Se me olvidaba, sobre Churchill y el belicismo británico que no dejó de ser un fracaso sonoro, recuérdese:
Hacia la Segunda Guerra Mundial ( 1 2 3)

Lo peor del mesianismo angloprotestante, amén de la arrogancia racistoide, es creer en la más fanática y supersticiosa predestinación, creyéndose que este pseudo-chollo va a ser eterno. Más dura será la caída.