Pues, amigos míos, estoy de acuerdo con todos vosotros, incluso allí donde parece entrar en conflicto la tesis de uno con la de otro. Más que posturas contrapuestas, me parece que se está descuidando algo tan importante como el factor espacial.
La enseñanza -pública y privada- de ciertas comunidades autónomas (como Castilla y León) está prácticamente equiparada y tiene un nivel superior a la que puede notarse en otras comunidades como Andalucía, por ejemplo. Aquí Muñoz llevaría razón.
En gran medida, podemos aseverar que, como sostiene Aquilífero, en el resto de España la enseñanza privada parece que se muestra mejor que la pública.
Mefistófeles añade algo principal: la labor educativa más auténtica es la que se realiza en el hogar y son los padres los máximos responsables.
Para el caso de la educación en Andalucía, Ordóñez simplemente LO BORDA. Y lo ha dejado tan claro en su exposición que es para hacerle palmas.
De todas formas, creo que el debate propuesto por Hyeronimus con el artículo de Juan Manuel de Prada es otro que podría formularse con esta pregunta:
¿Transmite eficazmente la escuela católica (privada o concertada) el mensaje de Cristo? ¿Transmite eficazmente la enseñanza religiosa (privada, concertada o pública) el mensaje de la Iglesia?
Creo que, a la vista está, no lo hace con resultados óptimos: el caso de Aído, como el de tantos otros, es elocuente. Es un problema de transmisión -en definitiva, de tradición- que Juan Manuel de Prada ha tratado en muchas ocasiones, aunque él prefiere la palabra "transmisión" en lugar de la palabra "tradición".
Pensemos por un momento que esto es responsabilidad del clero que, en su día, elegía a los profesores de la asignatura de Religión (hoy no funciona así). Me acuerdo de escandalazos como el de profesoras de religión -en colegios públicos, sin ir más lejos- que vivían amancebadas o que eran miembros de partidos como Izquierda Unida. Esos "docentes" estaban contratados en aquel entonces por la Iglesia (por las respectivas Delegaciones Episcopales de Educación): ¿qué criterio seguían para colocar a una persona como profesor de Religión?
Las Delegaciones Episcopales de Educación (cuando podían hacerlo) cometieron muchos errores en la adjudicación de plazas. Ahora es el Estado el que selecciona a ese personal (y, por mucho que el Estado tenga fama de inepto, en esta cuestión no cometerá errores... No sé si se me entiende.)
Un saludo a todos. Es un debate que promete.
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