A Donoso:
Después de leer, es verdad que por encima, el texto del enlace que me recomendabas, tengo que decirte que no he sacado nada en claro. Lo que sí me ha quedado claro es que en este mundo no se pude es ser juez y parte; está claro que el autor, Plancard d ´Assac, es un monárquico nostálgico francés; que quiere descargar sobre las espalda de León XIII el fracaso de los legitimistas franceses. Olvidándose de que la mayor legitimidad es la voluntad del pueblo soberano.
Leyendo el texto fui apuntado algunas reflexiones que se me ocurrían. Y que de manera informa expreso a continuación:

¿Sin León XIII la republica francesa hubiera sido distinta?
¿La República es por si misma un régimen antirreligioso?
¿Puede el papa obligar a los católicos a seguir unas determinadas directrices políticas?
En las democracias el laicismo no se impone, este solo afecta al Estado. Cada individuo haciendo uso de su libertad toma lo que cree más justo. Y con su voto puede cambiar a los gobernantes. ¿Se podía hacer esto en el Antiguo Regimen, el anterior a la Revolución francesa?
Si el Rey es lugarteniente de Dios en la tierra, ¿Qué es el presidente de una Republica?
¿Solo las Repúblicas carecen de principios? ¿Las monarquías son un dechado de virtudes?
¿Son las republicas unas dictaduras y las monarquías unas democracias?
El autor de este ensayo parece olivar eso de “dar al Cesar lo que es del…”

1Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas.
2 De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación. (Romanos 13, 1-2)

No son los regímenes políticos los que son buenos o malos, son sus gobernantes los que pueden hacer el bien o el mal.

Observación final: Soy monárquico porque odio a la República.