Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 20 de 40

Tema: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    «Lo del genocidio en América es una barbaridad, ¿por qué iban a matar a la gallina de los huevos de oro?»

    El hispanista francés ganó relevancia internacional con su libro «Leyenda negra» (Gadir) en el que analizaba todas las mentiras que desde hace siglos alimentan la hispanofobia y, en los últimos años, se ha dedicado a reivindicar la figura del Cardenal Cisneros




    Fotografía de archivo de Joseph Pérez - Juan Manuel Serrano Arce


    César Cervera - C_Cervera_M

    09/05/2017 04:28h - Actualizado: 09/05/2017 18:08h. Guardado en: Historia


    A sus 86 años el historiador Joseph Pérez se permite ser políticamente incorrecto sin que le asusten los riesgos. En estos tiempos decir que España no hizo un genocidio en América o que Felipe II no era más intolerante que cualquiera de los otros reyes europeos es parecido a tirarse en paracaídas desde la torre Eiffel con los ojos cerrados. A la leyenda negra contra lo español que lleva media vida combatiendo este hispanista francés de padres valencianos le ha tomado ahora el relevo la dictadura de lo correcto. Ajeno a este cambio de régimen, Pérez se ha dedicado a reivindicar en los últimos años la figura de un inquisidor general, el Cardenal Cisneros, ferreo defensor de una mentalidad mediterránea con la que el historiador se identifica en contraposición con lo germánico. Y precisamente por el viejo y sabio cardenal ha visitado recientemente Madrid para intervenir en la conferencia «Doctores y espirituales. Fernando de Valdés frente a Cisneros», organizada por la Fundación Banco Santander. Aprovechamos su visita para hablar con Pérez de historia, de Cisneros, de la UE y de la actualidad española.


    –Visita Madrid para hablar de la lucha en el siglo XVI entre dos corrientes religiosas dentro del catolicismo español. ¿En qué consistió esta lucha?

    –Se trata del enfrentamiento en el siglo XVI de los que yo llamo los doctores contra los espirituales. Es un debate de fondo que demuestra que España no se quedó al margen de la reforma espiritual que dio lugar a las distintas corrientes protestantes en Europa. Desde finales del siglo XV hubo en el país una preocupación por llegar a una vida religiosa que fuera más vivida que entendida. Para muchos la religión se había convertido en algo rutinario, por lo que anhelaban algo más: una forma de entender la religión desde la espiritualidad interior. No querían que la religión se redujera a dogmas sino que fuera una actitud vital. Esta era la vocación de los llamados espirituales o místicos (este término no se usaba entonces porque hacía referencia a cosas secretas), frente a la de los doctores, que recelaban de que la gente que no sabía experimentara una vida religiosa no rigurosamente conforme con el dogma.

    Cisneros ayudó con los fondos del arzobispado de Toledo a la traducción y publicación de libros en lengua vulgar y a que los textos religiosos estuvieran al alcance del pueblo.

    –Poniendo nombres y apellidos a estas dos corrientes, usted menciona al Cardenal Cisneros y a Fernando Valdés.


    –Son dos inquisidores generales muy representativos de su tiempo.Cisneros, inquisidor general desde 1507 hasta su muerte, era un espiritual que opinaba que había que tener en cuenta las ganas de los fieles por participar en la religión desde el interior. Cisneros ayudó con los fondos del arzobispado de Toledo a la traducción y publicación de libros en lengua vulgar y a que los textos religiosos estuvieran al alcance del pueblo.


    –El tiempo de Cisneros fue seguido de una persecución contra los espirituales encabezada por Fernando Valdés.


    –Cuando Cisneros murió, sus sucesores tomaron decisiones contra los espiritualistas, entre ellos un decreto en 1527 contra los alumbrados de Toledo. Con motivo de este decreto comenzó una persecución contra los representantes de esta corriente que hizo que ser complutense en la España del siglo XVI fuera, a ojos de la mayoría y de la inquisición, ser heterodoxo, incluso hereje. Por su parte, Fernando Valdés fue un perseguidor de los espiritualistas. Él puso en el índice de libros prohibidos todos los textos de piedad, devoción y mística que Cisneros recomendó y financió. Santa Teresa diría su famosa frase al respecto: como no sé latín Dios me ha dicho que, sin libros en lengua vulgar, yo te daré libros vivos.

    La idea que yo desarrollo es que en esta lucha al final triunfaron los doctores. Y hasta cierto punto esta victoria es la de la escuela de Salamanca, de Francisco y Vitoria y compañía, sobre la de Alcalá levantada por Cisneros.


    –¿Nada sobrevivió de los espirituales?

    –El trabajo de Cisneros tiene continuidad en lo que se han llamado luego las beatas, los alumbrados y los místicos. Santa Teresa y San Juan de la Cruz son los grandes reformadores místicos y devolvieron aparentemente el equilibrio entre ambas corrientes avanzado el siglo XVI. Pero solo en apariencia. A Santa Teresa le ponen en los altares a su muerte; la proclaman patrona de España junto a Santiago Matamoros, pero la verdad es que era valorada como escritora sin entrar en el contenido de sus textos. En paralelo a los homenajes, las obras de Santa Teresa no son recomendadas en la mayoría de órdenes de religiosas. Su doctrina no es aceptada.


    –Además de Cisneros, su obra historiográfica ha girado en torno a la idea de la leyenda negra. Hay muchos libros que han seguido la senda del suyo.

    –Bajo el nombre de leyenda negra se están metiendo muchas cosas últimamente. Yo creo que hay tres cuestiones, ni cinco ni dos, tres. Por un lado, un rechazo a lo que se consideraba como imperialismo español. A Felipe II se le acusaba de ambicionar la Monarquía Universal y a los españoles de creerse los elegidos por Dios, los que deben mandar y regir la civilización. Eso desapareció cuando se terminó la pretensión de Monarquía universal, pero la propaganda quedó ahí.

    Por otro lado está la idea de que España es un buen exponente del catolicismo romano y la leyenda negra es, sobre todo, una reacción contra las naciones católicas. La falsa idea de que las religiones protestantes representan el progreso y los que se mantuvieron fieles al catolicismo fracasaron por el fanatismo y el atraso económico es algo presente en esta intoxicación histórica.

    Y el tercer aspecto es la superioridad de la raza germánica y anglosajona sobre las naciones latinas, romanas y mediterráneas. Esa creencia racista también alimentó esta leyenda contra lo español.


    –¿Sigue vigente este tercer aspecto hoy en día?

    –La Europa que estamos viviendo es una Europa alemana, que dicta las normas al sur. La UE no es la unión europea es el triunfo de Alemania, de una Europa germánica. Cisneros combatió esto ya en el siglo XVI, puesto que él era contrario a la tradición germánica. Él era heredero de la tradición romana, la república, el bien común... En el mundo germánico y anglosajón creen que la suma de la libertad individual y los intereses particulares es el interés general, pero es una creencia falsa, pues, ya advirtió Cisneros, el reino no es el rey, es la comunidad lo que está por encima de todo. Aunque la mayoría piense una cosa no tienen siempre razón. La sociedad debe vivir conforme el orden y el sosiego. Sin discriminación, sin viles y afrentados. Que la mayoría tenga en cuenta lo que opina la minoría.

    Los alemanes no saben y no han comprendido nunca lo que es el servicio público, esto es, que por ser ciudadanos todos tienen derecho a unos beneficios y a un mínimo de igualdad. En Francia, a petición de los alemanes, están suprimiendo los servicios públicos: el correo, las escuelas, el ferrocarril… lo único que importa es si es rentable o no un servicio.


    –Parece usted más decepcionado que nunca con la UE.

    –Procedo de una familia española pero me he criado en Francia y me considero francés. La Francia que yo he conocido no tiene nada que ver con la actual. Se construían infraestructuras públicas constantemente y se velaba por la res pública. Lo actual es todo lo contrario de una civilización mediterránea: el servicio público, el interés del pueblo, el ágora, el debate público son propios de Grecia y Roma… y no lo que estamos viviendo.


    –¿Cree que esta Unión Europea puede ser derrocada por los movimientos populistas?

    –Estoy harto de oír hablar de populismo. Cuando se quiere desprestigiar a un líder se usa esa palabra. Yo entiendo lo que sienten estos populistas. El pueblo piensa que las cosas no funcionan como deberían y quiere cambiarlo. Donde yo vivo la gente está molesta porque han cerrado el correo, el comercio, la escuela y en lugar de ello se construyen estadios de fútbol. Cuando yo vivía en París hace 30 años ponía una carta en el buzón y en cuestión de 24 horas llegaba al Pirineo, donde vivían mis padres. La república que yo he conocido era eso, derechos e igualdad sin entrar en la rentabilidad del servicio. La gente que manda en Bruselas está desconectada de la realidad. Cisneros no hubiera consentido esta Europa.


    –Es España el nacionalismo y el populismo se entrecruzan, ¿cómo cree que se va a resolver el asunto catalán?

    –En Cataluña no sé lo que va a pasar. Harán lo que les dé la gana. Pero la idea de que una región aspire a transformarse en nación me parece normal cuando no hay otra solución, por ejemplo en el siglo XIX sirvió en Alemania para unir a todos los alemanes. El nacionalismo tiene sentido cuando vale para reunir gente o para defender a regiones que se sienten discriminadas porque no se les permite, por ejemplo, practicar su religión o hablar su lengua. Solo en esos dos casos es legítimo que el nacionalismo crezca. ¿Se da alguna de estas situaciones en Cataluña? ¿Están discriminados? ¿Se les impide hablar el catalán o bailar la sardana? No, yo no veo razón para decir que se sienten discriminados. Son los castellanohablantes los que a veces se sienten discriminados en Cataluña. Mire, recuerdo una anécdota poco conocida de la Guerra dels Segadors, en 1640, que vivió la secesión de Cataluña. Los catalanes se pusieron de acuerdo con Francia y llegó a este país un emisario de Cataluña, que no sabía francés, para hablar con el Cardenal Richelieu, que no hablaba catalán pero hablaba muy bien castellano. «No podemos hablar la lengua del enemigo, ¿cómo vamos a entendernos sin hablar castellano?», preguntó el emisario, a lo que Richelieu contestó: «No, son las personas las que se hacen la guerra, no las lenguas. Los idiomas están hechos para entenderse entre la gente. Hablaremos castellano».


    –Volviendo a la leyenda negra parece que cobra fuerza entre la izquierda la idea, refutada en su libro, de que en América hubo un genocidio contra la población indígena. ¿Es políticamente incorrecto sostener que aquello fue propaganda?

    –Lo del genocidio es una barbaridad. Para empezar porque a los españoles les interesaba la mano de obra, ¿cómo iban a matar a la gallina de los huevos de oro? Murieron muchos indígenas pero por enfermedad y no tanto por la guerra. Un catarro cualquiera era mortal para un indio porque no tenía la inmunidad necesaria. Los españoles se comportaron de una manera salvaje en muchos casos, pero no diferente a lo que los ingleses y franceses hicieron luego en el siglo XIX, salvo porque ellos no tuvieron a un Bartolomé de las Casas para denunciar los horrores. Los daños que conocemos de la colonización lo sabemos porque lo escribieron así los españoles, mientras que de los otros no supimos nada hasta hace poco. Lo decía Tácito, matan a los hombres y a esto lo llaman pacificar.


    Los católicos ingleses tuvieron que esperar hasta 1830 para tener los mismos derechos que los anglicanos.

    –Si hablamos de intolerancia religiosa el imaginario popular se traslada automáticamente al reinado de Felipe II y la actividad de la Inquisición, ¿está justificado?


    –Felipe II no tuvo nada de excepcional. No existía la tolerancia religiosa en ninguna parte de Europa. No admitían la pluralidad en ese tiempo. Los soberanos consideraban que el sentimiento religioso formaba parte esencial de la comunidad nacional. Para ser un buen español, un buen francés o un buen alemán había que tener la misma religión que el rey. No existía sentimiento nacional según entendemos hoy, pero uno compartía con el rey la religión y esta comunidad de fe hacía mucho para federar el país. No fue algo único de los Habsburgo, los reyes ingleses tampoco permitían que hubiera católicos en su reino. Los católicos ingleses tuvieron que esperar hasta 1830 para tener los mismos derechos que los anglicanos. No tiene sentido hablar de un rey intolerante en Europa, cuando todos lo eran.


    –A nivel historiográfico la leyenda negra parece retroceder, pero en la ficción sigue muy próxima.

    –Actualmente los historiadores están de acuerdo en su mayoría en que la leyenda negra no corresponde a la realidad. ¿Quién hubiera dicho hace 30 años que un historiador inglés iba a escribir un libro tan bueno y completo como la biografía de Felipe II realizada por Geofrey Parker? Entre historiadores hemos dado un salto de gigante, si bien quedan resquicios de la leyenda por culpa de la prensa, el cine y los novelistas malos. Les interesa montar sensacionalismo. Hace cinco años la televisión francesa me entrevistó para un documental de Isabel La Católica. Al final me enfadé con las preguntas, «ustedes que quieren ¿que diga que era una asesina con las manos manchadas de sangre?», les increpé. Como cualquier jefe de Estado con responsabilidades ella fue responsable de muchas muertes pero no voy a presentarla como una reina sanguinaria e inquisitorial. La idea de los españoles como los malos de la película ha estado presente hasta hace poco y ahora empieza a cambiar poco a poco.




    ______________________________________

    Fuente:

    Joseph Pérez: «Lo del genocidio en América es una barbaridad, ¿por qué iban a matar a la gallina de los huevos de oro?»

  2. #2
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    La Conversión de los Indios

    Contrario a lo que se piensa de que la conversión de los naturales o indios fue de forma violenta la realidad fue mucho más compleja de entender. En un inició los sacerdotes si hicieron uso del maltrato ya que el indio o natural no tenia ningún protector y era visto como un hereje o infiel. Las cosas cambiaron con la promulgación de las Leyes de Burgos de 1512 y las Leyes Nuevas de 1542.

    Los ultimó que buscaba la Corona era un conflicto religioso con los indios al momento de su evangelización así que se ordenó a los sacerdotes ingeniárselas para convertirlos sin hacer uso pleno de la violencia. La mayor parte de las conversiones se hicieron mediante mentiras o engaños, los sacerdotes de las ordenes les prometían ciertos privilegios a los indios conversos, pero al final no tenian el poder para cumplir las promesas hechas.

    Otros como Diego Ramirez haciendo uso del ingenio se hacían pasar por Inkas para ordenar a los indios la conversión, les prometían negociar con los españoles para eximirles de los trabajos. Otros sacerdotes aprendían el quechua y las lenguas de los indios para predicarles sobre el infierno y sobre las consecuencias espirituales de no convertirse al catolicismo. Incluso los sacerdotes se disfrazaban de diablos para asustar a los indios en la noche y persuadirlos de esa manera a la conversión, uso del miedo.

    En tanto otros indios se convirtieron cuando sus Señores o Curacas lo hicieron, esto debido a que estos querían mantener su posición social en el Nuevo Orden como los indios de Huaylas. Incluso los Inkas del Reyno de Vilcabamba aceptaron la fé católica y misioneros en sus dominios. Los pueblos quechuas y aymaras se mostraron mas hostiles a la fé católica que los demas, con estos 2 pueblos especialmente si llego a hacerce uso de la violencia para su conversión, además de quemar y destruir todo elemento que mantuviera aun sus creencias.

    La Corona buscaba la unidad de sus Reynos para una mejor administración y control, la religion posibilitaba esa unidad. Durante las Guerras de Independencia los indios y castas que defendían sus Estados de los independentistas usaban símbolos de la fe católica y gritaban "Por Dios y por el Rey".





    ______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/16918322777...type=3&theater

  3. #3
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    ¿De dónde ha salido esta basura? Dice que los misioneros al principio maltrataban a los indios, porque los veían como herejes o infieles. ¿Herejes? ¿Cómo iban a ser herejes si ni siquiera eran cristianos? Infieles, sí, claro. Por eso cruzaban el mar (que en aquella época era jugarse la vida) para llevarles la luz del Evangelio. Y eso desde el primer momento, ya desde el segundo viaje de Colón. No hubo que esperar a la promulgación de las Leyes de Indias. ¿Que hasta entonces no tuvieron ningún protector los indios? Pues entonces no sé por qué Isabel la Católica escribió el famoso codicilo de su testamento, ni por qué mandó a Colón a buscar los indios que había traído y vendido para recomprarlos y ponerlos en libertad.

    No se evangeliza mediante mentiras ni engaños. Este artículo lo ha escrito evidentemente un anticlerical, que manipula diciendo que los frailes aterrorizaban a los indios amenazándolos con el infierno si no se convertían al catolicismo, y llega a decir que hasta se disfrazaban de demonios para asustarlos por la noche. Claro que les hablaban del infierno, pero también del cielo, y de todas las verdades de fe. Por eso, no sólo se tomaron la molestia de aprender sus idiomas, sino que hasta los codificaron creando las primeras gramáticas y diccionarios de esas lenguas, así como los primeros catecismos. Y pusieron escuelas y les enseñaron a leer y a cultivar la tierra. Y se creó más de una veintena de universidades. No sé de dónde saca que se recurrió a la violencia para la conversión, y menos con quechuas y aymaras.
    Mexispano y ReynoDeGranada dieron el Víctor.

  4. #4
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    EL MITO DEL “GENOCIDIO ESPAÑOL”

    Comienzo diciendo que el término “genocidio” es anacrónico, así lo evidencia un gran artículo que recomiendo, escrito por César Cervera en la ABC en español[1]. Entre los distintos argumentos presentados, encabeza aquél de las cifras infladas y exageradas de una supuesta matanza masiva por parte de los españoles. Ante este mito histórico, algunos pseudo historiadores gustan de imaginar a Don Juan de Austria (héroe de la batalla de Lepanto) vanagloriándose – supuestamente – del martirio de un grupo de indígenas americanos, cuando en realidad no participó de la Conquista… ¡Es más! Ni siquiera pisó suelo americano. Por otro lado, lo que si arrasó con un grupo considerable de la población indígena, fueron las enfermedades de las cuales los europeos fueron portadores. Ciertamente, estas enfermedades encontraron en los pobladores del Nuevo Mundo a un grupo frágil y aislado, que no tuvo la resistencia biológica para defenderse de dichas enfermedades. Como ejemplo tenemos a la población de Santo Domingo que por una epidemia de viruela acabó con casi toda la población entre 1518 y 1519.

    Por último señores, no nos hagamos aquí de la vista gorda, que detrás de esta Leyenda Negra no hay otra cosa que intereses políticos. Tanto Guillermo de Orange[2] como el resto de holandeses, ingleses y franceses, “padres” de la propaganda negativa del Imperio Español, buscaban sobre todo menoscabar el prestigio de la Monarquía hispánica, y así exageraron de manera grotesca y deplorable la conclusión del libro “Brevísima relación de la Destrucción de las Indias”, escrito por el fraile dominico Bartolomé de las Casas.


    A LOS CATÓLICOS ESCANDALIZADOS

    Finalmente, me parece importante dirigirme a mis hermanos católicos que ignoran el trasfondo histórico de la evangelización de las Américas, y que lloran desconsolados por el “crimen cultural” de la destrucción del sistema religioso azteca. Quisiera presentarles una práctica típica:

    “Cuatro sacerdotes aferraban a la víctima y la arrojaban sobre la piedra de sacrificios. El gran sacerdote le clavaba entonces el cuchillo debajo del pezón izquierdo, le habría la caja torácica y después hurgaba con las manos hasta que conseguía arrancarle el corazón aún palpitante para depositarlo en una copa y ofrecérselo a los dioses. Después, los cuerpos eran lanzados por las escaleras de las pirámides. Al pie, los esperaban otros sacerdotes para practicar en cada cuerpo una incisión desde la nuca a los talones y arrancarles la piel en una sola pieza. El cuerpo despellejado era cargado por un guerrero que se lo llevaba a su casa y lo partía en trozos, después ofrecía a sus amigos, o bien éstos eran invitados a la casa para celebrarlo con la carne de la víctima. Una vez curtidas, las pieles servían de vestimentas a la casta de los sacerdotes.”[3]

    Así mismo, los niños eran lanzados al abismo de Pantilán, las mujeres no vírgenes eran decapitadas, los hombres adultos, desollados vivos y rematados con flechas. Todo esto, porque el principio establecía que la ofrenda de corazones humanos a los dioses debía ser ininterrumpida… sería interesante que esta práctica sea analizada por ciertos ignorantes que expresan que “el cristianismo fue peor”.

    Quisiera recordar a mis hermanos cristianos, que la mismísima Historia Sagrada – sin ánimo de incodarla – nos presenta la realidad del pueblo judío a quien Dios prometió una tierra que no les pertenecía, sino que la arrancaron a la fuerza de sus anteriores habitantes. En otras palabras, ciertos pacifismos utópicos, nos queda claro, no son aplicables a la Historia de la Humanidad.

    Verdaderamente el artículo quedará incompleto pues el tema es extenso, sin embargo he tratado de cubrir las principales posturas absurdas que nacen de un mito sin escrúpulos. Por lo demás, a quienes les interese esclarecer más aún el tema, les recomiendo “Los siete mitos de la Conquista Española” de Matthew Restall.

    Hace un par de días se celebró El Día de la Raza, y como es propio de todos los años, tuve el timeline de mi Twitter lleno de “expertos en historia” comentando sobre el supuesto genocidio cultural que se cometió contra los pobres indios a manos de los malvados españoles que vinieron a arrasar con su cultura precolombina “pacífica y civilizada”. Más aún, es propio de los profesores universitarios y de colegio – los prejuiciados contra la Iglesia sobre todo – enseñar una Leyenda Negra y tortuosa que pinta a los españoles como salvajes mercenarios en busca de oro, cuando la documentación histórica de la época y los frutos de dicha colonización advierten algo muy distinto a lo que ciertos catedráticos de la mentira gustan de enseñar.

    Antes de empezar con este artículo que he querido sea un poco extenso, quisiera aclarar que esta Leyenda Negra nace para poder encubrir los pasteles de la “otra” América, la protestante, que dio (y da) tantas desdeñosas lecciones de moral a la América católica. A partir del siglo XVI las potencias nórdicas reformadas – Gran Bretaña y Holanda, a la cabeza – iniciaron en sus dominios de ultramar una guerra psicológica al inventarse la “leyenda negra” de la barbarie y la opresión practicadas por España…

    Sobre esto, Pierre Chaunu, historiador francés, que fue catedrático de La Sorbona y calvinista (para evitar cualquier sospecha) escribe:

    “La leyenda antihispánica en su versión norteamericana (la europa hace hincapié sobre todo en la Inquisición) ha desempeñado el saludable papel de válvula de escape. La pretendida matanza de los indios por parte de los españoles en el siglo XVI encubrió la matanza norteamericana de la frontera Oeste, que tuvo lugar en el siglo XIX. La América protestante logró librarse de este modo de su crimen lanzándolo de nuevo sobre la América católica.”

    Ya entrando en materia, me parece importantísimo que nos deshagamos de moralismos actuales que son irreales, que a menudo tratan de desconocer que la historia es una señora inquietante, y a menudo terrible. En historia señores, resulta impracticable la edificante exhortación de “que cada uno se quede en su tierra sin invadir la ajena”. Toda civilización es fruto de una mezcla que nunca fue pacífica. En otras palabras, quienes se llevan las manos a la cabeza por los malvados usurpadores de las Américas olvidan, que a su llegada, aquellos europeos se encontraron con otros usurpadores. El imperio de los aztecas y el de los incas se había creado con violencia y se mantenía gracias a la sanguinaria opresión de los pueblos invasores que habían sometido a los nativos a la esclavitud.


    LA REALIDAD DE “LA VICTORIA” DE LOS ESPAÑOLES

    Creo que en esto basta un poco de sentido común… el hecho de pensar que un puñado de españoles contra miles de indígenas obtuvo la victoria gracias a sus arcabuces, sus escasísimos cañones (que por cierto resultaban inútiles en aquellos climas porque la humedad neutralizaba la pólvora) o a su caballos (que en la selva no podían ser lanzados a la carga), me parece sencillamente absurdo.

    La victoria de los españoles se dio sobre todo gracias al apoyo de los indígenas oprimidos por los incas y los aztecas. En otras palabras, más que como salvajes colonizadores, los españoles fueron vistos como liberadores. ¡Por amor a Dios! Que algún historiador nos explique cómo fue posible que en tres siglos de dominio hispánico no se produjesen revueltas contra los nuevos dominadores, a pesar de su número tan reducido… Por lo demás, ninguna de las grandes civilizaciones (egipcia, griega, romana ni judía) se creó sin las correspondientes invasiones y las consiguientes expulsiones de los primeros habitantes. Por lo tanto, al juzgar la conquista europea de las Américas me parece sensato que nos cuidemos de la estúpida utopía moralista a la que le gustaría una historia llena de reverencias, de buenos modales, y de “faltaba más, primero pase usted”.


    EL PROTESTANTISMO Y SUS “JOYITAS” BÍBLICAS

    Hemos de saber que en los Estados Unidos de hoy, la población indígena está prácticamente desaparecida, pero por otro lado – al sur – en la zona mexicana, andina y en muchos territorios brasileños, casi el noventa por ciento de la población o bien desciende directamente de los antiguos habitantes o es fruto de la mezcla entre los indígenas y los nuevos pobladores. Más aún, Estados Unidos no le debe a la india más que alguna palabra, ya que se desarrolló a partir de sus orígenes europeos sin que existiese mayor intercambio con la población autóctona, mientras que en la América hispano-portuguesa, la mezcla no fue sólo demográfica sino que dio origen a una cultura y una sociedad nuevas.

    Sin lugar a dudas, esto se debe a los distintos grados de desarrollo que tienen los pueblos, pero se debe además a un planteamiento religioso. A diferencia de los católicos españoles y portugueses, que no dudaban en casarse con las indias, en las que veían seres humanos iguales a ellos, a los protestantes los movía una especie de “racismo” o al menos, cierto sentido de superioridad, de “estirpe elegida”, cual Israel. A esto se le suma, la pérfida teología de la predestinación y la absurda práctica de la Sola Scriptura que llevaban a considerar a los indios como subdesarrollados, porque estaban predestinados a la condenación, mientras que el blanco era desarrollado como signo de “elección divina”.

    En esto señores, no quiero parecer parcializado, pues aunque por parte de los católicos pudo existir algún abuso o comportamiento condenable, dicho comportamiento, al contrario de lo ocurrido en el caso protestante, iba en contra de la teoría y la práctica católicas. El título de “genocidio” o “exterminio” – por otro lado – sí que puede ser atribuido a esa colonización protestante. Un ejemplo muy concreta es, la práctica de arrancar el cuero cabelludo, conocida tanto por los indios del norte como por los del sur. Pero entre estos últimos desapareció pronto, prohibida por los españoles. En otras palabras, esta práctica horrenda no sólo era desconocida en la América católica sino que, de haber tratado alguien de introducirla, habría provocado la indignación de los religiosos – siempre presentes al lado de los colonizadores – y también de los reyes que tutelaban el derecho a la vida de los indios.


    [1] El mito del «Genocidio español»: las enfermedades acabaron con el 95% de la población

    [2] Holandés, escritor de la “Apología”. Padre de la propaganda contra el Imperio Español.

    [3] Vittorio Messori, Leyendas Negras de la Iglesia. Pág. 42











    ______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/sepadefende...type=3&theater
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  5. #5
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    El genocidio español en América no es un mito, es una mentira




    by Admin
    octubre 14, 2016
    in Hispanidad, Hispanoamérica


    Las enfermedades acabaron con el 95% de la población

    Lejos de lo vertido por la Leyenda Negra contra España, la catástrofe demográfica estuvo causada por las epidemias portadas por los europeos. Los habitantes de América habían permanecido aislados del resto del mundo y pagaron a un alto precio su fragilidad biológica


    César Cervera

    El término anacrónico de «Genocidio Americano» es uno de los puntales de la leyenda negra que vertieron los enemigos del Imperio español para menoscabar su prestigio. En un grabado holandés del siglo XVII aparece Don Juan de Austria, héroe de la batalla de Lepanto, vanagloriándose del martirio de un grupo de indígenas americanos. La mentira es insultantemente estúpida: el hijo bastardo de Carlos I de España jamás participó de la conquista ni siquiera pisó suelo americano. Así, entre mentiras, cifras exageradas y episodios novelados, se gestó el mito que pervive hasta la actualidad de que los españoles perpetraron una matanza masiva y ordenada de la población americana. La verdad detrás de esta controversia histórica muestra que el auténtico genocidio, pese a que los españoles no escatimaron en brutalidad para llevar a cabo sus propósitos, lo causaron las enfermedades portadas por los europeos.

    La catástrofe demográfica que sufrió el continente americano desde 1492 –el año del Descubrimiento de Cristóbal Colón– es un hecho irrefutable. Antes de la llegada de los españoles se ha estimado tradicionalmente que la población del continente se encontraba entre los 40 millones y los 100 millones. No obstante, el hispanista venezolano Ángel Rosenblat argumenta en su estudio «La población de América en 1492: viejos y nuevos cálculos» (1967) que la cifra no pasaría de 13 millones, concentrándose los principales grupos en las actuales regiones de México y de Perú, ocupadas por el Imperio azteca y el Inca respectivamente. Sea una cifra u otra, la disminución demográfica fue dramática: el 95 % de la población total de América murió en los primeros 130 años después de la llegada de Colón, según el investigador estadounidense H. F. Dobyns.

    La sangría demográfica hay que buscarla en dos factores: el traumatismo de la conquista (las bajas causadas por la guerra, el desplome de las actividades económicas y los grandes desplazamientos poblaciones) y sobre todo las enfermedades. Los habitantes de América habían permanecido aislados del resto del mundo y pagaron a un alto precio el choque biológico. Cuando las enfermedades traídas desde Europa, que habían evolucionado durante miles de años de Humanidad, entraron en contacto con el Nuevo Mundo causaron miles de muertes frente a la fragilidad biológica de sus pobladores. Un sencillo catarro nasal resultaba mortal para muchos indígenas. El resultado fue la muerte de un porcentaje estimado del 95% de la población nativa americana existente a la llegada de Colón debido a las enfermedades, según los cálculos del ecólogo Jared Diamond.




    ABC, Retrato de Bartolomé de las Casas


    Fueron las grandes epidemias, sin embargo, las que provocaron el mayor impacto. Una epidemia de viruela que se desató en Santo Domingo entre 1518 y 1519 acabó con prácticamente toda la población local. Esa misma epidemia fue introducida por los hombres de Hernán Cortés en México y, tras arrasar Guatemala, bajo hasta el corazón del Imperio Inca en 1525, donde diezmó a la mitad de la población. Precedido por la viruela, la llegada de Francisco Pizarro a Perú fue el golpe final a un imperio que se encontraba colapsado por las enfermedades. La epidemia de viruela fue seguida por la de sarampión, entre 1530-31; el tifus, en 1546; y la gripe, en 1558. La difteria, las paperas, la sífilis y la peste neumónica también golpearon fuerte en la población.


    El genocidio en la leyenda negra


    «Los españoles han causado una muerte miserable a 20 millones de personas», escribió en su texto «Apología» el holandés Guillermo de Orange, esforzado padre de la propaganda negativa del Imperio español. Con la intención de menoscabar el prestigio de la Monarquía hispánica, dueña absoluta del continente durante casi un siglo, los holandeses, los ingleses y los hugonotes franceses exageraron las conclusiones del libro «Brevísima relación de la destrucción de las Indias», escrito por el fraile dominico Bartolomé de Las Casas. Probablemente, este fraile, que acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje, no habría jamás imaginado que su texto iba a ser la piedra central de los ataques a España cuando denunció el maltrato que estaban sufriendo los indígenas. Como explica Joseph Pérez, autor de «La Leyenda negra» (GADIR, 2012), Las Casas pretendía «denunciar las contradicciones entre el fin –la evangelización de los indios– y los medios utilizados. Esos medios (la guerra, la conquista, la esclavitud, los malos tratos) no eran dignos de cristianos; el hecho de que los conquistadores fueran españoles era secundario».




    ABC, Grabado de T. De Bry para «la Historia de la destrucción de las Indias»


    Las traducciones y reediciones de la «Brevísima relación de la destrucción de las Indias» se multiplicaron entre 1579 y 1700: de ellas 29 fueron escritas en neerlandés, 13 en francés y seis en inglés. Lo que todos obviaron cuando emplearon a de Las Casas para atacar al Imperio español es que él mismo representaba a un grupo de españoles con el coraje de denunciar la injusticia, la mayoría misioneros, y a una creciente preocupación que con los años atrajo el interés de las autoridades. Este grupo crítico consiguió que en 1542 las Leyes Nuevas confirmaran la prohibición de reducir a los indios a la esclavitud y sancionaron el fin del trabajo forzoso, la encomienda. Asimismo, en la controversia de Valladolid, donde por desgracia se sacaron pocas conclusiones finales, se enfrentaron quienes defendían que los indígenas tenían los mismos derechos que cualquier cristiano contra los que creían que estaba justificado que un pueblo superior impusiera su tutela a pueblos inferiores para permitirles acceder a un grado más elevado de desarrollo.


    Las leyes nuevas sancionaron el fin del trabajo forzoso

    Curiosamente, los enciclopedistas franceses, muy críticos con todo lo referido a España en otras cuestiones, fueron los primeros en ver que las cifras presentadas por de Las Casas –20 millones de muertos causados por los métodos de los conquistadores– eran del todo imprecisas. En «El Ensayo sobre las costumbres» (1756), Voltaire afirma que Las Casas exageró de forma premeditada el número de muertos e idealizó a los indios para llamar la atención sobre lo que consideraba una injusticia. «Sabido es que la voluntad de Isabel, de Fernando, del cardenal Cisneros, de Carlos V, fue constantemente la de tratar con consideración a los indios», expuso en 1777 el escritor francés Jean-François Marmontel en una obra, «Les Incas», que por lo demás está llena de reproches hacia la actitud de los conquistadores. La Revolución francesa y la emancipación de las colonias en América elevaron a de Las Casas a la categoría de benefactor de la Humanidad.


    Los críticos se convierten en los conquistadores

    Más allá del brutal impacto de las enfermedades, es cierto que la violencia de la Conquista de América provocó la muerte directa e indirecta de miles de personas. El que existiera un grupo de personas críticas con los métodos empleados por los conquistadores –un grupo de hombres que perseguían como principal objetivo el hacerse ricos– o que los Reyes españoles plantearan soluciones –aunque fueran incompletas e incluso hipócritas– no exime a España de sus pecados históricos y del daño cometido, pero sí la diferencia de precisamente los países que censuraron una actuación que luego ellos mismos practicaron. Sin entrar a valorar el fangoso proceso llevado a cabo por los anglosajones en Norteamérica, la explotación de caucho en el África negra dejó a sus espaldas 10 millones de muertos en el Congo Belga.

    «La colonización europea de los siglos XIX y XX fue culpable de crímenes semejantes a los cometidos por los conquistadores españoles. La única diferencia es que no encontraron a un de Las Casas para denunciar las injusticias con tanta repercusión», sentencia el hispanista Joseph Pérez en el citado libro.




    ________________________

    Fuente:

    https://eldiariodelamarina.com/el-ge...s-una-mentira/

  6. #6
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    «No hubo genocidio en América, 99 de cada 100 nativos murieron por culpa de las enfermedades»

    Borja Cardelús publica «La civilización hispánica», una obra en la que ahonda en las similitudes históricas y sociales que unen a españoles y latinoamericanos




    Manuel P. Villatoro
    @ABC_HistoriaSeguir

    Actualizado:08/05/2018 11:24h
    43


    Noticias relacionadas





    Lograr que la verdad histórica una lo que la Leyenda Negra ha conseguido dividir. Este es el principal objetivo que se ha marcado el versado divulgador del legado de España en América, Borja Cardelús, en su nuevo libro: «La civilización hispánica» (Edaf, 2018).


    Pero no es el único, sino que también busca demostrar mediante datos palpables que, a pesar de lo que los enemigos de nuestro país han afirmado durante más de cinco siglos, el genocidio de la mal llamada conquista del Nuevo Mundo (él aboga por denominarla «poblamiento», ya que se llevó a cabo mediante el mestizaje y las escaramuzas fueron mínimas) fue una falsedad forjada con la finalidad de separar a dos pueblos hermanos.






    «Este ensayo pretende poner la primera piedra de un edifico hispánico desmoronado por la Leyenda Negra. Es imprescindible reivindicar lo que hemos construido: una civilización conjunta que cuenta con más de 600 millones de personas», explica el autor a ABC.

    La obra, que será presentada este martes a las 19:00 horas en la Casa de América de Madrid, es además uno de los buques insignias de la fundación «Civilización Hispánica». Una asociación dirigida por el mismo Cardelús que, desde el pasado enero, quiere poner luz sobre una realidad histórica ennegrecida por unos países que vivieron durante siglos a la sombra de nuestro Imperio.

    «Naciones como Holanda o Inglaterra aventaron la Leyenda Negra para separar a los iberoamericanos de los españoles. Debemos darnos cuenta de que hemos sido manipulados y divididos a lo largo de los siglos por intereses espurios y recuperar la unidad que una vez tuvimos», añade Cardelús.


    Grandes falacias

    Como armas contra estas mentiras, el autor usa la historia y la razón. Dos elementos que le permiten hacer añicos falacias tales como que los exploradores españoles se hicieron con el Nuevo Mundo aniquilando sistemáticamente a los americanos. «El saldo final de muertes en las luchas fue minúsculo. De cada 100 nativos muertos que hubo en América, 99 fallecieron por causa de enfermedades como el tifus o la viruela, y solo 1 por los combates», desvela.

    Sin embargo, esta tropelía fue exacerbada hasta la extenuación por Inglaterra, un país que (aunque ha logrado ocultarlo) sí perpetró todo tipo de barbaridades contra los nativos. «Los anglosajones no contaban con los indios, no los querían ni como esclavos. Solo les interesaban sus tierras y, cuando los nativos protestaban, les exterminaban», señala.

    Además, y según se explica en «La civilización hispánica», los ingleses no apostaron por el mestizaje ni por la enriquecedora unión entre civilizaciones. Ellos, por el contrario, cruzaron el océano con sus familias ávidos de riquezas. «Su política era de trasplante, la nuestra de injerto. Los españoles que acudían eran hombres solos que formaron nuevas familias. Y lo revolucionario es que sus leyes alentaban esos matrimonios mixtos», completa.




    Pizarro parte hacia Cajamarca-ABC


    Gracias a este cruce de culturas, hubo un trasvase sumamente beneficioso entre ambos mundos. «Fue algo mutuo, nosotros llevamos hasta allí toda la cultura occidental, pero los médicos y biólogos que fueron a las Indias dejaron también patente la riqueza científica que había allí», destaca Cardelús.

    Con todo, entre las diferentes mentiras que ha extendido la Leyenda Negra hay una especialmente indignante: la que afirma que los españoles trataron a los americanos como esclavos. Algo totalmente falso. «Desde la aprobación de las Leyes de Indias a principios del siglo XVI, los nativos fueron considerados parte de la Corona», señala el autor.

    «Las Leyes de Indias supusieron una auténtica revolución»Estas normas fueron, de hecho, las primeras del mundo en apostar por la igualdad de todos los seres humanos ante la ley. «En ellas se entendía que había que proteger a los nativos. Estipulaban, por ejemplo, que las mujeres locales no debían trabajar y que los hombres debían hacerlo cerca de su casa. Todo ello, para fomentar la vida y la unidad familiar», confirma Cardelús.

    No fueron las únicas ventajas que obtuvieron. Y es que, además, se creó la figura del protector de indios para que los americanos pudieran acudir a él con cualquier reclamación y se estableció (entre otras tantas cosas) que los nativos solo podían trabajar a cambio de un salario digno. «Supusieron una auténtica revolución», finaliza el experto.


    Sabor español

    Para nuestra desgracia, el hombre que construyó los pilares sobre los que se terminó asentado la Leyenda Negra tiene nombre y apellidos castizos: Bartolomé de las Casas.

    Poco después de arribar al Nuevo Mundo, este fraile se encomendó a luchar por los derechos de los nativos. Una noble tarea que llevó a cabo de una forma nada adecuada. «Escribió un libro, la “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, en el que exageró y falseó las barbaridades cometidas por los españoles para causar revuelo a nivel social», señala Cardelús.




    Bartolomé de las Casas-ABC


    Así pues, Bartolomé de las Casas aireó falacias tales como que, antes de la llegada de los españoles a América, había nada menos que 100 millones de nativos. Y no solo eso, sino que una ingente cantidad de ellos había sido pasada a cuchillo por los exploradores. «Está perfectamente documentado que había entre 13 y 14 millones, lo que hace que la cifra de muertos sea muchísimo menor», destaca el autor.

    Por si fuera poco, se limitó a recoger los testimonios minoritarios de aquellos americanos que habían sufrido abusos por parte de los encomenderos y atribuyó matanzas a sus compatriotas que, realmente, habían sido perpetradas por tribus locales. «Consiguió que le escucharan, pero los países enemigos de España difundieron y ampliaron sus argumentos por motivos políticos, religiosos y económicos. Así forjaron la Leyenda Negra», finaliza.



    ________________________

    Fuente:

    «No hubo genocidio en América, 99 de cada 100 nativos murieron por culpa de las enfermedades»

  7. #7
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    NUNCA HUBO UN GENOCIDIO EN AMÉRICA. ¿CÓMO FUE LA CONQUISTA ESPAÑOLA DE AMÉRICA?

    Aun con todos los defectos que se quieran buscar, los conquistadores liberaron y civilizaron Mesoamérica ya que gracias a ellos se dejaron de hacer sacrificios humanos y de practicar el canibalismo, y fundaron infinidad de ciudades, construyeron iglesias, catedrales, universidades, hospitales, puertos, embalses, acueductos, edificios administrativos,... Además de que trajeron el trigo (el pan), el caballo, las vacas (la leche, el queso,...), la gallina (los huevos), las ovejas (la lana), las ocas (el paté), el jabalí, las perdices, el cerdo, la rueda, el alfabeto, el hierro, los libros, la imprenta, la brújula, un idioma común, animales de carga como el burro, la mula o el asno (los aztecas usaban a seres humanos como animales de carga), la vid (el vino), el olivo (el aceite), el vidrio, el azúcar, la miel, muchísimos tipos de frutas (naranjas, limones, peras, manzanas, fresas,...), ... e infinidad de cosas más. Por no hablar del contacto entre productos y culturas precolombinas gracias a los españoles: unos tenían maíz, otros cacao, otros tabaco; pero fue solo el comercio hispánico el que hizo que estos productos americanos se extendieran con eficaz por toda América (patata, cacahuete, aguacate, vainilla, tomate, caucho, etc...). Hace tiempo que está más que demostrado que la mayoría de muertes durante y después de la conquista fue debido a enfermedades traídas, sin saberlo, del viejo mundo (y que de todas formas más tarde o temprano acabarían llegando a América) como lo demuestra que incluso hoy en día en pleno siglo XXI siguen muriendo indígenas en la Amazonia de un simple catarro por eso se los tiene que tener aislados (http://www.bbc.com/mundo/ultimas_noti... ➚), la caída demográfica que hubo en América fue muy parecida a la que sufrió Europa cuando murió entre un tercio y la mitad de toda la población europea por culpa de la peste negra procedente de Asia que trajeron sin saberlo comerciantes venecianos. A pesar de la innegable superioridad tecnológica, es materialmente imposible que tantas personas pudieran morir a manos de un pequeño número de conquistadores con arcabuces, espadas y ballestas, solo una ignorante o un difamador diría lo contrario. Además la propia Corona española creó leyes para tratar de garantizar derechos a los indígenas (Testamento de Isabel la Católica, Leyes de Burgos, Leyes Nuevas,…), y los españoles jamás buscaron exterminar poblaciones sino hacerlas vasallas y cristianizarlas (entre otras cosas para que dejaran de hacer sacrificios humanos y la antropofagia), no se buscó exterminar poblaciones (como si buscaron hacer, no en el siglo XV sino ya en el XIX, algunas naciones “independizadas” en América). ¿Hubo abusos?, si los hubo, como han existido en absolutamente todos las conquistas e Imperios a lo largo de la Historia (imperio azteca incluido), pero lo que diferencia al Imperio Español del resto es que posiblemente no haya habido en la historia ningún caso de un país que conquista a otro y en el que habitantes del propio país conquistador hayan hecho tanta autocrítica y de manera tan exacerbada como fue el caso de España. Y toda esta autocritica desmesurada que hicieron los propios españoles y que intencionalmente magnificaron los rivales de España en el siglo XVI (ingleses, holandeses,…) para difamar a España (creando La Leyenda Negra) es ahora usada por algunos hispanoamericanos para hacer victimismo indigenista recalcitrante y no querer reconocer que, aún con todos los defectos que se quieran buscar, España civilizó a América. SÍ, ESPAÑA CIVILIZÓ AMÉRICA.


    LO QUE A VECES NO SE DICE DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA: ENCUENTRO DE DOS MUNDOS (HÉCTOR B. PETROCELLI): http://argentinahistorica.com.ar/intr...

    "No faltaban en América guerras de conquista y de exterminio, venta de esclavos, sacrificios sangrientos, antropofagia, división de clases y en castas, arbitrariedades e injusticias, epidemias y años de hambre y sequía. Cuando Cortés llego a Yucatán encontró gran cantidad de ciudades en guerra entre sí, diezmadas las poblaciones por las luchas, el hambre y la peste" Ricardo Levene (Historia de América, Ed. Jackson, I, p. 269)

    Puede leerse gratuitamente el libro LO QUE A VECES NO SE DICE DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA. ENCUENTRO DE DOS MUNDOS (HECTOR B. PETROCELLI) aquí: ::: ARGENTINA HISTÓRICA - la historia argentina :::...





    https://www.youtube.com/watch?v=RTvCmEZvjyA

  8. #8
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    Analizando este mapa sobre el porcentaje poblacional de los nativos americanos en el continente podemos ver como en los lugares donde más fuertemente se implementó la sociedad y la cultura española, México y Perú, es precisamente donde ese índice poblacional nativo es mayor. ¿Pero en esos lugares no había habido un genocidio? ¿El colorcito de esas regiones no debería de ser parecido al que hay en el actual Estados Unidos? Según los que se tragan y difunden la leyenda negra debería de ser así... pero no lo es.





    https://www.facebook.com/historiadel...type=3&theater
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    Rodrigo y Pious dieron el Víctor.

  9. #9
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    La Protección Especial a los derechos de los Indígenas en la Nueva España | Columna de Ricardo García López

    julio 3, 2018




    San Luis en su historia


    Los contratos que presentamos a continuación considero que son un botón de muestra de que los indígenas que ocupaban el territorio de la Nueva España, hoy México, no se encontraban totalmente desprotegidos de las leyes como pretenden hacer creer algunos demagogos.

    Siempre los seres más débiles de la Creación necesitan una especial protección por parte de aquellos a quienes la naturaleza o las circunstancias los han dotado de una mayor fuerza física, espiritual, social, política o moral.

    Así lo comprendió Isabel I de Castilla cuando Cristóbal Colón engarzó a su corona la preciosa piedra de América, por ello es que en su testamento, última y final voluntad, pretende brindar toda su protección a los indios del Nuevo Continente puesto que se trata de sus hermanos que la providencia ha puesto bajo su custodia.
    En una de las cláusulas del documento expresa lo siguiente:


    …Cuando nos fueron concedidos por la Santa Sede Apostólica las Islas y Tierra firme del mar océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro VI de buena memoria; que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir y traer los pueblos de ellas y convertir a nuestra Santa Fe Católica, y enviar a las dichas islas y tierra firme, prelados y religiosos, clérigos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para instruir los vecinos y moradores de ellas a la Fe Católica y los doctrinar y enseñar buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida, según más largamente en las letras de la dicha concesión se contiene. Suplico al Rey mi Señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la princesa mi hija y al príncipe su marido, que así lo hagan y cumplan y que ese sea su principal fin, y en ello pongan mucha diligencia y no consientan, ni den lugar a que los dichos indios vecinos y moradores de las dichas islas y tierra firme, ganados y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes: mas manden, que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien y provean de manera, que no exceda cosa alguna lo que por letras Apostólicas de la dicha concesión nos han inyugido (Inyungido, palabra que proviene del verbo latino iniungere y que significa prevenir, mandar o imponer, en este caso como si dijera la frase: que nos fueron impuestos. En: Diccionario de la Lengua Española, edición electrónica, versión 21.2.0 año 1998. y mandado…)


    El cuerpo legislador comprendió que para que tuviera cabal cumplimiento la voluntad de la soberana no bastaba que se conservara como una simple recomendación de un testamento sino que era necesario elevar esas buenas intenciones a preceptos legales por lo que la Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias establece en su Libro Sexto una gran cantidad de leyes que protegen y amparan a los indios e incluyó en su título diez, Del buen tratamiento a los indios, la cláusula testamentaria transcrita, añadiendo el legislador al final de ella el párrafo siguiente:


    Y nos a imitación de su Católico y piadoso celo ordenamos y mandamos a los virreyes, presidentes, audiencias, gobernadores y justicias reales, encargamos a los arzobispos, obispos y prelados eclesiásticos, que tengan esta cláusula muy presente, y guarden lo dispuesto por las leyes que en orden a la conversión de los naturales y su cristiana y católica doctrina, enseñanza y buen tratamiento están dadas…


    Con esto no queremos afirmar que por tales disposiciones quedaron a salvo los derechos de los indios y que los conquistadores, encomenderos y soldados respetaron y observaron puntualmente las leyes pues esto no fue, no es y no será posible en las sociedades humanas mientras sea el propio hombre el encargado de promulgar las leyes, cumplirlas y hacerlas cumplir, porque en más de una ocasión sus pasiones están, han estado y estarán por encima de la ley; la historia nos da cuenta clara de ello pues recordemos las famosas capitulaciones de “Carbajal” mediante las cuales Luis Carbajal de la Cueva se comprometió con el rey a fundar villas, ranchos y descubrir minas, al norte de la Nueva España, pacificar la región chichimeca y aculturar sus habitantes. Es sabido cómo este hombre lejos de cumplir con el contenido y compromiso a que se obligó en dichas capitulaciones, éstas le sirvieron para transitar libremente en el norte de la entonces Nueva España y hoy México y Tejas en los EE.UU. y de un lugar a otro, con tales documentos, evitaba que los alcaldes mayores o cualquiera otras autoridades le impidieran el paso por los territorios que estaban bajo su jurisdicción o que le exigieran exhibir un salvoconducto especial. Así, lejos de fundar las pretendidas villas, ranchos, descubrir minas y cultivar a los hombres, tomó a éstos cautivos y los vendió como esclavos y a tanto llegó su furor que despertó gran pánico entre los grupos indígenas, de suerte que quienes los integraban optaron por no darse de paz sino antes bien huir a los montes y, llegado el caso, defenderse a sí mismos, a sus familias y territorios con tal denuedo que esa situación dio origen a la sangrienta guerra chichimeca que había de durar siglos enteros y no únicamente medio siglo como afirman algunos historiadores.




    ________________________

    Fuente:


    La Protección Especial a los derechos de los Indígenas en la Nueva España | Columna de*Ricardo García López - La Orquesta

  10. #10
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    El pueblo indígena con el que se encontró Colón aún tiene descendientes vivos

    Secuenciando el ADN de un diente de 1.000 años de antigüedad, los investigadores conseguido encontrar coincidencias genéticas entre las poblaciones vivas y antiguas del Caribe. Miércoles, 21 Febrero

    Por Sarah Gibbens - National Geographic




    Taínos de Puerto Rico y Estados Unidos se reúnen para un ritual de diez días de paz espiritual en lugares ceremoniales especiales en Puerto Rico. Esta foto muestra a jóvenes bailarinas taíno.

    foto por Maggie Steber, Redux



    Cuando Cristóbal Colón llegó al Caribe en el siglo XV, las comunidades indígenas conocidas como taínos se vieron gravemente afectadas, tanto que los historiadores dividen la historia de la región en la época anterior y posterior a su llegada.

    Una combinación de enfermedades, matanzas y esclavitud acabó con hasta 3 millones de personas en solo unas pocas generaciones, pero un nuevo estudio sugiere que el genocidio no provocó una extinción completa, como sospechaban algunas personas.

    En un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores afirman que el ADN de las poblaciones indígenas precolombinas todavía se encuentra en personas vivas.

    «Demuestra que la historia real es de asimilación, sin duda, pero no de extinción total», afirma Jorge Estevez, del Museo Nacional del Indio Americano, en un comunicado. Para Estevez, que trabajó como asesor en el estudio, el resultado es personal. Respalda una idea que para su abuela siempre había sido cierta pero para cuya confirmación nunca habían existido pruebas científicas: la cultura de los taínos todavía está presente.

    En investigaciones previas, Estevez había sugerido que, al tachar de «extinto» al pueblo de la región, apenas se ha investigado para entender las costumbres y el folclore actuales del Caribe. No hemos podido contactar con Estevez para más comentarios al respecto en el momento de la publicación de este artículo.


    Retrocediendo en el tiempo

    «Hay comunidades en el Caribe que siempre han defendido su continuidad, aunque les han dicho que sus ancestros se extinguieron», afirma Hannes Schroeder, autor del estudio que ha llevado a cabo investigaciones en la región durante más de una década.

    Para comprobar si quedaban miembros de las poblaciones de taínos, el equipo rastreó la presencia de material genético previo a la llegada de Colón en poblaciones vivas.

    La extinción de un grupo étnico tiene lugar cuando «todos los miembros de este grupo en particular mueren y son incapaces de transmitir su material genético», explica.


    Restos de 2.500 años ofrecen pistas sobre los primeros americanos


    Otros estudios anteriores sugerían la continuidad, pero el suyo fue el primero en emplear el ADN. Lo obtuvieron a partir de un diente descubierto en un esqueleto femenino de 1.000 años de antigüedad en las Bahamas. Las condiciones tropicales como las del Caribe impiden que los esqueletos se conserven de forma natural tan bien como lo harían en climas áridos y cálidos, por ello descubrir restos físicos que secuenciar es raro. Pero se cree que los restos descubiertos en una isla diminuta llamada Eleuthera, en las Bahamas, pertenecen a una mujer que vivió 500 años antes de la llegada de Colón.

    El equipo comparó la secuencia de su genoma con conjuntos de datos existentes de poblaciones indígenas modernas y descubrió que los orígenes del ADN antiguo eran más similares a los de los grupos hablantes de lenguas arahuacas del norte de Sudamérica. Determinaron que, en las poblaciones actuales, los genes de los taínos son más habituales en Puerto Rico.


    Antiguas migraciones

    Además de descubrir que los taínos habían sobrevivido a la colonización europea, Schroeder también fue capaz de recavar información sobre posibles migraciones antiguas.

    Sus vínculos con Sudamérica sugieren una antigua migración desde allí. El Caribe fue una de las últimas regiones de las Américas donde se establecieron asentamientos, hace unos 8.000 años. Cuando migaron, los pueblos antiguos habrían transportado con ellos sus vínculos sociales.
    «No tenemos pruebas de endogamia», afirma Schroeder, un hallazgo sorprendente en un esqueleto descubierto en una isla tan pequeña como Eleuthera.

    Esto respalda las pruebas arqueológicas de que las culturas indígenas de la región estaban muy interconectadas.

    Si cuentan con mejores capacidades para secuenciar el ADN antiguo, Schroeder dice que los investigadores podrán rastrear otras alegaciones de continuidad de otros grupos indígenas.




    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.nationalgeographic.es/hi...ndientes-vivos

  11. #11
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    QUITO - 1566

    Cèdula Real del emperador Carlos I de España y V de Alemania Donde se ordena a la Real Audiencia de Quito el tratamiento a los indios como hombres libres y vasallos de su majestad

    Lo que la leyenda negra intenta ocultar.






    https://www.facebook.com/23052595029...732615/?type=3
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  12. #12
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    Traducido del castellano antiguo

    Francisco Pacheco, a vos mando que tengáis mucho cuidado de enseñar e instruir a nuestra Santa Fe Católica a los indios naturales de esa tierra y de que sean bien tratados, no consintiendo que los dichos indios vayan a las minas ni trabajen en ellas.

    Carta de la Reina Doña Juana de Castilla al Capitán Francisco Pacheco, Fundador de la Villa de Villa Nueva de Puerto Viejo. (Portoviejo - actual Ecuador)




    https://www.facebook.com/23052595029...type=3&theater
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  13. #13
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    LOS FALSOS MITOS

    José Javier Esparza:


    Nunca hubo un genocidio español en América



    Opinión José Javier Esparza / 06 septiembre, 2017

    IMG


    El 12 de octubre de 2005, la agencia oficial argentina Télam emitía un texto donde aseguraba que “con la llegada de los conquistadores se inició un exterminio que arrasó con 90 millones de pobladores de la región y quebró el desarrollo cultural de este lado del Atlántico (…) El mayor genocidio de la historia”.

    ¿En qué se basa esta acusación? Se basa en datos que proceden de la propia época. Uno, muy concreto, son los censos de población india realizados por los españoles en el siglo XVI, que reflejan una reducción brutal del número de nativos. Por ejemplo, los taínos de Santo Domingo pasaron de 1.100.000 en 1492 a apenas 10.000 en 1517. Es decir, en un cuarto de siglo había prácticamente desaparecido la población precolombina de Santo Domingo y las Antillas. ¡Un millón noventa mil muertos en sólo veinticinco años! Esas cifras se extrapolaron después al resto del continente. Sorprende que un número exiguo de españoles fuera capaz de matar a tanta gente en tan poco tiempo, pero, al fin y al cabo, hay un testimonio de la época que lo afirma con toda claridad: el del dominico Fray Bartolomé de las Casas, que contrapone la mansedumbre de los indios a la crueldad de los españoles. Los españoles, en una generación, han matado a más de quince millones de indios, dice fray Bartolomé. Unas líneas más adelante, en ese mismo texto, el buen dominico multiplica esa cifra por dos. Irrefutable, ¿no? Pues no.


    El genocidio imposible

    Primero, las cifras del genocidio son imposibles: ¿Noventa millones de muertos en un siglo y pico a manos de sólo 200.000 españoles, que más no fueron los que pasaron a América? Eso cuadra mal. ¿Un millón de muertos en poco más de veinte años, en un solo sitio, las Antillas, y en el siglo XVI, a base de ballesta y arcabuz? Es impracticable, sobre todo si tenemos en cuenta que, al mismo tiempo, los Reyes Católicos habían dado órdenes muy estrictas de tratar bien a los indígenas. Por otro lado, ¿quién hizo el censo? ¿Son fiables esas cifras? Respecto a Las Casas, ¿por qué denuncia tantos crímenes y, sin embargo, nunca dice dónde ni cuándo se produjeron, como tampoco da el nombre del criminal? ¿Y por qué da unas cifras y después, a medida que se va calentando, va subiendo el número de muertos sin temor a la contradicción?

    Y además, si esto pasó en América, ¿por qué no pasó en Filipinas, donde no hay noticia de genocidio alguno (no, al menos, hasta el que perpetraron los norteamericanos a principios del siglo XX)? Aún peor: Las Casas logró su objetivo y en 1547 la Corona prohibió el sistema de encomiendas, que según fray Bartolomé era la causa de las muertes, pero los indios siguieron muriendo. No sólo eso, sino que por dos veces se le autorizó a construir una especie de “república de indios”, que era lo que él reclamaba, y las dos veces sus asentamientos fueron atacados por los propios indios. ¿Por qué? ¿Qué pasa aquí? Nada encaja. Vamos a explicar lo que pasó de verdad.

    Primero, el asunto de la población. Directamente: los censos de la época no valen. Eso lo ha demostrado una norteamericana, Lynne Guitar, de la Universidad de Vanderbilt, que fue a Santo Domingo a estudiar la historia de los taínos y se quedó allí: hoy es profesora del Colegio Americano en Santo Domingo. Y la profesora Guitar descubrió que los censos no es que no sean fiables, sino, más aún, que son inútiles: cuando un indio se convertía al cristianismo y vivía como un español, o más aún si se mestizaba, dejaba de ser censado como indio y era inscrito como español. Y si luego venía otro funcionario con distinto criterio, entonces volvía a ser inscrito como indio, y así hay casos de ingenios de azúcar donde los indios pasan de ser unos pocos cientos a ser 5.000 en sólo dos años, y después la cifra decrece radicalmente para, de repente, volver a aumentar. Para colmo, los encomenderos –los españoles que regentaban tierras y explotaciones- mentían en sus censos, porque preferían trabajar con negros, a los que podían esclavizar, que con indios, cuya esclavitud estaba prohibida por la Corona, de manera que sistemáticamente ocultaban las cifras reales. Es decir que las cifras censales de los indios en América, en el siglo XVI, son papel mojado.

    ¿Cuántos indios había realmente en América? Según los cálculos de Rosemblat, que siguen siendo los más serios, la población total de la América indígena no pasaba de los 13 millones desde el Canadá hasta la Tierra del Fuego. Le recuerdo a usted la nota de la agencia oficial argentina TELAM, hace un par de años: “un genocidio de 90 millones de indios”. Jamás hubo tantos. ¿Mentía entonces fray Bartolomé al hablar de aquel exterminio? Quizá no a conciencia. Las Casas vio graves casos de crueldad. Y vio también muertos, muchos muertos. Era fácil conectar una cosa con otra. Pero hoy sabemos que la gran mayoría de aquellos muertos, que sin duda se contaron por cientos de miles, fueron causados por los virus, algo que ningún español del siglo XVI podía conocer.


    La guerra de los virus

    También sobre esto hay estudios incontestables. Desde muy pronto se pensó en la viruela; se cree que la introdujo en América un esclavo negro de Pánfilo de Narvaéz, hacia 1520, y se sabe que hizo estragos en Tenochtitlán. Cuando Pizarro llegó al Perú, encontró que la población estaba diezmada por la viruela mucho antes de que ningún español hubiera asomado por allí la nariz: el virus había viajado por selvas y cordilleras a través de los animales. Estudios posteriores, como el del doctor Francisco Guerra, señalan sobre todo a la gripe porcina, la llamada “influenza suina”, como causante de la mortandad indígena a principios del XVI. El hecho es que los indígenas americanos, que habían vivido siempre aislados del resto del mundo, recibieron de repente y en muy pocos años el impacto combinado de todos los agentes patógenos difundidos por los buques europeos, sus cargamentos, sus animales, sus pasajeros. Un investigador de la Universidad de Nueva York, Dean Snow, precisa que la gran mortandad no tuvo lugar en el siglo XVI, sino después, cuando empezaron a llegar niños, es decir: tosferina, escarlatina, paperas, sarampión; fue letal. Del mismo modo que los primeros establecimientos españoles en América fueron diezmado por las fiebres, así también los indios, en gigantescas proporciones, fueron diezmados por los virus. Virus que sus cuerpos desconocían y que no pudieron resistir. ¿Recordamos algún caso más reciente? Entre los años 1918 y 1919, la llamada “gripe española” causó la muerte de más de treinta millones de personas en todo el mundo. Lo de América no fue inusual.

    Los estudios de los últimos treinta años son prácticamente unánimes: hubo ciertamente altas cifras de mortandad entre las poblaciones amerindias, pero las cifras se reparten por igual entre los indios aliados de los españoles y entre sus enemigos, y aún más, las cifras de mortandad entre los propios españoles son, proporcionalmente, más elevadas aún que las de los nativos. Es decir que la mortandad es cierta, pero no el genocidio.

    Hoy ningún investigador serio discute que la causa principal de la mortandad entre nativos y entre españoles fueron los virus: los indígenas cayeron a mansalva bajo el efecto de enfermedades que los españoles llevaron consigo y que en aquel mundo eran desconocidas, mientras que los españoles quedaban aniquilados por enfermedades tropicales –malaria, dengue, leishmaniasis, tripanosomiasis, etc.- que no sabían cómo tratar. Ya hemos citado el caso del Perú: cuando llega Pizarro, la población del imperio inca lleva varios años soportando los efectos de una dura epidemia de viruela mucho antes de que ningún español hubiera asomado por allí el morrión. Otro dato: cuando Hernando de Soto se encuentra con la misteriosa Dama de Cofitachequi, en la actual Carolina del Sur, lo que halla a su alrededor es un poblado convertido en necrópolis por el efecto de las enfermedades. La llegada a las Indias de los primeros niños europeos, con su carga de varicelas, sarampiones, paperas y demás, fue más letal que cualquier ejército. Mientras tanto, las expediciones de Bobadilla, Ovando y Pedrarias, por ejemplo, contabilizaban hasta un 50 por ciento de bajas mortales apenas dos meses después de haber desembarcado, los de Pizarro caían fulminados por infecciones, etc. Los avances de la Medicina en el último medio siglo han permitido explicar numerosos episodios de este género. Es asombroso que aún hoy tantos historiadores sigan renuentes a introducir el factor médico en sus narraciones de la conquista.

    De manera que hubo, sí, una mortalidad mayúscula de indios en América, pero no fue un genocidio. Un genocidio requiere que haya voluntad de exterminio. Eso no pasó en la América española. Pasará después en la América anglosajona, que sí ejecutó proyectos de exterminio deliberado de la población indígena. Esa misma América anglosajona que ahora maldice a Colón y los españoles.


    La verdad de la Conquista

    La conquista española de América, la cruzada del océano, fue propiamente una conquista, es decir, una operación de dominio, de poder, y en su crónica surgen inevitablemente los mismos episodios de violencia, depredación y guerra que en cualquier otra conquista de cuantas la Historia conoce. Pero, al mismo tiempo, fue una empresa guiada por un innegable espíritu de misión en el sentido religioso del término: se trataba de convertir a la Cruz a pueblos que vivían al margen de ella, y por eso en la aventura aparecen elementos tan insólitos como la prohibición de la esclavitud, la protección legal de los indígenas, el mestizaje o la multiplicación de catedrales, universidades y hospitales a lo largo de todo el territorio conquistado. El resultado de todo eso fue un mundo nuevo: un mundo que ya no era el de las culturas amerindias, pero que tampoco era propiamente una España ultramarina, porque la América hispana muy pronto tuvo su singular personalidad. El antecedente más parecido que se le puede encontrar a este magno proceso es la construcción del imperio romano: del mismo modo que Roma creó en Europa un mundo sobre la base de su lengua, sus legiones y su derecho, así España creó en América un mundo sobre la base de su religión, su idioma y su ley.

    Enfrente estaban los indios, por supuesto. Pero también sobre este particular hay que hacer infinitas matizaciones y revisar numerosos tópicos. Los excesos románticos de la literatura indigenista nos han vendido la imagen del pérfido depredador español que llega a las Indias para explotar al buen indio, que dormitaba tranquilamente en la puerta de su bohío. Es una imagen ridícula. Primero y ante todo: los indios son tan protagonistas de la conquista como los propios españoles. Colón jamás habría podido instalarse en La Española sin la aquiescencia de una buena parte de los taínos. Cortés jamás habría conquistado México sin los tlaxcaltecas y otros pueblos aliados, como Pizarro jamás habría conquistado el Perú sin los tallanes, los huancas y los chachapoyas, entre otros muchos. Segundo y no menos fundamental: taínos, tlaxcaltecas, tallanes y demás pueblos aliados de los conquistadores se unieron a los españoles porque estaban siendo salvajemente explotados por los caribes, los aztecas y los incas, respectivamente. Esa era la realidad.

    La estampa del indio que dormitaba feliz a la puerta de su bohío es estrictamente falsa. Las comunidades amerindias, prácticamente sin excepción, eran sociedades muy conflictivas, muy violentas, donde unos pueblos aniquilaban a otros sin la menor contemplación, donde la esclavitud era una institución absolutamente convencional, donde las mujeres –en términos generales- eran usadas como objeto de cambio y donde los sacrificios humanos formaban parte de la vida cotidiana. Todo esto no fue un invento de los cronistas para legitimar la hegemonía española; todos los hallazgos arqueológicos lo confirman. Por eso los pueblos más débiles, los que sufrían la violencia de los más fuertes, se unieron a los españoles de muy buen grado: aquellos sujetos barbudos envueltos en hierro eran su única salvación. La conquista no se sustancia, pues, en un simple esquema “europeos contra indios”. La realidad fue muchísimo más compleja. Y así como hubo algunas poblaciones indígenas enteramente aniquiladas, hubo otras –de hecho, la mayoría- que abrieron la puerta a la conquista y contribuyeron a la radical transformación del continente. Las cosas fueron así. Nunca hubo un genocidio español en América.


    _______________________________________

    Fuente:

    https://gaceta.es/opinion/nunca-hubo...20170906-0954/

  14. #14
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    "Las leyes de Indias eran mera formalidad, en la práctica no se cumplían"

    -Me lo contó un indigenista







    https://www.facebook.com/23052595029...type=3&theater
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  15. #15
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    El genocidio que nunca fue

    Todos los años con motivo de las festividades del 12 de octubre en España y en otros países del mundo resurge idéntico debate: la idoneidad de la celebración en sí misma e, incluso de la conmemoración de la fecha en la que se descubrió América. Todo parte de una idea que conforme pasan los años va ganando adeptos. Dicen que en América hubo un genocidio perpetrado por los reinos europeos contra las poblaciones originarias de América. Conquista hubo, en algunos casos empleando medios expeditivos y crueles, pero, ¿se puede hablar de genocidio?





    https://www.youtube.com/watch?v=CwKbuPHwowU

  16. #16
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    La esclavitud antes de la llegada de los europeos

    Una de las falsedades más de extendidas por las pobres víctimas de la Leyenda Negra es la creencia de que antes de la llegada de los españoles al continente americano, los naturales vivían en una Arcadia feliz. Una especie de paraíso sin odio, sin corrupción, sin esclavitud, sin guerras, sin robos y sin mentiras.

    Una creencia tan extendida como ridícula en la que todo era paz y amor hasta la llegada de los malvados opresores. Sin embargo, las pruebas históricas ponen en evidencia, una vez más, a los enemigos de la verdad.

    La esclavitud, y la trata de personas, ha sido una práctica generalizada en todas las civilizaciones a lo largo de la Historia y en todas las partes del mundo.

    En concreto en América, antes de la llegada de los españoles, los diferentes pueblos indígenas se sometían mutuamente a la esclavitud, donde los más fuertes (mexicas, mayas e incas principalmente) tenían subyugados al resto de los naturales de una forma atroz.

    La mayor parte de estos esclavos eran capturados como prisioneros de guerra y usados en sacrificios humanos para saciar la sed y el hambre de sus dioses zoomorfos, tal y como sucedía por ejemplo, en las llamadas Guerras Floridas o Xochiyáoyotl.

    No obstante, el destino de estos esclavos no era solamente el de servir de banquete para los dioses, sino que eran también utilizados para realizar las tareas más arduas, como por ejemplo, el transporte de materiales a modo de animales de carga (que no existieron hasta la llegada de los españoles) para la construcción de los templos de sus líderes.

    Incluso existen evidencias de mercadeos de venta de esclavos, como el de la plaza mexica de «Tatelulco» (Tlatelolco): «𝐞𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐨𝐬 𝐲 𝐞𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐚𝐬: 𝐝𝐢𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐫𝐚í𝐚𝐧 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 [𝐚] 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐩𝐥𝐚𝐳𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐫𝐚𝐞𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐠𝐮𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐧𝐞𝐠𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐆𝐮𝐢𝐧𝐞𝐚, 𝐞 𝐭𝐫𝐚í𝐚𝐧𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐫𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐫𝐠𝐚𝐬, 𝐜𝐨𝐧 𝐜𝐨𝐥𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐳𝐜𝐮𝐞𝐳𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐥𝐞𝐬 𝐡𝐮𝐲𝐞𝐬𝐞𝐧».

    Pero por suerte, esto cambió con la llegada de los españoles a América, cuando aparecieron las primeras Cédulas y Leyes antiesclavistas de la Historia.

    Lo que suelen desconocer estos grupos de «intelectuales negrolegendarios» es que España fue el primer poder imperial en discutir y reconocer formalmente los derechos de los indígenas:

    ▪️En 1494, la Reina Isabel la Católica ordenó mediante una Real Cédula paralizar la venta de esclavos americanos.

    ▪️En 1512, con las Leyes de Burgos, el Rey Fernando el Católico prohibió la esclavitud de los indígenas salvo en casos extraordinarios (indígenas caníbales, indígenas esclavizados por otros indígenas o indígenas capturados durante alguna batalla).

    ▪️Y finalmente, con las Leyes Nuevas de 1542, el Rey Carlos I prohibió la esclavitud de los naturales sin excepción alguna.

    De este modo, la esclavitud dejó de ser por primera vez en la Historia una actividad lícita y legal, quedando penada por Ley y relegada a la clandestinidad. Ver menos






    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/photo/?fbid...38772738035655
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  17. #17
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    20 may, 13
    Mensajes
    4,632
    Post Thanks / Like

    Re: La gran mentira de la esclavitud y el genocido español en América

    CAPTURA DE BERGANTÍN FRANCÉS CON TRES INDIOS ESCLAVIZADOS. 1756

    Carta de la Audiencia de Manila: Pedro Manuel de Arandia, Pedro Calderón Enríquez y Francisco Enríquez de Villacorta, dando cuenta del recibo y cumplimiento de la cédula en la que se ordena por punto general no se reputen por esclavos los indios que no sean caribes, mandando su cumplimiento sin permitir ninguna contravención.

    “Por real cédula fecha en Buen Retiro a siete de febrero de mil setecientos cincuenta y seis, sobre consulta del Real Consejo de las Indias se sirvió V.M aprobar a las audiencias de la Isla Española que reside en la ciudad de Santo Domingo, el haber dado libertad a tres indios que fueron aprehendidos en un bergarntín francés que hacía su derrota del Misisipi a las colonias francesas de aquella isla, y que se le previniese que en ningún caso, lugar, ni tiempo podían sufrir esclavitud de indios de la America, que no fuesen Caribes, según estaba dispuesto por la Ley que habla de este asunto y que lo propio se entendiese y practicase con los indios de las colonias poseídas por los extranjeros, respecto de ser en ellos insita y natural y no poderse alterar sin faltar a los contratos de que procede, y con mayor razón estaba el propio beneficio a favor de los de la Nueva Orleans y demás lugares ocupados por los franceses, en aquella parte mediante no haberse consentido lo contrario nunca, ni a sentido a la usurpación de aquel país, antes sí reclamado, siendo muy impropio llamarles salvajes...”








    _______________________________________

    Fuente

    https://www.facebook.com/photo/?fbid...12817408832294
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Lorca, esa gran mentira.
    Por Sant Marti en el foro Noticias y Actualidad
    Respuestas: 5
    Último mensaje: 30/07/2018, 03:36
  2. Libia y Gadafi, la gran mentira
    Por Ramón de Bonifaz en el foro Resto del mundo
    Respuestas: 5
    Último mensaje: 21/10/2013, 01:44
  3. La esclavitud moderna
    Por Erasmus en el foro Tertúlia
    Respuestas: 27
    Último mensaje: 20/05/2013, 02:13
  4. Don Misael Bañuelos. Un gran erudito español.
    Por WESTGOTLANDER en el foro Biografías
    Respuestas: 8
    Último mensaje: 12/04/2008, 22:34
  5. Sancho III, un gran rey español
    Por Bruixot en el foro Biografías
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 10/05/2005, 22:19

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •