Las contradicciones del CVII con el Magisterio son innumerables, evidentes, tan divulgadas y conocidas-en este mismo foro hay información copiosa alrespecto-que me parece increíble exigir pruebas al respecto. Es algo claramente ocioso.
Las conversaciones de la FSSPX con la Santa Sede jamás han sido para negociar, ni regularizar la "plena comunión"-término heterodoxo difundido por los modernistas. Se está o no en comunión. Jamás es a medias-de la FSSPX. A nadie con mediano sentido común se le a ocurrido nunca que no sea católica. Eso está fuera de discusión. Las conversaiones tuvieron por objeto exponer las reservas que los errores del CVII presentan a todo católico-Esto lo sabemos de primera fuente, tanto por Monseñor Fellay, como por Monseñor de Galarreta. Que ciertos personajes e la curia hayan difundido falsedades al respecto es otra cosa.
Uno de los dramas de las conversaciones eran las incomprensiones entre los mismos representantes de la Santa Sede, claro ninguno tenía doctrina católica. Ningún tomista de lomo. La FSSPX ejerció una labor de caridad, evangelizar a quienes paradojicamente tienen la misión de hacerlo pero han renunciado a hacerlo-evitando el proselitismo que ofende el sacrosanto ecumenismo-y exponerles verdades que seguramente no habían escuchado jamás sus mentes pobladas de errores contra la Fe.
Y ya se ven los frutos de IBP y la Unón Sacerdotal San Juan María Vianey, un erial espiritual, entre la abierta hostilidad del clero oficial y nula atención de sus reclamos por parte de la Santa Sede. La táctica con todos ha sido la misma, incluído el engaño artero en el caso de la FSSP.
Lo del correcto sentido del texto, la "hermeneútica", como gustan llamar los modernistas, es el recurso para hacer que un texto diga cualquier cosa. Y si un Concilio que es la explicitación de la doctrina, requiere la explicitación del mismo Concilio, nada impide el absurdo de la explicitación de la explicitación. No, lo que dice el Comcilio es lo que dicen sus textos, punto, no hay más vuelta que darle. El mismo Monseñor Gherardini lo reconoce, hay textos que sin una explicación, tal como están, son inaceptables. Habría que torcer increíblemente el sentido de los textos del CVII para que la Libertad Religiosa se conformara a las condenas de la misma por todo el Magisterio anterior, Nuestro Señor y los Apóstoles incluídos.
Nadie en la Santa Sede se ha atrevido a defender jamás como infalible el CVII, ni a imponerlo como Magisterio. Y el Espíritu Santo tuvo la sabiduría de que fuera simplemente pastoral y que pretendiera gozar de la nota de infalibilidad, tal como señalara Paulo VI.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
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