Escrito por Alfredo Furlani |
Martes, 16 de Agosto de 2011 17:56 |
Rescatando el recuerdo del mercedario que resguardó los restos de Liniers
La siesta se cernía sobre un chañarcillo en un rincón solitario cercano al camino real, en el límite de Córdoba y Santa Fe.
Los vientos de agosto, tan típicamente cordobeses, debieron contener su aliento ante la gélida presencia de la muerte.
El fuego de las armas y el estampido de los disparos alborotaron los loros que dialogaban tranquilamente en la arboleda espinosa.
Ese domingo 26 de agosto de 1810 marcó un quiebre en la Revolución, y el terror se hizo presente como método de gobierno en las poblaciones que dependían de Buenos Aires, la Reina del Plata.
Buenos Aires, liberada cuatro años antes por don Santiago de Liniers, lo ajusticiaba sin juicio en medio de la pampa, bien lejos de su jurisdicción.
Acorde con la doctrina del terror, bueno se consideró que no se pudieran identificar sus restos en el futuro.
Un párrafo de la «Relación de los últimos hechos del General Liniers», escrita en Montevideo en 1812, motiva el presente artículo.
«Llegados a la Cruz Alta se hizo abrir una zanja en el campo al lado de la iglesia, con intervención del teniente cura que era un religioso de la Merced para quien iba una orden de Castelli, y el oficial no se separó hasta que los vio sepultados y se asegura que el brigadier Concha expiró en el sepulcro. Este religioso al día siguiente los hizo desenterrar y abriendo una sepultura más amplia en el mismo lugar en que antes los habían echado unos sobre otros, colocó todos los cadáveres con separación y poniendo una cruz a la cabecera puso en el brazo derecho de ella y es así: L. R. C. M. A. para que puedan algún día sus familias arecoger las reliquias de tan ilustres víctimas. Este virtuoso religioso desempeñó su ministerio rezándoles el oficio de difuntos y bendiciendo el terreno de la sepultura, pues el orden de Castelli le prevenía fuese sin pompa alguna». [L(iniers), R(odríguez), C(oncha), M(oreno), A(llende)]
Medio siglo y un año después, en 1861, el cordobés Santiago Derqui asumió la presidencia de la Confederación Argentina, y mandó desenterrar los restos de Liniers y Concha. En 1862 fueron entregados al cónsul español en Rosario y desde 1864 descansan en Cádiz, en el Panteón de los Marinos Ilustres.
***
¿Quién fue ese mercedario anónimo?
Para responder esta pregunta es necesario primero establecer la jurisdicción eclesiástica de pertenencia de Cruz Alta.
En ese año 1810 la vice parroquia de Cruz Alta dependía de la parroquia de Rodríguez, siendo su párroco el presbítero Benito Lascano.
Ese año figuró constantemente el padre fray Baltazar Palacios como teniente cura. Fue el único mercedario que en los libros parroquiales de esos meses exhibió ese título.
Casi sin dudas ha de tratarse del fraile que preservó la identidad de los restos del libertador de Buenos Aires en agosto de 1806.
Según el acta de profesión, del 29 de enero de 1769, sus padres fueron Bentura Palacio y Tomasina Sosa.
En la nómina de religiosos hijos de la Provincia de Santa Bárbara del Tucumán, del 16 de enero de 1778, figura como sacerdote, en la comunidad del convento mercedario de Córdoba, con 27 años. Por ello puede pensarse que haya nacido en 1750, y a lo sumo en los primeros días de 1751.
Entre 1780 y 1785 figura como vicario de coro en el convento.
En 1799 ya se lo cita como «padre jubilado», y antes de 1804 se desempeña como «procurador de la Estancia de Yucat», en la jurisdicción de la parroquia de Rodríguez.
En el informe que se entregó al gobiernador de Córdoba en 1813 aparece entre los frailes que están en la campaña, con más de 60 años.
En octubre de 1814 se le expidió patente de ayudante de cura, y el libro de difuntos conventuales nos da razón de su fallecimiento:
“…Murió en el Río Tercero, campaña de Córdova, con todos los Sacramentos, el Padre Juvilado Fray Baltazar Palacios en el año 1815…”
***
Cuando se cumplen 150 años de la exhumación y traslado de los restos de don Santiago de Liniers, vaya un recuerdo y una oración para el valiente teniente de cura que resguardó la identidad de los restos de Liniers el año en que la patria nacía.
La siesta se cernía sobre un chañarcillo en un rincón solitario cercano al camino real, en el límite de Córdoba y Santa Fe.Los vientos de agosto, tan típicamente cordobeses, debieron contener su aliento ante la gélida presencia de la muerte.El fuego de las armas y el estampido de los disparos alborotaron los loros que dialogaban tranquilamente en la arboleda espinosa.Ese domingo 26 de agosto de 1810 marcó un quiebre en la Revolución, y el terror se hizo presente como método de gobierno en las poblaciones que dependían de Buenos Aires, la Reina del Plata.
Buenos Aires, liberada cuatro años antes por don Santiago de Liniers, lo ajusticiaba sin juicio en medio de la pampa, bien lejos de su jurisdicción.
Acorde con la doctrina del terror, bueno se consideró que no se pudieran identificar sus restos en el futuro.
Un párrafo de la «Relación de los últimos hechos del General Liniers», escrita en Montevideo en 1812, motiva el presente artículo.
«Llegados a la Cruz Alta se hizo abrir una zanja en el campo al lado de la iglesia, con intervención del teniente cura que era un religioso de la Merced para quien iba una orden de Castelli, y el oficial no se separó hasta que los vio sepultados y se asegura que el brigadier Concha expiró en el sepulcro. Este religioso al día siguiente los hizo desenterrar y abriendo una sepultura más amplia en el mismo lugar en que antes los habían echado unos sobre otros, colocó todos los cadáveres con separación y poniendo una cruz a la cabecera puso en el brazo derecho de ella y es así: L. R. C. M. A. para que puedan algún día sus familias arecoger las reliquias de tan ilustres víctimas. Este virtuoso religioso desempeñó su ministerio rezándoles el oficio de difuntos y bendiciendo el terreno de la sepultura, pues el orden de Castelli le prevenía fuese sin pompa alguna». [L(iniers), R(odríguez), C(oncha), M(oreno), A(llende)]
Medio siglo y un año después, en 1861, el cordobés Santiago Derqui asumió la presidencia de la Confederación Argentina, y mandó desenterrar los restos de Liniers y Concha. En 1862 fueron entregados al cónsul español en Rosario y desde 1864 descansan en Cádiz, en el Panteón de los Marinos Ilustres.
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¿Quién fue ese mercedario anónimo?
Para responder esta pregunta es necesario primero establecer la jurisdicción eclesiástica de pertenencia de Cruz Alta.
En ese año 1810 la vice parroquia de Cruz Alta dependía de la parroquia de Rodríguez, siendo su párroco el presbítero Benito Lascano.
Ese año figuró constantemente el padre fray Baltazar Palacios como teniente cura. Fue el único mercedario que en los libros parroquiales de esos meses exhibió ese título.
Casi sin dudas ha de tratarse del fraile que preservó la identidad de los restos del libertador de Buenos Aires en agosto de 1806.
Según el acta de profesión, del 29 de enero de 1769, sus padres fueron Bentura Palacio y Tomasina Sosa.
En la nómina de religiosos hijos de la Provincia de Santa Bárbara del Tucumán, del 16 de enero de 1778, figura como sacerdote, en la comunidad del convento mercedario de Córdoba, con 27 años. Por ello puede pensarse que haya nacido en 1750, y a lo sumo en los primeros días de 1751.
Entre 1780 y 1785 figura como vicario de coro en el convento.
En 1799 ya se lo cita como «padre jubilado», y antes de 1804 se desempeña como «procurador de la Estancia de Yucat», en la jurisdicción de la parroquia de Rodríguez.
En el informe que se entregó al gobernador Viana en 1813 aparece entre los frailes que están en la campaña, con más de 60 años.
En octubre de 1814 se le expidió patente de ayudante de cura, y el libro de difuntos conventuales nos da razón de su fallecimiento:
“…Murió en el Río Tercero, campaña de Córdova, con todos los Sacramentos, el Padre Juvilado Fray Baltazar Palacios en el año 1815…”
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Cuando se cumplen 150 años de la exhumación y traslado de los restos de don Santiago de Liniers, vaya un recuerdo y una oración para el valiente teniente de cura que resguardó la identidad de los restos de Liniers el año en que la patria nacía. |
Última actualización el Martes, 16 de Agosto de 2011 18:50 |
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