna aquel Comandante de Patricios, que afirmando con meridiana claridad que se alzaba contra franceses e ingleses -y contra todos aquellos que aquí o acullá quisieran comprometer el destino de estas tierras franqueándoles las invasiones- puso su condición militar al servicio de Dios y de entrambas Españas.

    De él dijo Braulio Anzoátegui: “Saavedra era un militar que jamás andaba sin uniforme, porque comprendía que un militar sin uniforme es una persona peligrosa que de pronto le da por pensar como un político cualquiera, y piensa y es capaz de olvidarlo todo; es como una dueña de casa que olvida lo que vale la docena de huevos. En esto se parecen las malas dueñas de casa a los malos militares: en que no saben cuánto valen los huevos”.

    Saavedra lo sabía. Y tenía fama de saber estas cosas fundamentales. Por eso, el Capitán Duarte lo quiso proclamar Rey de América. Pero Moreno lo acusó de borracho y lo desterró de la ciudad. También desterrado acabaría Saavedra.

    Curioso destino el de nuestros hombres de armas. Si no saben cuánto valen los huevos los nombran Generales. Si proclaman nuestra soberanía pasan a la historia por borrachos.

    Te mando un abrazo fuerte
    En Cristo y en la Patria

    Antonio Caponnetto
    Pious dio el Víctor.

  15. #15
    Partido Realista está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 11
    Ubicación
    Chile
    Mensajes
    9
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Cita Iniciado por juan vergara Ver mensaje
    Estimado Clamor:
    Belgrano tenía todas las de perder:
    Su ejercito contaba con aproximadamente la mitad de hombres en condiciones de combatir que el de Tristan.
    Con una tropa inexperta, indisciplinada, sin experiencia militar, con muchos hombres alistados en contra de su voluntad.
    (...)
    Por otra parte esto es una verdad irrefutable.
    Su afirmación hace pensar... porque nos dice que el ejército de Belgrano era poco... ¡aun cuando el hombre había reclutado a varios de ellos contra su voluntad! (podemos colegir la ínfima cantidad de hombres que lo habrían seguido de otro modo, y también podemos suponer las amenazas que les tuvo que haber hecho para que lucharan por él aun contra su voluntad)

    Sus afirmaciones nos traen una reflexión. En Chile, cuando llegó el Brigadier Antonio Pareja, reclutó grandes cantidades de campesinos, vecinos, y hombres muy ricos para participar en la campaña por el Rey. Ellos aceptaron de buen grado. Nadie, ni siquiera la historiografía oficial da cuenta de que se hayan producido problemas entre nuestras filas por personas que no quisieran unirse y luchar por el Rey.
    Lo curioso, es que el ejercito "patriota" había sido manipulado, pues se había formado en 1810 con la intención de defender el Reyno de Chile de una muy probable invasión francesa, en vista de que lo más seguro era que los endemoniados secuaces de José Bonaparte vendrían a exigirnos obediencia. Quienes formaron el batallón de patriotas, eran leales, y habían jurado lealtad al Rey, cosa que siguió así hasta el golpe de estado de Carrera, quien en su sueño de Monarquía constitucional había dado un exceso de participación a los secesionistas, integrándolos plenamente a su gobierno y ejército, siendo justamente ellos los que engañaron a sus subalternos...
    De las artimañas que los oficiales de Santiago estaba haciendo para manipular a sus soldados a expensas del gobierno de Carrera, nos da fiel testimonio el hecho de que soldados de alto rango, valerosos y leales a su patria, que participaban en el dicho batallón de patriotas se cambiaran al bando realista inmediatamente. Tal es el caso de don Manuel Bulnes de Quevedo, quien apenas supo del golpe de Estado de Carrera previó lo que sucedería con su batallón y se movió al bando realista, del cual no lo movieron ni los ruegos de su familia (Hoy la historia oficial trata de ensuciar su nombre justificando su actuar en un odio trivial a la persona de José Miguel Carrera, lo cual es mentira, pues se mantuvo leal al rey aún después de la muerte de Carrera)
    Esto nos da una muestra del apoyo que el mismo pueblo prestó a su Rey; por él estaban dispuestos a pelear, y solo engañándolos o amenazándolos (es decir haciéndolos pelear contra su voluntad, como usted dice que hizo Belgrano) pudieron los secesionistas hacerse de un puñado de soldados para sus traiciones. (Eso sin contar los casos en que ni siquiera así se reunieron soldados, como es el caso de Bolivar, quien para masacrar Pastos tuvo que usar soldados Británicos a falta de hispanos que los siguieran... por algo habrá sido)

    Por último, nos gustaría referirnos a las condiciones de los hombres que se usaron en las diversas batallas. En Chile, Salvo por el batallón de Talaveras, todo el ejército real eran campesinos, reclutados en el momento, sin experiencia militar, y mal pertrechados, como más de alguna vez se denunció. Por ende las condiciones de combate eran más o menos las mismas.
    El batallón de patriotas, había recibido algún entrenamiento mediocre, aunque estaba casi en las mismas condiciones, de modo que lo que usted hace en su comentario es tratar de victimizar a los "pobres independentistas mal entrenados".

    Saludos.
    El Tercio de Lima dio el Víctor.

  16. #16
    Avatar de CLAMOR
    CLAMOR está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    27 sep, 11
    Ubicación
    Muy noble y leal Ciudad de Buenos Aires
    Mensajes
    43
    Post Thanks / Like

    Re: Hay “otro” bicentenario

    Bicentenario de la Batalla de Tucumán: ¿Conmemoración de qué?





    Nos desayunamos estos días con la noticia de que, dado que "el gran pueblo argentino salud" no tiene problemas graves en estos momentos, los "nos representates del pueblo de la nación argentina" han dado media sanción al proyecto para instalar un feriado nacional el día lunes 24 de septiembre próximo, cuando se cumplirán 200 años de la batalla de Tucumán. Se espera que los mandatarios de sus provincias "representativas, republicanas y federales" estarán al pie del cañón para dar su aprobación sin falta a tamaña necesidad ciudadana: un "fin de semana largo" para mini-vacaciones.


    Todo sea para sostener el mito de la "batalla que salvó a la patria".


    La realidad es bastante distinta y, de no haber sido por un cúmulo de circunstancias imprevistas (como reconoció Paz), el resultado hubiese sido completamente otro.


    Cuando el arrogante Moldes, creyendo la batalla ganada, exigió la rendición a Tristán; éste respondió cortante: "las armas del Rey no se rinden", haciéndose uno con los bravos hidalgos de la Reconquista, los heroicos Tercios de Flandes y los intrépidos conquistadores del Nuevo Mundo. Y, a continuación, se replegó ordenadamente hacia Salta con sus fuerzas.


    En cuanto a los números implicados en la batalla (tropas, heridos, capturados, muertos, etc.), muy "inflados" por el lado "patriota", se deben exclusivamente a la imaginación del inglés Sir Woodbine Parish, que ni siquiera estuvo presente ese día y habría recopilado la información muchos años después.




    Francisco Fortuny, "La batalla de Tucumán, 24 de septiembre de 1812".
    Se ve representado el mito sobre la participación de las montoneras gauchas.
    Lo cierto es que, en medio de la confusión por el bombardeo de la Caballería de Tarija (realista),
    los gauchos atacaron las mulas y carros de carga
    para hacerse con el botín que los jefes patriotas les habían prometido.
    Otra muestra de iconografía propagandística.






    el 8/09/2012


    C. L. A. M. O. R.: Bicentenario de la Batalla de Tucumán: ¿Conmemoración de qué?
    Partido Realista dio el Víctor.


LinkBacks (?)

  1. 25/07/2013, 00:23
  2. 28/10/2012, 06:34
  3. 14/10/2012, 18:53

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Mexico no es bicentenario
    Por francisco rubio en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 310
    Último mensaje: 01/07/2025, 18:32
  2. Bicentenario de Donoso Cortés
    Por Hyeronimus en el foro Biografías
    Respuestas: 23
    Último mensaje: 31/12/2014, 19:51
  3. El "otro" bicentenario: Por Dios, la Patria y el Rey
    Por Tradición. en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 7
    Último mensaje: 30/07/2011, 00:22
  4. Respuestas: 8
    Último mensaje: 22/06/2010, 19:50
  5. [De Bicentenario del 2 de mayo]
    Por JulioHispano en el foro Tertúlia
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 15/05/2008, 14:55

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •