La animadversión y las amenazas por parte de esta gentuza asesina está claro que existen, y no se deben tomar a broma, pero no sé si es buena idea difundirlas. Soy de la opinión de que el Daesh precisamente ha pasado de ser un grupo marginal a ser una verdadera amenaza precisamente por la publicidad que se les ha dado en los medios, desde aquella decapitación de Nicholas Berg en 2004 que corrió como la pólvora en Internet.
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