En un programa de La Clave de 1992 sobre el 20 de Noviembre, José Luis Balbín le preguntaba a Blas Piñar en qué medida era él franquista, habida cuenta de los problemas que tuvo que sufrir en pleno régimen de Franco. La respuesta de Blas Piñar, a mi entender, entra dentro de esa categoría de la incoherencia política a la que me he referido constantemente en este Foro: "Yo fui un contestatario dentro del sistema... precisamente por lealtad al sistema".
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Pero esa contestación de Blas Piñar yo creo que es una aporía. Porque no tiene ningún sentido que el sistema teórico (alabado por Blas Piñar) pueda quedar desvinculado de su aplicación práctica (objeto de las críticas o "contestación" de Blas Piñar), en tanto en cuanto aquella persona (es decir, el fundador) que realizó la aplicación práctica es la misma que elaboró el sistema teórico, y siempre en estos casos la explicación correcta es la de considerar precisamente esa aplicación práctica como la genuina interpretación de ese sistema teórico.
Blas Piñar podía defender (y es algo perfectamente defendible, por supuesto) que el sistema teórico fundado por Franco sólo podía interpretarse en un sentido tradicional español. Pero el problema está en que ese mismo fundador (Franco) realizaba una aplicación práctica-política de ese sistema teórico-legislativo que daba como resultado algo completamente opuesto a una concepción genuinamente tradicional hispánica.
Esta aporía se asemeja mucho (para que se me entienda lo que quiero decir) con la de aquellos católicos conservadores que dicen que la doctrina teórica de los documentos del Vaticano II es buena y no tiene nada de malo, y que las malas aplicaciones prácticas de dicha doctrina no tienen nada que ver con los documentos del Vaticano II, ya que éstos sólo se pueden interpretar o leer en un sentido tradicional, y no cabe en ellos la posibilidad de una interpretación revolucionaria. ¿Pero, es que acaso (me hago de nuevo la misma pregunta que me hacía antes con respecto al sistema franquista) no se puede considerar esa aplicación práctica de esos documentos (o sistema teórico) como la genuina interpretación de los mismos?
He ahí la aporía con respecto a la dictadura franquista; aporía de la que nunca pudo salir Blas Piñar, debido, creo yo, a un mal entendimiento del verdadero sentido de la lealtad.
Hubo otros publicistas, de ideario político-religioso más o menos similar al de Blas Piñar, que recibieron la misma (o, incluso, menos) oposición y persecución del aparato oficial del franquismo, pero llegaron a la conclusión lógica de no alabar a aquella persona (y a su sistema) que permitían y propugnaban esas persecuciones y sufrimientos, sino más de bien de vituperarlos o criticarlos (diferencia fundamental de actitud con respecto a la, para mí incomprensible, de Blas Piñar).
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Aviso previo: Los documentos que Blas Piñar presenta a Franco junto con su escrito de dimisión los reproduzco como Apéndices en los mensajes subsiguientes a aquél en que transcribo el texto de la susodicha carta de dimisión.
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