Y otra de arena:
De los anglosajones también admiro su espíritu práctico, su disciplina y su más que contrastada capacidad para la narrativa. Asimismo, el hecho de que la sociedad anglosajona no tolere ni la mentira ni el robo público, y que el político que sea cazado en ello se vea forzado a dimitir ipso facto; y hechos como que a través del ejército te puedas pagar la universidad o si no has servido en el ejército, olvídate de tener prestigio para nada en tu vida y olvídate de la política porque no te vota ni tu padre también son motivos de admiración; hechos que contrastan un país tan destrozado como guardián de instintos fuertemente civilizadores.
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