¿Quiere usted decir, entonces, que la cuestión de la unidad católica-libertad religiosa era una cuestión puramente religiosa, es decir, sin implicaciones o vertientes políticas que justificaran el que un Gobierno pudiera decir u opinar algo sobre el asunto, en lugar de tener que limitarse a obedecer como un robot?
Interesante perspectiva la suya.
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