Primero: Lea bien. "Seneca" y no "Séneca" es mi pseudónimo. No pretendo usurpar -ni atribuirme- la personalidad, la obra o siquiera el nombre del filósofo romano.
Segundo: Especulo lo que me viene en gana, tratando de aportar lo que me parezca oportuno. Además advertí que hablaba desde la ignorancia y su mensaje confirma que la cosa, si no exactamente, es muy parecida a como supuse que había sido. Si usted tiene más datos, los aporta educadamente y todos quedamos contentos. Su tono chulesco, habitual por otra parte cada vez que interviene, no me parece de recibo, y además es muy molesto.
Tercero: No intento desacreditar a nadie, ni como historiador ni como persona. Incluso en el caso de que el asunto hubiera sido como usted dice, la imprudencia de hacer esa carta pública escribiendo a desconocidos es manifiesta. Lo importante es si se miente en el testimonio publicado. Si no se miente, da igual si lo ha escrito uno que zascandilea o el más serio del mundo, con o sin revisión. Si yo me encontrase en una tesitura parecida, hablaría con los autores y con los editores, y arreglaría esto en privado.
Cuarto: Usted habla de zascandileos acusando a alguna persona de "fabulador", pero no aporta ni un dato. O sea, que su opinión sobre esa persona no es más que eso, una opinión, que además vuelca aquí sin ningún tipo de fundamento ni apoyo documental.
Quinto: ahórrese responderme, porque no recibirá de mí más que indiferencia, o, en su caso, trato equivalente al que reciba por su parte.
Sexto: Autotitularse "Chanza" careciendo de gracia e ingenio, es gracioso por paradójico. Usar a Chesterton, maestro de la fina ironía y cierto sentido del humor, como imagen propia cuando el resultante de lo que se escribe no es más que amargura y malos humos bordea lo patético.
Séptimo: Aurevoir!!!!!
Marcadores