Otro rasgo miserable de este sector ideológico es el que tiene que ver con sus reacciones cuando hay una noticia sobre una denuncia de violación. Si el violador es inmigrante, y especialmente musulmán, por supuesto es un acto que ocurrió indudablemente y todo castigo será poco. Si, en cambio, es de aquí, la denuncia es falsa y a la chica la ponen de provocadora que recibió lo que buscaba para arriba. Es exactamente la misma manipulación miserable que hacen los progres, pero al revés. Al final todo esto demuestra que a día de hoy la empatía por los semejantes es mínima (tanto al progre como al identitario que leen la noticia les da igual lo que les haya pasado a los involucrados y cuál será su suerte) pues al final todo puede ser objeto de instrumentalización al servicio de una causa o de unos objetivos, por lo que la verdad de los hechos acaba importando muy poco. Algo que ocurriría en menor grado si se consiguieran superar todas las divisiones existentes en el pueblo, aunque esto es ya otra historia.
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