¿Qué le pasa, es que se aburre? de pronto se lía a repetir mensajes para reavivar esta absurda polémica. ¡Ah! ¡ya! pero es que yo luego soy el prepotente. Por cierto , harto de la palabreja, significa abuso de poder y ya se dirá el poder que tengo yo aquí. Prefiero darle las buenas noches que responder a cada una de sus salidas de tono y sitio, a ver si así se olvida usted un poco del asunto, ¿vale? Ahora bien, si no vale, me avisa.

Pongo en rojo este mensaje para que quede bien claro y a la atención de la Administración ante tanta desmesura y estulticia.