MÍSTICA Y ASCÉTICA
También en estas manifestaciones literario-religiosas el genio español destaca con luz propia. El sentido ascético de nuestra literatura medieval culmina y llega a su término lógico durante el siglo XVI. La mística española se presenta como una manifestación realista, en un lenguaje transparente y sencillo, que combina la profundidad de los sentimientos y la gracia de la forma.
Entre los escritores ascéticos merecen destacarse Alejo Venegas (1493-1554); el gentilísimo autor del “Audi, filia et vide”, beato Juan de Ávila (m. 1569); el P. Fray Luis de Granada (m.1588), autor de la “Guía de Pecadores”, uno de los más briosos prosistas del idioma castellano, y otros posteriores, como el P. Malón de Chaide, sor María de Ágreda (m. 1665), y el P. Juan Eusebio Nieremberg (m. 1658)
Entre los escritores místicos, aparte de Santo Tomás de Villanueva (m. 1555), hay que citar dos figuras egregias: Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591). Santa Teresa de Jesús, toda actividad y dinamismo, es también, cuando escribe de mística, dechado de espiritualidad, no superado en ninguna literatura: “El Castillo interior” y el “Libro de mi vida” son dos joyas eternas del sentimiento místico. San Juan de la Cruz, poeta y prosista de cautivadora y honda emoción mística, ha llegado en “Subida al monte Carmelo”, “Noche oscura del alma” y “Cántico espiritual entre el alma y Cristo, su esposo” a regiones de sentimiento religioso y luminosa. sencillez que resultan inaccesibles para muchos. Fray Juan de los Ángeles (m. 1609) cierra gloriosamente la era de los grandes místicos.
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