Re: ¿Cual es la diferencia entre monarquía tradicional y absoluta?.
Sí, Alacrán, es verdad lo que usted dice. Yo sé que Santo Tomás de Aquino dice que el peor gobierno es la democracia, el más o menos es la aristocracia y el mejor de todos es la monarquía; y mejor aún si esa monarquía no es absoluta y toma elementos de la aristocracia y la democracia, que regulen o limiten de alguna forma el poder del rey. Claro que la mejor forma de gobierno es la que gobierne una sóla persona, asesorada por filósofos, teólogos y sabios; pero creo que Santo Tomás de Aquino no decía que la democracia en sí fuera mala, porque era seguidor de Aristóteles quien distinguía las formas puras de las impuras (tiranía, oligarquía y demagogia), y también decía que en algunos casos particulares, la aristocracia o la democracia, podían ser la mejor forma de gobierno.
Existieron unas cuantas repúblicas en la Edad Media, como Venecia por ejemplo, y creo que no eran tan malas, así que para mí no toda democracia es mala, pero las de hoy en día sí, sin lugar a dudas.
Y en cuanto a la distinción entre democracia orgánica e inorgánica, también es verdad lo que usted dice; eso es un invento bastante nuevo, pero que se hizo para explicar una situación tal vez un poco difícil de entender, es decir para explicar a la sociedad estatamentaria de la Edad Media, que era lo mejor.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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